Desenfreno en la calle de la Corrida nº69 10

Junta Mensual...: Como en todas las fincas, en ésta también se celebran juntas... Pero aquí son un pelín especiales...

CAPÍTULO 10º

JUNTA MENSUAL

Como todos los meses, en el número 69 de la calle de la Corrida, el Presidente de la Comunidad de vecinos, don José Peláez ha convocado una junta para explicar a sus convecinos como van las cuentas y los demás asuntos de la finca.

Pero como ya hemos visto, ésta no es una comunidad al uso, y las juntas tampoco son nada corrientes.

Todo comienza con un simple comentario…

―¡Corre el rumor de que a la del Tercero B nuestro querido Presidente le ha perdonado no sé cuántas cuotas a cambio de mamadas!

―¿¡La mosquita muerta esa!? –Replica otra voz en claro tono de incredulidad―. ¡No me lo creo!

―¡LA MOSQUITA MUERTA LO SERÁ USTED! –Replica la aludida alzándose de su asiento dispuesta a enfrentarse con la que acaba de insultarla.

―¡AQUÍ, O FOLLAMOS TODOS O NINGUNO! –Se escucha la voz de doña Manolita al tiempo que se desabrocha la blusa, mostrando sus enormes mamellas, sobre las que se lanza Adrián sin pensarlo dos veces, para sorpresa de su recién estrenada esposa que, como es lógico, tampoco se queda quieta y se arroja, ya medio desnuda también, a los brazos de Alejandro Blasco, que ya la espera con su gruesa polla ya lista para ser comida.

En un rincón tenemos  también a Felipe, el portero, en pelota picada, siendo literalmente violado por Angustias y doña Sole mientras Maruja se trajina al Presidente de la escalera, disfrutando de sus enormes cojonazos.

En pocos segundos, lo que empezó como una típica y tópica junta vecinal se convierte en una orgía desenfrenada, donde todos follan con todos y donde reina el caos y el desconcierto más absoluto.

Mientras Eva se traga a la vez las pollas de su marido y de Alejandro, el señor Peláez la encula en tanto disfruta de la visión de su esposa y Angustias haciendo la tijera sobre el cómodo sofá de su sala de estar.

Por otro lado, Felipe el portero, goza de una fabulosa mamada a dos bocas que le ofrecen Maruja y doña Manuela lamiendo su tranca de carne negra y dura como el acero.

Luego, cambian de postura, y es don José Peláez quien disfruta de las dotes mamatorias de Carmelita, mientras a ella le come el coño Angustias, siendo ésta a su vez follada por Alejandro Blasco.

Algo más tarde, vuelven a variar de posición: Las mujeres se turnan para comerles la polla a los hombres, con lo que el Primero A se llena de los gemidos y jadeos masculinos de los afortunados sementales.

Y cuando las calientes féminas de la finca se cansan de lamer y tragar rabo, se reúnen por rellano, quedando de la siguiente manera…: Los Peláez y las dos viudas cincuentonas, Maruja y Angustias, en un rincón. Mientras, en otro rincón tenemos a Eva siendo doblemente penetrada por Adrián, su marido, y por Alejandro Blasco, cada uno por un orificio. Y por fin, los del tercer piso: Un excitante juego lésbico entre doña Manuela y la dulce Carmelita.

Mientras tanto, el portero Felipe se masturba contemplando todos y cada uno de los cuadros que los calientes vecinos del número 69 de la Calle de la corrida le ofrecen.

―¡QUEREMOS VUESTRA LECHE CALIENTE! –Gimen todas las mujeres al unísono, mientras se apartan de los hombres y empiezan a pajearse frenéticas en tanto ellos se agarran las duras vergas y al grito de ¡YA! Comienzan a eyacular sobre las tetas y caras de las ardientes féminas, mientras Felipe también se corre en su rincón, feliz de haber asistido a esta junta mensual.

FIN