Deseo y lujuria me invadieron en el concierto
Entre cuero y melenas, la fuerza de la musica, la atracción, y el deseo... un coctel imparable.
Por fin volvía a estar en un concierto. Habían pasado varios meses desde el anterior. Mucha gente no lo entiende, pero para mí, la sensación que se tiene durante un concierto es comparable a muy pocas. Actuaba uno de mis grupos favoritos, y yo estaba ya esperando en las puertas, con mi entrada en la mano. Había ido con unos amigos, aunque no me caían especialmente bien.
Aun así bromeábamos, y nos reíamos mientras yo contemplaba el panorama de melenas que había a mi alrededor. Cómo me gustan esos pelos largos, esas pulseras de pinchos, esos aspectos agresivos y distantes hacia el exterior, pero tan cálidos y amigables en realidad. Me mire a mí, yo iba igual que ellos. Además, nos unía un mismo espíritu, un mismo motivo, el Heavy Metal corre por nuestras venas, lo llevamos muy adentro.
Por fin abrieron las puertas de la sala, y fuimos entrando, un poco agolpados, pero sin empujones. Mientras unos pedían las cervezas, otros íbamos colocándonos delante del escenario, estábamos mas o menos en tercera fila aunque sabíamos que no acabaríamos el concierto donde lo empezamos. Mientras los técnicos en el escenario terminaban su trabajo, yo hablaba jovial con mis "amigos", comentábamos sobre el terrible calor de la sala, sobre la cantidad de focos que habían colocado... etc. Fuimos saludando a todas las personas conocidas que nos encontrábamos. De pronto, las luces se apagaron, comenzó a sonar la música, la mayoría no conocían la canción, pues los que tocaban ahora, eran los teloneros, un grupo de la zona, poco conocido, aunque bastante bueno. La gente les escuchó bastante atenta, aunque no despertaron grandes pasiones.
Tras aproximadamente 45 minutos de espectáculo, se despidieron, entre los aplausos emocionados del publico, que esperábamos ansiosos la aparición de quienes habíamos ido a ver. Mientras todos seguían hablando, yo me quede un poco abstraída de mi alrededor, inmersa en mi misma, echaba de menos un buen amigo con quien compartir el concierto, aunque imaginaba, que como siempre pasa, conocería alguien, y saltaríamos juntos de colegueo. Y casi sin darme cuenta, empezó a sonar un teclado, que tocaba las notas del intro del ultimo disco. Reaccioné y levante los cuernos, sonriente mientras todos proferíamos el "rugido" de bienvenida cuando el cantante salió. La batería empezó a sonar marcando el ritmo de nuestros saltos, y cuando la diosa guitarra soltó sus primeros acordes volví a tener esa sensación de casi explotar, y que se hace más intensa, cuando la grandiosa voz del vocalista llena nuestros oídos.
En realidad siempre he comparado esta sensación con los momentos anteriores a un orgasmo. Ahí estaba, viendo como esos cuatro chicos movían sus melenas sobre el escenario, mientras tocaban esas canciones, que para nosotros eran casi himnos, y nos hacían vibrar, rodeada de todos esos heavys, que sentían dentro lo mismo que yo, saltábamos unidos por un mismo sentimiento. Daba igual el calor, estábamos disfrutando, con una sensación, casi como de estar en familia.
Todos tan iguales y tan diferentes. Pasaron varias canciones, yo ya estaba afónica y empapada en sudor. Con tanto movimiento me había ido desplazando hacia la izquierda, y no conocía a los de mi alrededor, aunque todos nos mirábamos con una sonrisa en la cara. Por fin llego un poco de descanso con la balada, nos movíamos en un vaivén con las manos en alto. Agarré la mano del de al lado y por el otro lado alguien desde atrás agarró mi mano. Cuando mire hacia atrás para ver quien era, casi me da algo. Si, era un chico, pero que chico, debía rondar los 20 años, pelo liso, muy oscuro, le caía por delante de la cara en algunos mechones sueltos. Mirada profunda de ojos negros, y una sonrisa, casi inapreciable. Además al ver esos brazos, tan fuertes... algo nuevo se había encendido dentro de mí. Hay muchos chicos que me parecen atractivos, pero pocos que, como yo digo, despierten mi instinto.
Me habían entrado unas ganas de tirarme a su cuello a morderle... le agarre fuerte la mano, hasta que termino la balada, cuando me miro a los ojos, y me sonrió abiertamente. A partir de ese momento no le quité la vista de encima. Saltábamos al lado, y nuestros cuerpos, mojados por el sudor, se rozaban, nuestras miradas se cruzaban de vez en cuando mientras cantábamos, en algún estribillo nos agarramos por encima de los hombros para saltar a la vez, y según fuimos cogiendo mas confianza, aunque aun así sin intercambiar palabra (básicamente porque no nos oíamos) empezábamos a cantar el uno frente al otro, casi interpretando las letras de las canciones, e igual que sentíamos muy adentro las canciones, sentíamos la atracción que había entre nosotros. Yo lo notaba en como me miraba, en las expresiones de su cara.
En una de estas, me cogió por la cintura para empujarme y que saltara más alto, los dos nos reíamos, aunque no sé él, pero yo lo hacia para disimular la oleada de calor que el contacto de sus manos me había producido. Cada vez me costaba mas aguantar las ganas, y veía como a pesar del calor de la sala, se marcaban mis pezones duros a través de la camiseta, bastante ajustada y escotada, por cierto.
Volvió a sonar otra balada, pero esta vez, en vez de cogerme de la mano, se puso detrás de mí, poniendo sus manos en mi cintura, y apoyó su cabeza en la mía mientras nos balanceábamos. Mi temperatura subía por momentos. Termino la canción, pero no nos movimos, yo tampoco quería que lo hiciera. Yo intentaba respirar, pausada, pero profundo, mi pecho se movía arriba abajo, y yo notaba su respiración, similar a la mía, en mi cuello. Empezó la siguiente canción, la batería, la guitarra y el bajo sonaban con fuerza, lo que también estremecía mi interior. Estaba llena de la fuerza de la música que me inundaba como si tuviera aire a presión en mi interior, y que me hacía sentir como a punto de salir volando, pero también llena del calor que me provocaba el desconocido que tenia detrás. Cuando empezó a sonar como en una explosión la voz del cantante, él me juntó contra su cuerpo colocando sus brazos a mi alrededor, me pegaba cada vez mas a él, y mi calor llegó casi a su máximo punto cuando note en mi culo, el bulto de sus pantalones y sentí su respiración mas acelerada.
Empezó a mordisquearme la oreja, y yo, como poseída, me di la vuelta, y me tiré a comerle la boca. Le agarré del pelo, él me cogió del culo y nos besamos con increíble ansiedad, nos devorábamos, nuestras lenguas se enlazaban a gran velocidad, sus manos me recorrían la espalda, los brazos, y toda la superficie de mi cuerpo que estaba a su alcance.
Yo clavaba mis uñas en su espalda, y le comencé a chupar y morder el cuello, estaba como loca, no podía parar. Al concierto le quedaba poco para terminar, estaba a de punto acabar la primera parte y el público coreaba el nombre del grupo una y otra vez. Le cogí de la mano, y ágilmente me deslice entre la gente hasta salir fuera del barullo, le conduje veloz hasta el baño.
No quería perder ni un instante. En cuanto estuvimos a la puerta del baño, él me metió en el de los chicos, me cogió en brazos, de frente a él, agarrándome por el culo, hasta que entramos en uno de los cuartos de váter me puso contra la pared y cerró la puerta con el pie de un portazo, me soltó el culo y nos empezamos a besar, mientras yo le quitaba la camiseta él me quitaba la mía. Estábamos como desesperados, me quité el suje con un movimiento rápido y el se tiró como un lobo hambriento a comerme las tetas, a mordisquear mis pezones, yo gemía, agarrándole de la melena, y poniéndole la cara contra mis tetas, para que siguiera chupando. La otra mano la deslice y fui desatando sus pantalones que cayeron al suelo, entonces pude agarrar ese miembro que tanto deseaba. Lo saque fuera de los calzoncillos y deslice mi mano anhelante de arriba a bajo, una y otra vez.
Tenia un aspecto delicioso. Entonces, en un arrebato le empuje contra la otra pared, me agache y me puse a chupar con total lujuria, engullía esa polla dura una y otra vez y cuando le termine de despojar con las manos de sus calzoncillos y pantalones me puse acariciar sus huevos, no quería parar, estaba disfrutando de tenerla en mi boca, además me excitaba mas si cabe por momentos, estimulada por los gemidos de ese chico que me estaba volviendo loca y del que ni siquiera conocía el nombre. "¡Sigue! ¡No pares!" me decía él entre suspiros.
Yo no pensaba hacerlo, hasta que me dijo "quiero comértelo nena, venga, quiero saborear ese coñito" me levanté, y él me bajó los pantalones, y casi sin que me diera tiempo a darme cuenta ya tenia su cabeza entre mis piernas y mis pantalones y mi tanga en el suelo. Levante un pie y otro para despojarme totalmente de mi ropa y sentirme absolutamente desnuda, y entregada a ese hombre que me estaba comiendo el conejo con absoluta maestría y que me hacía no poder parar de gemir. Su lengua se deslizaba por mi clítoris, haciéndome enloquecer, sentía que podía explotar en cualquier momento, estaba en éxtasis. A veces grandes lametazos, otras veces sólo con la punta de la lengua, y en el punto exacto, y cuando metió un dedo en mi agujero creí desvanecerme " fóllame, joder! ¡fóllame ya como si tu vida dependiera de ello!" me agaché y con las manos temblando, sin poder perder ni un segundo busque en mi bolsillo, hasta encontrar la cartera, y allí el condón que siempre llevo encima, aunque no con la esperanza de que me pasen cosas así. Se lo coloque casi fuera de mi, y de inmediato el me cogió nuevamente del culo, elevando mis maderas, me puso con fueza contra la pared, mientras me la metía hasta dentro.
Sus embestidas eran brutales, y yo profería verdaderos gritos, igual que él, yo ya no era consciente de donde estaba, estaba aislada del todo, solo sentía esa polla entrando y saliendo fuertemente de mi coño, que no paraba de soltar jugos, esos potentes brazos agarrándome "sigue, sigue! Aaaaah! Aaaah!" decía yo en desgarradores aullidos . "te vas a correr como nunca, nena! vamos, un poco mas!" "aaaaahhh!" el ritmo ya era frenético, iba a explotar, estaba apunto de perder el sentido cuando entre colosales gritos llegué a un orgasmo brutal, y poco después él. Caí al suelo, rendida, él a mi lado, intentaba recuperar el aliento, respiraba hondo a gran velocidad. En realidad mis piernas no podían con mi peso, y él, a mi lado, parecía entrar igual. De pronto cogí consciencia de donde estaba, desnuda, en el baño de chicos de una sala de conciertos. Y el concierto parecía haber acabado, pues oía las voces de otros chicos al otro lado de la puerta, y ya no se oía la música de fondo. Entonces miré al chico que me acababa de echar uno de los mejores polvos de mi vida y con una graciosa sonrisa en la cara le dije
-joder como follas, ha sido una puta pasada... pero... bueno, me gustaría saber como te llamas.- Hizo una leve carcajada, me dio un pico y dijo
-me llamo David, y si que ha estado de puta madre, tenemos que repetir otro día, pero ahora lo mejor sería vestirnos y salir.
-si. Casi que si.
Nos levantamos, me agaché para coger mi tanga y mis pantalones, y en ese momento noté cómo tres dedos se introducían desde atrás en mi coño aún húmedo lo que me hizo soltar un grito ahogado.
-me gustas mucho guapa, ¿qué te parece si vienes a mi casa y seguimos disfrutando? Y te follo en esta posición que tienes ahora mismo. También podía hacerlo ahora, pero estoy seguro de que vas a gritar y no es plan de que vengan los de seguridad a echarnos.- me dijo en voz baja mientras sus dedos se movían ágilmente en mi agujero y yo me volvía a calentar a increíble velocidad.
Sacó los dedos y nos terminamos de vestir con los típicos nervios de quien está reprimiendo las ganas. Estábamos otra vez muy calientes, así que nos dimos la mano y salimos tranquilamente del baño entre risas y el asombro de los que se encontraban allí. Sin entretenernos más abandonamos la sala y nos subimos en su coche deseosos de volver a sentirnos.
Fue sexo salvaje durante casi toda la noche, llevados por el deseo, la pasión, la lujuria, pasé así, a mis 16 años, una de las noches más intensas de mi vida y que no creo que llegue a olvidar.
Es la primera vez que me decido a hacer un relato de una de mis experiencias, y me gustaría saber que os ha parecido.