Descubriendo nuevas sensaciones
Despues de 20 años todavia lo recuerdo, fue mi primera experiencias con otros hombres.
Todo sucedió hace unos 20 años aproximadamente en esa época tenia unos 34 años. Yo me encontraba un verano de Rodríguez ya que mi mujer y mis hijos se encontraban en la playa en un apartamento que habíamos alquilado para pasar nuestra vacaciones, pero yo tuve que incorporarme al trabajo antes que ellos.
Era un día caluroso de Agosto y después de mi jornada laboral no me apetecía encerrarme en casa, así que empecé a caminar por Barcelona sin rumbo fijo, en eso que en la calle Aragón me encuentro con un cine X, y pienso seguro que tienen aire acondicionado y se tiene que estar fresquito, así que aunque era la primera vez que entraba en una sala de estas características no lo dude, ya que películas porno hacia mucho tiempo que no veía ninguna.
Total saque mi entrada y me adentre hacia la oscuridad de la sala, que solo podía ver la claridad de la pantalla. Después de un rato de pie me senté hacia el centro de la sala en una hilera solitaria. Al rato de ver la película, me empecé a calentar, y yo aunque soy un hombre casado siempre he tenido fantasías con hombres y me he fijado más con las pollas que no con los coños.
Total que debido a lo solitario que me encontraba me anime a acariciar mi pene por encima del pantalón y así poder masturbarme mientras deleitaba mi vista con los hombre fibrados que aparecían en la película. Estaba tan metido en la faena que no me percate que se me había sentado al lado un hombre de unos 40 años, automáticamente cese en mi masturbación y fije la mirada en la pantalla. Al cabo de un rato mi vecino de butaca como el que no quiere con la pierna me rozo la rodilla, yo ni caso, al poco otra vez, como no reaccione dejo su rodilla pegada a la mía, yo inmóvil y petrificado, así que empezó a deslizar su mano por mi pierna hasta llegar a ponerla encima de mi bragueta.
Yo me superaba tanto la situación por ser mi primera vez que ni pestañeaba, tal vez como no opuse resistencia mi vecino empezó a bajarme la cremallera y sacar mi instrumento de su refugio que se encontraba en su máximo esplendor (tamaño normal) así que como el que sabe que no voy a quejarme me estuvo masturbando ágilmente, como se notaba que no era su primera polla ajena, yo si que era mi primera vez que un extraño me estaba haciendo ver las estrellas, poco a poco fue cogiendo confianza y su boca se deslizo hasta llegar a mi más preciado tesoro. Oh Oh que delicia, nunca antes me habían hecho sentir tan bien, me parecía volar, mi llevo se erizaba y me estremecía, todo era placer, en eso que noto que por la espalda me empiezan acariciar dos manos más, era otro hombre que se había situado en la hilera trasera y me empezó a acariciar el cuello, me besada el óvulo de la oreja, me desbrochaba la camisa y me pellizcaba los pezones. Que rico todo, cuatro manos dos bocas y yo el centro de atención, no quería que esto terminase pero mi polla no podía aguantar más, mi compañero de butaca era un gran mamador, y después de una sesión intensa llegaba a su fin, empecé a notar que todo mi cuerpo se electrizaba y llevaba el clímax, un trallazo, dos, tres, cuatro y continuaban lamiéndome y sobándome por todos lados. Que bueno, no llegue a gritar por los besos que me estaban dando y esto amortiguo el sonido, pero fue una gran corrida que después de 20 años aun recuerdo.
Me compuse como pude y abandone la sala no sin antes besar a mis dos compañeros de sexo y asegurarles que volvería.