Desde el portal, viendo la vida pasar (IV)
No si antes echar un vistazo a su pierna, estratégicamente levantada...
Aquella tarde Teo no contó nada a su amigo Nica. Estuvieron como siempre, en el parque, refrescándose con la brisa de poniente que por suerte venía a aliviar el intenso calor. Por la noche, soñaba con su Florinda mientras mareaba la tortilla francesa que su madre le había preparado y el tomate con aceite para acompañar.
— ¡Qué te pasa hijo! Te veo muy distraído últimamente —le confesó su madre.
— ¡Oh, no, es que no tengo mucha hambre! —dijo él para salir del paso.
— ¿No te gusta la cena?
— No es eso mamá, es que no tengo mucha hambre.
— Estás raro, ¿acaso es por alguna amiga por lo que estás así?
— No sé mamá, las mujeres son muy extrañas —dijo Teo, fue como si de repente deseara contar lo que le afligía.
— ¿Por qué lo dices? —dijo su madre, con la esperanza de que se lo contara.
— Porque por un lado mostráis que os gustamos, pero por otro no queréis que nos acerquemos, es contradictorio —dijo Teo sin dar más detalles.
— ¿En serio? —rio su madre—. Bueno tú sigue cortejándola, las mujeres somos como el capullo de la rosa, si nos tocas antes de tiempo tenemos espinas y pinchamos. Si nos riegas y nos mimas finalmente los pétalos se abren y ya no pinchamos.
— Nunca lo había visto de ese modo —dijo Teo agradeciendo el consejo de su madre, pues ciertamente le había animado.
Si algo bueno tenía su madre es que no se metía en sus temas, pero también sabía escuchar. Y su relación funcionaba muy bien gracias a esta confianza y a la libertad que sentía al hablar con ella.
Metido en su habitación se masturbó pensando en su Florinda, se imaginó acariciando su sexo, metiendo sus dedos en él y sacándolos muy mojados. Ella disfrutando de sus caricias y pidiéndole que la follase.
Y metido en faena, pensó que, dado su avanzado estado de gestación, lo mejor sería que ésta se pusiera a cuatro patas y él así, tomarla desde atrás. Se veía delante de su culo, apuntando y metiendo su verga en su coño, casi podía notar el suave roce de su piel en torno a su glande. Con delicadeza la agarraría por las caderas y al penetraría dándole oleadas de placer.
Justo en ese momento entró su madre...
— ¡Hola hijo, tienes algo qué lavar! —dijo su madre con un canasto de ropa en apoyado en la cadera.
— ¿Cómo? ¡Eh, no, creo que no!
— ¿Estás mejor? —se interesó ya cercándose se sentó a su lado en la cama.
La fina sábana tapaba su erección, así que en cuanto entró, Teo levantó una rodilla para disimular el bulto. Pero ahora, con su madre al lado, le resultaba incómodo.
— ¡Oh si, estoy bien mamá! No tienes por qué preocuparte.
Su madre le miró y pareció ser consciente de que tal vez estaba interrumpiendo algo.
— ¡Oh, bueno, me alegro! Sólo me preocupo por ti, lo entiendes, ¿verdad? —dijo acariciándole el pelo.
Y tras decir esto, se levantó y se marchó, cerrando discretamente la puerta a su salida. No si antes echar un vistazo a su pierna, estratégicamente levantada bajo las sábanas, para ocultar su erección y echo esto le sonrió.
De modo que Teo respiró aliviado y se entregó al final de su masturbación, estaba tan excitado que no le fue difícil correrse en su mano y mientras con una movía, con la otra tapaba, para evitar manchar las sábanas. Aunque pueda parecer una guarrería, era el mejor método, luego había que buscar algo para limpiar, nada mejor que el canasto de la ropa sucia para elegir una prenda con la que limpiarse...
Desde el portal, viendo la vida pasar sinopsis:
Teo y Nica son dos amigos del alma. Se conocen desde que eran pequeños e iban a párbulos, hace ya tanto tiempo que ni recuerdan, aunque aún son jóvenes, jóvenes que pasan las tardes y las mañanas en el portal de su bloque, sentados, viendo la vida pasar.
Así, un buen día se fijan en Flori, una vecina de Teo a la que éste ya conoce, pero ese día es especial, su andar decidido, con el Sol a su espalda, sus cabellos rubios resplandeciendo, movidos por la leve brisa mientras camina en dirección al portal, cargada de bolsas y embarazadísima...
Teo queda prendado de ella y aquí empieza su aventura....