Desflorada por un anciano

A traves de la ventana vi como mi vecino ya anciano me ve desnuda, hasta que se animo y toco a mi puerta para desflorarme.

Salí de bañarme excitada, deseaba desde hacia mucho tiempo que alguien me cogiera, porque aun era virgen, me imaginaba lo que sentiría y eso solo me calentaba mas y mas, no había visto nunca un pene, bueno, solo en libros, pero no había tocado ninguno jamás aunque creía que ya debería ser hora.

Solamente iba envuelta en una diminuta toalla, porque así me gustaba hacerlo cuando me encontraba completamente sola en casa, lo hacia porque imaginaba que alguien podría verme y desearme, con estos pensamientos me tiraba a la cama para masturbarme, esa era mi intención pero en realidad deseaba algo mas real. Fue por eso que decidí correr las cortinas de mi cuarto, sabia que podría verse algo desde el cuarto del vecino, un señor entrado en muchos, pero muchos años, tantos que podría ser mi abuelo.

A través del espejo observe su venta, vi movimientos y supe que el vecino se encontraba en ella, un señor jubilado desde hacia años con una esposa tan vieja como el seguro que tendría que excitarse en verme asi que me desnude por completo, me arregle el cabello, me maquille, sin voltear jamás a la ventana pero sabiendo que tenia que observarme. Tome una crema y comencé a untarla por todo mi cuerpo, poniéndome de frente a esa ventana para que pudiera ver mis senos y mi sexo que ya se encontraba muy mojado y sentía un calor que no había sentido jamás.

De pronto la ventana del vecino se cerro, y un poco frustrada me eche a la cama, con las piernas abiertas y empecé a meter mis dedos entre mis labios, estaban tan mojados que se resbalaron en seguida, me retorcí en la cama pellizcando mis pezones y añorando poder tener una boca en ellos, de pronto escuche el timbre, un poco irritada por la interrupción me puse una camiseta grande a forma de camisón y sali para ver quien llamaba, a través de la rejilla vi a mi vecino con la típica tasa para el azúcar, de inmediato volvi a mi cuarto, para cerrar la ventana, me deshice de la camiseta y volví a enrollarme en la pequeña toalla que no cubría mas que mis senos y ligeramente debajo de mis nalgas y me calce con unas sandalias de tacón, justo como había visto en películas.

Disimulando no saber quien era, entreabrí la puerta y pregunte tímidamente quien era. El vecino, un tanto nervioso me pregunto que deseaba un favor de mi mama porque se había quedado sin azúcar, le dije que se habían ido de viaje, pero que pasara ya que hacia frió afuera, que de inmediato le daría yo el azúcar, diciendo esto y abrí la puerta para dejarlo pasar, el entro echando una ojeada como cerciorándose de que no había nadie mas, le quite la taza y me dirigí a la cocina.

Al volver la puse sobre la mesita de centro, agachándome para que pudiera ver mas de lo que ya veía, y de pronto la toalla que había aflojado a propósito se empezó a desenrollar, yo pedí disculpas al momento de fingir cubrirme, me dijo que no importaba, y que le hacia un favor al dejarle ver cosas tan lindas, le pregunte si eso le parecía y dijo que si, que hacia mucho no veía algo tan hermoso y sensual, le dije que no sabia que yo fuera sensual, que no tenia novio y jamás me lo habían dicho, a lo que respondió que si el fuera de mi edad haría lo imposible por ser mi novio. Yo fingiendo completa inocencia pregunte que para que se tenia novio y el se puso algo rojo de excitación, me dijo que para acompañarse, para platicar y para besarse mucho, los novios hacen eso, y si el o fuera iba a quererme ver todo el tiempo, yo me quite la toalla y le dije que si el podía enseñarme cosas, de inmediato me jalo y se sentó en el sofá para comenzar a chuparme toda mi vulva, entre dientes me dijo que estaba muy sabrosa, que era una panocha exquisita, que estaba tierna y dulce, yo me retorcí de placer sintiendo como líquidos calientes bajaban de mis entrañas, con sus manos amasaba mis senos y bajaba el cierre de su pantalón para sacarse una verga tan gruesa y grande que sentí miedo y deseo. Por fin tenía una verga a la vista, me dijo que debía tocársela

y tomando una de mis manos me la puso en su verga y empezó a decirme como debía moverla mientras me guiaba con su mano yo estaba muy excitada, inclinada sobre el sofá, de pronto me agarro de las nalgas y me sentó en sus piernas, comenzó a mamar mis senos, mientras con una mano apretaba mi vulva y con la otra acariciaba mi ano, yo nunca me había sentido tan caliente y empecé a gemir, me dijo que abriera las piernas lo mas que pudiera, que tenia la panocha muy sabrosa y quería vérmela bien, me dijo que iba a meterme su verga para enseñarme lo que hacen los novios y que iba a prender a ser una gran puta, y de esa forma todos iban a querer cogerme siempre.

Pero antes me paro sobre el sofá y me dijo que me agachara hasta que mi panocha estuviera en su cara, y que se la embarrar toda porque le gustaba mucho su olor, yo lo hice sintiendo que iba a explotar algo por dentro.

De pronto me dijo que me bajara y ahora me pidió que me inclinara sobre su verga y me la metiera a la boca, yo no sabia que eso se hacia, me dio asco y deseo al mismo tiempo, pero como estaba tan caliente lo hice y entonces sentí como se ponía muy tiesa y aumentaba su grosor, me volvió a levantar y me sentó a horcajadas sobre su gran verga de frente a el. Sentí un dolor agudo y quise levantarme pero me dijo que solo dolía un poquito y que después gozaría y seria toda una mujer, me dijo que me la estaba metiendo despacito para que me gustara, y mamaba mis senos tan bien que empecé a relajarme y a gozar en verdad, el me dijo que brincara sobre ella, que eso les gustaba mucho a las mujeres con experiencia y aunque torpemente así lo hice, el me decía que así se hacia que iba muy bien, que me estaba cogiendo y que ya era una mujer muy ardiente, sus manos me agarraban las nalgas y con un dedo acariciaba mi ano, me dijo que las grandes putas gozan cuando se les mete por ahí también, y que después me enseñaría eso, agrego que las hembras les piden a sus machos que les den nalgadas y comenzó a azotarme las nalgas y a decirme que siguiera moviéndome así de rico y que pronto alcanzaría la gloria.

Y así fue, empecé a sentir que algo muy caliente se apoderaba de mi cuerpo, un cosquilleo que inicio en la espalda y bajo por mis nalgas hasta hacerme sentir latidos de placer en mi vagina, y sentía como se apretaba mas a su gran verga, que pensé que iba a sacarla y grite y grite de placer y gozo al verme poseída de esa manera por un viejo que podría ser mi abuelo, sintiéndome mujer adulta capaz de hacer gozar a cualquiera y de pronto un gran liquido caliente salio de su verga y me mojo por dentro, el se contorsiono y gimió y como pudo me dijo que eso era una ayaculacion, que estaba eyaculando en mi vagina como premio por haberme portado tan bien y hacerlo gozar como hacia mucho que no lo hacia.

Me la saco, se agacho y me la limpio con su lengua, después se fue y me dijo que otro día volvería para devolverme el azúcar y enseñarme como se cogia por el ano.