Descubro la faceta oculta de Mario

Con unas ganas irrefrenables de oler ese producto prohibido que no pude frenar descubrí los gustos de Mario los cuales disfrutaré durante mucho tiempo y tengo muchas historias, esta es la más light pero incluso puedo decir que me lo folle el día de su boda.

Mi padre es fontanero y en el edificio lo saben, y todo ya no vivir allí ya que mis padres se compraron un casa y yo me quede en el piso, lo tienen en estima porque siempre que pasa alguna cosa a la hora que sea el esta allí, por esto cuando una vecina sus inquilinos se quedaron sin agua no tardo nada en ir a solucionarlo. El  problema estaba en las tuberías y les dejo con agua pero bajaba muy poca de manera provisional hasta que pudiera ir a cambiarla.

Los inquilinos eran una pareja joven tendrían unos 3 o 5 años más, hacia un par de meses que llegaron al edificio y se les veía majos.

A los dos días fuimos mi padre y yo, ya que cuando no tenía nada que hacer le echaba una mano. Cuando llegamos nos abrió la puerta Monica y nos llevo a la terraza nos dijo que tenía que salir un momento nosotros teníamos faena y no nos importo mucho, el trabajo era en una terraza en pleno julio con un calor de mil demonios por esto a media mañana ya iba sin camiseta. Ya casi al final trabajamos en el calentador allí también había la lavadora y el cesto de la ropa sucia, se nos cayo algo y al recogerlo acerque la cara al cesto y cuando estaba a escasos 20 centímetros de él vi los bóxers de él y me llegó el aroma de ellos y con él unas ganas de acercarme los a la nariz para captar todo aquel aroma pero me tuve que frenar, al poco rato nos faltó una pieza y mi padre la fue a buscar al almacén yo me quede allí haciendo mi tarea asta que volví a ver esos bóxers holister rojos llamándome no me pude frenar los cogí hice una bola y me los lleve a la nariz para poder absorber todo aquel aroma a macho, a continuación busque la zona del paquete para poder catar ese aroma por separado cuando estaba oliendo la parte del paquete levante la mirada y vi a Mario mirándome yo llevaba una ereccion considerable, pude ver que Mario, que llevaba un pantalón corto de deporte, se veía que estaba morcillon

-que pollas haces?!- con un tono de cabreo

-no es que se me ha caído agua y miraba si estaban sucios-

-si y por esto tanta cata de olor no- me dijo mientras me los arrebataba de las manos.

En estas suena el timbre que era mi padre.

-por favor no digas nada haré lo que sea- le digo a modo de súplica

-que se ha portado bien, jaja- dijo mi padre

-si creo que se porta muy bien- dijo Mario

Estuvimos un rato y Mario no me quitaba ojo me sentía sumamente observado cuando estábamos recogiendo Mario desapareció yo quería aprovechar para irme pero cuando ya estaba en la puerta salió, mi padre también estaba para salir y Mario me dice -me especias como funciona el calentador-

-uy esto mejor mi padre-

-no, no todo esto electrónico te los dejo a ti yo voy hacer un viaje al almacén-

Quería terminar cuanto antes porque no me quería quedar solo con el por lo que pudiera pasar, al llegar allí y disponerme a explicarle cómo funcionaba me empujó contra la pared me cogió con una mano el cuello y con la otra se saca el bóxer rojo que lo llevaba en el paquete y me lo pone en la nariz para que lo oliera en ese momento no podía imaginar como salir de esta situación solo el aspirar otra vez esa fragancia -ahora sí que van a oler te los he acabado de lefar- no podía creerme lo que me estaba pasando solo reaccioné metiendo la mano en sus bóxers que llevaba puestos y cogerle la polla que la tenía dura como el cemento armado se la empece a cascar y con el calentón que llevaba el también a mi al poco nos venimos los dos en la terraza mientras nos limpiábamos un poco de la corrida mutua que nos hicimos entran en casa y era la novia de Mario rápido me puso los bóxers rojos dentro de mis bóxers con la frase -los quiero de vuelta y limpios en ellos te he puesto mi número cuando estén limpios me escribes y algo más vamos a hacer-

Llegue a mi casa y solo cerrarse la puerta me quite toda la ropa con gran celeridad a excepción de mis bóxers en los que dentro llevaba los de Mario con su leche, los saqué con cuidado y los abrí y fui a oler esa leche y a continuación a saborearla mi polla ya no cabía en el bóxer incluso me dolía la opresión dentro de ellos me los saqué, tumbe en la cama y con el aroma y sabor de lo que me dejó Mario me corri al poco, lo hice en los bóxers rojos de Mario cuando solté la última gota de leche busqué el número saqué una foto de como me corri en ellos y se la mandé a él me respondió que ya sabía que los quería limpios a la que le respondí con una foto lamiendo las leches.

Al final se los devolví pero esto ya es otra historia y lo dejamos para otro día.