Desde el cielo..
Relato basado en la vista de la persona que amado y a sufrido la puñalada del desamor.
Fue un abrazo de tu ser lo que hizo que en ti me fijará, apareciste ante mi como si de el mas valiente de los guerreros en la mitad de su combate triunfal se tratase. Cuando te leí la primera vez, sentí como la curiosidad recorriera cada nervio de mi cuerpo... llegando a cada parte de el, sentí que eras tu, esa persona que yo había estado buscando. Todo en ti me sorprendía, me cautivaba, necesitaba saber más de aquel chico sensible que se disfrazaba de rebelde para mí.
Cada vez que leía una despedida, algo en mi rostro cambiaba, era como si de un sueño se tratase, y realmente yo fuera la única parte consciente . Recuerdo a cada instante la primera vez que leí de ti un "te quiero" fue increíble, mis piernas temblaron, mi bello se erizó, algo en mi estomago tomo una posición diferente a la de siempre, mi garganta se secó sentí como en mi cabeza empezaban a entornarse imágenes, si imágenes, nuestras, tuyas y mías siendo felices juntos. Porque ese era mi propósito hacerte feliz, pero no conseguí llegar a aquel corazón que aunque protegido, era débil.
Cada día era especial, me levantaba mejor que de costumbre y desde que abría los ojos hasta que tu aparecías en mi pantalla, no paraba de mirar el reloj y pensar en ti todo en mi eran preguntas, ¿Qué estará haciendo?, ¿con quien? ¿Porque no estamos juntos? Cada vez que pensaba en algo distinto, las preguntas se agolpaban en mi cabeza y yo no tenia respuesta para ninguna
Cuando me sentí capaz de decirte lo que sentía sentí un gran alivio, era la primera vez que decía lo que maduraba dentro de mí sin ningún tipo de miedo, eras mi confidente, eras mi amigo, eras mi esperanza, mi susurro, eras mi amor.
Se que no fue justo, que yo te prometí esperar, y la paciencia es un don que yo poseía, pero tenia miedo, miedo a volver a mi realidad, miedo de sentirme sola de nuevo, de recordarme a mi misma que no era imprescindible, aun así luche mucho.
Puse mi empeño cada día, mi ilusión era hacerte sentir lo que yo sentía no hacia mi, si no hacia ti. Quería que te dieses cuenta que para mi eras la persona mas especial del mundo, que no había nadie como tu, que me llenabas de paz, jugaba a imaginar un futuro contigo, pero no era fácil. Yo sabía lo que ocurría, desde el principio lo supe, tú me lo hiciste saber.
Me prometí a mi misma, que no pensaría en ello, que si había prometido tiempo lo daría.
Pero el peso del rechazo pudo conmigo, ablandó mi carácter y cegó mi aguante.
Ella era a la que amabas, tus sentimientos hacia mi eran solo puro agradecimiento hacia lo que yo sentía.
Mi ilusión estaba puesta en las cosas pequeñas, en los detalles diarios, en la importancia de que tu supieras que te pensaba. Pero no sirvió de mucho, me di cuenta aquel día sí, ese día fue en el que empecé a sentir que nunca podría acariciarte, ni sentir tus labios sobre los míos. Ese día que yo pensé que sería tan especial, fue un día muy duro para mi corazón.
Desde entonces nada fue igual, mis miedos y mis temores iban en aumento. La gente de alrededor solo podía confirmar lo que yo sentía, que todo se acababa.
Nunca fuiste mío pero me hiciste sentir tuya. Era mi primera noche sin tu compañía, y las lágrimas recorrían mi mejilla desde que te dije adiós. Yo se que tu seguirás hacia delante, pero para mi ya no hay mas camino. Ya se que suena egoísta, pero la muerte no nos dejo unir nuestras vidas y mi corazón me gritaba que si no era contigo con el que compartía cada latido tendría que ser con ella. Si con ella, aquella noche uní todas las fuerzas que me quedaban y decidí acabar con mi tortura, con todo. Ya no había nada que tuviera que conseguir, no había nada que hacer , el sudor recorría cada poro de mi cuerpo, pero lo hice, sentí como mis fuerzas se desvanecían, como la sangre que un día fue mi vida se amontonaba ahora en un charquito de ilusiones perdidas alrededor de tu foto. La única imagen que tenia de mi ser amado. Pronto mis ojos comenzaron a nublarse y el frío se apodero de cada extensión de mi cuerpo mortal. Entonces sentí como ya no me pertenecía, sentí la felicidad de la despreocupación, la calidez de la soledad, y mis sentidos me abandonaron.
Ahora mi única razón es saber que estas bien, que tu vida es agradable, que tus metas alcanzables y tus sueños se cumplen conforme tus expectativas. Te veo amando y siendo amado, recogiendo lo antes sembrado, feliz y eso hace que en mí brille la felicidad, se que yo termine todo pero fue por los dos y no me arrepiento. Ahora ya no hay lágrimas, solo sonrisas en tu bello rostro, lo triste se acabo con la ultima sangre de mi cuerpo, ahora te toca vivir , y disfrutar de este regalo que es la vida, por ti y por la persona que te amó y no supo hacerlo mejor. Nunca dejaré de observarte desde donde estoy y siempre recordaré aquel primer te quiero...
Besos desde el cielo.