Descubriéndote como mujer
Como llegué a sentir eso que nos hace diferentes a los machos alfa
Sentirte una mujer hace que todo lo pasado antes de ese momento a valido la pena, tantas horas comprando ropa femenina, con la cara de mil colores ante la vendedora, comprando lencería, aprendiendo a maquillarte, acostumbrar a tu ano a que sea penetrado, metiendole toda clase de cosas, hasta que te haces de tu primer dildo y luego otro y luego hasta nombres les pones, andar en los chats, los sitios de citas, experimentado, buscando, con miedo, con expectativas, cuando finalmente logras contactar al adecuado y te encuentras con el la primera vez, y no sabes como va a ser, si le gustaras, si podrán congeniar, etc.
Cuando por fin se da la primera cita en un hotel, te ve y tu a el y finalmente se rompen las barreras y el comienza a besarte, a tocarte, a fajarte, tantas cosas pasan por tu mente, desde preguntarte que estas haciendo, tu eres un hombre, “no puedes permitir que otro hombre te trate así”, hasta “que bien se siente esto”, pero ya estas ahí y te dices a ti mismo “solo disfruta”, y dejas que haga, te sigue besando, te agarra las nalgas busca tu agujerito, te quita el vestido que buscaste para este momento especial, te admira, te piropea y aunque agradeces, no sabes bien que sentir, nunca lo han hecho, te ha dejado solo con lencería, tu tanga de encaje, tu brasier que combina, y entonces te recuesta en la cama, te besa el cuello, te susurra al oído cosas que te excitan mucho, se hinca ante ti y saca su pene ya erecto te lo acerca y tu te hincas frente a el y te acercas a ese pedazo de carne, con miedo, pena y mucha excitación lo tomas con tus manos y lo metes en tu boca, el sabor es intenso al principio, pero tu continuas, lo besas, lo chupas, te lo metes lo más dentro que puedes y te preguntas si estarás haciéndolo bien, si eso que haces es lo correcto para excitarlo, cuando volteas a ver su cara, vez que esta extasiado, disfrutando de lo que le haces y entonces eso te da valor y continuas así por todo el tiempo que el te permite, cuando te dice que te pongas a cuatro y sabes que el momento ha llegado, que no hay vuelta atrás, que todo lo que has hecho era para llegar a este punto, el se acerca a tu agujero, te besa las nalgas, te las llena de saliva, tu solo disfrutas, algo que solo en tu imaginación habías conocido, y aunque se siente un cosquilleo y algo de pena, se siente muy bien, lo dejas hacer, te dedea, te mete su lengua en tu ano, aunque te llena de vergüenza, es delicioso, cuando finalmente su excitación es demasiada, se acerca con ese pene de hombre, se masturba un poco, como anticipando lo que vendrá, te pone saliva, tu tiemblas de nervios y de excitación, se va acercando, hasta que sientes la cabeza de su pene tocar tu ano y cierras los ojos en espera de lo que vendrá, sientes el primer empujón, aunque lo hace despacio, sientes como ese fierro va abriéndote poco a poco, como tus paredes aunque se niegan, van cediendo poco a poco y cuando te das cuenta ya lo tienes todo adentro y sientes como lo va sacando, como las paredes regresan a su posición anterior, aunque ya no lo hacen totalmente, el empieza nuevamente a meterlo y sacarlo poco a poco y tu sintiendo como te abre una y otra vez, te pregunta si te gusta, tu con todo entusiasmo le dices que si, y el continua, y en un momento sin saber de donde, tu boca exclama un gemido, que te deja muy sorprendida y se sobrevienen uno tras otro, al sentir como te están penetrando, en ese momento ya no te importa nada, nada fuera de lo que ahora vives con este macho que te esta haciendo mujer, el aumenta la frecuencia del mete y saca, sientes tu interior abriéndose al intruso y tu gimiendo al compás, disfrutando cada embestida que ese macho te da, ahora solo eres una mujer más dejándose llevar por su macho.
Tú pene caído, inerte, sin vida, solo moviéndose al compás de otro que lo domina, que lo somete, que lo mantiene dormido con el incesante vaivén de una penetración, rozando más profundo, más adentro, que hipnotiza, que hace que te comportes como macho Beta, como un afeminado, como una mujer deseosa de ser penetrada, de ser sometida, de que un macho Alfa sea tu propietario, ese pene pequeño, que nunca alcanzó el tamaño que un verdadero pene debe tener, ese pene que te mantuvo tímido, sin esperanzas con las mujeres, que fue el blanco de burlas entre tus compañeros de escuela, que te permitió ponerte calzones femeninos sin que hubiera un bulto prominente delante, ese pene que permitía ponerte las toallas femeninas sin que fuera molesto, ese por el que puedes sentir que tienes un clítoris y no un feo pedazo de carne colgando que desentona con todo lo femenino que te gusta ser, te haría ver grotesca, que muchas veces haz soñado con que no este, con quitarlo, con que un día mágicamente desaparezca y solo se encuentre una rajita por donde los machos te metan su grande y delicioso pene, sentir cada uno de las arremetidas que te da tu hombre, sentir el roce de su pene en tu interior, saber que le estas dando el placer que necesita y que exige de ti, de su hombrecito, de su mariconcita, de su perra, porque ahora eres eso, todo en tu interior y exterior lo siente, cada arremetida de tu hombre te hace tomar el camino sin retorno, donde sabes que serás una mujer para siempre, que ahora tus energías serán para poder estar así como te tiene, a cuatro patas como una perrita, siendo de ese macho que te ha hecho una mujer, después de un rato de estarte penetrando, notas que su ritmo se acelera y sabes que viene el final, así que comienzas a mover tus caderas acoplándote al ritmo de el para darle más placer, en un momento se para y emite un gemido enorme, y sientes dentro de ti algo que te llena, algo caliente, por fin tienes el semen hermoso de un hombre dentro de ti, el se desploma a un lado de la cama, tu igual te acercas a el lo abrazas y le das las gracias, te acurrucas a su lado y lo dejas descansar, cierras los ojos y disfrutas esos momentos de placer y de entrega, de saber lo que eres, de darte cuenta que siempre lo fuiste, pero que ahora toda tu lo sabe, UNA MUJER…