Descubriendo su gusto por la sumisión | 2
Nueva parte de esta serie de relatos de maledom. Continuo enseñando a Laura a obedecer y a probar todo lo que me apetece.
Comienza el día con un sol que calienta la playa y entra a mi habitación haciendo que me despierte con los primeros rayos. Me levanto de la cama feliz ya que hoy nos vamos de compras con Laura y no se lo voy a poner fácil. Pero lo primero es lo primero, una ducha y un café en la terraza disfrutando de las vistas que tenía el piso. Mientras tanto voy pensando en donde vamos a ir y qué puedo hacer con Laura, en esto de que estaba en mi mundo cuando me llegó un whatsapp.
Laura: ¡Buenos días amo!
¿Alguna petición para hoy?
Yo: ¿Has desayunado?
Laura: Iba a hacerlo ahora en la terraza amo.
Yo: perfecto pues que aproveche, pero te quiero ver desnuda desayunando.
Laura: Como usted diga amo.
Yo: Así me gusta perrita, vas aprendiendo. Ahora te aviso cuando salgamos.
Mientras terminaba mi café y observaba su cuerpo desnudo desayunando, pensaba en que podíamos hacer a parte de ir al sexshop a por algún que otro juguete. Quizás pasarnos por el centro comercial y aprovechar para que se probase algo de ropa. Solo sabía que íbamos a pasarlo pero que muy bien.
Yo: En 10 minutos te quiero lista en el portal y sin ropa interior recuerdalo bien.
Laura: Como usted diga amo.
Yo: Mas te vale estar en 10 minutos si no quieres el primer castigo ya.
No hizo falta decir mucho para que estuviese esperándome a los 5 minutos. Lo bueno era que nos olvidábamos del coche y podíamos ir andando, porque lo teníamos detrás. Según nos ibamos acercando al sexshop yo la notaba más nerviosa.
Yo iba con la idea de comprar un par de juguetes que ya tenía pensados, pero quería ver que cosas llamaban la atención de Laura.
Ya en el portal salimos hacia la mencionada tienda, ella con un vestido veraniego blanco, con un estampado de flores y un escote bastante sugerente. Iba sin ropa interior lo que hacía que sus pechos se fueran moviendo al ritmo de su andar. Muy erótica la visión de Laura en ese momento, solo podía pensar en quitarle ese vestido y comerla entera pero aún era pronto.
Ya llegando al sexshop, la cogí por detrás sus pechos y le pellizque los pezones hasta que se pusieron duros e iban marcandose en el vestido. Con su culo de un lado a otro y el vestido acompañando ese movimiento la imagen de Laura era pura sensualidad.
Entramos y empezamos a dar unas vueltas por dentro, viendo todo lo que vendían. La verdad que nunca me ha sorprendido mucho, siempre he estado bastante puesto en estos temas, pocas cosas quedaban por ver. Yo iba directo lo primero a por un vibrador de control remoto, quería uno especial y por suerte para nosotros lo tenían, de la marca Lovense. Varias vibraciones, dos motores y controlable desde el móvil, era perfecto.
La segunda cosa que quería buscar era un plug para ir acostumbrando ese culito a estar abierto. Cogi el plug, con una ducha anal y un buen bote de lubricante. Laura mientras tanto seguía observando los productos que vendían y conseguir pagar todo eso sin que ella viese que compraba.
Yo: ¿Ves algo que te llame la atención?
Laura: Podría decirle que todo amo.
Yo: Jajajaja poco a poco perrita. Pero si te gusta algo, cógelo.
En ese momento se quedó pensando mientras miraba la estantería en la que estaban los succionadores de clítoris. La verdad que es increíble el boom que han tenido esos productos. Cogimos el más conocido y que mejor pinta tenía y nos lo llevamos también.
Laura: Amo, ¿y que mas a comprado?
Yo: Ahora lo verás, porque vamos a probarlo ya mismo.
Nos paramos en el banco de un parque, algo apartados pero en el camino hacia el centro comercial. Sentados en el banco, decidí enseñarle a Laura todo lo que había comprado. Lo primero que saqué fue el vibrador, sabía que la iba a sorprender menos. Lo sacamos de su caja y marcaba un 50% de bateria, asi que con un poco de limpiador que nos regaló la chica de la tienda, lo dejamos bien listo y se lo di para que se lo metiera.
Por el morbo y toda la situación no la costo meterselo, deslizo para dentro muy bien y ya conectado a mi móvil, le puse la mínima potencia. Ya notaba las pequeñas vibraciones por su cuerpo, me miraba con ojos de viciosa y eso que todavía no habíamos hecho prácticamente nada.
Cuando saque el plug, me miró con la cara algo extrañada. Sabía lo que era pero no se esperaba eso y menos que tuviera que ponerlo ahí mismo.
Laura: Amo no se si me gustara eso...
Yo: te va a encantar sumisa mia, y vas a disfrutar mas de lo que crees.
Laura: Amo pero es que aqui en el parque me da cosa que nos veas.
Yo: Vamos a ver perra, ponte de pie ahora mismo y deja de contestarme.
Laura se puse de pie algo dudosa, la subi el vestido dejando su sexo al aire, la empuje hacia el banco dejando que pusiese su culo en pompa. Cogí el lubricante, lo eché en el plug y poco a poco fui introduciendo hasta que por fin entró y encajó perfecto, a la vez que escuchaba un pequeño gemido de Laura.
Baje su vestido y continuamos la marcha. Yo iba viendo como sus andares ya no eran tan firmes. Cada vez estaba más dócil y sumisa del placer que estaba teniendo. Mientras tanto iba jugando con el móvil subiendo y bajando la frecuencia y la intensidad del vibrador.
Una vez llegamos al centro comercial deje el vibrador al mínimo para poder ir más tranquilos a las tiendas. De vez en cuando se secaba las gotas que caían por sus piernas. Era increíble tener esa visión de ella. Más perra que nunca.
Entramos en una tienda de ropa común, H&M para los que lo conozcan. Estuvimos mirando tranquilamente no sin jugar con el vibrador, subiendo la potencia, bajándola, manteniéndola a tope unos segundos... Hasta que llegamos a la sección de zapatería y se sentó para probarse un par de tacones.
Yo la miraba de frente y mi visión era perfecta. Estaba abrochandose la tira de los tacones y se la podían ver un poco los pezones debido a la situación y sin ropa interior solo hacía falta cualquier movimiento para verle todo. Mientras estaba sentada comencé a jugar con el vibrador, ella me miró con cara de que poco más iba a aguantar, asi que como no había mucha gente alrededor puse la potencia al máximo hasta que se corriese. Como pudo disimuló los gemidos que intentaba no hacer y a los pocos segundos vi como un chorro caía de la silla, se acababa de correr y bien.
Laura me miró con cara de vergüenza, pero nadie la había visto. Me acerqué, me senté a su lado y le di un beso en la boca de esos apasionados. Mientras tanto al oido la dije:
-Me acabas de poner como un burro, me encantas perrita mia. Ahora vamos antes de que vean el desastre que hemos dejado aquí.
Salimos de la tienda y yo decidí ir hacia el piso, quería follármela y disfrutar de los juguetes nuevos aun mas. De camino a casa pasamos por un parque, algo pequeño pero apenas había 5 personas. Antes de cruzar el parque entero, la cogí del brazo y nos pusimos detrás de un árbol, la di la vuelta apoyándola en el tronco y la subí el vestido. Sus piernas chorreaban sus jugos hasta las rodillas, su coño estaba hinchado a más no poder. Y de su culo salía ese diamantito de plug que tantas ganas tenía de sustituir por otra cosa. Agarre el plug y lo saque sin avisar, se lo meti de golpe y esto lo repetí unas 10 veces para dejar su ano mas suelto.
Quería que se corriera otra vez más, aunque esta vez sería algo más notable. No le dije nada, le puse el plug y coloque su vestido. Seguimos el camino, apenas quedaban 5 minutos para llegar al portal.
De camino, puse el vibrador al máximo y guarde el móvil. Quería ver si aguantaba o por el contrario se corría en medio de la calle.
Me sorprendió mucho, ya que casi llega pero antes de doblar la esquina se quedó quieta y empezó a temblar, casi sin sostenerse , sus piernas temblando y su mirada de viciosa penetrandome. Comenzó a soltar todos sus jugos ahí mismo, se escuchó como caía el primer chorro. Solo podía excitarme más y más con esa pedazo de mujer delante.
Decidí cortar el vibrador, apagándolo del todo. Ella se recompuso un poco y la ayude a llegar al portal, al menos para que no la vieran encima del charco que había dejado.
Yo: Bueno putita, me has encantado hoy. Te has portado muy bien y ahora vas a tener tu recompensa.
Laura: Gracias, nunca había hecho nada así y pensaba que sería incapaz. Pero me ha encantado amo.
Yo: Vamos para mi piso.
Subimos en el ascensor besándonos y poniéndonos mas aun. Antes de salir le di la vuelta y desabroche su vestido. Me miro con cara de no saber qué pasaba.
Yo: El vestido fuera putita, del ascensor al piso desnuda y prepárate que poco a poco será más largo el trayecto.
Por suerte para ella el camino del ascensor al piso era enano, entramos y le dije que se fuese a la terraza y que me esperase ahí.
Casi se queja pero al final decidió salir sin decir nada.
Dejé las cosas en la habitación y salí detrás suya. La puse de rodillas y le dije que nada de usar las manos. Abrio la boca e introduje mi polla hasta el fondo. Agarrando su coleta y follandome su garganta.
Después de un rato disfrutando de esa boca y esa visión de una madurita de rodillas delante mio, decidí tumbarla en la mesa como ya habíamos hecho, pero esta vez boca a abajo y con las piernas colgando.
Metí mi polla en su coño lentamente, abriendo camino, con el vibrador por ahí metido aun, se veía la correa de seguridad salir.
Mientras tanto, iba jugando con el plug, lo sacaba y veía como su culo se quedaba un poco abierto, lo volvía a meter y gemía del placer...
Cuando ya no podía más, saqué el plug y fui metiendo mi miembro poco a poco por ese culito que tantas ganas tenía. Ella intentaba no gemir, pero sus gemidos eran fuertes. La estaba desvirgando analmente.
Por fin conseguí meter toda mi polla dentro y ahí empezó lo bueno, comencé a meterla y a sacarla. Primero lento, no quería hacerle daño pero poco a poco aquello iba estando más suave y más abierto.
Soy consciente de que desde algún balcón nos estaban observando, pero en ese momento solo podía pensar en el culo que me estaba follando y lo mojado que estábamos dejando todo.
Laura se había corrido ya 2 veces solo por follarla por el culo y otras 2 más cuando follaba su coño. Decidí aumentar el ritmo y comencé a empotrarla contra la mesa. Sus gemidos eran mas fuertes y yo cada vez estaba mas cerca de correrme.
Con unas cuantas embestidas más Laura se corrió y por consecuencia se estrechó su culo, haciendo que yo no aguantase más y empezase a llenarla el culo de mi leche. Recuerdo que solté una carga bien grande. A la vez el vibrador salió disparado al suelo.
Saqué mi polla y ahí se quedó Laura, tirada en la mesa con mi corrida saliendo de su culo y escurriendo por su coño hasta llegar al suelo.
Entre en el piso para coger la ducha anal, que tambien deberiamos haberla usado antes, pero con ese calenton no se me ocurrio. La dejé en el baño, preparé el agua de la ducha y fui a por Laura.
Estaba exhausta y como pudo me acompañó a la ducha ya que sus piernas aún le fallaban. Cuando entramos en ella, le recordé su tarea. Siempre de rodillas y comiendome la polla hasta que la dijese lo contrario.
Me daba pena porque estaba sudada, con las piernas chorreadas de sus jugos y el ano abierto aun después de esa follada. Cada vez me gustaba más Laura.
Poco tardé en decirle que se incorporará, después de todo lo de hoy la iba a recompensar. Se puso de pie, cogi la ducha anal, la rellene entera y con cuidado se la introduje.
Yo: Mantenlo dentro todo lo que puedas, mientras tanto relájate.
Laura: Gracias amo.
Fui enjabonando su cuerpo poco a poco y pliegue a pliegue. Con cuidado y procurando que se relajara, cogí la alcachofa y fui quitando el jabón. Cuando estaba todo el jabón fuera, jugué un poco con su coño dandole con el agua y cambiando la presión. Pero viendo que no iba a aguantar mucho, decidí parar y hacerlo en otro momento.
Yo: Siéntate en el baño y ya verás que bien te quedas.
Laura se sento y solto el agua de la ducha anal, ya limpia y relajada la deje ponerse algo de ropa interior y poco mas. Mientras tanto limpie la terraza con la manguera y deje la mesa lista para salir a tomarnos algo.
Allí estábamos, en la terraza, medio desnudos y tomando una copa. Disfrutando del atardecer y sin dejar de pensar en qué cosas nuevas podía probar con ella.
Esa noche dormiría conmigo y la enseñaría cómo y cuándo hacer sus tareas de perra. Obviamente iba a tener que complacerme a la perfección.
Pero después del día hoy me di cuenta de lo sumisa que era y lo mucho que le iba a gustar este mundo. Tenía que ponerme las pilas y hacer de ella mi perrita personal.
Ojalá que este gustando esta nueva serie, poco a poco intento hacer los relatos con mas sentido. Cualquier sugerencia o comentario se agradece y no dudeis en escribirme al mail. relcredom@gmail.com
¡Gracias por el apoyo!