Descubriendo nuestra sexualidad (2)
Sexo entre hermanos.
Descubriendo nuestra sexualidad
II parte
Nuestros encuentros nocturnos se suspendieron sin previo aviso. Ya esa misma noche la eche mucho de menos y me di cuenta que tendría que buscarla en algún horario del día. Como mi madre no trabajaba, era muy difícil que nos quedáramos solos en casa y por casi dos semanas no se presento la oportunidad, hasta que una tarde, mientras almorzábamos, mi madre nos avisa que junto a una vecina, comenzarían a asistir a un gimnasio dos veces a la semana, los días martes y viernes, y como justo era día Martes, nos dejaría solos hasta las 6 de la tarde.
Era el momento que necesitaba, solo tenía que esperar que mi madre se fuera a las 3 de la tarde, para abordar a mi hermana. Esperaba ansioso que mi madre se fuera, me daba vueltas por la casa, como león enjaulado, hasta que se despidió de nosotros, saliendo con un bolso hacia la calle.
De todas formas tenía que esperar un poco antes de actuar, ya que por cualquier cosa, ella podría devolverse, no se. Mi hermana se encontraba en su cuarto escribiendo algo, mientras yo buscaba las palabras y la valentía para enfrentarla.
Hasta que decidido, entre a su cuarto, encontrándola de boca en la cama, escribiendo en su diario.
Que haces?
Nada, escribo mi diario
Si? .. y que escribes
Cosas .. que no te interesan
Solo preguntaba
¿oye? ¿a si que contenta con tener tu cuarto nuevamente?
Si .. lo echaba de menos
¿Y no me vas a echar de menos?
¿ y por que tendría que echarte de menos?
Por cosas
No
¿Nada? ¿nada?
No , nada
Y tu
Tampoco bueno si tu sabes
Mmm no se
La verdad , me gustaba eso que hacíamos en la noche
Los cariños?
Si
Bueno .. a mi también
En serio?
Si ..
¿Y no te gustaría?
¿Hacerlo de día?
Si .. ahora que estamos solos
No se .. me da vergüenza
No seas tonta . somos hermanos
Por lo mismo .. no esta bien
Pero si te gusta
Si , pero .. no se aparte que con luz, me da cosa
Y sin luz?
Pero como si es de día?
En el ropero
Que nos metamos al ropero?
Si .. ahí cerramos las puerta y queda todo oscuro
No se .. y si llega mi mama?
No , si se va a demorar
No se
Vamos .. un ratito
No se .. me da vergüenza
No seas tonta .. si eso queda entre nosotros
Bueno
Entramos al ropero y cerramos la puerta. Por el poco espacio que había nuestros cuerpos quedaron pegados. En la oscuridad mi mano comenzó a tocar su sexo por sobre sus pantalones cortos y ella hizo lo mismo conmigo. Ambos deseábamos el contacto con el otro, habían pasado muchos días sin tocarnos y al cabo de un rato nos encontramos con todos nuestros pantalones abajo, acariciándonos mutuamente nuestros sexos. Sabíamos que era malo lo que estábamos haciendo, pero la sensación de sentirse tocado por el otro era divina. No paso mucho rato hasta que sin poder aguantarme mas terminé botando mi leche sobre mi hermanita. A ella le encantaba logra eso y me decía que sentía muy rico cuando yo hacia eso. Nos vestimos y salimos del ropero. Ambos nos reíamos con una mirada de cómplices, quedando de acuerdo que ese sería nuestro secreto.
No pasaron ni 20 minutos, cuando recordando lo vivido, sintiendo el aroma de su sexo en mis dedos, nuevamente entre al cuarto de mi hermana y le dije si le gustaría repetirlo. Ella me dijo inmediatamente que si. Entramos al ropero y mientras nos tocábamos, ella me confeso que estaba a punto de ir a mi cuarto a pedírmelo, pero que le daba vergüenza. Conversando mientras nos tocábamos, le dije que cuando ella tuviese ganas me avisara y que nos haríamos "cariños".
Al poco rato ya nuevamente estábamos entregándonos placer escondidos en el armario. Esta vez fue diferente, ya que como hace poco había acabado, tuve mucho más resistencia y dejando de lado mi placer, me dedique de lleno a experimentar con el cuerpo de mi hermanita, preocupándome de tocarla como mas a ella le gustaba. Incluso le pedí que se diera vuelta, dándome la espalda. Ella lo hizo. Pude colocarme detrás de ella, y acariciarle su conchita más libremente.
Mi verga quedo apoyada en sus desnudas nalgas y su mano ya no solo me la acariciaban, su no que las frotaba contra sus nalgas haciéndome sentir mas rico aun. Le pedí que me dejara meterlas entre ella y accedió. Comenzamos a movernos como si estuviésemos follando, claro que sin penetración. Por primera vez, al estar en esa posición, me anime a subir mi otra mano y tocarle los pechos, esos divinos pechos, que a pesar de su edad, estaban bastante desarrollados. Ella no dijo nada, solo echaba su cuerpo hacia atrás y se dejaba manosear entera por su hermano.
Estaba toda mojada y en un momento me dijo que estaba a punto y que quería sentir que le echara mi leche entre sus cachetes. Casi no termino de decirme eso, cuando un potente chorro de leche le inundó las nalgas, sintiendo como ella gemía con más fuerza al sentirse las nalgas mojadas con mí leche.
Nos salimos del armario, ella entro al baño y yo esperé en su cuarto a que ella saliera para poder entrar. Ambos después de terminar, igual sentíamos vergüenza de vernos a las caras, por lo que cada uno se encerró en su cuarto, sin decirnos nada más, hasta que nuestra madre llegó.