Desiree y el sexo. Cap1. El avión.
Primer relato de como Desire se lo monta en un avión camino a Tokio.
Me gusta el sexo. Mis vecinos lo saben, mis amigos lo saben, mis compañeros de trabajo lo saben, pero nunca hubiera imaginado que me iba a llevar a la situación en la que me veo ahora, en un país extranjero, sin comprender el idioma y utilizada en un burdel , comprada y vendida, esposada… pero eso no es lo malo, lo malo es que me gusta.
En este caso viajaba de vacaciones a Tokio. Los orientales me ponen mucho , por lo que iba con idea de follar mogollon, con muchos hombres y con mujeres. Ya en el avión me tocó junto a un hombre con aspecto de ejecutivo. Soy simpática y guapa ¿por qué negar la evidencia? Ojos muy grandes y oscuros, pelo rubio ,piel pecosa, y 1,75 de altura… cinco años más de lo que me gustaría. Ese día iba con mi camisa de seda roja y traje chaqueta negro. La falda corta pero no de puta. El ejecutivo miraba de reojo mis tetas , grandes y juntas. En su sitio. Con picardía y mirándole a los ojos me desabroché un botón más de la blusa dejando a la vista el sujetador de encaje negro. No desvió la mirada y disimuladamente metió la mano por debajo de mi falda. Al no llevar bragas pronto pudo encontrar mi coño, húmedo por la excitación . Comenzó a masajear mis genitales mientras yo intentaba respirar sin quejidos ni lamentos. Sentía próximo el orgasmo. Me mordí los labios para que no se notara que me estaba corriendo, pero la la fija mirada de otro pasajero me dejó claro de que se había dado cuenta de lo que estaba pasando. Me levanté dirigiéndole una mirada y entré en el aseo. Pasados unos minutos oí que llamaban a la puerta. Era el pasajero mirón. Pese a lo pequeño que era el sitio, me puse de rodillas y saqué su pene. Abrí la boca al máximo y le comí la polla con ansia, como si fuera la primera vez. Ël me tiraba del pelo siguiendo el ritmo y evitando que me moviera de ahí. Luego él mismo se retiró y dándome la vuelta, acodada en el lavabo me penetró por detrás.. Podíamos vernos en el pequeño espejo. La boca entreabierta, la cara sonrojada y la expresión de dolor una vez me la clavó. Me llamó puta mientras aceleraba el ritmo. Puta, puta, puta… que me corro… antes de correrse salió de mí y buscó mi boca. Tragué su corrida mientras seguía diciéndome puta. Luego me sentó en el lavabo y me penetró de nuevo. Comencé a respirar entrecortadamente. Más deprisa, sí… más deprisa… ohhhhhhh dios…. Me abracé a él mientras el orgasmo me recorría el cuerpo. Noté como me pellizcaba fuertemente el culo antes de subirse el pantalón y marcharse. No había acabado de abrocharme la camisa cuando entró mi compañero de asiento. De un tirón me arrancó los botones y sacó las tetas del sujetador. Empezó a morderme los pezones con fuerza. El dolor y la excitación acudieron de nuevo a mí.
-Hazme lo que quieras, soy tuya.
El hombre me dio una palmada en el coño y después otra. Mietras cerraba mi boca con la suya. Me sentó en el váter y subiéndo las piernas a sus hombros me folló. Cada embestida notaba que me incrustaba contra el váter. Siguió mordiéndome los pezones y no pude dejar escapar un grito cuando por fin un orgasmo violento nos recorrió a la vez.
Llamame puta le dije con la voz entrecortada, llamame puta…. Por favor, me corro otra vez, me corro…
Antes de que pudiera hacerlo sacó su pene y lo colocó entre mis tetas. Allí dejó toda la leche que le quedaba . Luego, se quitó el zapato y el calcetin y con el talón comenzó a masturbarme mientras me pellizcaba los pezones.
Zorra, zorra de mierda…¿ te gusta que te insulten verdad puta? Eres una puta de mierda… yo respiraba agitadamente mientras notaba que llegaba de nuevo al orgasmo. Me abracé a él mientras dejé que me recorriera otro más.
Faltaba poco para aterrizar. Salió mi ejecutivo y yo me cerré la chaqueta para que no se notara mi falta de botones. No se si lo conseguí porque mientras me sentaba de nuevo en mi sitio, muchas miradas se clavaban en mí. No hice ni caso sinceramente, mientras me abrochaba el cinturón. Estábamos aterrizando.