Descubriendome 1.Bici con mi nuevo compañero
En mi nuevo trabajo conozco a un chico que me invita a dar una vuelta en bici. Él y su mujer serán unos interesantes amigos
Este relato tiene partes de ficción pero el principio está basado en cosas reales. Eso sí, los nombres de los personajes los he cambiado por discrección.
Mi primer día en la nueva oficina y ya estaba hasta arriba de trabajo. Menos mal que había un buen ambiente y los nuevos compañeros me estaban ayudando mucho. En especial Luis, que me ayudó a mover la mesa para ponerla más cerca de la ventana. Era un chico algo más alto que yo, fuerte y muy simpático.
Sí que estás fuerte - le dije en agradecimiento - yo no podía moverla solo, pesa mucho y tú eres mucho más fuerte que yo, se nota que haces deporte.
Sí, me gusta mucho mantenerme en forma, mi mujer y yo somos muy deportistas. A tí no te gusta hacer deporte?
Sí, a veces monto en bici o salgo de treeking por la montaña - dije yo - aunque no te creas que estoy muy entrenado, casi no tengo tiempo de hacer nada.
Pues anímate que el deporte es muy sano, si un día quieres podemos salir a montar en bici y te enseño rutas que conozco muchas.
Muchas gracias Luis, lo tendré en cuenta, porque como soy nuevo por la zona no conozco mucho.
Nos dimos los teléfonos y seguimos trabajando. La verdad que me gustó poder hacer amigos rápidamente porque al ser nuevo no conocía a nadie y soy una persona que le gusta mucho socializar, tener amigos y salir.
El día pasó rápido con tanto trabajo y en seguida se hizo la hora de salir. Apagué el ordenador y antes de irme pasé por el baño a orinar. Me puse en uno de los urinarios, que alivio, tenía muchas ganas contenidas. En ese momento entró Luis y como se puso a hablar conmigo se colocó justo en el urinario de al lado.
- Hola Dani, que tal?. Ya se acabó el día, ahora a descansar que mañana ya es fin de semana - me dijo con una conversación sencilla mientras se sacaba su polla y se ponía a orinar.
No pude evitar mirarla, estaba bastante separado del urinario y meaba con fuerza. Cuando me quise dar cuenta me había quedado absorto mirandole la polla mientras meaba, no sé porqué pero como la tenía tan a la vista que me quedé un buen rato fijándome en como era. La tenía de buen tamaño, con un prepucio grandecito y bonito.
- jaja, vas a acabar meando fuera como estés todo el rato mirando a otro sitio jaja - me dijo Luis guiñándome un ojo.
Menuda vergüenza había pasado, no sé porqué pero me había quedado congelado mirando la polla a un chico, eso nunca me había pasado. A mi me gustaban las chicas, aparte de alguna experiencia en mi juventud haciendo un trío, nunca me había fijado en los hombres y menos en quedarme absorto mirando una polla.
No le di más importancia y me fui a casa, era viernes por la tarde y aunque no tenía planes para el fin de semana quería descansar un poco. Pero también me apetecía salir y conocer gente, aunque pensaba que para un amigo que me había echado en la nueva ciudad seguro que ya no me llamaría por lo descarado que había sido yo mirándole su polla en el baño.
Estaba pensando esas cosas cuando de repente me suena el teléfono. Era Luis
Daniel, hola, que tal?. Te llamaba porque estabamos organizando una pequeña vuelta en bici Sandra, mi mujer, y yo para mañana y por si quería venirte.
Hace mucho que no monto - me pilló tan de sorpresa que no sabía que decirles - no sé si os retrasaré por lo lento que voy.
No te preocupes, es solo un paseo, tú traete la bici mañana por la mañana y salimos desde mi casa y te enseñamos sitios que poca gente conoce.
Yo no sabía que decir, pero la personalidad dominante de Luis no me daba elección, así que a la mañana siguiente preparé la bici, me puse un pantalón corto y una camiseta y fui hasta su casa. Luis estaba esperándome vestido completamente de ciclista en su patio. Su mujer estaba al lado pero no iba vestida de deporte. Sandra, la mujer de Luis, era preciosa, voluptuosa, sensual y con un cuerpo esculpido por el deporte. Eran la pareja perfecta porque Luis también tenía un cuerpazo, y ahora que llevaba los pantalones de ciclista no pude evitar fijarme en que se le marcaba toda la polla, como si no llevara calzones debajo.
No te has traído pantalones de ciclista? - preguntó Luis.
No, pero voy con estos pantalones, no hay problema - dije yo.
No es buena idea - respondió Luis - te puedes hacer rozaduras en ese culito, lo mejor es llevar unos pantalones adecuados. Y yo no tengo otros para prestarte además de que eres más pequeño que yo y no te quedarían bien.
Yo tengo unos pantalones de ciclista que puedo dejale - dijo Sandra - apenas los uso desde que me compré los nuevos y seguro que le estarán muy bien porque creo que tenemos la misma talla, además tiene un poco culito de mujer.
Me quedé helado con el comentario, me trataban con demasiada confianza pero a la vez me hacían sentirme bien. Sandra me trajo unas mallas de montar en bici y una camiseta a juego y me animaron a ponérme todo el equipamiento. Estabamos en su patio, con Luis y Sandra mirandome como esperando a que me quitara mis pantalones cortos y me pusiera esas mallas que me estarían muy ajustadas. Me iba a meter en el garaje, pero Luis me mandó quedarme en el patio y cambiarme allí.
- Donde vas? - me paró Luis - no me digas que te da vergüenza cambiarte de pantalones delante de nosotros?, si ya nos tenemos confianza, hasta nos hemos visto las pollas en los baños de la empresa jeje.
Mientras yo me quitaba mis pantalones cortos oía como Luis le contaba a Sandra que habíamos coincidido en el baño y que yo me había quedado mirando su polla mucho rato.
Es que tu polla es preciosa cariño - dijo Sandra dándole un beso muy sensual a Luis - es normal que nos guste a las mujeres y a los gays.
No, yo no soy gay - dije mientras me terminaba de subir las mallas que me había dejado Sandra, aunque no me hicieron caso y cambiaron de conversación.
Pero cómo te las has puesto? - dijo Luis - no puedes llevar esos calzoncillos tan grandes debajo, te harás rozaduras.
Yo me había puesto unos calzoncillos tipo boxer, amplios, y como las mallas me estaban tan ajustadas los calzoncillos se me apretaban y subían y se me marcaban debajo de las mallas.
Con este tipo de pantalones hay que llevar ropa interior deportiva, calzoncillos muy pequeños tipo slip de deporte o tanga - me explicó Luis - o incluso se puede llevar las mallas de ciclismo sin nada debajo como llevo yo, así vas mas cómodo y no te roza el slip.
Así se le nota tanto su rica polla, verdad Dani? - comentó Sandra riéndose - se te van a ir los ojos mientras montáis en bici jaja.
No tengo slips de deporte, sólo uso boxers - me justifiqué, sin saber que decir a los comentarios de Sandra tan descarados.
Pues haz como yo - dijo Luis - quitate los calzones y ponte las mallas de Sandra sin nada debajo, y date prisa que no vamos a salir nunca.
Luis era tan autoritario y me sentí tan inseguro ante esa pareja con tal personalidad que, no sé bien porqué pero les obedecí sin rechistar. Me quité mi calzón y, tratando de darme mucha prisa y de espaldas a los dos, me puse las mallas de ciclista de Sandra e incluso me puse la camiseta a juego. La malla me valía aunque me estaba bastante justa y se notaba que era una malla de mujer porque me marcaba mucho las caderas y la cintura. Aunque no sé si era peor la camiseta que me había dejado. Era claramente una camiseta de mujer, super entallada y que llegaba justo al ombligo. Pero antes de que pudiera abrir la boca para comentar algo Luis ya estaba empujándome hacia la bicicleta.
- Vamos Dani, estas muy bien con el conjunto que te ha dejado Sandra, además se te nota una buena polla también - comentó Luis mientras pasaba por mi lado empujándome hacia la bicicleta y tocándome la polla que se me marcaba descaradamente.
Además de que tengo una polla de buen tamaño, la situación tan extraña y morbosa a la vez me había excitado y no podía evitar una pequeña erección incontrolada y me hacía estar más vergonzoso con mis nuevos amigos.
Empezamos a montar en bici y Luis me llevó por unos caminos muy bonitos y poco transitados que conocía él. Luis era un deportista que estaba muy en forma, a mi me costaba seguirle el ritmo. Yo iba todo el rato detrás de él viendo sus piernas y su culo que tenían que estar durísimas. Después de unos cuantos kilómetros paramos a descansar un rato en una fuente que conocía Luis.
Uf, menos mal que paramos, estoy agotado - le dije mientras bebía un poco de agua agachándome hacia la fuente.
Jaja, el ejercicio es bueno, así endureces el culito - me dijo mientras me daba un cachete en mi culo que me hizo emitir un pequeño grito pues no me lo esperaba.
Perdona - se disculpó Luis - he visto ese culito agachado tan lindo con las mallas de mi mujer y entre que eres un poco afeminado y que llevas unas mallas tan ajustadas pues me he imaginado que es el culo de una mujer jeje.
Yo no soy afeminado ni gay - le dije poniéndome rojo de vergüenza y dándome cuenta que entre las mallas de chica que llevaba y la camiseta tan entallada y cortita debía de tener un aspecto un poco gay.
Pues la verdad yo había pensado que sí lo eras, y a Sandra también le has parecido gay. Ella tiene mucho ojo con los chicos gays y me lo ha comentado. Pero eso sí, un gay con una buena polla porque con esas mallas se te nota mucho jeje - me dijo mientras me pasaba su mano por toda la longitud de mi polla que se me marcaba descaradamente y que se me había vuelto a empalmar con esta situación.
Yo estaba totalmente cortado, muerto de vergüenza. Luis me había tocado el culo y luego mi polla, me decía que yo era gay y descontroladamente mi polla se había empalmado.
- No tienes que avergonzarte por tener una erección, a mi también se me pone dura haciendo deporte mira - y diciendo esto Luis se bajó un poco su pantalón de ciclista sacando su enorme polla que saltó como un muelle - tócala que estamos en confianza.
Mis ojos se volvieron a clavar en esa polla como hipnotizados, igual que el día anterior en los baños de la empresa, me fijé en su tamaño, en lo dura que estaba y en esa cabeza rosada brillante y bien formada, más ancha que el resto que le daban una forma perfecta. Luis me cogió mi mano, la puso alrededor de su polla y la abrazó con sus manos.
Tocala Dani, no pasa nada, en lugar de mirarla tanto puedes tocarla. Además si no eres gay no pasa nada en que toques una polla, verdad?
Yo ... yo no soy gay - fue lo único que me salió a decir pero sin convicción ni para retirar la mano.
Eso, pues si no eres gay no pasa nada, puedes tocarla todo lo que quieras. Además cuanto más la toques más dura se me pone y así la ves completamente empalmada.
Según me iba hablando Luis yo me notaba más hechizado por su polla y en lugar de resistirme empecé a mover mi mano casi inconscientemente de arriba abajo notando toda la forma de su polla. Al principio lo hice con una mano, pero según me iba hablando Luis empecé a usar las dos manos y me agaché para ponerme más cómodo.
Mmmm que relajante es después de hacer deporte que te hagan una paja, y tu la haces muy bien, me está encantando Dani, se nota que eres todo un experto en hacer pajas y seguro que con la boca lo haces de maravilla.
No, yo nunca he hecho esto Luis - dije yo sin dejar de masturbar esa preciosa polla que cada vez era más grande y cada vez se acercaba más a mi boca al ponerme yo de rodillas y Luis empujando poco a poco mi cabeza hacia él.
Pues mi polla cree que eres una marica muy experta porque se ha puesto empalmadísima. Me está encantado como lo haces Dani, sigue, sigue.
Las palabras de Luis me animaban a segur. Además él tenía razón, si yo no era gay no me tenía que importar tocarle la polla. No tendría que sentir nada, así que seguí tocándole intentando parecer un chico normal y así demostrarle que yo no era gay. En realidad quería disimular que mi polla se había empalmado un montón. la tenía durísima encerrada en las mallas de Sandra, y encima yo estaba notando que me estaban saliendo gotitas y que estaría manchando sus mallas.
La polla de Luis también estaba soltando gotitas, y muchas. me servían para lubricar su polla y mis dos manos empezaron a resbalar desde los huevos hasta la punta cosa que le puso tan cachondo que siguió empujando mi cabeza contra su polla hasta que su punta golpeó contra mis labios. Yo abrí la boca casi inconscientemente, para no hacele daño con los golpes que le daba por los movimientos que Luis hacia con mi cabeza y la punta de su polla entró dentro de mi boca. Mi lengua notó su suavidad y saboreó esas gotitas. Yo ya no pensaba en nada, sólo en que ese sabor era delicioso así que retiré una mano y me metí media polla en mi boca chupándola con mis labios y acariciándola con la lengua.
Luis se puso como una moto y me agarró la cabeza con las dos manos moviéndola como si me estuviera follando mi boca. Su polla entraba cada vez más en mi boca y yo apretaba con los labios intentando comermela toda. Ya no pensaba en nada, sólo en lo deliciosa que sabía la polla de Luis y lo bonita que era. Y en que, aunque yo no era gay, esa situación me estaba excitando porque con mi mano libre me toqué mi polla por encima de las mallas y me la noté durísima también. Mis gotitas habian hecho una mancha en las mallas y me acordé que debía parecer una mujer haciendo una mamada por las ropas que llevaba.
- Sigue Dani, no pares, eres una zorrita increible, que bien la chupas, sigue puta sigue - me dijo Luis con voz autoritaria pero entrecortada porque estaba llegando al éxtasis.
Yo estaba de rodillas entre las piernas de un chico chupando su enorme polla y a la vez me estaba frotando mi polla con la otra mano por encima de las mallas como si fuera una chica rozándome mi clitoris de lo cachonda que estaba. Pero me sentía bien. Luis me daba cada vez más órdenes de que siguiera mamándosela hasta el final y me hablaba en femenino llamándome zorrita mamona pero entre la excitación y un deseo que me salía de complacer a Luis hacian que yo no parara de mamar y de masturbar esa polla que estaba a punto de explotar.
No me cabía toda dentro de la boca y los últimos movimientos de Luis habían hecho que su capullo casi entra en mi garganta. Pero el notar que estaba a punto de correrse hacía que yo siguiera mamándosela más y más a la vez que me frotaba mi polla sintiendo las mallas de Sandra pegadas a toda mi polla y mis huevos y haciéndo que me excitara más aún.
- Dani maricón, vas a hacer que me corra como nunca, no pares puta.
Fueron las últimas palabras que oi de Luis antes de que explotara su polla soltando muchos chorros de leche que me entraron directamente en mi garganta hasta que retiré la boca sin dejar de pajearle haciendo que el resto de chorros de semen cayeran en mi cara y escurrieran hasta la camiseta de Sandra. En ese momento yo también me corrí como un loco, no sé porqué pero la situación me tenía excitado como nunca. Los dos tuvimos el orgasmo a la vez pero era yo el que estaba empapado de semen. En la cara y la camiseta de Sandra por la leche de Luis, y en las mallas por mi propio semen que se había extendido por todas las mallas.
Ha sido una mamada genial - dijo Luis cuando empezó a relajarse - ne he corrido muchísimo y por lo que veo tu también Dani, eres toda una zorrita.
Pero yo no soy gay - fue lo único que acerté a decir a Luis mientras me limpiaba restos de semen de mis labios, aunque tenía mucho más dentro de mi boca y notaba su fuerte sabor.
No te preocupes por eso ahora Dani, lo importante es que hemos disfrutado. Y ahora tenemos que volver a casa, que se nos va a hacer tarde.
Pero, yo estoy manchado, la camiseta y el pantalón - dije dándome cuenta de que estaba empapado de semen.
No importa, nadie te va a ver hasta casa, y admeás no se distingue si es lefa o sudor jaja, así que vamos putita.
La vuelta fue más rápida y llevadera porque era cuesta abajo, aunque yo me notaba todo manchado y no dejaba de notar el sabor del semen de Luis en mi boca. Aunque me lo había tragado seguía notando su sabor y eso me hacía recordar que le había hecho una mamada a mi recién conocido nuevo amigo.
Seguiré contando mis aventuras con mis nuevos amigos. No duden en enviarme sus comentarios y puntuar este relato o simplemente un saludo. Un beso
dulcex@gmx.es