Deseos de mi soledad

lo que ellos me dan... lo que ellas me dan y lo que yo me doy en mis noches de deseos en soledad.

Deseos de mi soledad

La vida me ha hecho experimentar lo divino del sexo

Lo divino que te dan los hombres

Lo divino que te dan las mujeres

Lo divino que yo misma puedo darme

Aquellos deseos de mi soledad donde no encuentro lo que otros me dan

¿Puedo encontrar más o puedo no encontrar?

En la soledad a veces mis deseos aumentan más, mis mente viaja a los recuerdos con ellos, con ellas y mis líquidos aumentas su fluidez, es fácil percibir el aroma de los mismos, pues es cuando mis deseos en la soledad comienzan a latir, tum tum con un compás con ansias.

Mis manos corren a sus auxilios a sentir las palpitaciones, agitar sus deseos a calmar las ganas, una y otra vez con desespero con violencia, con morbo, con satisfacción.

Mi mano logra arquear mi cuerpo, pues estos deseos de mi soledad invaden mi ser me ciegan, me enmudecen, me perturban, me masturban, mi voz como dolorosa yo misma escucho y me incitan a gritar pues mi soledad así lo piden, así lo exige, y grito y gimo y no paro de gemir, mis manos empapadas de fluidos, tocan aquel punto que a nosotras las mujeres nos agua la boca y nos gusta que solo allí, allí nos den una y otra y otra y otra vez, sin para

Inconcientemente mis movimientos se alteran y se pronuncian más mi espalda de escalofría y mis piernas se contraen mientras en mi vagina otro orgasmo desespera mi vida… así continúan los deseos de mi soledad abriendo mi ser para ellos, para ellas, y estos deseos aumentan quizás cada semana, cada noche, cada hora o a cada instante.