Deseo

Una joven descubre en su padre un hombre ideal, entonces comenzara un deseo infernal que desatara fuego entre ellos.

En primer termino quise matarte, porque eras inalcanzable para mí. Para mí que acababa de cumplir mis 17 y vos con tu familia ya hecha y derecha. Solia admirarte por los rincones de tu casa y sentia celos cuando por las noches te entregabas a los brazos y a la pasiòn de tu mujer.

Pero poco a poco el espejo desperto en mis ideas muy benevolentes para calmar mi deseo. Dscubrì que mi cuerpo ya era de mujer, que mis pechos se hacian respetar detrás de una remera y que mi cola y piernas habian alcanzado dimensiones tentadoras a las manos de los hombres, y vos eras uno de ellos.

Maliciosamente con mi ropa ajustada buscaba entrar en contacto con tu cuerpo sudoroso que tanto despertaba mis instintos, y vos tiernamente me abrazabas y me besabas como la adorada hijita que soy para vos. Para vos que poco a poco comenzaste a mirarme con los ojos de varon. Y ya nuestras charlas pasaron a un silencio y a una mutua admiraciòn visual. Tus ojos buscaban mis ajustados corpiños que mostraban mis senos provocativos y yo orgulloso te los queria enseñar. Me encantaba probarme ropa para ver como despues me subias a tu falda y mi piel entraba en contacto con tu ropa y podia sentir como te exitabas. Nuestra relacion entro en un mundo de hermoso deseo del cual los dos eramos conscientes pero que ninguno se atrevia.

Pero el destino puso en mi vida una fecha muy especial, la fiesta de cumpleaños de mi mejor amiga Sara. Para la ocasiòn me compre un vestido de color lila, superchico y ajustado a mi figura. Me hice un peinado hermoso y me comprè una ropa interior que me hacia lucir sexy. Vos me llevarìa y asì fue. Mami nos despidio inocentemente y juntos salimos a la fiesta… En el camino halagaste mi vestimenta y figura a lo que yo te pregunte que como un hombre de tu edad y templanza podria ver belleza en mi que soy solo una chiquita. Me dijiste: No eres solo una cuiquita, eres muy hermoasa y lo sabes. Solo me sonroje y baje mi mirada y tu mano se apoyo en mi pierna. Mi cuerpo en ese instante se convirtiò en un volcan en erupciòn y solo atine a tomar tu mano. Me miraste a los ojos y me dijiste que era una mujer, y de todas la más bella. Instantaneamente estacionaste el vehiculo y yo acerque mi rostro a l tuyo y te dije Eres muy amable papi, me hacen bien tus palabras, tu de los hombres eres él más especial.

Los dos quedamos ruborizados y poco a poco nos fuimos acercando para transformar nuestro dialogo en un beso, muy timido pero beso al fin. Bastaron unos segundos para que nuestras lenguas comenzaran a juguetear y ya nuestros labios se proporcionaban indiscretos chupones. Tus manos avanzaron hacia mí como un tornado buscando mis pechos, y los encontraron duros, exitados en espera de tus caricias. Yo solo me limitaba a besarte y ofrecerte todo mi fisico para que disfrutaras de el cómo el legitimo dueño que sos. Ya mis gemidos en tu oido despertaron uninstinto animal que salio de tu interior para devorar mi cuello y mis hombros estremecidos que se erizaron en una mezcla de deseo y vergüenza.

Me aparte de vos para preguntarte si sabias que haciamos, lo hice solo para confirmar que nuestro deseo era mutuo y que a esa altura del partido no habia marcha atràs.

Conduciste hbilmente tu vehiculo hacia un hotel, de esosde mala muerte, que seria testigo mudo de la locura mas linda que jamas habia pensado cometer.

Pediste una habitacion y me llevaste, al entrar meabrazaste hasta tirarme en un sofà y me besaste con desconocida lujuria. Tu lengua era un torbellino al cual no podia seguir con la mia, inexperta. Comenzaste a descender dejando huellas de placer por mis brazos y te edentraste en el recondito mundo de mis piernas para ir separandolas para adentrar en mi intimidad que esa noche solo a vos te dedicaba.

Besaste el interior de mis muslos y absorbiste mi olor exitandome mas, sentir tu aliento a traves de mi bombachita fue mortal y más aun sentir tu lengua deslizarse por la extension de mi humeda conchita que palpitaba como un corazòn. En una palabra me la comiste y revente en un orgasmo que inundo tu cara y llore emocionada y con mucho entusiasmo buesque tu bragueta y al encontrarla libere el hermoso aparato que me dio vida y en agradecimiento a todo comence a besarlo y a sentirlo, pronto lo lami y lo introduje entre mis labios bebiendo de el, lochupe con ansias y de pronto, antes de lo esperado senti como mi boca se llenba del elixir al cual le debia mi existencia. Como loca con todo el rostro engrudado me quite el vestido y te ofreci mis pechos por encima de un corpiño que volo junto con mis prejuicios. Tu boca se adueño de ellos y mis pezones hervian, duros, sensibles. Me acostaste en la cama y me despojaste de mi bombachita y te pedi que encienderas todas las luces porque el momento en que sea tuya queria retenerlo eternamente en mis pupilas, asi lo hiciste y mis piernas se abrieron una vez mas para alojar tu cuerpo. Tu duro miembro encontro mi vagina y esta la devoro cm, a cm experimentando un placer nunca imaginado. Nuestras bocas se aunaron y te empezaste a mover muy lentamente hasta que mis palabras llena de lujuria hicieron que tu cuerpo imprima velocidad sobre el mio. Te dije: cogeme papito, no le engas lastima a tu putita. Ese fue el detonante para que me trataras como una bestia y a mi me gustaba, me mordias, me insultabas y en un delirio tremendo te convulsionaste para dejar en mi toda tu leche que mi vagina absorbio con mucha gula.

Te quedaste por tres segundos quieto pero nuevamente tu ritmo se hizo sentir sobre mi y tu miembro entre tus jugos y los mios precipitò en mi un nuevo orgasmo en el comienzo de tu segundo ataque.

En un movimiento magistral giraste para ponerme encima de ti y ahì con mi escaza experiencia empecèa moverme encontrando oleadas deplacer que me hacian gritar de lujuria. Tus manos se adueñaron de mis nalgas aprisionandolas mientras uno de tus dedos buscò mi ahujerito de atràs y lo encontrò para darle una suave caricia que me enloquecio, entonces te mirè a los ojos y sonrei con una malicia que desperto en vos una pasiòn salvaje y poco a poco alojaste tu dedo en mi haciendome sentir repleta, mujer y puta a la vez. En agradecimiento a tan exquisito goce acelerè mis movimientos y llegamos juntos a un orgasmo brutal que nos dejò adormilados.

Tu s besos en mi espalda me despertaron y en tus brazos me llevaste al baño y me duchaste dulcemente. Luego me vestiste y regresamos a casa sin hablar. Al otro dia mamà me pregunto por la fiesta y me comento que vos seguramente habias salido con tus amigos porque llegaste tarde y parecias borracho. Ahora yo te pregunto ¿Estarias borrachito de mi papito rico?

A todos los que les haya interesado el relato los espero gustosa para intercambiar opiniones y comentarios en mi e-mail

Autor: Ivi

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