Desenlace de una Noche de Verano

...subo la vista y observo un guardia jurado que estaba apoyado sobre una de las barandillas tocándose el paquete morbosamente con la mano derecha mientras...

DESENLACE DE UNA NOCHE DE VERANO

El peculiar calorcito de la capital española en verano hace que casi todos sus habitantes en los días estivales estemos a remojo. Yo venía de las piscinas de M-86, de pasar un día con los amigotes y hacerme unos cuantos largos en la piscina olímpica, así que mi indumentaria era bastante deportiva, unos tenis, bañador beige y camiseta corta.

Casi todos mis amigos eran del barrio de la estrella por lo que me tocaba hacerme el trayecto de metro sólo. En Sainz de Baranda cogí el metro para plantarme en veinte minutos en mi casa, Cuatro Caminos.

Cuando empecé a bajar el último tramo de escaleras pude escuchar el tren que se acercaba así que empecé a correr porque por el ruido del motor, intuí que era un tren de nueva generación con aire acondicionado y así fue, era uno de los convoyes nuevos serie 7.000, seis coches totalmente articulados con toda clase de nuevas tecnologías, entre ellas, canal de televisión, así que esos veinte minutos de trayecto se me pasaron volando viendo las noticias del día.

Cuando escuché por megafonía "próxima estación Cuatro Caminos, correspondencia con líneas 1, 2 y 3", me levanté, cogí la mochila y me puse cercano a una puerta.

He de comentaros que mi complexión es atlética pues como os he dicho me gusta nadar y aprovechando que la estación de Cuatro Caminos es la más profunda del metro de Madrid, me la subo todos los días las escaleras normales, aunque las haya mecánicas y ascensores.

En el vestíbulo me compré una botellita de Sensación de Font Vella, vamos, agua con sabor a melocotón que al estar bien fría, entra muy bien, seguí subiendo hacia la calle. Cuando me dirijo a una de las numerosas bocas que hay, subo la vista y observo un guardia jurado que estaba apoyado sobre una de las barandillas hablando por el móvil y tocándose el paquete morbosamente con la mano derecha.

Como hasta dos horas más tarde no había quedado, me tomé mi tiempo y subí lentamente las últimas escaleras para mirarle bien de arriba abajo. Cuando llegué me di cuenta que aquel chico le conocía de vista así que pasé delante de él y le salude con la mano para que se fijara en mí.

Tuve que empezar a caminar más deprisa pues la escena hizo que mi sexo empezara a crecer y con bañador claro... se me notaba todo, menos mal que vivo en un apartamentito recién construido junto a ésta boca y pude entrar a casa sin que se percatara mucha gente de mi hinchazón.

Al meter la llave en la cerradura pude escuchar a "Cuqui", mi gatita persa. Nada más entrar en casa, encendí el ordenador, puse comida y agua en el plato de Cuqui, me preparé un café y me senté a ver si había alguien en el msn mientras miraba el correo electrónico y acariciaba a la gatita más linda de la tierra.

Al rato hablé con mis amigos (son todos ellos heteros, yo soy el único que soy bisexual) por teléfono para quedar por la noche:

-Sí, vale, a las doce en la Puerta del Sol para ir a Huertas ésta noche, venga, nos vemos, hasta luego.

Puse música variada y me fui a duchar. No me apetecía ponerme nada guapo así que tiré de la indumentaria más normal, vaqueros, camisa deshilada y zapatos.

A las 23:30 cogí camino y me dirigí de nuevo al metro para coger la línea 1 y plantarme como habíamos quedado en la Puerta del Sol. Tuve que sortear varias zanjas en el vestíbulo pues el trayecto Cuatro Caminos – Sol fue el primer tramo de metro de Madrid inaugurado en 1919 por su majestad D. Alfonso XIII, pero bueno, todo sea por adecuar las instalaciones a los tiempos modernos.

A las 23:55 ya estaba debajo del mítico reloj. Me gusta llegar pronto a los sitios, no soporto la gente que llega tarde aposta. A las doce y cinco ya estábamos todos así que nos encaminamos hacia Huertas. Entramos en el primer garito y mientras nos tomábamos unas copas y bailábamos al ritmo de la letra de "Ron y Ahmed" fui conquistándome a una pivita de muy buen ver, esa noche tenía muchas ganas de meter. La pivita en cuestión se llamaba Sonia, tenía unas tetas enormes y un culo muy follable, sólo de hablar con ella me estaba poniendo malo pero al poco tiempo se tuvo que ir porque la chica tenía que estar pronto en su casa, así que mi hinchazón tuvo que deshincharse.

Como ya iban a dar las tres de la mañana cambiamos de garito. Entre temazo y temazo de house me metí al cuerpo un par de vodkas más y bailé como un loco para quemarlo todo. Mis amigos se fueron marchando poco a poco pues se estaban durmiendo o se tenían que ir, al final de tanto saltar y dar vueltas se me olvidó que estaba sólo. A eso de las cinco fueron encendiendo las luces poco a poco, señal que la noche se acaba y debíamos salir del local.

Antes de salir, me fui a los baños pues me estaba meando como una persona mayor. Al salir del baño, ya era de las últimas personas que quedaba así que me dirigí a la puerta, la persiana estaba echada por lo que tuve que agacharme para poder pasar pero calcule mal y subí mi cuerpo antes de tiempo, mi cabeza se dio un fuerte golpe con la persiana que casi me voy al suelo, enseguida los relaciones públicas me dejaron sentarme en un escalón que había, pude distinguir con mi mirada nublada a uno de ellos, era el que se estaba tocando el paquetorro en la tarde. Uno de sus compañeros me dijo: "chico, estás bien", no muy bien, me siento algo mareado –contesté-. Me dejaron allí mientras cerraban el local, sobre las cinco y media salieron todos los empleados y comentó uno de los puertas que ya se encargaba de mi. Hizo ponerme en pie y nos fuimos andando por una de las calles, me pregunto cómo me sentía y demás, al ver que no estaba muy bien me propuso ir a su casa para descansar ya que del golpetazo, apenas recordaba muchas cosas y si me dejaba en la calle me podía detener la policía local pensando que me había metido cualquier cosa al cuerpo.

Ya en su casa me dirigió al cuatro de invitados y me dijo que me desvistiera para estar más cómodo mientras él me traía una pastilla con un poco de agua. Yo me desvestí y me quedé con mi tanga negro sobre la cama. Cuando apareció el guardia, me pareció que me miraba de arriba abajo quedándose la mirada en mi paquete pero como no tenía el coño para ruidos pues ni le di importancia. Después de beberme el vaso de agua, me tumbé en la cama y me empecé a quedar medio dormido. El guardia jurado abandonó la habitación dejando la puerta medio abierta.

Estaba totalmente desorientado, no sabía donde estaba ni que hacía en ese cuarto lo que si que notaba es que algo duro entraba y salía en mi ano cuando intento enfocar un poco más y veo dos fuertes brazos morenos alrededor mío y miro un poco más atrás y veo que es el guardia jurado, totalmente desnudo a excepción de la camisa marrón claro del trabajo con la cual le había visto en la boca de metro mientras se acariciaba su miembro a plena luz del sol.

El guardia jurado me coge del pelo, me echa la cabeza contra la almohada y me dice "ya veo que te has despertado príncipe azul, no te pongas tenso y disfruta", sólo de escuchar esto me puse muy nervioso y aquello que sentía me empezó a doler como nada en el mundo, el poli me empezó a darme cachetes en mi musculoso y duro culo y prometió que hasta que no me destensara no dejaría de pegarme, yo hice caso omiso y seguí gimiendo y gritando pero al cabo del tiempo pude ver que no llevaba a ningún sitio porque entre otras cosas, el poli cada vez me pegaba mas fuerte los cachetes en el culo mientras me embestía con su falo que al llegar al tope notaba sus huevos rebotar.

Me sacó su falo y me hizo ponerme de pie, yo obedezco sin decir nada, miraba al frente sin saber qué pensar ni reaccionar cuando de repente noto como me embiste con total bruteza que me hace perder el equilibrio y quedarme a cuatro patas, mi agujero ya estaba totalmente dilatado y no sentía nada de dolor sino más bien todo lo contrario, un placer inaudito.

Al no ser de piedra, por supuesto, mi polla estaba durísima y rebosante de líquido preseminal que de vez en cuando dejaba caer alguna gota sobre la sábana. Sin esperarlo lo más mínimo, el poli empieza a metérmela más fuertemente, yo no digo nada en un principio pero al final le digo "tío para que me empieza a doler de cojones", el poli sigue y entre gemidos me dice "ah, ah, cah callate que, que me estoy corrieeeeeendo, aaaaaaaaaaaaah aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah", note como me iba inundando todo mi intestino ese rico calorcillo. Creía que el polvazo terminaría ahí pero no acababa de comenzar porque el poli seguía con su polla dentro de mi culo abierto, seguía follándome y ahora todo era mucho mejor pues estaba muy lubricadito por la santa corrida.

De repente noto la puerta de la entrada, al tiempo, veo que es el puerta que me había preguntado si me encontraba bien en la disco. Se desviste con rapidez y me pone su paquete frente a mi cara (por supuesto, el primer poli sigue follándome) y me dice: "cómela, verás cómo te gusta", yo empecé como puede a darle mordisquitos para quitarle el slip, al final, no sé como lo hice pero le saque su pollón gordo y venoso por el agujero de la pierna izquierda, la polla le olía a lefa lo que me puso cachondísimo, empecé a comérsela y rechupeteársela como si de un helado se tratase.

De tanto follarme el primero como de saborear la polla de éste tipo mi polla no aguantaba más, estaba calentísimo lo cual hacía que yo me moviera de adelante a tras para clavarme la polla bien clavada del primero y tragarme entera la del segundo. El primer poli empezó a gemir muy fuertemente así que me senté en su falo para que me volviera a llenar de lefa mi culo como antes. Al ver la escena el segundo poli, no pudo más y empezó también a gemir, yo abrí mi boquita y su polla empezó a escupir todo en mis labios y boca, por cada trallazo que daba el segundo policía yo me la clavaba más en el primero e iba saboreando la exquisitez que me estaban dando, al final, el segundo poli me metió su tronco hasta mi garganta para que los últimos tiros fueran directos a mi estómago.

Una vez los dos corridos, sacaron de mi sus mangueras y se empezaron a besar entre ellos, yo me puse a pajearme como un poseído mientras mi culo derramaba sobre la sábana la leche que me habían inyectado, el primer segurata me coge con fuerza los brazos y las piernas y me pone los grilletes sin poder hacer nada, yo grito: "noooooo, por favor, esto es una tortura, necesito correrme yaaaaaaaaaaaaa", no termino de decirlo y el primer poli me come la boca mientras el segundo se sienta sobre mi polla desesperada y se folla a una velocidad bestial, apenas pude durar dos minutos cuando empecé a gemir muy alto y dando saltos como pude con la cadera para metérsela hasta el final mientras mi rabo rociaba su culo.

De la tensión termino muerto y durmiéndome de nuevo. Cuando vuelvo a despertarme veo que son las ocho de la tarde, doy un bote de la cama, abro la puerta y veo a los dos de seguridad viendo la tele tranquilamente en ropa interior mientras comen pizza, uno de ellos me dice "¡Hombre!, buenas tardes mozalbete, ¿has dormido bien?", sí –respondo tímidamente- casi cortándome me dice el otro chico: "si quieres, la puerta que tienes a tu derecha es el baño, tómate una ducha y luego vente a tomarte unas porciones de pizza con nosotros, ¿vale?". Yo asiento con la cabeza y entro al cuarto de baño.