Descubro por sorpresa que mi prima es una zorra 3

Mi prima y yo visitamos a nuestra abuela e intentamos jugar sin que nos pille, ¿lo conseguiremos?


Para quien no lo haya leído esto es la continuación de la historia "Descubro por sorpresa que mi prima es una zorrita" que cuenta con 2 episodios

https://www.todorelatos.com/relato/182465/

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Gracias a todos y todas los que me han escritos comentarios o al correo, en general han sido muy positivos y me animan a continuar.

Y sin más, continuamos con la historia


Era miércoles, había salido pronto de trabajar por un problema en la red de la empresa, así que aproveché para acercarme a visitar a mi abuela, que hacía unas semanas que no la visitaba. Por el camino se me ocurrió una idea y decidí escribir a mi querida prima.

-Primita, ¿qué tal, muy ocupada?

-Estudiando para las oposiciones como siempre, zZzZz.

-Voy a visitar a abuela, ¿haces un descansito y la visitas también y nos vemos?

-Vale, tenía que ir a llevarle unos tupper de todas formas, ahora me paso.

-Perfecto, allí nos vemos

-Un beso primito.

-Por cierto, trae falda.

Bloqueé el móvil y no quise ni saber la reacción de mi prima al pedirle eso. No tenía muy claro si podríamos hacer algo con mi abuela por allí sin que nos pillaran, pero estaba seguro de que el morbo de ser cazados pondría a mi prima muy cachonda.

Llegué a casa de mi abuela algo antes de las 6. Se alegró mucho de verme me comió a besos y como toda abuela me dijo que estaba en los huesos y tenía que comer más y me obligó a merendar. Mientras estaba en la cocina, tomando un café y comiendo unos dulces rellenos de crema buenísimos tocaron al timbre. Era mi prima.

- Ay qué alegría, qué de visitas hoy – dijo mi abuela muy contenta al recibirla - ¿dónde vas tan fresca con una falda que te vas a resfriar?

- Hola abuelita – le dio dos besos – tampoco hace tanto frío y es que después he quedado para ir a cenar y quería arreglarme un poquito.

-Eres la más guapa del mundo entero. Tu primo está merendando en la cocina, vamos que te echo una taza de café a ti también.

Y allí nos encontramos. Mi prima estaba tan guapa como siempre, con sus labios de un color marrón pálido. Llevaba una faldita muy corta gris con líneas blancas y negras, un cinturón de cuero negro, calcetines negros altos hasta las rodillas y un jersey negro muy ajustado que resaltaba su busto. Su cabello suelto le enmarcaba tanto la cara como los pechos formando una silueta que desprendía erotismo por los cuatro costados.

- Hola prima ¿qué tal? – me levanté y le di dos besos. También aproveché para meterle mano por debajo de la falda y aferrarme a su culo, hoy llevaba un tanguita al parecer.

- Hola primo ¿cómo tu por aquí? – dijo ella poniéndose tensa y mirando hacia nuestra abuela que seguía preparando cosas sin enterarse de nada.

-Pues nada, que he salido temprano y he venido a visitar a la abuela.

-Ah genial, yo he venido a devolverle unos tuppers que me llevé el otro día.

Seguimos hablando durante la merienda los tres. Mi abuela se sentó a mi lado, lo cual maldije porque no podría meterle mano a mi prima como planeaba. Pero se me ocurrió otro plan. Me descalcé y con el mayor disimulo posible, llevé mi pie a la cara interior del muslo de mi prima, que dio un respingo al sentirme.

- ¿Te ha pasado algo, niña? – le preguntó mi abuela

- Un escalofrío, abuela.

-Si es que con esa falda te vas a quedar arrecida.

Yo mientras tanto aproveché para terminar de acomodar mi pie en la silla de mi prima y con mis dedos empecé a recorrer su tanga. Mi primita no paraba de enviarme miradas asesinas, pero yo notaba como su carita se iba enrojeciendo por la excitación del momento.

Cogí el móvil y le escribí por WhatsApp para que nuestra abuela no se enterase.

-Hay un tanguita molestándome. Apártalo ok? 😘

Mi prima vio el mensaje cuando se iluminó el móvil que estaba sobre la mesa. Me miró a los ojos y se mordió el labio mientras escondía sus manos bajo la mesa. Cogió su tanguita y la apartó. También cogió mi dedo gordo del pie, lo situó en su clítoris y empezó a realizar movimientos circulares, después sacó las manos y continué con la tarea que me había encomendado. De vez en cuando tardaba en responderle a mi abuela o paraba de hablar en medio de las frases debido a su calentura.

Poco después de terminar de merendar, nuestra abuela nos propuso ir al salón para refugiarnos del frío en la estufa. A mi prima estaba claro que no le hacía falta porque su cuerpo desprendía mucho calor ahora mismo.

-Vamos, pero pásame una servilleta abuela que he derramado un poco de café . –le dijo mi prima.

Cogió la servilleta y limpió la silla. Antes de que la tirase a la basura, me fijé en que ahí no había nada de café, probablemente había mojado toda la silla con sus jugos vaginales.

Nos dirigimos al salón y nos sentamos en sillones alrededor de la mesa con la estufa. Estuvimos preguntándole a la abuela qué tal su salud, que estaba haciendo últimamente, si necesitaba algo y ella no paraba de preguntarnos por si comíamos lo suficiente. A las 7 comenzó el programa de cocina favorito de mi abuela y nos pusimos a verlo en la tele. A mí me aburre bastante así que decidí que era buen momento para seguir divirtiéndome con mi primita. Me bajé la bragueta del pantalón vaquero y me saqué la polla. Aún estaba flácida, pero con un poco de cariño cambiaría rápidamente.

- Prima, siéntate encima de mí y nos tapamos juntos. Coge el móvil en la mano y si pregunta abuela le dices que me quieres enseñar unos vídeos.

Mi prima leyó el mensaje y creo que fue la primera vez desde que empezó todo esto que la vi dudar, creo que se preguntó cómo de lejos me atrevería a ir con nuestra abuela allí delante y que pasaría si nos pillaba.

- Date prisa que para comerme la polla el otro día no tardabas tanto – le escribí en un intento de calentarla haciéndola recordar.

-Ay primo mira este vídeo, hazme sitio – dijo mientras se tiraba encima de mí en el sillón.

Mi abuela no sospechó nada, la que si se llevó una sorpresa fue mi prima al notar mi polla fuera de mi pantalón en la parte baja de su falda.

Rápidamente nos tapé y con mis manos escalé sus muslos hasta llegar a su vagina. Estaba muy húmeda del tratamiento anterior en la cocina y comencé introduciéndole los dedos anular y corazón. El calor, la humedad y la viscosidad de su interior hizo que me empalmase rápidamente, así que la agarré de la cintura y la pegué más a mí para que no me aplastase la erección, que quedó justo en su espalda.

Con la mano derecha seguí penetrándola y con la izquierda busqué su clítoris. Me habría encantado aferrarme a sus pechos, pero sería demasiado arriesgado con nuestra abuela allí. Quería ver cuánto podía aguantar mi prima sin decir nada a pesar de su excitación.

- ¿Te gusta zorrita? – le susurré al oido y aproveché para besarle el cuello.

- Eres… un… mamón… – dijo entre dientes y con pausas entre las palabras a causa de su calentura.

- Córrete para tu primito, no tengas miedo – dije mientras le metía un tercer dedo y le echaba el aliento en la nuca. Se le puso la piel de gallina.

- Aaah aah – estaba gimiendo muy bajito.

Nuestra abuela seguía por el momento mirando la tele, así que incrementé el ritmo de la masturbación. Ya se podía oír un ligero chapoteo de lo mojada que estaba, pero por suerte el sonido estaba amortiguado por la tela que cubría la mesa. Mi prima echó la cabeza hacia atrás apoyándose en mi hombro. Tenía los ojos en blanco, no paraba de gemir bajito y su cuerpo se agitaba. Con la mano izquierda no me pude resistir y le di un apretón en su pecho y finalmente se corrió.

-AAAAAAAAAAyy – todo su cuerpo tembló e incluso se despegó del mío, haciendo que casi se le clave mi polla.

- ¿Qué te pasa niña? – le dijo mi abuela

-Na.. da abuela, que he tocado la … estufa sin querer y… me he quemado – decía con la respiración entrecortada aún. Desde luego había encontrado una excusa rápido.

-Si es que tenéis que estar muy incómodos los dos ahí.

-No te preocupes abuela, es que no está bien sentada – y diciendo esto agarré a mi prima de la cadera, la levanté y la hice sentarse clavándole toda la polla hasta el fondo de su coñito.

-AAAAAAAAAA que me he vuelto… a quemar cuidado.

-Tranquila, ¿ya está verdad?

-Creo que si – dijo mi prima

Su coñito estaba deseando recibirme. La penetración fue brutal, aunque muy fácil debido a su orgasmo anterior. Ahora tenía que ver cómo moverme para follármela.

Mi abuela volvió a centrarse en la tele y yo comencé a subir y bajar a mi prima agarrándola del culo para follarla. Iba muy despacito, aunque el placer de follarme a mi prima delante de otra persona valía más que la follada más bestia del mundo. En una de las veces que la levanté, aproveché para introducirle el dedo índice por el culo.

- Hoy no porfa – me suplicó. Noté que no estaba para hablar, seguía muy excitada.

-Te recuerdo que eres mi putita personal. ¿Ya lo has olvidado?

-Lo soy, pero… aaa. Nos van a pillar.

La levanté mucho más de lo normal, hasta sacar toda mi polla y la volví a sentar para clavársela entera.

- mmmmmmmm.

- ¿Te ha quedado claro quién manda?

- Sí, perdón.

- Quiere algo más la zorrita. – le dije tanteando con un segundo dedo su culito.

- Méteme otro dedo por favor, rómpeme el culito otra vez .

Me alegró que hubiese entendido el mensaje de que la quería suplicando. Me encanta que las mujeres me pidan más. Más dedos, más fuerte, más profundo, siempre más. Y lo mejor es ver sus caras al complacerlas.

Seguí con mi lenta follada y con dos deditos dentro del culo de mi prima. El único problema es que a este ritmo no iba a conseguir correrme, pero tuvimos un pequeño golpe de suerte. Mi abuela se quedó dormida (en realidad es bastante típico, así que tampoco era tanta suerte), así que decidí arriesgar con el objetivo de conseguir descargar.

Levanté a mi prima y me puse de pie y me miró sorprendida no entendiendo nada y tapándose. Le señalé a nuestra abuela y entonces entendió que estaba dormida.

-A cuatro patas cariño -  le dije y acto seguido le comí la boca. No había podido besarla hasta ahora.

Ella por supuesto me hizo caso y se apoyó en el sofá. Por fin podía apreciar su coñito. Sus labios estaban ligeramente separados y su interior era un mar de jugos. También tenía una visión perfecta de su ano ligeramente dilatado y claramente pidiendo más acción. Me eché sobre ella y comencé a follarla muy rápido. También aproveché para meter una mano por dentro de su jersey y agarrar sus tetas.

- aaaa …. Cabrón no tan fuerte que nos va a pillar

-PLAS PLAS PLAS PLAS – se la estaba metiendo hasta los huevos.

Yo ya no pensaba racionalmente, tenía toda la sangre de mi cuerpo en la polla y lo único que me importaba era acabar.

- AAAAAA – gritó mi prima.

Al subir el ritmo de la follada, no podía evitar sus gemidos, así que tuve que taparle la boca con la mano. Seguí taladrándola durante un minuto más hasta que volvió a correrse.

-MGFMGFMGM – la zorrita hasta me mordió un dedo.

Vi que mi abuela se movía y rápidamente tiré a mi prima al suelo, me senté en el sillón y la metí bajo la mesa. Parece que estaba medio dormida aún y no se había enterado de nada.

-Ay, qué hora es niño? – dijo mi abuela desorientada.

- Las 8 van a ser, has dormido un buen rato.

-Ay siempre igual, ¿y tu prima dónde está?

- Está fuera ha… – me quedé mudo. Mi prima me había agarrado la polla y me la había succionado para intentar sacarme toda la leche – …hablando por teléfono creo.

- Se va a resfriar, va muy fresca.

Mi prima continuaba mamándome la polla y no pude más. Metí la mano derecha bajo la mesa, la agarré de la nuca y la hice tragarla hasta el fondo. Se oyó una arcada y comencé a soltarle la leche que se había ganado. Mientras me corría se me escapó un gemido.

- ¿Has dicho algo niño?

-No que tengo la garganta seca, voy a ir a por agua.

-No te levantes, voy yo y te traigo un vaso que me tengo que tomar ahora la pastilla de las 8 de todas formas.

Aprovechando que mi abuela iba a la cocina, mi prima salió de debajo de la mesa. Tenía el pelo revuelto y un poco de semen en la cara.

-Me voy antes de que me vea abuela, dile que llegaba tarde .

- Espera. ¡PLAS!** – le di una fuerte y sonora nalgada.

-AY, eso me va a dejar marca seguro.

-Que no crea tu culito que me he olvidado de él, aunque hoy no le haya dado cariño. Adiós primita.

-Adiós primito.

Y así terminó la visita de dos buenos nietos a su abuela.


Gracias por leer el tercer relato de esta serie, en principio contará con un último cuarto capítulo (a no ser que me venga alguna inspiración extra en este tiempo).

Para cualquier crítica o sugerencia podéis comentar o escribirme al correo savagerelator@hotmail.com