DESCUBRIENDO SECRETOS 1 ª parte
Tratando de salvar a mi hija
DESCUBRIENDO SECRETOS
1ª PARTE
Mi nombre es Dolores, 38 años, mido escasos 1,64, pelicorto castaño, algo de pecas y ojos verdes. Mi cuerpo bien proporcionado, destacando mis piernas y unos senos medianos de pezones rosados. Al decir de muchos estaba muy bien. Muy fogosa, ardiente, entregaba todo en la cama, sin hacerle asco a nada.
Tuve una infancia muy feliz. A lo 17 años salía con Mauro de 29 años, quien fue, además de mi primer hombre, fue quien me enseño todo lo referente al sexo. Lamentablemente, un año mas tarde desapareció de mi vida, sin saber nada de él nunca más. Con 19 años me case con Matías, influida mucho por mis padres y, debo reconocer, cierto despecho por lo de Mauro, de quien estaba enamorada y creo que hoy, aun no lo puedo olvidar.
Chico de buena familia, de amistad con la mía, según mis padres era lo ideal para mí. Yo, que venia golpeada por lo de Mauro, empecé a salir con él y creí haberme enamorado. Cuando cumplí 20 años me case embarazada de él. A los siete meses nació nuestra única hija Candela, un sol para ambos. Para todos era sietemesina, salvo para nosotros y padres.
Yo cumplía 30 y Candela 10, cuando estallo todo, que termino en un divorcio que fue la comidilla de familiares y amigos. Todo por la ambición de sacar más réditos de los abogados de ambas partes.
En esos días Candela tenía con sus compañeras del club, un campamento con profesores capacitados, en un campo. Dicho evento duraba una semana. Era su primera vez lejos de nosotros tanto tiempo. Con Matías la enviamos y yo aproveche a visitar por tres días a mis padres, ya fallecidos, que Vivian en una ciudad cercana.
Pero el diablo siempre mete la cola, y en lugar de 3, estuve 2 días. Regrese a casa en mi coche y lo deje en la calle en lugar de entrarlo al garaje. Abrí la puerta de casa y todo estaba a oscuro, a excepción de una lámpara en el comedor. Despacio, para darle una sorpresa a Matías subí las escaleras, y vi la luz de mi dormitorio encendida y escuche voces. Intrigada seguí y me pare en la puerta a espiar. Temía que Matías estuviera con alguna en mi propia cama. Mi corazón parecía saltar de mi cuerpo y entonces lo vi todo. No podía dar crédito a mis ojos de los que estaba viendo. En la cama estaba Matías, en cuatro patas y un tipo desconocido en ese momento para mí, lo estaba cogiendo por el culo. El ver a mi marido, en nuestra cama clavado por otro hombre, me dejo unos minutos sin aliento. Paralizada, muda, me quede sin reacción de momento. En medio de gritos de placer acabaron ante mi estupor, y ahí me vieron parada observando todo. Matías se levanto presuroso, mientras el otro a medio vestir, pasó por mi lado y se fue.
MATIAS: que paso amor, que viniste un día antes
DOLORES: dime tú que paso acá. Degenerado. Tenías una vida oculta y no fuiste capaz de decirlo. Hijo de puta
MATIAS: tranquilízate mi amor
DOLORES: no me digas amor, tu amor se fue recién por esta puerta. Yo solo soy la estúpida que ignoraba tu doble vida. Llego feliz antes, para verte y me encuentro esto. Me has humillado totalmente, por lo menos ten la decencia de irte de la casa, de mi vida y la de Candela.
MATIAS: bien, si así lo deseas me marchare, pero no me olvidare de Candela.
DOLORES: mañana iré a un abogado y pediré el divorcio.
MATIAS: si así lo quieres, hazlo
En una valija tomo parte de su ropa y se marcho indicando mandaría a buscar el resto a un amigo
DOLORES: (herida y sarcástica) esta bien, pero que no sea ese, tu marido, que recién salió.
Quede sola, angustiada, llorando y sin saber que hacer. Con 30 años, con una hija de 10, me sentí fracasada y arruinada. Lo único que sabía es que había entregado todo, sin guardarme nada sexualmente. Incluso a veces ayude a Matías que no respondía bien como hombre. Incluso pensaba que muchas veces podía ser objeto de su stress laboral, que le impedían atenderme normalmente. Pero ahora veía el verdadero motivo. Yo pese a todo, jamás de fui infiel. Lo que me preocupaba en ese momento como explicarle a Candela sobre la ida de su padre de la casa. No podía decirle que había encontrado a su padre en mi cama con otro hombre y opte por llevarla a una sicóloga y yo a otra. Yo solo fui unos meses, con la sicóloga concluimos que no era la causal de lo que pasaba a Matías, sino que pasaba por él mismo.
Candela, si bien entiende la ida de su padre aun sigue en tratamiento. Ya lleva casi 5 años. Yo me dedique además de mi trabajo, a seguir el tratamiento y educación de Candela. Respecto a mi vida personal, salía los sábados y domingos, que Candela, estaba con su padre, después del divorcio. Mi vida sexual estaba bastante bien, no la que hubiera deseado, pero salía con alguno sin compromiso alguno. Solo era por sexo. Así fui llevando mi vida, con algunos miedos de juntarme con alguno y volver a pasar alguna situación difícil para mí.
Respecto a mi divorcio, mi abogado lo trato como un infiel de parte de Matías, sin mencionar, pese a que mi abogado quería hacerlo, que era con otro hombre. Los abogados de él buscaron que yo también era.
Infiel y que mutuamente nos engañábamos, pero no lograron nada. Luego de un tormentoso fin, acordamos el divorcio y las visitas a Candela. Los únicos que sabían realmente la situación eran mis padres y una amiga intima.
El salir con otros hombres me disipo todas las dudas que tenia sobre si yo pudiera ser culpable de la homosexualidad de Matías. En la cama siempre fui igual, una leona, buscaba satisfacer y satisfacerme. Uno de los hombres que pasaron por mi vida, me puso el mote de Cobra, en relación a la serpiente. Decía que en la cama era sinuosa como una víbora, que lo volvía loco. A partir de ese día, siempre que salía con alguno en lugar de ser Dolores, Dolly o Lola, me autodenominaba Cobra. Y ellos, después decían que, nunca estaba tan bien puesto un mote como el mío. Que era una culebra en la cama, que me movía como los dioses y que los dejaba muy satisfechos.
Candela cumplió los 18 años y era una autentica señorita. Yo tenia ya 38 años, mucha gente no creía mi edad y pensaban era hermana mayor de Candela. Teníamos un cuerpo similar y mi cutis era lozano y juvenil
Un día me entero por casualidad, de una conversación de mi hija y dos amigas, a quienes escuche.
Lo primero que pensé era en drogas y bebidas. Pero no, era una cosa que no sabia si era igual o peor. Me entere que cuando yo estaba trabajando todo el día, ella concurría a una casa, sumamente misteriosa y pasaba todo el día, todos los días de la semana, menos los sábados y domingos que salía con su padre.
Por mi cuenta empecé a rondar la casa en cuestión y la vi entrar y salir todos los días. Preguntando sutilmente a la gente del barrio, siempre encontraba las mismas respuestas. No sabían nada, unos, y otros eludían el tema. Hasta que conseguí que una mujer me contara lo poco que sabia.
VECINA: esa casa es diabólica. Ahí concurren chicas jóvenes que quieren ser sumisas. El dueño es un hombre, que casi no sale de la casa, salvo en ocasiones. Lo hace de noche, no se le ve la cara, y lo hace en una camioneta negra. Cuando sale lo hace acompañado de chicas de 18 a 23 o 25 años. A estas chicas las vemos a menudo porque son las encargadas de las compras, para la casa. Salen siempre de a dos o mas, nunca de a una. No hablan con nadie, solo entre ellas, salvo cuando hacen el pedido al vendedor. Visten ropa muy tarjeteada y vieja.
DOLORES: y nunca hablaron de quien las manda,
VECINA: si, a veces, nombran al Amo. Que si al Amo, le gustara esto o aquello. Solo el nombre Amo.
Le agradecí la información y corrí a mi casa. Candela ya había llegado. Me senté en la PC y busque por internet la palabra Amo. Había un montón de definiciones de Amo. Hablaba de sumisas de acatamiento a sus deseos. Me quede alarmada. Tenía que conversar con Candela y saber más.
DOLORES: Candela, puedes bajar, tengo que hablar contigo.
Bajo y sentó en una sillón frente a mi.
CANDELA: si mamá, acá estoy. (Y riéndose) a que se de que quieres hablarme?
DOLORES: (me sorprendió) A ver dime, dime de que crees te hablare.
CANDELA: (siempre sonriente) de que tienes un novio y quieres casarte o juntarte con él. Que necesitas un hombre a tu lado. Lo comprendo y no me opongo mamá
DOLORES: (mas sorprendida) no días sandeces Candela, es sobre ti que quiero hablar.
CANDELA: (se tenso en segundos) de mi? Acaso te defraude mamá
DOLORES: creo o ruego que aun no hayas cometido un desatino.
CANDELA: de que hablas mamá?
DOLORES: voy a se lo mas clara posible. Vos concurrís a una casa vieja y estrafalaria a unas cuadras de acá? Lo haces a mis espaldas, cuando estoy trabajando, no es así?
CANDELA: si, pero esa casa parece como vos decís, pero por dentro es lujosa y agradable.
DOLORES: sabes que es la casa de un AMO, que tiene sumisas y esclavas a su disposición y entero placer.
CANDELA: si lo se
DOLORES: y como sigues ahí?
CANDELA: me encanta estar ahí, madre. Además no hago nada malo. No soy, aun una sumisa, solo soy una pre candidata.
DOLORES: entiendes lo que me dices? Que vas a esforzarte a ser una sumisa? Que serás una posesión de ese tipo.
CANDELA: Amo, madre, no tipo. Tipo es cualquier hombre, Amo es especial.
DOLORES: ok, y que haces con él.
CANDELA: solo lo él manda, limpiar la casa, ir de compras, dar de comer a los animales.
DOLORES: mira vos, en casa no lavas ni secas tu plato de comer. Dime sales con esa ropa vieja, a la calle de compras.
CANDELA: si es como mi segundo uniforme
DOLORES: segundo? Es que acaso tienen otro?
CANDELA: lógico madre, el de piel
DOLORES: el de piel?
CANDELA: si, cuando entramos en la casa nos desnudamos por completo y estamos siempre desnudas por todos los lados de la casa.
DOLORES: (boquiabierta) delante de cualquiera, sea mujer u hombre si?
CANDELA: (con desparpajo) si, pero no te preocupes, aun sigo siendo la dulce e inocente Candela. El Amo dirá cuando sea mi momento.
DOLORES: (respirando como aliviada, por lo menos no es tarde aun) y como es que te respetan los sumisos y esclavos. Alguno se puede propasar.
CANDELA: seria castigado de inmediato y te digo es fuerte el castigo. Ves esta pulsera amarilla?
En su muñeca derecha llevaba una pulsera de plástico bastante amplia
CANDELA: es la pulsera de prohibición. Verde seria disponible para quien lo desee, sin el poder de rechazarlo. Son normas que todos aceptan.
DOLORES: son barbaridades. Eso es como prostituirse
CANDELA: no, madre, no es para tanto. Prostituta es cobrar el servicio y ahí nadie lo hace.
DOLORES: si pero un día te mandaran a la calle a hacerlo y a traer dinero para el Amo
CANDELA: mamá, esta un poco exaltada y yo tengo sueño, otro día la seguimos si
DOLORES: esta, pero no vayas mas a esa casa, por favor Candela, hazme caso.
CANDELA: no madre, tienes que demostrarme que si es perjudicial y no iré mas.
Me quede pensando, como hacer para salvar a mi hija de esa situación. Si hacia denuncia policial, dirían que no había delito por ser libre elección de la gente y encima me atacarían a mí. No sabia que hacer. Me di un baño y me acosté, pero no tenia sueño y pensaba en miles de maneras de hacer algo y luego las desechaba porque no servirían. Además Candela tenía ya 18 años cumplidos y no podía ejercer dominio legal sobre ella. Hablar con su padre seria inútil. Al final luego de varias horas me quede dormida.
A la mañana siguiente no sabia que hacer, la vi entrar como todos los días y casi le grito y le hago un escándalo, pero solo ganaría su odio.
Salió casi de noche de la siniestra casa y la seguí hasta casa. Luego en lugar de entrar con ella, volví sobre mis pasos y regrese a las cercanías de la casa. Algo tenia que hacer y no sabia que. Casi sin darme cuenta, estaba parada en puerta de la casa y accione el timbre. Debía jugarme, encontrar una salida para Candela, sin que ella supiera. Una mujer de unos 60 años abrió la puerta, no tenía ninguna pulsera y calcule seria del personal de servicio. Le dije que necesitaba hablar con el Amo, por un problema familiar. Me hizo esperar en la calle, varios minutos. Yo estaba impaciente, no sabia ni que iba a decir o como justificar mi presencia, solo podía decir que mi hija estaba ahí.
A los pocos minutos abrió la puerta y me hizo entrar y acompaño hasta el living de la casa, donde sin siquiera invitarme a sentar me hizo esperar de pie. Al minuto apareció un tipo joven, alto. Desvié la mirada puesto que estaba desnudo de pies a cabeza, pero note tenia en su muñeca una pulsera amarilla, igual a mi hija.
JOVEN: Sra. o señorita?
DOLORES: (sin mirarlo) Sra.
JOVEN: tenga la amabilidad de desnudarse enteramente como yo
DOLORES: esta loco, no lo hare ante extraños.
JOVEN: temo decirle que así el Amo no recibe a nadie.
DOLORES: pregúntele
Salió y volvió a los quince minutos
JOVEN: le dije Sra. no quiere. La acompañare hasta la puerta de salida
Me levante y lo seguí hasta la puerta. Cuando la abría, puse mi mano sobre ella, impidiendo abrirla
DOLORES: esta bien, lo hare. Infórmele que me desnudare, pero que no haya nadie más que él
JOVEN: le aviso que el Amo no acepta ni órdenes ni sugerencias de nadie. Ahora desnúdese
Me saque el vestido, los zapatos y medias, quedándome con el sostén y la tanga.
JOVEN: toda Sra
Puse mis manos a mi espalda y solté el broche de sostén, mordiendo mis labios, no se si de vergüenza o de bronca. Lo tire al costado, con la otra ropa. Luego agachándome un poco me saque la tanga. Quede completamente desnuda, de la humillación, unas lagrimas surcaron mi cara. Con mi mano derecha tape mi concha y con la izquierda mis tetas.
JOVEN: manos a los costados Sra.
Puse mis manos como me pidió y lo vi salir del ambiente. Volvió a los pocos minutos acompañado. Este iba vestido con un impecable traje blanco hermoso, camisa y corbata de seda.
Busque mirarlo a la cara y al verlo exclame solo VOS!