DESEOS PROHIBIDOS (incluye película)
RESUMEN Dos hermanas adolescentes llevan tiempo larvando una atraccion mutua que estalla en circunstancias poco favorables, pero con sorpresa inesperada. Comedia familiar para mentes abiertas y con sentido del humor. Se incluye enlace para verla en película de animación
Viernes de junio. Son las 7 de la tarde. Último día de clase en el instituto Dieguito Maradona de la ciudad autónoma de Villalobitos. Las hermanas Eugenie y Coral Parr vuelven a casa. La noche del día siguiente hay una fiesta de confraternización final de curso de profes y alumnos en la playa, manera eufemística de denominar un macrobotellón.
—vaya juerga nos vamos a montar después de la playa Ugy.
—dónde vais?
—a casa de Alex. Sus padres están fuera. Iremos Alex, Javi, Amanda, que no lo tiene muy claro, y yo.
—jo Cory, y si no va Amanda? Tú con los dos? Qué jodia.
—si, ji ji. Menage a trois. Y tú, qué?
—no lo se. La Sta Rotermeyer va a ir la fiesta y últimamente me hace mucho el ojito. Es más bollera que yo, y esta un rato buena. La vi ayer en las duchas. Estaba desnuda y me quedé mirando. Sabes qué hizo? Tocarse el coño y chuparse el dedo. Ya veremos si va en serio.
—por si acá no te hagas ilusiones Ugy. Como a mami le de por irse otra vez con la tía la hemos jodido.
—ay no por favor, no.
Más tarde, en la cocina, las dos hijas discuten con Maggie, su madre, embarazada de seis meses. Los ánimos están caldeados.
—pero mamá, es la fiesta fin de curso. Las últimas semanas nos hemos quedado sin chistar, pero esta no por favor.
—y no puede venir la tía? Porfa mami, no nos hagas esto.
—Ugy lo siento. La tía no levanta cabeza de su depresión. No está para conducir ni para salir de casa. No lo comprendéis?
Cory, mucho más temperamental que su hermana mayor, saltó como una pantera.
—y pasa algo si tú no vas un fin de semana? uno, solo uno, y te quedas en casa?
—eres una egoísta Cory. Solo piensas en ti. La tía está enferma, y lo sabes muy bien. No quiero dejarla sola. Y la casa no puede quedarse vacía.
—y si dejamos la casa sola por unas horas, tampoco se acaba el mundo joder.
—Cory! Malhablada! Cada día te pareces más a tu padre!
—Hablas de mi padre. Pues sí que te viene bien mi padre para que te pegue un polvo cuando te dan las ganas.
La airada respuesta de Coral indignó a Maggie y le dio una bofetada.
—eres, eres... fuera de mi vista!
La discusión termina como el rosario de la Aurora. Cory se encierra en su habitación. Maggie se desahoga con Ugy, mucho más dócil que su hermana mayor.
—ay Ugy, ya no se lo que hacer con Cory. Me falta al respeto continuamente.
—no le hagas caso mamá. Ella es muy temperamental, pero te adora.
—no lo sé; tú si que eres como yo. Y tan guapa. Bueno, voy a hacer el equipaje.
Al día siguiente bien de mañana, Maggie sube al taxi que la llevará a la estación. Eugenie sale a despedirse de su madre.
—cuida de Cory, por favor. La veo muy descentrada.
—Mamá, pero si es ella la que me cuida a mí. Pero no te preocupes. Lo haré
—adiós mamá, recuerdos a la tía.
Son las cuatro de la tarde. Las hermanas están sentadas en el sofá, viendo la tele.
—me torrooooo
—joder, qué calor hace hoy. Me voy a quitar la camiseta.
Ugy se queda en sujetador. Cory la mira de reojo. Y es que su hermana pequeña tiene un busto envidiable, unos pechos proporcionados con una espléndida regata.
—Ugy, vaya par de tetas para quince años. Si yo tuviera dos lolas así me follaba a todo el claustro.
—desde cuando te fijas en mis tetas Cory? La lesbiana soy yo no?
—desde siempre, pero no había tenido ocasión de decirlo. Oye, me dejas tocarlas?
—vete a cagar Cory. No te burles de mi, joder.
—vale, no te enfades.... dónde vas?
—arriba, a darme una ducha.
Ugy se mete en la ducha, más para aliviar su libido que por el calor. Mientras el agua tibia corre por su cuerpo su mente se dispara:
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Y es que la sola insinuación de su hermana mayor, por nimia que sea, provoca en ella una reacción en cadena: Ugy la desea mucho más allá de lo prudente, y teme ser descubierta.
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Mientras estos morbosos pensamientos torturan a Ugy, Cory, todavia en el salón, es atacada por un deseo recurrente.
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Y es que la hermana mayor desea secretamente a su hermana pequeña. Lo que empezó casi como un juego al ver como en el último año Ugy se transformaba, se ha convertido en una obsesión. Cory tiene que hacer esfuerzos sobrehumanos para que no se entere su hermana. No olvida que sus inclinaciones lésbicas agravarían el conflicto. Lo que no puede imaginar ni de lejos es que esa atracción es mutua. Ambas hermanas en este preciso instante están siendo atacadas por un infernal deseo.
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A su vez Cory...
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Sumida en estos oscuros pensamientos, sudando por el calor y el deseo, era lógico que un ser tan pasional e irreflexivo como Cory decidiera saltarse todas las convenciones y reservas. Ebria de lujuria, decide subir a enfrentarse a su impuro destino.
Cory llama a la puerta del baño.
—Ugy? Puedo pasar?
—claro, pasa.
—oye, quieres que te haga un masajito?
Al oír esas palabras, Ugy casi se cae. Su carácter racional y su templanza han sido puestos a prueba demasiadas veces, pero nunca en las tórridas condiciones en que se encuentra.
—vale. Espera y vamos a mi cuarto.
—no, aquí va bien. Te importa?
El deseo de ver a Ugy desnuda es irrefrenable. No quiere perder esa oportunidad. Sabe que como ha ocurrido otras veces, su recatada hermana se pondrá un dos piezas deportivo si lo hace en su habitación. Ni por asomo imagina que ella lo hace para que sus pezones y su coño la delaten. Ugy no tiene fuerzas para negarse.
—vale.
La suerte está echada.
—Cuanto tiempo hacía que no te veía desnuda.
—huy, sí. Como tenemos desde siempre habitaciones propias
—Y ropa, y cuarto de baño. Porqué la mami nos ha tenido tan alejadas?
—no sé, pero hubiera estado guay compartir habitación.
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—oye Cory, una pregunta que te quiero hacer desde siempre: porqué no te depilas?
—las axilas dices.
—si
—no sé, me gustan así.
—y a mí. Me parece muy sexy.
—y entonces tú porqué no te las dejas?
—porque a las tías les parece muy de macho. Las espantaría. Oye Cory, hoy estás inspirada. Mmmm....
—ah sí, que bien.
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—oye Ugy... Cuando ves a una chica... ¿qué es lo que más te pone?
—la cara, siempre. Y otra cosa... no te lo creerás... La barriguita.
—la tripita?
—si. ¿Te cuento un secreto? Las embarazadas me ponen a mil. No lo puedo evitar.
—te has... Joder, qué digo.
—si he follado con alguna? Nooo, y no por falta de ganas.
—Jolín tía. Eso es mucho vicio. Yo tengo pancita pero...
—a mi me encanta tu barriguita, de verdad. Así suavecita. Bueno, lo que veo cuando llevas bikini.
—Si la mami me dejara yo me haría un tatoo en ella. Ya sabes, señalando hacia... Ahi, ji ji.
Esa conversación deja KO a Ugy, que está haciendo esfuerzos sobrehumanos para no saltar sobre Cory.
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—Cory, déjalo ya, muchas gracias.
—pero... Si no he terminado. Donde vas?
—voy a mi habitación.
La decepción de Cory es inmensa. No se lo esperaba. No es que albergara esperanzas pero esa brusquedad la ha descolorado. Mientras tanto Ugy se tumba en su cama acariciando sus pechos erectos con una mano, y hunde la otra entre sus labios mientras visualiza a su hermana desnuda.
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Sus dedos juguetean con sus huecos y su clitoris que ha aumentado considerablemente su tamaño y dureza. Sus mente no cesa de visualizar a su hermana que la besa, que la acaricia, que la soba y... Se corre entre espasmos.
Pero Cory no acaba de comprender y decide seguir a su hermana a su habitación a preguntarle qué le pasa. La puerta está abierta. Entra y...
—Ugy, estás bien? Ah, estabas... Perdona, ya me voy.
Esta se incorpora rápidamente y se sienta frente a su hermana.
—no, no te vayas. Preguntas como estoy? Te lo diré: jodidamente mal... ya no puedo disimular más. Cada vez que te veo me sangra el coño... cada vez que me tocas me excito hasta la locura
—Y ya sé que eres mi hermana y que no está bien, pero es lo que siento. Por mucho que me masturbo no se me pasan las ganas de comerte viva... y ahora ya sabes lo que me pasa
—Qué haces?
—Ya lo ves, desnudarme
Cory se sienta junto a Ugy en la cama.
—Cory, pero...
—oye Ugy, tengo ilusión de que hagas una cosa
—el qué?
—que me beses la axila.
—si lo hago me derretiré.
—yo ya estoy derretida Ugy.
Se sientan en la cama. Cory levanta el brazo ofreciendo su axila derecha a su hermana, que la besa y la lame. Cory gime mientras lo hace.
—ohhhhh Cory, que gustosa y sudadita está.
Es el pistoletazo. Las dos chicas se entregan al sexo de forma apasionada. Han traspasado la barrera, dejando atrás convenciones y tabúes. La fuerza de la pasión ha desbordado lo prohibido. Dos horas más tarde hacen manitas mientras platican sobre lo ocurrido.
—qué vamos a hacer ahora?— se pregunta la sensata Eugenie.
—que qué vamos a hacer? Disfrutar como locas. Eso vamos a hacer.
—pero... Pero está mal... o no?
—y a mí qué coño me importa que esté mal. ¿Te importa a ti?
—para nada. Oye Cory, compramos por internet un arnés para que me folles?
—joder que buena idea. ¿Me dejaras hacértelo por el culo?
—lo que tu quieras Cory. Me dejaré hacer lo que quieras.
—Compraremos unas esposas y te ataré.
—oh, sí, siiiii... Y me castigaras si me porto mal?
—por supuesto.
—te quierooooo
Y vuelven a enroscarse en un aquelarre de pasión lésbica.
Mientras esas dos disfrutaban de lo lindo, Maggie y su hermana Helen hacían el viaje de vuelta con el coche de la segunda.
—qué bien que hayamos tomado esta decisión. Total un fin de semana no pasa nada, y me encuentro mucho mejor.
—tenían tanta ilusión. Menuda sorpresa se llevaran.
Llegan a la casa y bajan del coche.
—deben estar en sus cuartos durmiendo la siesta. Voy a subir. Vienes?
—Si, voy. Tengo muchas ganas de verlas.
Maggie va directa a la habitación de Eugenie, y...
—pero...
—qué hacéis? Oh, Dios mío. Será posible? mis dos hijas... Encamadas, como perras!!... qué hago ahora con vosotras, decidme
—Hagas lo que hagas no puedes evitar que nos deseemos. Verdad Cory?
—Verdad. Yo quiero a Ugy y ella me quiere a mí.
Helen, que andaba dos pasos tras su hermana, y se había quedado en la entrada del cuarto, decide intervenir.
—ya lo has oído Mag. ¿Lo tienes claro? Nada. No vas a hacer nada
—hola tía— dicen las dos
—hola sobrinas
—dime Maggie, ¿Qué han hecho ellas que no hayamos hecho tú y yo? porqué quieres negarles a ellas algo de lo que tú has gozado... y sigues gozando?... A ver, porqué? Cuantos fines de semana venimos haciendo lo que han hecho ellas?
—Helen, no es lo mismo. Nosotras hemos fracasado en nuestras vidas...ellas todavía no han empezado a vivir, ellas...
—mamá, es cierto? ¿Y qué sabes tú de nuestras vidas? De mi vida...
—quiero a Ugy, y ella a mí. Nos deseamos, como la tía y tú. Qué hay de malo en ello?
—pero hijas, dentro de un año, dos... ¿Qué pasará?...y si os enamoráis? Y si buscáis otra cosa? seréis unas desgraciadas... la tía y yo hemos sufrido mucho en nuestros matrimonios... Y hemos buscado consuelo la una con la otra. Díselo tú Helen.
—qué quieres que les diga Mag? Que nos hemos acostado desde siempre?.. qué edad tenias tú cuando te metiste en mi cama por primera vez?... eras mucho más mayor que Cory? Y que después de casarnos, cuando todavía iban bien las cosas, no seguíamos haciéndolo? Porqué niegas los designios de la madre naturaleza, porqué?
—tía Helen, gracias.
—de nada cielo. Qué vas a decir Mag? Es que vas a negar ahora nuestro amor?
—oh Helen, es que...
—te parece lo nuestro sucio? Sórdido? Era y es hermoso. Cory y Ugy son como nosotras. Déjalas gozar como hacemos tú y yo
—si, si si. Tienes toda la razón. Hijas mías, tenéis mi bendición.
—además, con cuatro aumentan las variantes, no? Sobrina mayor, estás para comerte.
—pues cómeme tía, no te prives.
—mami, sabes que me ponen muchísimo las preñaditas?
—pues ponme hija mia, ponme...
Contra lo pronosticado por la mami, Ugy y Cory fueron felices y comieron muchas perdices, y otras cosas claro. Previendo el futuro se sometieron a la fecundación in vitro y dieron luz a dos preciosas niñas. Y es que la familia que folla unida, permanece unida.
Enlace para ver la película:
http://youtu.be/Je8h6qi5trU