Descubrirse
La historia de como descubri lo que dormia en mi entrepiernas
“Eres muy chica”, eso dicen todos, “está mal lo que haces”. A mí solo
me importaba que me hacía sentir bien lo que hacía, y algo que te hace
sentir bien, no puede estar mal ¿o sí?
Estaba yo en mi cuarto, pues como cualquiera de mi edad en lo mío,
estaba jugando en la cama brincando de un lugar para el otro cuando en
eso mi almohada roza mi sexo, me ha gustado la sensación, ¿por qué?
Pues así como a la gente le gustacomer, dormir, a mi me ha gustadocomo se siente algo cuando se frota contra mi sexo.
Así que seguí brincando de un lado para el otro y cada que podía
rozaba mi sexo contra algo, la almohada, el borde de la cama, la
reposadera, algún felpudo, era muy divertido y me gustaba.
Lo hacía casi todos los días, o al menos cada vez que me acordaba.
Un día solo me senté en mi cama, y tomé la almohada y me froté y froté
y froté. Mi mamá entró en mi cuarto y me regañó porque era muy chica
para estar haciendo eso, eso está mal.
Así que ahora la diversión que esta actividad, mi nueva favorita, me
proporcionaba pues solo la podría tener cuando nadie pudiese verme. En
las noches, me colocaba mi almohada entre las piernas, y con la ayuda
de mis manos la movia hacia arriba y hacia abajo para que frotara mi
sexo. Y así me quedaba dormida.
Con el tiempo descubri que la almohada era una buena acompañante, pero
que mi mano también podía hacer lo mismo, me colocaba boca abajo con
mi mano entre las piernas y comenzaba a frotarme hasta quedarme
dormida.
Si algo me hace sentir tan bien, ¿cómo puede estar mal?