Deseos, realizaciones y realidades

El poder de un miembro grande y negro.

Deseos, realizaciones y realidades

Mi nombre es Daniel, tengo 24 años, soy holandés, pero he vivido en Latinoamérica desde los 4 años, a continuación les contare los hechos que han cambiado radicalmente mi vida los últimos 2 años.

Soy el menor de la familia, y fui educado por mi madre y mis dos hermanas mayores, ya que mi padre se fue de la casa siendo yo un bebe todavía, el ser criado en un ambiente de mujeres en mi caso fue lo mejor que me pudo haber pasado, porque desde muy temprana edad me reforzó lo que me sentía y me hacia diferente a mis amigos, porque de una forma inexplicable para mi y desde que yo recuerdo, hay una parte de mi que siempre se ha sentido mujer, creando una lucha interna intensa con mi otro lado masculino, ganando la partida la mayoría de la veces la primera. Puedo recordar perfectamente cuando mis hermanas 5 y 7 años mayores que yo, les gustaba jugar conmigo disfrazándome con ropa de niña, me maquillaban la cara y hacían peinados, juegos que yo de una forma extraña pero liberadora disfrutaba muchísimo, hasta tal grado que aun cuando no jugaba con ellas, seguí a escondidas haciéndolo, quedándome un gusto hasta el día de hoy, por no usar calzoncillos, sino las tanguitas que les robaba a mis hermanas y que me ponía para ir al colegio, con la fortuna que por poseer un pené pequeño no me incomodaban para nada.

Desde ese entonces todo parecía indicar que mi destino ya estaba escrito en cuanto a mis preferencias sexuales, mi curiosidad era incontrolable por jugar al doctor con las "cositas" de mis amiguitos, ya fuera tocándoselas o metiendomelas en la boca con todo y huevitos, terminando chupandoselos con un gusto y desespero indescifrable para mi corta edad, permitiéndoles mas tarde que se me acostaran encima con sus "cositas" metida entre mis nalgas, claro esta que nunca percibí la mas mínima reacción en sus pipisitos insipientes, descubriendo entonces en mi, dos cosas que me excitan hasta la locura y que corrobore mas tarde, la primera es que me causaba un inmenso placer desnudarme ante otros (hombre o mujer), exhibiéndome completamente, y la segunda es que, el máximo placer lo experimento al entregarme a otro hombre y no lo contrario, encontrando un poco mas tarde un delirio inexplicable al introducirme cosas entre mis nalgas, estas han sido las revelaciones sexuales más grande de mi vida.

Mas tarde en mi adolescencia volví a vivir pequeños y esporádicos encuentros con mis amigos de turno, ninguno que valga la pena recordar, hasta que tuve que parar y aprender a controlar mis impulsos, primordialmente por miedo y temor a ser catalogado por lo que en fondo ya era, lo que me obligo a aplacar mis ansias y deseos en solitario.

Tuve muchas novias en esa época, gracias a mi físico europeo, causando admiración entre las chicas y curiosidad entre los chicos, porque como me dijo una de mis novias, era demasiado "linda" para ser hombre, ella pensó que su cometario me iba a molestar, pero interiormente no hizo mas que halagarme. Todo lo anterior estuvo bien hasta que termine el bachillerato, pero se puso aun mejor cuando mi madre me envió a estudiar a una universidad en Holanda, hecho que me puso inmensamente feliz, ya que allí podía ser y realizar abiertamente mi forma de ser, sin temor a recriminaciones, sin temor a mostrarme todo lo femenina que me sintiera. Por sugerencias de mi madre, me fui a vivir primero a los dormitorios de la U, lugar que no me gusto mucho, pero aproveche esos primeros seis meses para ponerme bien linda, me deje crecer el pelo hasta los hombros, me compre ropita interior de mujer divina, hilos dental transparentes y con encajes, medias veladas negras que me las agarraba con ligueros de pinzas en las caderas, unas Baby Dolls muy provocadoras, cortas y trasparentes, que hacían juego con unas tanguitas mínimas preciosas, me compre también maquillaje, cremas para el cuerpo y perfumes riquísimos, coronando mi felicidad con un vibrador negro, grande y grueso, con el que disfrutaba enormemente introduciéndomelo entre las nalgas, mientras me miraba al espejo toda linda y muerta de goce, vestida con el Babay doll y maquillada como una bella hembra como lo que soy realmente.

Pasados los primeros seis meses, decidí buscarme un apto para compartir con otro estudiante y conté con una tremenda suerte que en la cartelera de la U encontré un anuncio de uno que estaba cerca, llame primero para sacar una cita para verlo y me contesto una voz gruesa pero muy amable, esa misma tarde y muerta de excitación me fui corriendo para verlo, no sin antes arreglarme lo mas que pude para crearle una buena impresión, me puse una tanguita rosadita de encajes que me quedaba divina, toda apretadita y que resaltaban mis nalgas, una camisa ancha pero por dentro de unos vaqueros ajustaditos, me hice una cola de caballo, para no parecer demasiada femenina con el pelo suelto y puse un poco de brillo en los labios.

Toque la puerta e inmediatamente quede sin habla al ver el hombre que me abrió, no pude evitar sentir un escalofrío por todo el cuerpo, su apariencia me impresionó enormemente, mas aun porque era todo lo contrario a mi físico, ya que mientras yo tengo 1.77 de estatura, soy de suaves músculos, piel blanca como la leche (para mi pesar), rubio, de ojos verdes y nariz pequeña, afortunadamente sin bellos en el cuerpo mas que una pequeña mata rubia alrededor de mi pequeño miembro (aclaro que si por ese lado salí corto, afortunadamente la naturaleza por el otro lado me premio con un buen par de nalgas que envidiaban hasta mis novias, porque son completamente paradas y redondas); pero Jan (ese es su nombre) es todo un macho de verdad, de los que uno solo ve en la TV, todo en él sé veía y sentía viril y masculino, es bastante moreno (y a mí que me enloquece el chocolate), midiendo casi dos metros (después me entere que era jugador de baloncesto de su U), musculoso, con unos brazos gruesos y largos, terminando en unas manos grandes, su cara tiene rasgos fuertes, con carácter, pero que al sonreír con sus perfectos dientes blancos y linda boca, se borraba cualquier cosa que no te gustara de el, quedando yo en ese momento perdidamente enamorada de el, ya que nunca anteriormente un hombre me había hecho temblar y causado tanta impresión como Jan, el es uno de esos pocos hombres que quieres que te abrasen y que te hacen sentir segura en sus brazos, era hermoso de verdad.

Mirándome fijamente me estrecho la mano, sintiendo mi mano perderse entre la suya, con dedos gruesos y largos, sentí un apretón fuerte y seguro, hecho que me intimido al principio, pero que Jan se encargo de borrar con mucha amabilidad, haciéndome sentir desde el primer momento, bienvenido y relajado. Me mostró el apto, tenia dos cuartos y compartiríamos baño, sala y cocina, me pareció perfecto y no pudiendo aguantarme la lengua, le dije enseguida que estaba interesado, él estuvo de acuerdo y quedamos que me podría mudar al día siguiente.

Muerta de felicidad esa noche empaque todas mis cositas y en toda la noche no pude dejar de pensar en otra cosa que no fuera Jan, proponiendo esa misma noche que haría hasta lo imposible para fuera mi hombre, hasta sí me pidiera que fuera su esclava.

A la mañana siguiente, Jan me estaba esperando para entregarme las llaves del apto e instruirme de otros detalles al respecto, después le toco salir corriendo para sus clases; como yo no tenia clases sino hasta la tarde, me permitió con mas calma dedicarme a desempacar mis cosas y habituarme a mi nueva casa, aproveche para echarle una mirada su cuarto, tenia una cama doble grande, un equipo de sonido y una maquina para hacer ejercicios, se veía todo muy nítido. Después me fui a la cocina y lave los platos sucios de su desayuno y me puse a limpiar un poco el apto, porque sentía unas ganas enormes por complacerle y que tuviera la mejor impresión de mí. Me fui a mis clases y después me vine corriendo al apto con ganas de volverlo a ver, tristemente no lo encontré sino una nota en donde me decía que se fue al cine con su novia.

A la mañana siguiente me bañe bien temprano y no sabiendo que ponerme como siempre, opte finamente por una tanguita de hombre que se me pegaba a las nalgas como mantequilla, metíendome la tela un poco entre las nalgas, acentuaban su redondez, arriba me puse una camiseta que me llegaba hasta la cadera y me deje el pelo suelto que ya me llagaba a los hombros y para mi dicha, me lo encontré en la cocina, él también en camiseta y con unos calzoncillos que le quedaban divinos, no pude ocultar mi sorpresa al ver un enorme bulto sobresalir entre sus piernas, un escalofrío intenso volvió a recorrerme por todo el cuerpo con solo imaginarme como debería ser el verdadero tamaño de su cetro; mientras me movía por la cocina buscando mi cereal, pude notar su mirada intensa sobre mi cuerpo y sin saber si le gustaba o no, trate de calmarme y me senté a la mesa con él, desayunamos, el siempre muy amable me converso todo el tiempo, porque yo todavía estaba un poco cohibida en su presencia, terminamos y yo le convencí que me dejara los platos a mi, ya que mi primera clase no empezaba sino hasta mas tarde, el se fue enseguida al baño a bañarse y cuando salió con solo su toalla amarada a la cadera, casi se me cae la barbilla, tenia un pecho hermoso y unos hombros gruesos y fuertes, su abdomen era plano, con unos abdominales perfectamente marcados, terminando en una cintura gruesa pero bien definida, mi admiración fue tan evidente que lo único que me salió de la boca era si hacia pesas (que tonto), me dijo que si y que estaba también en el grupo de baloncesto, me pregunto si yo hacia algún deporte y le dije que la natación, al rato el salió de su cuarto y antes de salir me propuso si quería que nos quedáramos esa noche en el apto tomándonos unas cervezas, le dije que encantado.

Para que fue eso, el resto del día no pude concentrarme en nada, estaba muy nerviosa, llego la noche y vistiendo con una linda licra deportiva pegada al cuerpo, me senté a esperarlo muerto de excitación, llego al rato con una canasta de cerveza y ofreciéndome una nos sentamos en la sala a platicar, fue delicioso, al principio no me atrevía a decir mucho pero después al calor de unas cuantas cervezas se me empezó a soltar la lengua, hablamos de todo un poco, el sabe de todo y es tan inteligente que podría quedarme sentado sin hablar y solo disfrutar de escuchar su conversación y embobarme mirando lo bello que es.

Al final de la media noche, cansados y algo bebidos, nos fuimos acostar, me cambie a una camiseta cortita y que no me cubría las nalgas y sin panties, me gusta para dormir así, me fui al baño sin hacer ruido para cepillarme los dientes, y que sorpresa me lleve que estando limpiándome los dientes, de pronto entro Jan, el estaba con la misma ropa interior de la mañana, me quede helado, el se excuso y se disponía a salir, no sin antes sentir que devoraba mi cuerpo con la mirada (eso me pareció a mi), saque fuerzas y lanzándome, me apresure a decir que entrara que ya yo estaba terminando, me coloque lo mas cerca del lavamanos, dándole espacio a él para que usara el inodoro, quedando ambos dándonos la espalda, al instante escuche el chorro de su orina, grueso y estruendoso, mientras sentía el roce de sus nalgas en mi espalda, ya que él era mucho mas alto que yo, esto me paralizo por un instante y sin atreverme a moverme mucho trate de enjuagarme la boca, saliendo casi corriendo de allí y apenas alcance a susurrarle las buenas noches, esa noche creí soñar que era toda suya, que me penetraba entre las nalgas con su cetro enorme.

Durante las dos primeras semanas, nos llegamos a conocer bastante, alcanzando bastante confianza entre nosotros, mientras yo por mi lado trataba de insinuarme un poco mas cada nuevo día, por ejemplo si él estaba en el apto a propósito dejaba la puerta abierta y me desnudaba con la excusa de cambiarme de ropa, o en las mañanas trataba de exhibirme atrevidamente y con camisetas cortas y tanguitas de talla S cuando yo soy M, que con el mínimo movimiento al caminar se me metían entre las nalgas, quedando con ellas casi que completamente al descubierto, mientras le daba la espalda y lavaba los platos, claro esta que después no me atrevía a mirarlo a la cara.

A los pocos días me presento a su novia, era muy linda y amable, aunque desde la primera semana viviendo juntos, me pude dar cuenta que ella no era la única que compartía su cama, ya que llegaron otras "amigas" como él las llamaba, que gustosas lo complacían, especialmente por ser tan popular y estrella del equipo de la U, lo que hacia que casi todas las noches escuchaba los gritos de placer de sus amigas, esto hacia que me muriera de envidia y excitación, cosa que aplacaba masturbándome frenéticamente con el vibrador metido entre mis nalgas, al unísono de los gritos de placer de las chicas.

A la tercera semana, después de una noche de fiesta en el apto con una de sus chicas, me levante muy temprano con la idea de limpiar el apto y al pasar por su cuarto me di cuenta que tenia la puerta abierta, me acerque para cerrarla, no sin antes por pura curiosidad mirar en su interior y cual fue mi mayor sorpresa, al ver a Jan dormido solo (la chica tubo que haberse ido en la madrugada) en la cama y completamente desnudo, mis ojos se querían salir al ver por ves primera su enorme verga, negra y sin circuncidar, impresionándome su tamaño, era gruesa y larga (le llegaba casi hasta la mitad de sus muslos) y reposaba sobre sus muslos, en lo que parecía su estado flácido y junto a una igualmente grande bolsa de huevos, todo él era un semental de exposición; sin poder controlarme entre al cuarto y sin hacer ruido, me arrodille al borde de su cama, quedando su bello miembro a pocos centímetros de mi cara, estaba fascinado, nunca había visto algo igual en la realidad, temblando de miedo pero ganando mi excitación, me acerque hasta tocarle su verga con la punta de mi lengua, retirándome un poco para ver si lo había despertado y al no ver ninguna reacción de su parte, me animo mas, pasándole ahora mi lengua a todo lo largo, sintiendo en mi boca enseguida un fuerte pero delicioso sabor a sexo, cosa que más me entusiasmo a continuar y ya decidido a jugármela toda, continué lamiendo su miembro hasta que lo levante un poco con mis dedos y bajándole un poco el prepucio, me metí esa enorme cabeza negra entre los labios, el inmediatamente movió su cuerpo un poco, me retire enseguida con temor, pero al verlo volver a quedarse dormido, volví acogerle la verga que ya estaba cobrando vida, dejándome anonadado al verla crecer aun mas, me la volví a meter a la boca hasta el fondo, percatándome en ese momento de su gran grosor y tamaño, ya que a pesar que tenia mi boca abierta al máximo, apenas abarcaba la mitad de su miembro, eso me puso a temblar un poco, pero no me desanimo en absoluto, ya que comencé ahora a chuparsela con mas ahínco y devoción de la mejor manera que mi poca experiencia me permitía, mas que las chupadas que le daba a mi vibrador; estaba tan enloquecida en lo mío que me quede helada cuando sentí su mano acariciarme la cabeza, levante mis ojos para mirarlo, buscando su aceptación y con gran alivio no sentí ningún rechazo, por el contrario continuo acariciándome el pelo, mientras me preguntaba que si eso era lo que me gustaba y mirándolo a los ojos con su miembro todavía en mi boca, le asentí con mi cabeza y ya teniendo su aprobación, me volví como una perra en celo, lamiendo y chupando ese pené con tanta fuerza y dedicación como si fuera esta la ultima cosa que haría en mi vida; a estas alturas el ya la tenia completamente parada, la cabeza era grande, morada y con un tremendo agujero coronándola, fuera de mí, me ensañe con ella, chupandola con todas mis fuerzas y abriendo mi boca de vez en cuando para empujármela hasta el fondo de mi garganta, esto le causaba tanto placer que me agarro por la cabeza y me la empujaba al encuentro de verga, ya casi al final de venirse me empujaba aun mas fuerte, haciendo que me atragantara con ella hasta tal punto que por momentos sentí ahogarme, no pudiendo evitar las lagrimas en mis ojos, trate de controlarme y haciendo lo mejor posible trate de seguirle el ritmo, pero ya a punto de venirse y muy excitado, me empujo la cabeza con tanta fuerza al mismo tiempo que sus caderas hacían lo mismo hacia mi cara, que cuando finalmente se vino con copiosos gruesos chorros de semen que me inundaban mi boca, me atragante completamente, invadiéndome unas nauseas tan fuertes que pensé que no aguantaría, evitando entonces para mi gran pesar, tragarme todo su esperma, derramándose una parte en su estomago, pero decidido a satisfacerlo al máximo y pero aun debatiéndome todavía entre lagrimas y semen chorreándome por mis mejillas y boca, termine lamiendo y tragando el semen derramado, me pregunto entonces si me había hecho daño y esbozando una sonrisa le conteste que no, me volvió a acariciar la cabeza, mientras me decía que esa había sido una muy buena mamada, toda halagada me puse de pie y saliendo de su cuarto me fui a vestirme para ir a la U, esa mañana no me enjuagué la boca a propósito y para sentir por el resto del día el sabor algo salado de su semen en mi boca. Tan pronto termine mis clases me fui directamente al apto para estar con él, pero ya había salido con una de sus amigas.

A la mañana siguiente nos cruzamos saliendo yo de la ducha y él entrando al baño para bañarse después de trotar, esta vez no espero como siempre afuera a que yo terminara de secarme y salir del baño, sino que entrando se paro en medio del baño y se fue quitando su ropa hasta quedar en tanga, no pude evitar admirar por unos segundos su hermoso cuerpo moreno y musculoso, menos aun apartar la mirada del bulto descomunal debajo de su tanga, sintiéndome toda cohibida ante tanto cuerpo, trate de cubrirme y secarme lo mas pronto posible, sin decir nada, Jan se bajo la tanga y su enorme miembro negro quedo libre, en ese momento perdí toda la compostura y no pude volver a quitar mis ojos de semejante verga, ahora podía ver que ya estaba excitado, porque le colgaba bastante levantada, dándose cuenta de mi indecisión, se la agarro y se la levanto con una de sus manotas, mientras me decía que no había chicas que se resistiera a su encanto, no supe que contestarle, entonces para mi sorpresa me pidió que le mostrara mi cuerpo, no pudiendo negarme, me abrí la toalla y la deje caer al piso, quedando desnudo ante el, en ese momento sentí que mi miembro se empequeñeció aun mas, haciendo que me ruborizara completamente, sin quitarme la mirada, se empezó a masturbar ante mis ojos, su mano apenas abarcaba su descomunal verga; verlo masturbándose me puso tan caliente, que sentía que me daba vuelta la cabeza de excitación, todo mi cuerpo estaba invadido por un escalofrío que me hacia temblar como si tuviera frío, y fue cuando Jan me pidió que le masturbara, sin control camine hacia él, me arrodille, cerrando mis dedos a su alrededor, mis dedos apenas podían cerrarse por su grosor, le empuje el prepucio un poco hacia atrás y pude ver la cabezota púrpura con su gran ojo, empecé a masturbarlo, me fascinaba ver su cabezota aparecer y desaparecer y como de su agujero salía unas góticas de semen, sin esperar mas me agarro por la cabeza y me la empujo hacia su sexo, entonces con cierta urgencia me la metí en la boca, tenia un fuerte sabor agridulce por el sudor, pero no me importo, empecé a lamerla de arriba abajo, chupandole el tallo, mientras con la otra mano le agarraba sus grandes pelotas, hasta pasarle la lengua por ellas también, trate de abarcarlas a ambas en mi boca, pero tuve que conformarme con una a la vez, entonces él todo excitado me ordenaba, chupala toda mariconcito, disfruta de la verga de un hombre de verdad perrita caliente y otras cosas mas, que en vez de molestarme me ponían mas caliente; pasados unos minutos, me agarro por pelo y quitándome su verga de mi boca, me dijo que quería metermela, me puse de pie y casi susurrando le dije que su enorme miembro era demasiado grande para mí, que creía que no me iba a caber y me podría hacer daño, entonces me convido a que por lo menos lo intentáramos, diciendo que me volteara, sin voluntad alguna le obedecí enseguida, sintiéndome a su merced, estaba dispuesto a todo por complacerlo, rindiéndome completamente a sus caprichos; me animo mucho cuando clavo sus ojos en mis nalgas y pude ver en el espejo del baño, su cara llena de lujuria y satisfacción, dándome unas palmadas fuertes en el trasero, me comento que tenia unas buenas nalgas, todo halagado las empine un poco, arquee mi espalda y separando mis piernas al máximo, me abrí completamente de nalgas, ofreciéndoselas como un trofeo, mientras el no dejaba de acariciármelas con sus manos grandes, hasta sentir unos de sus gruesos dedos abrirse camino entre ellas hasta llegar al agujero de mi perdición, tratando de abrirse camino, huyéndole enseguida porque me hacia daño, entonces le dije que me esperara un minuto y fui a mi cuarto a buscar la vaselina, juntándole por todo su miembro y después hice lo mismo untándome abundantemente entre mis nalgas, temblando de miedo y excitación le di la espalda otra vez y agarrandome de los grifos del lavamanos me incline, volví a abrirme de nalgas lo mas que pude y mirándolo a los ojos a través del espejo, le pedí que por favor me metiera sus dedos primero, al instante sentí como una de sus manos me separaba las nalgas y como los dedos de la otra volvieron a introducirse entre mis nalgas, su dedo mas grueso encontró su destino y gracias a la vaselina, la resistencia inicial no fue impedimento para que ese dedo siguiera su camino hasta su final, enseguida el comenzó a metermelo y sacármelo repetidamente, entonces me metió su segundo dedo ya sin encontrar resistencia alguna, esto me relajo lo suficiente para no negarme cuando todavía temblando un poco, me pregunto de nuevo si ya podía metermela, entonces se coloco detrás de mí, entonces momentáneamente para facilitarle el camino, me separe las nalgas con las manos, abriéndolas al máximo y ofreciéndome completamente a él, guió con una mano su verga, sintiendo enseguida como esta se deslizo entre mis nalgas caliente y dura hasta llegar hasta las puertas de mi ano y empujo sus caderas abriéndose camino, inmediatamente no pude dejar de escapar un grito de dolor, huyéndole un poco pero me tenia bien sujetada por la cadera, le dije que me había dolido, el me prometió que me la metería mas despacio, pero me pidió que cambiáramos de postura, me puso de lado al mueble del lavamanos y me indico que subiera una de mis piernas sobre el, quedando yo con la rodilla y el resto de esa pierna subida en el mueble y la otra en el suelo, espernancado completamente, con mis nalgas abiertas al máximo, mientras trataba con una mano de agarrarme al lavamanos y la otra apoyada en la pared del fondo, él volvió a colocarse detrás de mí, entonces me ordeno que mirara al espejo como me hacia suya, en ese momento pude ver nuestros cuerpos completamente desnudos reflejados en el espejo, por un momento me olvide del dolor y en vez disfrute de placer al ver mi cuerpo blanco, mi espalda arqueada y mis nalgas levantadas y abiertas, en contraste con el bello cuerpo negro de Jan, sus fuertes brazos en mis caderas y su verga parada apuntándome hacia mi orificio goloso, sin darme mas tiempo, Jan me coloco su verga entre las nalgas y poco a poco empezó a empujar, instintivamente por el dolor yo trataba de huir, pero él me tenia bien agarrada y continuo presionando la punta de su enorme tranca sobre mi ano, hasta que este empezó a ceder, venciendo poco a poco la resistencia, hasta que la cabeza estuvo completamente dentro de mí, le pedí en medio de mi dolor que por favor se quedara quieto un ratito, afortunadamente me oyó, logrando de esta forma que mi esfínter se acomodara a semejante invasor, me la saco despacio y volvió enseguida a metermela pero esta vez no se detuvo, sino que siguió abriéndose camino lentamente pero sin parar, hasta que vi mas de la mitad de esa enorme verga negra desaparecer entre mis nalgas, me sentí en ese momento completamente vencida, llena y empalada, entonces gritando un poco y con lagrimas en los ojos, le pedí que no siguiera metiendomela mas adentro, para evitar seguir gritando, me toco meterme una toalla a la boca y mordiéndola con fuerza, ahogué mis alaridos por esa enorme verga que me taladraba, pero que también y de una forma inexplicable, me hacia gozar, provocándome un placer tan lujurioso, que ya no necesitaba que Jan me agarrara por las caderas, porque estaba como clavado donde me encontraba, afortunadamente el no siguió metiendomela, sino que comenzó a sacármela lentamente, por segundos me dio la impresión que semejante tranca no tenia fin y cuando me la saco casi toda, no pude dejar de sentir un vacío grande en mis entrañas, pero el no me dio tiempo a coger algo de fuerzas, ya que enseguida me la volvió a meter, esta vez más rápido y encontrando menos resistencia, lo que lo entusiasmó mucho porque a partir de ese momento comenzó a bombearme cada vez más rápido, mientras me decía que tenia en culo mas apretado y rico del mundo, a estas alturas el dolor era tan fuerte que no pude mas aguantar las lagrimas, mientras sofocaba los gritos con la toalla en la boca, pero para sorpresa mía, me di cuenta que mi pequeño pené que seguía igual de tamaño, inexplicablemente goteaba semen de placer, le mire la cara y supe que estaba a punto de venirse, se encontraba tan excitado que no le importo si me estaba haciendo daño y siguió taladrándome cada vez más rápido y fuerte hasta que a punto de venirse dentro de mí, sentí sus manos cerrarse fuertemente en mis caderas, me levanto del piso y perdiendo mi cuerpo todo punto de apoyo, quede completamente a su antojo, fue entonces cuando me la metió hasta final repetidamente mientras yo sollozaba, tratando de zafarme de sus brazos, pero todo esfuerzo fue en vano, para sorpresa mía y sin tocarme, me vine copiosamente, al mismo tiempo que él con una estocada final y todavía con mi cuerpo en sus brazos me inundo completamente con su leche caliente, después me bajo al piso, me la saco despacio, mis piernas estaban como gelatina y sentí enseguida que me empezó a salir de entre las nalgas y correr por mis piernas, un pequeño hilillo de semen y sangre, me seque lo mejor que pude, estaba completamente agotada, pero de una forma extraña satisfecha al mismo tiempo, después Jan se disculpo conmigo, preguntándome si me había hecho daño, le dije que si, pero que no se preocupara, nos metimos juntos a la ducha y muy dulcemente, me ayudo enjabonándome la espalda y nalgas, esto me conmovió tanto que lo abrasé, apoyando mi cabeza en su pecho, llenándoselo de besos, sorprendido por momentos no supo que hacer, hasta que me abrazo también, envolviéndome entre sus enormes brazos, en ese momento me sentí tan feliz y segura, que empinándome lo bese suavemente en los labios; salimos de la ducha y nos fuimos a vestir, al despedirnos le pregunte si cenásemos juntos esa noche, pero me dijo que no podía porque ya tenia un compromiso con su novia, en ese momento no pude evitar entristecerme, llegando a la conclusión que tenia que aceptar y resignarme a compartirlo también con sus amigas de turno por mucho que eso me molestara.

Durante todo el día en clases estaba tan adolorido en el trasero, que apenas podía sentarme de lado, pero por extraño que pareciera, era un dolor placentero, hasta cierto punto delicioso, recordándome todo el tiempo de lo que había ocurrido en la mañana, determinando en esos instantes, que haría hasta lo imposible para que esa verga fuera para mi sola, sin importar las consecuencias, porque ese hombre tenia que ser mío, comprendiendo inmediatamente el gran poder de atracción, fascinación y obsesión que tiene la verga de un hombre bien dotado y que hace que una mujer se deje hacer de todo con tal de retenerlo y complacerlo.

Esa noche lo espere toda la noche, pero para mi mayor desilusión no vino a dormir al apto, apenas pude verlo unos minutos cuando nos cruzamos en la puerta del edificio, entonces le pedí que necesitaba verlo esa noche, que le tenia una sorpresa.

Estuve toda la tarde arreglando el apto, lo llene de velas, compre un rico vino, también comida china que tanto le gustaba y preparándome para recibirlo, me bañe con jabones olorosos, me afeite los pelos alrededor de mí pené, me eche un perfume delicioso y me vestí con un Baby Doll negra toda trasparente y de encajes que dejaba mis nalgas al aire libre, este tenia un sostén divino, que lo rellene con algodón para darle forma, el hilo dental que pertenecía el Baby Doll era mínimo y con encajes en la parte de adelante y que me quedaba tan apretado que disimulaban por completo mi pipisito, me puse el ligero en la cintura que me sujetaba las medias negras veladas en los muslos y con un par de zapatos de tacón alto divinos, después me maquille suavemente, me puse un pintalabios de un rojo precioso, me peine y me deje suelto el pelo; faltando media hora para que llegara Jan y queriendo prevenir que me volviera a romper el culo con su enorme cosota, me unte de vaselina entre las nalgas e introduciéndome el vibrador hasta el final, me lo deje adentro todo el tiempo, de esta manera mi recto estaría mas relajado y agrandado para recibir ese pedazo de carne que tanto me enloquecía, sacándomelo solamente minutos antes que llegara Jan.

Al rato sonó el timbre de la puerta, me apresure abrirle, recibiéndole con un beso en los labios y cuando me vio, pude ver su cara llena de asombro y admiración, me halago muchísimo y hasta me hizo dar la media vuelta, silbando de complacencia, llevándolo de la mano al sofá, le pedí que me dejara atenderlo, nos sentándonos, le ofrecí una copa de vino que ya tenia servida y brindamos por nosotros, no habían pasado ni cinco minutos y ya estábamos acariciándonos, entonces me arrodille entre sus piernas y abriéndole el pantalón se los quite, dejándolo solo en la tanga, inmediatamente baje mi cabeza entre sus piernas, besándole su hermosa verga por encima de la tela, hasta que el bulto se puso descomunal, le metí la mano por debajo y se la saque, saltando ante mis ojos, estaba enorme, sin esperar mas y llena de excitación me la metí en la boca de un tirón, estaba caliente, deliciosa, después le pase la lengua a todo lo largo y empecé a masturbarlo con mis labios, gimiendo de placer, le unte vaselina en su verga, entonces me subí encima del sofá y arrodillándome en medio de el, coloque mis piernas a cada lado de sus caderas, quedando mis nalgas precisamente sobre su miembro erecto, queriendo de esta manera controlar mejor la profundidad de cada estocada, seguidamente con una mano le cogí la verga y me la coloque en las puertas de mi ano y dejándome caer un poco, me fui introduciendo la cabeza de su enorme miembro entre las nalgas, al mismo tiempo que él me agarraba por el trasero y agarrandome por las nalgas, me las guiaba también hacia su cetro y a pesar de tener ya agrandado mi ano, no pude evitar sentir un dolor intenso, pero muy resuelta y completamente excitada me incline sobre él y lo bese en los labios, al tiempo que le decía por vez primera, que lo amaba, el no me contesto, pero yo seguí abrazándolo, mientras que poco a poco continué bajando mis nalgas alrededor de su tronco, hasta que me sentí toda llena en mi interior, él trato de bajarme aun mas, pero le rogué que todavía no podía metermela toda y comencé entonces a levantarme lentamente, hasta que sentí casi toda su miembro afuera, volviendo a metermela otra vez, todavía con dolor, entonces comencé a cabalgarlo, con cada nueva bajada me la metía cada vez mas adentro, al mismo tiempo que él levantaba sus caderas al encuentro de mis nalgas, hasta que sorprendida de la capacidad de mi culo, llegue a tocarle sus muslos con mis nalgas, en ese momento me quede quieta por un momento, disfrutando a pesar del dolor, de tenerla toda adentro, besándolo otra vez, entonces él todo excitado, me sujeto por las nalgas y todavía con su verga toda metida entre mis nalgas, se levanto del sofá y me llevo cargada hasta le mesa del comedor y acostándome sobre ella, me puso las piernas sobre sus hombros y me jalo hasta el borde de la mesa, dejando mis nalgas fuera de ella, quede apoyada solamente sobre mis hombros e inmediatamente me la empezó a meter y sacar con fuerza, mientras me sujetaba fuertemente las piernas e imposibilitando cualquier tentativa mía por para evitar que me la metiera hasta el fondo, quede otra vez a su completo control, entonces se me escaparon unos gritos que no podía definir si fueran solo de dolor, esto lo entusiasmó mas, metiendomela mas fuerte hasta que sus caderas chocaban con mis nalgas, en ese momento me abandone a él y agarrandome mi miembro me empecé a masturbar desesperadamente, esto me llevo a tal grado de placer, que llego el momento que trate a seguirle el ritmo a sus embestidas, empujando mis nalgas al encuentro con su verga, mientras le decía, papito no pares, rómpeme, metemela como té de la gana, soy tuya, soy tu puta, descompuesta de placer completamente y el también todo excitado, me abrió entonces completamente las piernas, me entrelazo con sus brazos alrededor de mis piernas en la postura del pollo, me volvió a inmovilizar a su antojo y lujuria, dándome estocadas largas y profundas, estrellando sus caderas fuertemente en mis nalgas, con unos golpes secos que me estremecía toda y a punto de venirse me decía, te duele verdad, pero eres tan perra que te gusta como te estoy rompiendo el culo, soy tu dueño, a lo que yo respondía lleno de pasión, si, si, papito, hazme lo que quieres, soy tuya, lléname con tu caliente leche, damela toda, al mismo tiempo que me venia como en oleadas interminables, al mismo tiempo que él me la metía frenéticamente hasta derramarse completamente dentro de mí, después todo exhausto me la saco y me ordeno que le limpiara la verga, corrí como pude al baño y regrese con una toalla mojada, limpiándole su miembro con el mayor esmero y cuidado, cuando termine y dándome una nalgada bien fuerte, me mando a que me lavara entre las nalgas porque él todavía no había terminado conmigo. Esa noche ya bastante borracho, volvió a cojerme antes de acostarnos, me mando a que me pusiera en cuatro al borde de la cama, me separo las piernas con rudeza, hasta que mis nalgas estuvieron abiertas completamente, revelando mi agujero adolorido pero todavía hambriento y agarrandome otra vez fuertemente por las caderas, y sin ningún aviso me la metió de un empellón, haciéndome ver estrellas y sin importarle para nada mi dolor, me empezó a bombear con rudeza, yo apenas podía sostenerme sobre la cama, estrellando con una tremenda fuerza sus caderas contra mis indefensas nalgas, mientras me decía, te voy a cojer tan duro que te voy a enseñar quien es tu papa y vas a volver a pedirme mas perrita, a estas alturas ya yo no tenia fuerzas para resistirme, entonces me abandone, pasados unos minutos y viendo que no sé venia, metí mi mano por debajo y agarrandole sus pelotas lo mejor que pude, se las empecé a acariciar, enseguida sentí que aceleraba sus embestidas hasta que casi sacárme de la cama, se corrió dentro de mí, después me tiro sobre la cama, las piernas me temblaban, pero como pude volví a limpiarle su verga, después como pude me bañe, estaba tan adolorido que no podía lavarme entre las nalga sin sentir dolor, su vergota me había desflorado el culo, me puse otra Baby doll y me acosté a su lado, el ya esta profundo.

A la mañana siguiente le prepare su desayuno y volví a la cama a dormir después que se hubiera ido, le parecía chistoso verme caminar con las piernas abiertas y hasta me llego a decir que eso me pasaba por meterme con vergas de verdad.

Con el pasar de las semanas, no hacia otra cosa que vivir para él, de una manera perversa yo disfrutaba cada minuto de nuestra vida, me acuerdo por ejemplo lo feliz que me puse cuando me ordeno que mientras estuviera en la casa, siempre tenia que estar arreglada y con las las Baby doll puestas, pero sin nada que me cubriera las nalgas, de manera que le daba la entera libertad para cojerme en cualquier momento y lugar, me tenia como su puta, pero no me importaba, estaba encoñada con su verga grande y hermosa y cada vez que me la metía yo me olvidaba de su manera ruda de tratarme, y esto podía ocurrir en cualquier momento, le gustaba que cocinara con un delantal mínimo y sin nada abajo, momentos que yo aprovechaba para provocarlo todo el tiempo con posturas mientras cocinaba y era casi seguro que cada vez que me veía de espalda mientras lavaba platos, se me acercaba por detrás y abriéndome las nalgas con las manos, me cogía allí mismo, desde esos días me mantenía siempre bien lubricada entre las nalgas, ya que en cualquier momento del día y la noche me encontraba en cuatro, con la cabeza enterrada en el sofá, mis nalgas levantadas y su miembro en mi culo, afortunadamente de tanto cojerme mi ano se acostumbro a semejante invasor, conservando su estreches pero se dilataba generosamente sin mucho dolor, hasta llegue a comprar un ungüento que me anestesiaba un poco mi agujerito sediento y que me untaba cuando lo tenia muy adolorido si me cogía varias veces en un mismo día.

Con el correr el tiempo y después de sincerarnos mutuamente, me dijo que aun llegara a quererme un buen día, nunca podría vivir abiertamente conmigo en las actuales circunstancias, ya que el no podría soportar que lo tacharan de gay, fue entonces cuando logre entender porque me trataba tan rudamente y es porque no puede admitirse a si mismo que le pueda gustar otro hombre, menos admitir lo mucho que disfruta cojiendome por las nalgas, tenia un miedo inmenso a enamorarse de mi, porque él se siente y se ve a si mismo como un macho y ni hablar si alguien se llegara a enterar de lo nuestro, por eso nunca mas volvimos a salir juntos, tenia pavor que si lo veían conmigo en la calle pensaran que fuera gay, es cierto que desde que llegue a Holanda he sido mas abierto a mi homosexualidad y seguro me veo muy femenina ante los ojos de los demás, incluso me visto bastante gay, pero aclaro que no soy amanerado.

Por esos mismos conflictos internos, siempre que se quedaba alguna chica en el apto, apenas me determinaba y cuando se la cogía en su cuarto la ponía a gritar de placer para que se oyera por todo el piso y disfrutaba también verme toda celosa de ellas, a mi todas estas cosas me dolían muchísimo.

Fue por ese tiempo fue cuando empecé a pensar muy seriamente que si quería mantenerlo a mi lado por el resto de mi vida, tenia que hacer algo al respecto de mi persona que tendría que ser drástico, entonces llegue a la conclusión que la única opción era convirtiéndome en un she-male (pero conservaria mi pené).

Llena de miedo me fui donde un cirujano plástico y le conté de mi situación y mis planes, después de ponerme al tanto de las consecuencias que tendría que afrontar a raíz de los cambios que tenia que hacer a mi personalidad, me tranquilizo saber que mientras no me cambiara de sexo, las operaciones restantes no implicaban ningún riesgo o complicación para mi salud y en solo cinco meses seria una mujer, entonces acordamos que primero tendría que empezar por inyectarme hormonas por dos meses, de manera que mi cuerpo perdiera masa muscular, desarrollando un cuerpo mas delicado y con típicos rasgos femeninos, después tendría que someterme a dos operaciones, que eran ponerme implantes en los senos, cadera y nalgas, también quitarme con láser todo bello corporal, engrosarme los labios y por ultimo debería cambiarme de nombre; sin querer pensarlo mas le pedi que comenzaramos el tratamiento enseguida, entonces me puso la primera inyección de hormonas alli mismo y me dio la receta para comprar las demas.

Cuando salí de su consultorio, sentí como si me hubiera quitado un peso de encima, por fin estaba haciendo algo que me liberaría completamente, realizando un sueño y una faceta de mi personalidad, como seria ser vista y tratada como una mujer.

Decidí entonces no decirle nada a Jan, quería sorprenderlo y continué con nuestra vida como si nada estuviera pasando, después de los dos primeros meses inyectándome empecé a ver y sentir cambios en mi cuerpo que yo solo podía notar, mi piel se puso más suave, mi voz se agudizo, mi cuerpo se estilizo y para mi dicha más grande, me empezaron a salir senos con pezones como de colegiala de trece años, estaba feliz. Unos días antes que me operara, me cambie mi nombre a Danielle y con este paso me acercaba cada día mas a cumplir mi sueño.

Se acerco la fecha para la operación, le invente a Jan la excusa que me tocaba viajar para haber a mi familia y muerta de miedo me fui a la clínica, cuando me desperté de la anestesia el doctor me dijo que todo había resultado un excito y que después de unas semanas de recuperación quedaría convertido en toda una bella mujer, le pedí entonces que no deseaba verme ante un espejo sino hasta que todo hubiera terminado y estuviera completamente restablecida, el dolor que vino después que se me fue la anestesia fue insoportable, pareciera que un tren me hubiera pasado por encima, tenia todo el cuerpo morado y no podía verme llena de hematomas y vendajes sin ponerme a llorar, agregándole que también me sentía sola y desamparada, pasadas dos semanas y todavía bastante magullada, me quitaron los puntos y pude empezar a ver los cambios, sintiéndome horroroza, afortunadamente él medico muy gentilmente me consolaba diciéndome que todo estaba bien y sanando correctamente.

Lo único que alegro y lleno mis días de felicidad allí, era cuando llamaba a Jan por teléfono y me decía que le hacia falta y que volviera rápido, que las cosas no eran lo mismo sin mí a su alrededor, entonces pensaba que todo el sacrificio que estaba pasando valía la pena y el sufrimiento.

Por fin llego el día que me quitaron los vendajes y por primera vez después de la operación, vi mi cuerpo desnudo reflejado en un cuarto lleno de espejos, mi asombre tanto de mis cambios que no alcance a decir nada, tenia mi cuerpo transformado completamente, quede maravillado cuando me toque mis nuevos senos, eran grandes y pesados y no alcanzaba a cubrirlos con mis manos, tenia unos pezones redondos y perfectos, pero lo que mas me impresiono fue ver y tocarme mis caderas, que salían de una cintura que parecía de avispa perfectamente marcada, cadera que antes era recta y delgada, ahora la tenia ancha y generosa, lo que hacia que mi pené se viera aun mas pequeñito e insignificante, pero lo que vi en el espejo a continuación si me dejo completamente atónita, las nalgas las tenia ahora enormes, aunque perfectamente redondas y levantadas, pensé que tal vez eran demasiado grandes, estas salían de mis caderas, con la forma de un corazón invertido y como adivinando mis pensamientos, él medico rápidamente me aseguro que se veían más grandes ahora porque todavía las tenia inflamadas, seguidamente me tomo las medidas de mis senos, cintura y caderas, diciendo que tenia casi mediadas de reina, 92-61-94, saber esto me puso tan feliz, que no pudiendo aguantarme, lo abrasé, dándole las gracias, sollozando de felicidad.

Me dieron de alta y me fui a quedar a un hotel mientras me restablecía completamente, los primeros días no me atreví a salir de mi cuarto, completamente insegura de mi nueva apariencia, hasta que la necesidad de ropa me obligo a salir y una mañana todavía hecha un mar de nervios, me llene de valor y me aventure a salir, todo el trayecto desde que salí del cuarto hasta llegar a las tiendas lo hice sin atreverme a mirar a nadie a la cara, pensando que enseguida se darían cuenta que era un hombre, tan pronto llegue a la tienda fui recibida por una chica bellísima y atenta y que adivino mi gusto al instante, sugiriéndome ropa muy linda y sensual, me volví como loca comprando de todo, empezando por ropa interior bien sensual, en ese momento mi primer sueño se hizo realidad, por primera vez mis senos llenaron unas copas de sostén talla C, la chica que me atendía no podía entender del porque de mi regocijo, me compre un montón de lencería toda sexy, cortita y provocativa, todo se me veía divino, después me estuve probando falditas, pantaloncitos cortos, vestidos escotados y que apenas me cubrían las piernas, blusas pegatitas y que resaltaban mis nuevas tetas, después me fui a un salón de belleza y pedí que me peinaran y me enseñaran a maquillarme, cuando termine estaba guapísima y toda emocionada me fui al hotel, llame a Jan y lo cite al bar del hotel.

Me vestí con un vestido todo escotado, cortito y que dejaba al descubierto mi espalda, baje al bar y muerta de nervios me senté a esperarlo, enseguida sentí como los hombres me seguían con la mirada y se me acercaron a invitarme a tomar algo, muy halagada les dije que no; Jan llega diez minutos mas tarde y buscándome con la mirada me vio pero no me reconoció, muy feliz y temblando le hice señas con la mano, mientras se me acercaba veía que sus ojos y boca sé abrían de asombro, sin saber si abrazarme o darme la mano, se sentó a mi lado y todavía anonadado, alcanzo a preguntarme, Daniel que te haz hecho, sonriendo le conteste, ahora me llamo Danielle, entonces mil preguntas salieron de su boca, sin responderle le pregunte si le gustaba mi nueva personalidad, todavía asombrado me contesto que estaba hermosa, eso me basto y besándolo en los labios le dije, esto lo hice para ti y a continuación le conté de mi transformación, nos tomamos unos tragos y al final todo apurado y no pudiéndose aguantar mas, me sugirió que subiéramos a mi habitación y lo primero que me pedio, muerto de curiosidad fue que me quitara la ropa, lo hice muy despacio, toda coqueta y cuando me vio desnuda, sus ojos se llenaron de deseo y lujuria, sin poder controlarse se abalanzo sobre mi, me agarro los senos acariciándolos, lamiéndolos, chupandome los pezones, bajo sus manos hasta mis caderas, me dio media vuelta y tocando mis nalgas, me lleno de halagos y cumplidos, yo sin poder aguantarme mas, me arrodillé y con desesperación le baje su pantalón y tanga y sin esperar nada me metí su miembro en la boca, sintiéndolo grande y erecto de excitación, chupandolo con ahínco y placer, metiendomelo todo lo que podía en la boca, masturbándolo al mismo tiempo, mientras le decía lo mucho que me había hecho falta, entonces toda caliente y fuera de control, corrí al baño, me unte la crema indolora especial para penetración anal y me acosté boca arriba sobre la cama muerta de deseo, levante las piernas y agarrandomelas con las manos, me abrí las nalgas al máximo como una mujer, al mismo tiempo que le suplicaba, hazme tuya, metemela toda por favor, él también todo excitado, apresuradamente se subió a la cama, me agarro por las piernas y colocándomelas sobre sus hombros, me levanto las nalgas y dirigiendo su enorme verga entre ellas, me la empezó a meter despacio encontrando cierta resistencia al principio, pero que gracias a la crema no sentí dolor alguno, pero tan pronto entro la cabeza de su miembro en mi esfínter, se fue deslizando toda poco a poco, llenándome, hasta que sus caderas chocaron con mis nalgas, llena de lujuria le agarre sus muslos y le pedí que me dejara gozar un momento con toda ella adentro, momento que aprovechó él para tocarme los senos, agarandomelos con cierta fuerza, después me la empezó a sacar lentamente hasta el final, volviéndomela a meter con mas prisa y determinación, yo loca de placer le suplicaba que no parara, que me la metiera duro, que hiciera conmigo lo que quisiera, entusiasmado me la metía y sacaba cada vez mas de prisa, mientras yo gemía de placer, al cabo de unos minutos, me ordeno que cambiáramos de postura y que me pusiera en cuatro, obedientemente y llena de lujuria abrí mis piernas al máximo y le ofrecí y expuse mis grandes nalgas con deseo, entonces se coloco entre mis piernas y agarrandome las nalgas con fuerza, me dio unas buenas nalgadas, sin poder contenerme mas entonces empuje mis nalgas con determinación buscando su verga, sintiendo enseguida como su miembro se abría paso entre mis nalgas ya sin ninguna resistencia, entonces pidiéndole que no se moviera, continué empujando mis nalgas hacia su verga hasta chocar contra sus caderas, en ese momento me las acaricio diciéndome, que ahora si tenia unas nalgas de hembra, entusiasmado empecé a mover mi cadera, sacándome y metiendome su cetro con furia y desesperación, de pronto sentí su mano que me agarro el pené y empezó a masturbarme, muerta de lujuria entonces comencé a empujar mis nalgas con fuerza al encuentro de su verga y al sacármela sentía su mano que me masturbaba frenéticamente, al cabo de unos minutos nos vinimos juntos, yo me derrame en su mano mientras él me inundaba completamente por dentro con su esperma con un torrente fuerte y caliente, terminamos después los dos agotados y abrazados jurándonos amor eterno, aprovechando ese bello momento le propuse que nos fuéramos a vivir a otra cuidad donde no nos conocieran y en donde podríamos vivir como pareja.

Al cabo de una semana ya estábamos mudados y viviendo juntos como hombre y mujer en una ciudad que nos recibió sin miramientos, atrás quedaron los conflictos.