Deseos cumplidos

Era una tarde fria de invierno pero el sudor los, jadeos y forcejeos estuvieron a la orden del día... todo gracias a la que la forcé.

Era una fria tarde de invierno, pero dentro de mi el calor vivía.

A pesar de las bajas temperaturas (y creo que en especial por ellas) a mi amiga y a mi nos apeteció darnos un baño en mi pscina cubierta.

Estabamos en mi habitación y bajamos a la piscina. Nos dirig’iamos hacia los vestidores cuando mi amiga , lara, se acordó de que se hab’ia llevado su bñador para lavarlo la última vez que nos bañamos.

Hoy la había visto distinta, más guapa de lo normal y, dado que , no se porqué, mi instinto sexual estaba a flor de piel se me ocurrió proponerle algo

-Por qué no hacemos una locura?- dije

-Qué?-preguntó ella

-Bañemonos desnudos!-

Ella se ruborizó un poco y se negó

-Anda! Qué más da! Somos amigos desde hace años y nos conocemos del todo, y tras un breve instante de indecisión ella aceptó.

Yo fui el primero que se desnudó y, extrañamente, como disimulando, ella se quedó mirando mi gran miembro un rato.

Me tiré a la piscina, el agua estaba caliente, pero no tanto como yo.

Ella se comenzó a desnudar poco a poco con la vergüenza de una niña inocente. Yo me quedé estupefacto al verla. Sus grandes pechos, siempre cubiertos, se abrían ante mi como dos jugosos melones.

-mmm...-pensé

-que delicia podel comerlos!-

Lara entró al agua poco a poco, yo deseaba ser esa agua que rodeab su cuerpo y lo acariciaba tan ceñidamente.

Nos pusimos a nadar, cada uno por su lado, pero yo ya no aguantaba más.

Me puse a tontear y a jugar con ella, pasaba a su lado y la salpicaba, la hundía en el agua y entre juego y juego su piel rozaba la mía, aumentando mis ganas de sexo.

De repente la sorprendí y la hundí, yo estaba tan cachondo que el disimulo desapareci’o y mis manos se volvieron descaradas.

Ella al intentar defenderse de mi juego, se percató de que lo que estaba rozando su suave trasero no era mi pierna sino mi gran verga llena de sangre, dura como una roca, lista para atacar.

Lara se sintió en una situación violenta, me pegó un codazo mientras decía "eres un cerdo" y salió rápidamente del agua.

Yo , cual niño caprichoso, quería seguir jugando. Salí del agua y la alcancé por detrás. ¡que placer!

Ella se resistía,

Pero yo no quería parar así que la incliné un poco y la penetré de golpe.

Un pequeño grito salio de su boca. Comencé a moverme dentro de ella y a cada envestida, ella se rendía y comenzaba a disfrutar.

La solté y ella, cual perra cachonda se soltó y se dio la vuelta. Se inclinó y comenzó a comer mi gran polla. La comía desesperadamente, lamía y lamía. Chupaba mis huevos de vez en cuando y mordisqueaba la punta.

Mi cuerpo estaba disfrutando un placer indescriptible. Entonces no pude más. Me corrí en su boca. Ella me miró con la boca llena de semen y me dijo: QUIERO MÁS!!!

La cogí en brazos y la postré en una tumbona cerca de la piscina, la abrí de piernas y le dije -quieres más?!-

-pues toma más!!!-

y mi pene volvió a penetrarla. Entraba y salía salvajemente de ella y mi follada amiga excitada se acariciaba los pechos y pellizcaba sus pezones.

Al mismo tiempo, con la otra mano, acariciaba su pubis y se daba paseos por mis testículos y su clítoris, el cual pellizcaba de vez en cuando.

El jadeo de ambos llenaba el lugar y rebotaba en las paredes creando un eco excitante que nos envolvía en una orgía de sonidos. Tras un rato su jadeo se convirtió en una voz muda en su boca, estaba experimentando aquello que los franceses llaman petit mort. Sus uñas se clavaban en el sofá y sus piernas me apretaban cual boa hambrienta. Su chochito insaciable apretaba y engullía mi polla con fuerza y desesperación.

Finalmente, tras su gran orgasmo, me pidió excitada que sacara mi polla y la pusiera entre sus pechos.

La saqué. Estaba llena de sus fluidos vaginales. La tomó con las dos manos y tras saborearla otro buen rato, la atrapó entre sus tetasas y comenzó a frotarlo. Por fin me pidió que me corriera e inundé su cuello y sus pechos con mi leche.

Exhaustos, nos tumbamos un rato, pensando en lo bien que había prosperado nuestra amistad.

Este relato lo dedico a todos aquellos que quieren alcanzar algo y no pueden tenerlo.

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charlisico@hotmail.com