Deseo o realidad (2)

Si ya leísteis la primera parte, recomiendo la segunda versión rectificada y corregida, se produjo la segunda. Me dispongo a devolver la taladradora, subo para ello a la casa de los vecinos, me abre la puerta Hugo, me sorprende no escuchar el ruido de los niños, momento en el que empiezo a temerme que tardaría en bajar. Nada más entrar, Hugo llamo a María indicándole que había vuelto su perrito.

Si ya leísteis la primera parte, recomiendo la segunda versión rectificada y corregida, se produjo la segunda .

Me dispongo a devolver la taladradora, subo para ello a la casa de los vecinos, me abre la puerta Hugo, me sorprende no escuchar el ruido de los niños, momento en el que empiezo a temerme que tardaría en bajar. Nada más entrar, Hugo llamo a María indicándole que había vuelto su perrito.

María salió con un vestido de verano y parecía que recién duchada, ya que llevaba el pelo mojado, me dijo que no fuese tímido y entrase, preguntándome, si me había animado y me acompañaba mi mujer, para que los dos fuésemos su juguete. – le dije que no, pero que le había contado lo sucedido cuando recogí la taladradora, esa noche tuvimos una gran sesión de sexo, que os contaré en otro relato, mientras le contaba lo sucedido en casa de los vecinos.

Me sorprendió María acercándose a mi y besándome en la boca, para separarse después y decirme, que tendría que agradecerles, haberme dejado la taladradora, llamo a Héctor a nuestro lado y después de besarle igual que lo había hecho conmigo, dejo que fuera él el que me besara y dejara que nuestras lenguas jugasen, bajo su atenta mirada. En esos momentos mi erección, se hizo notable, algo que no paso desapercibido por María que empezó a acariciarme y le dijo a su marido, que creía que el vecino, estaba dispuesto a dar su agradecimiento.

En ese momento y mientras los tres jugábamos a mezclar nuestras bocas y lenguas en besos cambiante s de unos a otros, me llevaron junto al sillón, mi vecina se sentó en el mimo y subió ambos pies apoyándolos en él, mientras abría sus muslos dejando ver como su coñito iba humedeciéndose y brillaba. Héctor y yo seguíamos besándonos y ella nos pidió que nos desnudáramos el uno al otro, mientras lo hacíamos, ella, observándonos empezó a acariciar sus labios mayores abriéndolos con delicadeza y dejándonos ver como los menores empezaban a asomar hinchados y brillantes, mientras mis manos no podían parar de recorrer el cuerpo de Héctor que iba quedándose sin ropa mientras mis manos lo recorrían y mi lengua disfrutaba de la suya y de viajes furtivos a sus pezones, eso provocó una mayor excitación en mi vecina que pidió que me agachara entre sus muslos y que mi lengua le recorriera hasta darle placer. Así es que así estábamos, yo enterrado entre los muslos de María recorriendo con mi lengua su sexo hasta llegar a su culito y Héctor que se había acercado hasta ella, recibiendo su boca que ansiosa introducía hasta sentir los huevos en los labios, llegando así al primer orgasmo de mi vecina.

Tras ese primer orgasmo de María nos relajamos un poco y fueron ellos los que me preguntaron que me parecería meter a Laura, mi mujer en el juego, mi respuesta fue clara, estoy deseando que le hagáis vuestra perrita también, eso quedará para otro momento, ya que primero teníamos que ver como sería y porque ante mi respuesta, María se volvió a activar y nos dijo que de momento disfrutarían de mi en ese encuentro.

Yo aun me encontraba de rodillas en el suelo, María en el sillón y Héctor ante nosotros y sin haber perdido ni un milímetro de dureza en su sexo, tener esos 20 cm delante de mi hicieron un cortocircuito en mi cerebro que produjeron que me la metiese en la boca hasta dar una arcada, ante la risas de mis vecinos, que me animaban a sentirla aun más dentro, mientras yo continuaba comiendo, María se acomodo entre mis muslos introduciéndosela en la boca y realizándome caricias con las yemas de sus dedos alrededor de mi culo.  Poco después pude notar como esas caricias se tornaron en sentir un dedo dentro de mí, que poco después se convirtieron en tres, estaba completamente entregado, nunca imaginé que el cambio de casa me convirtiera en el perrito que me había convertido.

Cambiamos de posición por el grado de excitación que tenía María que me tumbo sobre el suelo, sentándose encima de mí, dejándose caer sobre mi sexo, disfrutando con cada centímetro que se introducía, poco a poco fue cogiendo ritmo, mientras Héctor se colocaba detrás de ella, era increíble, le habíamos comido los dos y aún seguía igual de duro, María tuvo otro orgasmo, antes de que él llegara a su espalda, por lo que el marido se acercó a su oído y le dijo casi en un susurro, _Ahora encadenaras un orgasmo con otro hasta que no puedas levantarte, y diciendo eso empezó a metérsela por detrás, haciéndole sentirse empalada por ambos lados, mientras gemía excitándonos aun más a ambos. Poco a poco fuimos cogiendo ritmo, lo que se tradujo en un orgasmo continuo por parte de María, que nos insultaba llamándonos cabrones y pidiendo más, hubo un momento en que ella parecía de verdad que no podría levantarse, por el número de orgasmos, yo termine corriéndome, coincidiendo mi orgasmo con el suyo, el cabrón de su marido seguía bombeando su culo cuando se apartó y le pidió a ella que se pusiese sobre mi boca para limpiar su sexo y me comiese mi propia leche, así estaba lamiendo y limpiando su sexo, cuando sentí a Héctor abriendo mis muslos y diciendo que ya había llegado el momento de correrse, sin mediar comentario alguno note como su polla se apoyaba en mi culo y se introducía sin parar, hasta clavarse entera, me estaba reventando y no podía emitir sonido alguno, porque ella me tapaba la boca con sus muslos sobre mi cabeza, comenzó ahí un mete saca frenético que me estaba partiendo, cuando antes de correrse dentro de mi, le escuche decir,  esto es lo que tendrá tu dulce Laura el próximo día.

Después de eso los tres caímos muertos, María y yo en el suelo y Héctor en el sillón, me dejaron ducharme y baje a mi casa despidiéndome de ellos, y deseando que hubiese una próxima vez.

Espero vuestros comentarios y propuestas para futuro.