Desde Mi Cielo III

La atraccion es una guerra donde dos enemigos tienen sexo! pero no sera nada mas que eso

Netamente soy merecedora de tanto, y no cosas buenas precisamente, odio la naturaleza negativa del humano… es como decir me odio a mi misma… ¡ESTO ES LO QUE TODOS QUERIAN! SOBRE TODO DE TU PARTE! ¿Recuerdas?

DESDE MI CIELO

Cap. III “El Acuerdo”

Sugey

ADELANTE! Que solo esto necesitabas, una loca!, bueno ella nunca dijo que le gustabas, de hecho te odia, mierda en que estaba pensando, aunque prometí agarrarla a trompadas sería una lástima dañar tan hermoso rostro, vamos Su! Cuantas veces no pasa lo mismo.

No podía hacer más que pensar y tratar de comprender por qué siente tanta aversión hacia mí, me contradigo, pienso que me odia pero en realidad se que le soy agradable, estaba en la PC y todo mi cuerpo comenzó a llenarse de puntos rojos que más tarde comenzó a picar mucho, me di un baño y me recosté, pero pase parte de la madrugada retorciéndome, tome un calmante para la jaqueca pero dieron las 6 de la mañana y tuve que llamar a mi madre, ya me faltaba la respiración, estaba toda llena de esas machas rojas por todas la piel, me llevo al hospital, y luego de una espera corta me ingresaron, una vez dentro reconocí a Jonny.

-          Que haces acá, que paso?

-          No lo se vengó para que tú me lo digas, mira –le mostré mi brazo- que es esto?

-          Hace mucho que aparecieron?

-          Si desde anoche, no le di importancia.

-          Que mas sientes?

-          Me pica, me duele, me arde…

-          espera.

Salí de la consulta y apareció con ella…

-          mira esto Lucí.

-          Si en definitiva se intoxico, mira las manchas rojas son muestras de una reacción alérgica.

-          Sugey eres alérgica a algo?

-          A casi todo, crustáceos, mariscos, moluscos, penicilina y a las nueces.

-          Comiste algo que lo contenga?

-          No, eso creo.

-          Si –intervino ella- el helado que te di anoche tenía nueces.

-          Maravilloso aparte de que me odias me quieres matar.

-          No seas idiota como iba a saber yo que eras alérgica a las nueces.

-          Claro debiste deducirlo, porque a tu parecer sabes todo de mí, y ya ves niña, tú no me conoces.

-          Ustedes dos sí que se odian, mejor Lu atiende al chico que estaba conmigo por la sutura, si te dejo con Sugey terminaran las dos hospitalizadas.

Ella salió de la sala, no sé por qué sentí una especie de tristeza mezclada, era cierto no tenia culpa de lo que me había pasado pero lo vi como una forma de desquite por el desplante en el parque… ¿pero… porque me desquite, si ella solo fue sincera? Que pasa, no la excuses sigue siendo una tonta.

-          Por que se tratan tan mal ustedes dos, yo solo eh tratado de que se lleven bien.

-          Porque insistes en algo que no puede darse, que no vez que no nos soportamos.

-          Ambas son un par de malcriadas, que no dan el brazo a torcer, tú le gustas.

-          No me importa.

-          Si te importa porque también te gusta… bueno estas lista, te quedaras esta noche aquí bajo observación

-          Estas bromeando

-          Es en serio, tu y lucí tienen otra chance de hacer las paces

-          Ni muerta si entra me largo!

-          Tu veras, compórtate y descansa, piensa en lo que te dije, dale tu una lección de vida a ella.

-          Ni decirlo, esto no tiene fundamento no sé por qué quieres que nos llevemos bien que ganas tu con eso?

-          Es que tu y ella quieren lo mismo y son lo mismo.

Esto se ve bien, alguien debe enseñarle modales a la muñeca.

Luciana

Es un animal! No tiene modales, no piensa, dios no puedo soportarla… de paso Jonny se va y yo seré su relevo, quiere decir que me toca cuidar de ella… debería ponerle veneno en vez de suero. Hablando de suero… debo ir a chequearla, dios amárrame la lengua. Entre a la habitación y ella dormía, lógico es una reacción típica de los antialérgicos, viéndola bien dormida es hermosa, podría gustarme realmente.

-          Oye, despierta, debo revisarte.

-          Y Jonny?

-          El culmino su guardia, yo veré de ti ahora, no creas que me agrada mucho la idea, y si quieres que esto funcione y por ética trátame como un medico solamente.

-          No puedo, eres demasiado hermosa… - me tape los oídos con el estetoscopio-

-          Respira profundo… contén el aire… exhala  despacio…

-          Lo siento.

-          De nuevo… inhala… contén… exhala…

-          Dije que lo siento.

-          Descuida está bien… la presión bien… mandare a que la enfermera te cambie el suero.

-          No pondrás veneno – abrí los ojos como platos-, es broma…

-          Tranquila no lo hare…

-          Que harás?

-          Ver otros pacientes

-          De verdad lo siento, quiero llevarme bien contigo…

-          Porque insistes.

-          Porque de verdad me gustas, quiero que mires más allá del animal que ves por fuera.

-          Mira, solo tratemos de llevar la fiesta en paz mientras estés acá de acuerdo?

-          De acuerdo.

-          Ahora esto es incomodo pero debo ver el resto de tu cuerpo.

-          Si no hay problema.

Se puso de pie y dejo deslizar la fina bata verde hasta que cayó al suelo, la troglodita tenía un hermoso cuerpo a pesar de las marcas producidas por la intoxicación, se notaba un poco sonrojada, le pedí que se pusiera de espaldas, debo decir que no era necesario que se desnudara, pero sentí una enorme curiosidad por verla así, y resulto ser más hermosa debajo de la ropa, me acerque a su espalda simulando revisar las erupciones de forma profesional, pero en realidad lo que hacía era percibir más de cerca cuan hermosa se veía su piel, era tan blanca que con la tenue luz de la lámpara se veía destellante me doble y tome la bata, se la ayude a colocar, al darme la espalda le ayude a amarrarla, su cuerpo me impacto de tal modo que sentí un nudo en la garganta, le tome la mano y la acerque hacia mí, claro estaba que me sentí atraída por ella sin importarme cuan antipática fuera, la bese con lujuria, ella quiso hacerle lo mismo al principio, no quiso mover los labios, pero no me importo, logre que lo hiciera cuando mi legua le pidió una invitación a dejarse seducir por un tramposo beso de la chica que la hacía enojar fácilmente, me antoje de su cintura, la cual había visto perfectamente segundos atrás, estuve unos minutos más degustando sus labios, que por tonta no había hecho la noche anterior, hasta ahora me di cuenta que son una delicia, por cuestión de tiempo me separe de ella, casi que no puedo pero la presión de que alguien nos viera podía más que mis impulsos.

-          Porque lo hiciste –preguntó con los ojos aun cerrados-

-          Por que quise, y si te digo la verdad me gusto como besas.

-          Eso no parecía anoche.

-          Anoche fui una tonta.

-          No diré nada para no arruinar el momento.

-          Escucha, no te tomes demasiado en serio todo esto ok? Fue solo un impulso.

-          Si no te preocupes…

-          Nos vemos más tarde ok? Trata de descansar.

Atendí a los otros pacientes, mas tarde fui a revisarla ella dormía y no quise despertarla, tome un papel y le apunte mi numero y lo metí en el bolsillo de sus chaqueta, me cambie y entregue la guardia, estaba sumamente agotada, pero eso no me impedía pensar en el cuerpo de Sugey.

Sugey

Si, ese beso me gusto, pero igual sigo sintiendo apatía de cierta forma, ella es demasiado hiriente con sus palabras, se nota que jamás ah sufrido por algo, mientras ella va por el mundo chocando con la gente yo voy por el mundo siendo atropellada… en fin el chiste es que ya di un paso con ella, me beso y a pesar de que dijo que fue un impulso se que fue algo más que eso, y creo que ya tenemos un trato, lo que ella no sabe es que las reglas las pondré yo, pero no se las diré, juro que aunque sea una lagrima te saco muñeca.

Pensé que la vería por la mañana, pero Jonny llego y me dijo que había entregado su turno, ya me iba a casa por fin, fue una noche tranquila pero larga aunque las malditas medicinas me lanzaron como piedra no pude evitar tener sueños extraños con Lucí, me rio de mi misma, estoy muy grandecita como para tener esa clase de sueños con chicas, mi madre no dejaba de preguntarme si me sentía bien, papa nos esperaba afuera, traía mis manos dentro de la chaqueta mientras caminaba y saque un trozo de papel del bolsillo, vaya sorpresa, lo pensó todo… su número.

-          No que no te gustaba condenada!

-          Dijiste algo amor?

-          No mama, vamos quiero llegar a casa.

No pude esperar más y de camino le marque, su celular estaba apagado, de seguro descansa, intentare más tarde, la invitare a bailar y a tomar algo, debo ser sutil, y atraerla lo más que pueda sino nada de esto va a servir. La llame en la noche, estaba ya en el hospital, me costó un poco convencerla de que saliera conmigo el día siguiente ya que me había dicho que debía descansar, pero mi alergia había desaparecido, estaba desesperada por dar mi siguiente paso, estaba ciega de resentimiento y ansias, mientras me vestía lo mejor posible para sorprenderla pensaba en lo satisfactorio que sería darle esa esperada lección, claro estaba que su amigo era cómplice aunque él no sabía cuáles eran mis verdaderas intensiones, lo estaba haciendo  adrede para que se le bajaran los humos sin involucrar nada mas, estaba fuera de la disco cuando llego me sorprendió estaba muy hermosa, pero igual me puse dura sin que me sobresaltara su imponente majestuosidad. Con anterioridad, la noche que nos conocimos ya la había detallado mucho, entramos y al acomodarnos pedí cerveza, ella no quería tomar, casi le ruego, hasta que accedió por un vodka, justo lo que pensé que pediría, la invite a bailar, como era una disco gay podía bailar de lujo con ella, mientras los vasos de vodka iban y venían mi mente rememoraba la primera noche que la vi, hasta el punto en que me humillo, sentí rabia, casi no hable después de eso, las cervezas casi ni surgían efecto en mi mientras que ya casi a las 3 am ella estaba muy ebria, pero no inconsciente, le dije que la llevaría a su casa, pero me dijo que no, que no llegaría así que la llevara donde Jonny, cosa que no hice, la lleve a la mía, mis padres no estaban, se sentó en una equina de mi cama y miraba a su alrededor.

-          Tu cuarto es lindo, se ve muy arreglado.

-          Es mi único espacio.

-          Has estado muy callada.

-          Cansancio eso es todo.

-          Ven siéntate junto a mi – se reía-

-          Te puedo besar.

-          No, no puedes.

-          Ok

-          Yo te besare a ti, Qué bueno que me trajiste contigo…

Se me trepo encima y me daba besos cortos pero profundos, me repetía que no olvidaba mi cuerpo, creo que eran los efectos del alcohol… me puse de pie y la deje sentada en la cama.

-          Te gusta? – me quite la camisa-

-          Mucho… se ve mil veces mejor sin ropa, aun con las manchas rojas de la alergia era hermoso.

-          Y así te gusta? – me quite el pantalón-

-          …

-          Que tal así?- me desprendí el brasier

-          …

-          Sabía que terminaríamos en esto – la levante de la cama.

-          Que ganamos con eso?

-          Una buena cogida… solo eso.

-          Nada más?

-          No, era broma, para que hablar tanto…

La pegue a mi cuerpo desnudo, sus manos estaban heladas y mi cuerpo ardiendo, pero de rabia… por fin la tenía como quería, a la vez deseaba estar con ella, sentía que la odiaba por hacer que la deseara tanto, no me costó mucho sacarle la ropa, cuando nuestros cuerpos desnudos impactaron empecé a perder el control, hacia un tiempo que me mantenía en celibato, su cuerpo frotando el mío se sentía muy bien le besaba el cuello, mordisqueaba sus orejas, sus manos frotaban mis pechos, la lance a la cama y me fui sobre ella, besándola, tocándola…

-          Ahora me odias? – le pregunte aun rabiosa-

-          Porque lo dices.

-          Dímelo, aun me odias.

-          Yo no te odio ahora, solo deseo que termines lo que empezaste… siente esto –me tomo la mano y la llevo hasta su sexo-

-          …

-          Esto te hace pensar que te odio?

Me dejo sin palabras, y mientras sentía su humedad una descarga se extendió por mi cuerpo, como un impulso introduje dos de mis dedos hasta lo más profundo de su interior, ella soltó un gemido ahogado, como tratando de callar lo que sentía mientras la penetraba, sus caderas fueron cobrando vida al compas de mi mano, cuando la sentí venirse saque mi mano… ella me reprocho por haberlo hecho, a lo que no respondí, solo separe sus piernas y lleve rostro a su sexo, su piel se erizaba mientras respiraba muy cerca de su intimida, introduje mi lengua empapando mi rostro con sus fluidos, me aferre de sus hermosas piernas y me dispuse a hacerla disfrutar del placer que mi legua le podía brindar, sus manos se enterraban en mis cabellos, hice lo posible por no sentir nada pero me fue imposible, solo escuchar sus gemidos me hiso humedecer hasta el punto de querer correrme junto con ella, cuando ella tuvo su orgasmo no espere la arrodille junto conmigo, frente a frente tome su mano y la lleve hasta mi sexo, sin decir nada deje que me tocara por un rato, la lance de nuevo y me acomode sobre ella, al contrario a ella yo podía ahogar lo que me moría por gritar, me movía sobre ella, sobre su sexo confundiendo movimientos y la humedad… ella tocaba mi cuerpo, mis senos hasta que me hiso explotar, viéndola fijamente a los ojos, que no olvidara mi rostro incluso aun estando con otra mujer. Como si nada nos vestimos.

-          Me llevas a casa? – me dijo un poco bajo-

-          A donde quieras.

-          Estas molesta?

-          Un poco, pero no es por ti.

-          Puedo saberlo?

-          Mejor no, hay una frase de una canción que siempre uso cuando no puedo responder a algo que no quiero responder.

-          Cual?

-          Aprendí a callar porque creo que es mejor, pero hablan mis ojos en nombre de “la razón”

-          La frase no dice la razón, sino el amor.

-          Pero en este caso no hay amor en lo absoluto.

Hicimos silencio todo el camino, su rostro estaba perdido, y yo seguía molesta con ella, no olvidaba, estaba envuelta en rabia, rabia hacia ella a su hermosura que me desquiciaba, y ahora rabia por pensar en su olor, su sabor, sus gemidos mientras lo hacíamos, todo eso… me detuve frente a su casa, ella no se bajo, esperaba algo? Sentía miedo ahora, pero no sabía concretamente por qué, me miro por un rato y yo solo miraba el volante del auto con las manos aferradas a el.

-          Y bien? – dijo finalmente-

-          Y bien?

-          Emmm, buenas noches, gracias por todo.

-          De nada, descansa tu también.

Se bajo del auto y se perdió tras la puerta, dejándome con mi soledad y mis pensamientos… ¿conseguiré dormir?