Desfile de modas... Todo un mundo lleno de lycra
La vida en la que me desenvuelvo detras de los desfiles de moda, hombres guapos, musculosos y sobre todo con la ropa deportiva como lo es la lycra ó las lycras.
Escribo este relato para todos los amantes de la lycra, que desgraciadamente no encontramos muchos relatos ni fotografías en cuanto a lo que nos gusta, La LYCRA.
Tengo 17 años y desde hace 2 años (desde los 15) gracias a un tío soy modelo. Después de algunas pruebas y de clases de modelaje, por fin pude comenzar a trabajar y a ganar dinero. Al principio solo modelaba ropa normal, algunos trajes o smokins, después fue un poco más juvenil el asunto y así tuve muchas giras alrededor de la republica mexicana montando desfiles de moda de ropa casual para jóvenes.
En este ambiente se conoce a mucha gente, artistas, conductores, actores etc. Y tu mismo te vas dando a conocer entre la gente del medio o no, que acude normalmente a los desfiles de moda.
Para poder cumplir ciertos requisitos que se necesitan en este mundo del modelaje, necesitaba (aunque no andaba muy perdido) un cuerpo atlético en toda su extensión. Comencé a acudir al gimnasio desde los 14 años, tres veces a la semana y solo con aparatos para no caer en la cuenta de quedarme bajo de estatura.
Después ahora trabajando como modelo debía de trabajar en el gimnasio 2 horas diarias todos los días de la semana, debido a esto mi horario del día quedaba totalmente apretado, por lo que todo mi día era un eterno correr de un lado para otro dentro de mi ciudad (en el sureste mexicano) que gracias a dios no es grande por lo que tardo 30 minutos en recorrerla de extremo a extremo.
Con este ejercicio constante estaba en excelentes condiciones así que mis bonos en el modelaje aumentaron y ahora me solicitaban cada vez mas para acudir a desfiles en todo el país.
Me describiré físicamente, soy alto ( bueno eso dicen) mido 1,87 m., mi peso es de 78 Kg, soy de tez clara pero con tendencia a oscura, Mi cabello y mis ojos son café oscuro, y pues con estas interminables horas de gimnasio tengo un cuerpo muy atlético, sin exagerar pero si bastante marcada la mercancía y unas nalgas que son envidia de muchos.
Y así continué modelando para diferentes cadenas de tiendas departamentales en todo México.
Con este trabajo aparte del ejercicio constante necesitaba cuidados muy intensivos en cuanto a mi piel, depilación, cortes de cabello, osea mi look.
Y todo esto lo podía verificar continuamente en mi ciudad en una clínica de belleza, en la cual me atendía súper bien y me hacían todo lo necesario para ser todo un adonis en cuanto a mi figura.
Al subir mis bonos en el modelaje nuevas tiendas buscaban mi presencia en sus desfiles, y así comencé a modelar la ropa deportiva de las tiendas departamentales, para luego empezar a modelar solo para tiendas deportivas.
Los desfiles de ropa deportiva son un poco más difíciles, debido a que son con menos ropa de lo que estaba yo acostumbrado y pues ahora tenia que someterme a dietas más estrictas y a mas horas de gimnasio.
En estos desfiles vestía todo tipo de ropa, desde juegos de pants, uniformes de equipos internacionales, ropa de gimnasio como lycras, leotardos etc., y tambien trajes de baño y la ropa adecuada para cada deporte diferente.
Normalmente los desfiles eran dentro de plazas comerciales y pues había todo tipo de público, desde el interesado en la ropa, los morbosos para vernos semi-desnudos, las chicas fresas que buscaban ver torsos marcados, hasta los gays que llegaban a deleitarse la pupila.
Nos gritaban toda clase de piropos, unos muy bien recibidos otros con demasiada vergüenza para disimular y pues como todo esto era realizado en los pasillos de las plazas, no habia un camerino decente, sino pequeños cuartos con paredes de madera y nada privados, en los cuales nos cambiábamos por separado hombres y mujeres.
Estar dentro de uno de estos "camerinos" era muy excitante, ver llegar a los compañeros, quitarse la ropa completamente y ponerse algo diferente, por ejemplo quitarse el uniforme de un ciclista conformado por un cultote (lycra) y una playera igual de lycra y después ponerse una tanga para modelar la moda de los trajes de baño era un total agasajo, que a la gran mayoría de los modelos nos ponía a mil, y teníamos que acomodarnos muy bien el paquete para que al salir a la pasarela no se notara el gran paquetón.
Estando en ese medio comienzas a hacer amigos y yo conocí a un chico un año mayor que yo, con 18 años, maduro, estatura media 1,78m, con 75 Kg, tez morena, complexión mediana y unas nalgas de monumento, llamado Eduardo.
Después de varios meses de convivir pues entablamos una amistad muy buena, así que cuando íbamos a otra ciudad a desfilar rentábamos una habitación para los dos y así, con mucha confianza hasta llegar a conocer la vida del otro totalmente.
Después de conocerlo mas a fondo descubrí que era bisexual, ya que mantenía relaciones con una chava de su edad que conocía desde pequeño, y tambien había tenido una que otra aventurilla con algunos otros modelos (muy guapos por cierto).
Eduardo disfrutaba mucho las prendas de Lycra, una porque su cuerpo le permitía usarlas, y otra como un tipo de fetiche, por lo cual vivía rodeado de este tipo de ropa. Él me lo explicó así, que desde como los 13 años dejó de usar truzas y comenzó a usar lycras como ropa interior, según él debido a que al caminar largas distancias se rozaba las ingles, cosa que con una lycra no ocurre, ya que se adhiere totalmente a las paredes de la piel, no se mueve de lugar y hace que lo único que se roce sean estos shorts tan cómodos.
Así que con la confianza adquirida al llegar al hotel, se quitaba todo lo que llevar menos las prendas de lycra que llevara puestas. Después de mucha insistencia de su parte en un desfile adquirí una de estas y quede maravillado al usarla todo un día como ropa interior porque es extremadamente cómodo usarlas, y con el tiempo fue creciendo cada vez mas mi inventario de éstas, que hasta el momento son 25 lycras, de diferentes colores, tamaños, presentaciones etc.
Y nuestra relación de amigos nos fue involucrando cada vez mas hasta llegar a formar una pareja, que claro no hacíamos pública, debido a que no seriamos aceptados en la sociedad.
En nuestra ciudad rentamos un departamento en la mejor zona de la ciudad y llevamos viviendo juntos alrededor de 6 meses.
En mi siguiente relato les contaré que a ocurrido en mi vida con Eduardo.