Descubriendo mi sexualidad I

Como conocí al que seria mi marido y me abrió un mundo nuevo.

Hola a tod@s, este será el primero de una serie de relatos en los que explico cómo me liberé sexualmente, de como desterré de mi todos los prejuicios, complejos y empecé a disfrutar de una vida sexual que jamás me había imaginado.

Antes de nada me presentaré, me llamo Sonia tengo 37 años, estoy casada desde hace 7 con mi marido Pedro y tenemos una niña de 4 años. Vivimos en Barcelona, yo soy una mujer normal, con mis curvas, un buen par de pechos aunque la gravedad hace sus efectos, 1,65 y una cara bastante atractiva.

Me crié en Barcelona, dentro de una família muy tradicional, fui a un colegio de monjas y hasta que no conocí a Pedro no empecé a disfrutar del sexo. Había tenido mis novios anteriormente y mantenía relaciones sexuales, pero siempre todo muy convencional, con las luces apagadas porque me daba verguenza... Siempre he sido muy tímida, supongo que por la educación que he recibido.

Cuando conocí a Pedro en una discoteca, ya hice algo que jamás me habría imaginado y que no había hecho nunca antes, follar con él esa misma noche.

Desde que nos vimos hubo bastante química, me pareció un chico muy atractivo,, por aquel entonces yo tenía 30 y él 35, estaba con unas amigas y no paraba de reírse con ellas. En un momento de la noche se me acercó y empezamos hablar, así estuvimos como 2 horas, teníamos muchas cosas en común, me reía con él... Hasta que de repente se acercó a mí, me agarró el culo y me plantó un beso que me hizo humedecer por completo.

Él era muy buen chico, pero bastante liberal y con mucha experiencia a nivel sexual.  Yo no sabía qué hacer, estaba sorprendida de como me besaba y como conseguía que me mojara, sentía una excitación que pocas veces había sentido. De golpe me dijo sigueme que te voy a dar una sorpresa, me llevo a una esquina de la discoteca, me apoyo en la pared y empezó a besarme y magrear todo mi cuerpo, mi culo, mis tetas, me besaba apasionadamente, recorria con su lengua mi cuellos mis orejas y yo cada vez mas excitada, me desabrochó el pantalon y empezo a meter sus dedos en mi sexo humedo, primer un dedo, despues dos, hasta que acabo metiendo 4 dedos y empezo a masturbarme de una forma que jamás habían hecho, y cuando digo jamás es jamás, puesto que siempre que mantenia relaciones tenia que utilizar lubricanes porque no dilataba lo suficiente.

Cuando yo ya había perdido la cuenta de los orgasmos que había tenido y estaba agotada se alejó de mí sonriendo, yo estaba en una nube jamás había tenido tantos orgasmos, alguna vez alguno pero poca cosa más.

Desde un par de metros de distancia me dijo con voz socarrona me dijo, no hace falta que te abroches, sigueme que viene lo bueno. Y me sacó de la discoteca y me llevó a su coche, nos fuimos a un polígono cercano. Yo no me creía  lo que estaba haciendo, me había subido a un coche con un hombre que no conocía de casi nada, y ni siquiera había avisado a mis amigos, pero estaba tan agusto y cachonda que  hice esta locura.

Ya en el polígono me recostó en el asiento de atrás del coche, empezó a besarme, desnudarme poco a poco, yo estaba en una nube, sentía su polla dura que quería salir de ese pantalón, hasta que de repente no aguantaba más y se la saque. Oh dios mio! exclame, qué polla tan grande y bonita jamás había  visto algo así, medía unos 18 19 cm pero era estaba tan dura... El me dijo tranquila ya la disfrutaras y empezó a comerme el coño, yo estaba en un orgamos continuo, nunca me lo habían comido tanto rato ni me había hecho disfrutar tanto.

Cuando se canso yo ya estaba agotada pero me dijo ahora viene lo bueno, me junto las piernas y me las levanto y empezó a restregar su capullo en mi clítoris y empezó a masturbarme con él. Joder si antes había disfrutado lo de ahora en buf!! y todavía no había acabado! De repente me metió la puntita, que bien entraba, y yo todavía me mojaba más, iba alteranando penetracions superciales con alguna profunda, las cuales cuando lo hacia parecía que me partía en dos, entraba como un cuchillo en mantequilla, pero lo hacía con mucho tacto.

Yo pensaba que estaba en el cielo que ya se acababa pero no! me dijo agárrate que viene lo bueno, me bajó las piernas, me hizo rodearle con ella, me agarro bien el culo con sus manos grandes y mientras me besaba y me la metia poco a poco me susurro al oído, este coño va a ser mío a partir de ahora! y empezó a bombear fuerte, yo no paraba de gemir, qué gusto, qué maravilla, jamás había experimentado algo así, y por si fuera poco no estaba utilizando preservativo, era una locura. Yo me sentía como una perra no me podía creer lo que estaba haciendo, pero es que disfrutaba tanto con cada embestida, que no podía ni pensar. De repente sacó su polla y soltó una cantidad de leche encima de mi pubis que podría haber sacado unas galletas y mojarlas en ella jejeje.

Esa noche fue una liberación sexual para mi, hice algo que no me había pensado que haría, descubrí que podía correrme muchas veces y disfrutar del sexo, auqnue he de reconcer que tuve un poco de remordimientos por esa locura. Porque para mi lo era, pero por suerte desde esa noche empezamos a salir y a los dos años nos casamos y tuvimos una peque, ese fue el comienzo de mi disfrute de una vida sexual sin prejuicios. En los que hemos experimentado situaciones para mi inimaginables.

Si os gusta el relato os iré explicando más.

Un saludo