Descubrimiento (4)

Ahora Patricia.

DESCUBRIMIENTO IV

Salí del baño más tranquila, si bien el ano aun me molestaba, pero, con todas las ganas de continuar.-

Descubrí una sensación, mezcla de molestia y excitación. Excitación porqué sentía el esperma del dálmata recorrerme la piel interna de las nalgas, lo cual era recordatorio de todo lo vivido, y molestia porqué el esperma al secarse se endurecerse y tiraba de los bellos de mis muslos, pero, como decimos acá "es un placer". -

Entre a mi cuarto en el momento que Patricia, acostada boca abajo, se acariciaba furiosamente la entrepierna buscando su desahogo. Me acerque silenciosamente y me arrodille junto a ella, con mucha suavidad le levante la pollera descubriendo una bikini de color blanca y el movimiento de sus dedos sobre su cubierta vagina.-

Quisiera aclarar que no soy lesbiana. Podré ser zoofilica, y quizás un poco bisexual, si bien aun no lo probé, pero no lesbiana, y yo no soy precisamente quien para juzgar.-

Pero a los 13 años y en pleno despertar sexual, los limites impuestos se hacen un poco difusos y bastante elásticos. Lo único que me interesaba era descubrir más forma de gozar.-

Con dos dedos de cada mano tome el elástico del bikini y comencé a bajarla lentamente, dejando al descubierto las nalgas de mi amiga iluminadas por la luz de la ventana, que hacia brillar su rubio bello. Reconozco que disfrutaba mirar las suaves curvas, la sombra que dividía su nalga, el huequito que parece enmarcar la vulva, los labios mayores enrojecidos y brillantes de lubricación.-

Patricia no emitía un solo sonido ni me detenía, o mostraba de alguna forma su disconformidad, estaba quieta y esperando.-

Con la ropa interior en el piso deje que mis manos recorrieran la suave piel de sus piernas, desde sus pantorrillas hasta las nalgas. Siempre con mucha suavidad, deje que mis dedos se internaron en esas duras y aterciopeladas nalgas, y al separarlos pude ver por primera vez en mi vida, el ano y la vagina de otra mujer.-

Recién en ese momento Pato emitió un profundo gemido. Abandone las nalgas para dirigirme a sus muslos que con delicadeza procedí a sepáralos, mire a Machi que estaba recostado descansando y Freddy parado expectante mirándome intensamente.-

Sin ninguna señal de mi parte, mi perrito salta a la cama directamente entre las piernas de mi amiga, también con cuidado camino hasta llegar a la entrepierna, olfateo y me miro.-

Volví a separar las nalgas y pude observar como la punta, y luego una porción mayor, de la lengua de Freddy dejaba un sendero de saliva desde la vagina hasta el ano.-

Patricia se estremeció, levanto la cabeza emitiendo un excitado suspiro. Ya no había marcha atrás, ni ninguna lo quería.-

El azar genético me brindo una vagina que se lubrica rápida y abundantemente, sentía is muslos bañados, francamente, no sé quien de las dos estaba más excitada. Si ella por las sensaciones que mi querido Freddy le prodigaba o yo por lo prohibido que estaba ayudando a realizar, y fundamentalmente, dirigiendo.-

El irresistible y enrojecido miembro de mi perrito palpitaba en el aire totalmente descubierto. Con dos dedos mantuve separadas las nalgas y con la otra mano lo masturbe e incluso logre acercarlo lo suficiente como para llevármelo a la boca.-

La cabeza de Patricia comenzó a moverse siguiendo una lenta melodía sola escuchada por ella, se humedecía los labios y también, comenzó a elevar las caderas buscando más y mejor contacto.-

Hay que recordar que mi Freddy estuvo juntando excitación desde la mañana, no recuerdo haber sentido su miembro más grande y duro que en esa oportunidad. Considere que era mejor dejar de estimularlo o corría en el peligro que me inundara la boca. Así que, bien mojado lo dirigí hacia el ano de mi amiga, mire atentamente y disfrute jugando con la punta haciendo lentos círculos. Alternaba con cruzadas rectas y sumamente lentas, lógicamente tuve que frenar a Freddy un par de veces, cosa que no le gusto, pero me gustaba ver como Patricia detenía la respiración o gemía cuando creía que la penetración era eminente.-

Finalmente, centre el miembro y me di el gusto de soltarlo y ver como se abría paso. Ver como el morado y venoso miembro desvirgaba a mi amiga fue lo máximo. Escuchar el gemido de Pato cuando lo sintió entrar, o ver sus manos ponerse blancas aferrarse a las sabanas como si fueran a salvarla de algo que ella quería y deseaba. Y yo, ¡YO! se lo estaba proporcionando.-

Pero no tuve en cuenta algo por mi falta de experiencia.-

En la habitación se lleno de los gemidos de Patricia y la respiración acelerada de mi perrito, pero debí dar cuenta que toda la habitación estaba saturada de olor a sexo, y que el olor, es algo fundamental para los perros.-

Cuando sentí la nariz de Manchi investigando mi vagina, cerré los ojos, acomode las caderas y separé las piernas.

Una parte de mi cerebro, con temor, ordeno detenerlo, pero otra y con toda la aprobación de mis hormonas, quería lo opuesto. Así que, me relaje y sentía las patas del dálmata aferrando mis caderas y su peso sobre mi espalda.-

Lo que sucedió después, tanto para Patricia como para mí, fue como una película que le faltan partes. En un momento mis gemidos se unieron a los de mi amiga, en otro me descubrí clavando las unas en su muslo y mordiendo sus nalgas mientras me penetraban con furia, me acuerdo haber escuchado los gritos de Patricia:

¡ESTA ACABANDO! ¡ESTA ACABANDO!

Luego, todo había terminado.-

Mire el rostro de mi amiga sumamente cansada pero feliz con restos de fluidos en su cola, yo sentada en el piso sobre un charco de esperma y lubricación, también muy cansada y con ganas de dormir, y, con mucho más ardor en mi pobrecito ano, los perros acostados lamiéndose sus respectivos miembros.-

-¡Fue fantástico, increíble. Nunca pensé que podría ser así!.- exclamaba Patricia internando sus dedos en sus nalgas y luego mirándose las puntas bañados en esperma.-

Me descubrí pensando, que ella había atravesado la barrera, qué por primera vez había disfruta un ORGASMO.-

¿Una nueva adicta y compañera?

CONTINUARA

Marcela18@datafull.com