Descubriendo mi cuerpo y mis deseos Parte 3 -Final

Me acerqué a la ventana y esperé hasta que llegaran. Fantaseé un rato: “¿Qué irán a hacer? Besarse, obvio. ¿Rafa le irá a mamar las chichotas? ¿Andrea se la mamará? ¿Cómo se la va a coger Rafa? ¿De perrito? O ¿Se pondrá arriba de ella?” Me calenté y me mojé tan solo imaginando.

Mi corazón latió muy deprisa. Mi excitación creció mucho más de la que tenía hace unos momentos.

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Rafa tenía una sonrisa de oreja a oreja. Notaba en su cara, en sus ojos, amor. Transmitía tanto.

-Te quise dar una sorpresa visitándote. –Dijo mi novio.

-Pasa. –Dije, tragando saliva.

Rafa avanzó hacia la sala. Se quedó mirando fijamente a la computadora. Estaba abierta la página porno. No la cerré. Se rio.

-Lo siento. –Se disculpó. –Has de cuenta que no vi nada.

Me moría de la pena. Avancé hacia la PC y minimicé la página.

-Siéntate. –Le señalé el sillón.

-Vengo a… –Se quedó callado. Tragó saliva. –No sé que hice, pero has estado muy distanciada de mí. Te amo y no quiero perderte.

“¿No sabes qué hiciste? ¡Ja! ¡Te cogiste a tu prima! ¡A tu prima! ¡Me engañaste!”

Me senté a su lado, sobre mis piernas. Seguía caliente y al mismo tiempo enojada. Mis sentimientos cambiaban constantemente por no saber que querer. Pero sabía que ese era el momento para hablar.

Rafa seguía hablando, pero yo ya no le ponía atención. Seguí mis instintos. Me levanté, como poseída y fui directo a la computadora.

-¿Me estás escuchando? –Me preguntó Rafa, un poco extrañado.

Lo escuché claramente, no le respondí. Me incliné sobre la mesa de la computadora, lo hice a propósito. Mi falda se levantó un poco y quedaron al descubierto mis nalgas. Me excité al pensar que mi novio me estaba mirando en ese momento.

-Ya sé porque estás enojada conmigo. –Escuché decir a Rafa. –Traes ganas y no te he cumplido.

Volteé a verlo. Se levantó y caminó hacia mí. De nuevo miré la computadora, abrí la ventana de la página porno, reinicié el video. Sentí como Rafa se me pegaba, me acariciaba las nalgas con las dos manos, y poco a poco se empezó a mover simulando que me penetraba.

El video comenzó, la actriz se metió el falo a la boca, arriba-abajo, con la mano. Mi novio me seguía bombeando. Sentí como creció su pene. Estaba muy excitada, me mojé. Rafa lo sintió. Se separó de mí. Lo miré de reojo y se bajó su pantalón y su ropa interior, saltó su palo. Se me acercó, me inclinó un poco más y se acomodó, listo para metérmela.

La actriz del video recibió con una sonrisa, el semen en su cara. Me volteé de un giro.

-¿Qué te parecería si te hago lo mismo? –Señalé el video.

-Me encantaría. –Dijo con una sonrisa.

-Siéntate.

Se fue al sillón. Se sentó y yo me puse a su lado. Me abalancé sobre su boca, mientras mi mano se posicionaba en su falo, erecto, mojado. Comencé a masturbarlo.

Pensaba en el video, en cómo iba a empezar. Nunca lo había hecho y sentía temor por todo. Pensaba en la actriz del video, solo se agachó y se lo metió a la boca, y le decía cosas. Me daba pena hablar, decir cosas vulgares, pero si lo hacían en los videos porno, era por algo.

-Me encanta tu verga, papi. –Le dije con un poco de pena. –Quiero mamártela, pasar mi lengua por toda tu verga, llenarla de saliva, y que me des tu lechita.

-Que rico. Yo quiero darte toda mi lechita en tu boquita. –Me besó. –Que la pruebes, que la saborees, que lo disfrutes.

De alguna manera, la plática me excitó mucho más. Lo masturbé más de prisa y nos dimos un beso. Me paré, y como si supiera lo que iba a pasar, me hice un chongo. Tardé en hacerlo porque estaba temblando, de la emoción, del miedo. Varias veces se me cayó la liga del cabello.

“Voy a probar por primera vez una verga. ¿Me entrará en la boca? ¿Sabrá feo? ¿Le tengo que pasar la lengua? La lechita, ¿A que sabrá? ¿Será mucha? ¿Y si no puedo pasármela?”

Tantas dudas…

-Ya mámamela, amor. –Me dijo sosteniendo la verga con su mano.

“¿Amor?” , pensé, “¿Amor?” . Me detuve por un momento, enfrié la cabeza. La persona que estaba ahí en ese momento, era la misma que me decepcionó, que dijo que me amaba y me fue infiel con mi mejor amiga, con su prima.

-¿Quieres que te la mame? –Pregunté con un tono irónico.

-Sí. No me hagas sufrir. –Me suplicó.

-Y ¿Cómo quieres que te la mame? ¿Así como te la mamó Andrea?

Pude notar como Rafa se quedó congelado. Se hizo el silencio.

-Los descubrí teniendo sexo hace mucho. –Le solté. No dijo nada, solo bajó su cabeza. –Me decías que me amabas y me engañaste. Lo peor es que fue con tu prima. ¡TU PRIMA! ¿Entiendes eso? –Siguió sin decir nada.

-Y me siento mal.

-Discúlpame. –Dijo. –Pero te amo mucho.

-No. Me siento mal porque, a pesar de que me traicionaron, me gustó verlos en el acto. Te sigo amando, mucho, como la primera vez.

De nuevo silencio.

-Quiero pedirte algo. –Le dije.

-Dime.

-Quiero verlos una vez más teniendo sexo.

-¿Qué? –Se levantó de un brinco.

-Lo que escuchaste. Y no me digas que ya no lo hacen, porque eso no lo creo.

-Yo no sé…

-Me amas, ¿verdad? Y yo te amo. Pero sigo sin poderme sacar su imagen de la cabeza. Por mis dudas. Si quieres que te perdone y si quieres que sigamos en esta relación, quiero verlos. Con eso se resolverán todas mis dudas. –Terminé de sacar lo que traía dentro desde hace mucho.

Silencio de nuevo. Duró cerca de 10 minutos. Hasta que Rafa habló:

-Está bien. Es lo que quieres, lo haré. Le diré para preparar todo.

-No le digas, no quiero que sepa. Los voy a ver a escondidas. Y quiero que sea este fin de semana.

-¿Tan pronto? –Preguntó sorprendido.

-No me digas que no le ibas a hablar para cogértela. –Me le acerqué coquetamente, lo besé y le agarré su verga. –Andrea está buenísima. Esas chichotas y esas nalgotas, te han de comer está rica verga a cada rato, ¿Me equivoco? –Lo besé nuevamente. –Cualquier hombre quisiera cogérsela. –Otro beso. –Háblale y dile, tú y yo sabemos que aceptará ir a donde la invites. –Sentencié.

No sé si por la emoción o por shock, pero Rafa mantuvo sus ojos abiertos todo el tiempo. No me regresó el beso ni una vez.

-Bueno, es hora de que te vayas. Mi tía ya no tardará en llegar y no quiero que te encuentre aquí. –Le dije.

Le di un último beso, y se fue sin decir nada. Agarré el cepillo del pelo y terminé el trabajo. Esa noche dormí feliz.

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Sábado

Desde la mañana que me desperté, esperé ansiosa la llamada o el mensaje de Rafa, diciéndome que tenía todo listo. Nunca llegó. A las 8pm le escribí un mensaje preguntando y me dijo que ya había preparado todo y el domingo al mediodía se haría. Le respondí con un “te amo”.

Otra noche feliz.

Domingo.

Mal dormí por la emoción y la excitación. El reloj no avanzaba. Rafa no llegaba. Eran las 8am… 9am… que agonía. 10am… 11am… mediodía.

Poquito después de las 12, Rafa me llamó y me dijo que pasaba por mí. Llegó a las 12:30pm. Bajé a saludar a mi familia, que nos tomó 10 minutos, una eternidad. Salimos con la excusa de ir a comer. A las 5pm me querían de regreso. Tiempo más que suficiente.

-¿Cómo le vas a hacer? –Le pregunté nada más subir al auto. Rafa suspiró.

-¿Todavía quieres seguir?

-Lo deseo tanto, bebé.

-Vamos a ir a mi casa, no hay nadie. Te vas a esconder en el closet, yo voy a ir por Andrea a su casa, y me la voy a llevar a mi casa. Ya quedamos. –Dijo.

-Y ¿Qué fue lo que le dijiste? ¿Cómo la convenciste?

-¿Quieres saber? –Preguntó con un poco de miedo.

-Sí.

Otro suspiro de mi novio.

-El viernes, después de ir a verte, quedé caliente. Le hablé y… cogimos esa noche.

-¿Dónde? –Interrumpí.

-¿Dónde qué?

-¿Dónde te la cogiste?

-Aquí, en el auto. –Apuntó con su mano a la parte de atrás.

-¿Te la mamó?

-Sí.

-Y ¿Qué le dijiste después? –Pregunté con curiosidad.

-Que el domingo iba a estar sola la casa y que nos echáramos una cogidita ahí.

Me le acerqué y le di un beso.

-Te amo, Rafa.

Llegamos a la casa. Entramos y nos dirigimos al cuarto de sus papás.

-Aquí te vas a meter. –Señaló el closet. –Vas a poder ver todo.

Lo abracé por el cuello y nos besamos.

-No te tardes, bebé. –Le dije y se fue.

Me quité el pantalón, para estar más cómoda y poder masturbarme más a gusto. Me acerqué a la ventana y esperé hasta que llegaran. Fantaseé un rato:

“¿Qué irán a hacer? Besarse, obvio. ¿Rafa le irá a mamar las chichotas? ¿Andrea se la mamará? ¿Cómo se la va a coger Rafa? ¿De perrito? O ¿Se pondrá arriba de ella?”

Me calenté y me mojé tan solo imaginando.

Vi llegar el auto de Rafa. Corrí a esconderme al closet. Me metí y no hice ni un solo ruido. Estaba temblando de la emoción. “¿A qué hora van a entrar?”

De pronto escucho pasos, luego los vi entrar. Mi corazón latió muy de prisa. Entraron abrazados y besándose con desesperación. Rafa acostó a Andrea en la cama, le abrió las piernas y se puso encima de ella.

Me llegó, esa rica sensación sin haberme tocado. “Que rico”. Vi como Andrea se daba la vuelta y se puso encima de Rafa. Con todo y ropa, se empezó a mover. Metí una mano bajo mi ropa interior y la guié hasta mi cuevita.

Sin quitar la vista de la escena, Andrea cabalgando con ropa a Rafa, comencé a masturbarme.

Mi amiga se detuvo y se puso de pie frente a Rafa. Miré a Andrea, su cuerpo, era increíble. Había visto tantos videos porno, tantas actrices, y podía decir que el cuerpo de mi amiga era mucho mejor que el de muchas. Se fue desvistiendo, primero su playera y su brasier. Luego, de manera sexy, se quitó su pantalón y ropa interior. Quedó totalmente desnuda, y estaba para frente a mí.

Tono de piel aperlado, cabello castaño, lacio y largo hasta la mitad de su espalda. Ojos grandes de color café claro y pestañas grandes y chinas (una característica de su familia), labios pequeños en forma de corazón. La figura de su cuerpo era increíble, tenía una forma perfecta. Sus pechos eran enormes y redondos, no estaban caídos, su areola y pezón eran de color café oscuro. Su panochita tenia bello pero estaba bien cuidado, rasurado lo suficiente para que no se mirara mucho. Y para terminar, sus nalgas eran suficientemente grandes para disfrutarlas y suficientemente pequeñas para que no dieran asco. En general, ella era perfecta.

-¡Hermosa! –Dijo Rafa.

-Soy solo tuya. –Escuché decir a Andrea.

Rafa con desesperación, se desnudó. Sacó algo, imaginé que era un condón porque se lo llevó a su verga.

-Como quedamos, solo voy a montar.

Se acomodó, mojó su mano con saliva y después se la llevó a su entrepierna. Se clavó de una. Vi perfectamente como la panochita de mi amiga se comió por completo la verga de mi novio. Tuve por segunda ocasión esa rica sensación. Andrea empezó a brincar. Veía perfectamente cómo salía y desaparecía la verga de Rafa.

-Que rico. –Gemía Andrea. –Que rico. Más, amor. Más, amor. Te amo, te amo, te amo.

Con desesperación, empecé a masturbarme. Mis dedos se movían como nunca lo habían hecho. Me olvidé por completo de la pareja. Solo los escuchaba mientras me masturbaba.

-Sigue moviéndote. –Escuché a Rafa. –Así, así, más rápido.

Se escuchaba el chocar de las nalgas de Andrea con las piernas de mi novio.

-Me vengo. –Dijo Rafa.

-Aguanta un poquito más que ya termino. –Dijo Andrea.

“Me vengo” , pensé. Aceleré los movimientos de mis dedos. Los miré antes de tener esa rica sensación.

Andrea soltó un gemido que sin duda se escuchó en toda la casa. Arqueó su espalda y se movía de una manera rara. Se recostó en el pecho de Rafa, moviéndose más lento. Ahora Rafa tomó el mando y la bombeó unos 10 segundos hasta que soltó un gemido, señal que había terminado.

Era mi turno; una metida, dos metidas, tres metidas y me llegó la mejor sensación que había tenido hasta este momento. Solté un grito fuertísimo.

-Que bien. –Gritó Andrea, se rió y aplaudió. –Sin duda lo disfrutaste más que nosotros, amiga.

No respondí, seguía disfrutando de la sensación. Estaba agitada y agotada. Tardé en recuperarme, salí y los vi acostados de cucharita, Rafa detrás de Andrea, estaban viéndome. Los dos tenían una sonrisa en su rostro.

-¿Qué tal? –Preguntó Andrea.

-Te amo muchísimo Rafa, eres el amor de mi vida. –Respondí.

-Sí. –Gritó a modo de festejo Andrea. –Te lo dije, amor. –Volteó a ver a Rafa y le dio un beso. –Amiga, no te importa que le diga así a Rafa, ¿o sí? –Me preguntó mi amiga.

-No, para nada. –Dije. Esas palabras salieron sin que yo lo pensara. Y fueron totalmente sinceras.

-Es que, ya que estamos aquí, te confieso que amo a Rafa, estoy enamorada de mi primo. –Y puso una sonrisa fingida.

-Pero ya le dije que yo no la amo a ella, que yo no la puedo amar. Mi corazón solo te pertenece a ti, Julia –Salió Rafa.

-Cállate, tonto. –Dijo mi amiga con un tono infantil y a la vez triste. –Eso ya lo sé, pero no me lo tienes que repetir a cada rato. Pero puedes estar segura, amiga, que mi primo solo te ama a ti.

Los había visto tener sexo en ese momento, estaban desnudos frente a mí, abrazados. Mi mejor amiga me confesó que estaba enamorada de mi novio, de su primo. Y aun así, le creí. Estaba 100% segura que Rafa me amaba, y estaba feliz de que fuera mi novio. Tenía al mejor novio del mundo.

-Solo te pido una cosa, un favor enorme. –Dijo Andrea. –Amo a Rafa y no lo puedo tener para mí. Te veo, y puedo sentir tu felicidad, amiga. Te sientes la persona más afortunada del mundo, y lo eres. Lo que te quiero pedir es que no me quites a Rafa del todo. En los momentos que estoy con él, así como ahorita, me siento la persona más afortunada del mundo. Soy feliz, muy feliz. No me gustaría perderlo más de lo que ya está. –Terminó con un tono un poco triste.

-Me estas pidiendo que, ¿Quieres acostarte de vez en cuando con Rafa? –Pregunté, ya sin miedo.

-Sí, sí, sí. Eso me gustaría. Te prometo que no te darás cuenta. –Me dijo. En sus ojos se miraba una ilusión enorme.

Sin dudarlo respondí:

-Claro, si “tu primo” acepta, adelante. Yo no tengo problemas con eso.

-¡Siiiiiiiiiiiii! –Gritó de alegría Andrea. Volteó a ver a Rafa, lo abrazó y lo besó. –Te lo dije también, que iba a aceptar. Ya te voy a poder tener para mí sin esconderme de mi amiga.

No me incomodaba para nada que Andrea estuviera besando a mi novio y estuviera festejando que se lo podía coger con mi permiso. Al contrario, me gustaba ver la actitud de Andrea, muy tierna, casi inocente, de una niña enamorada.

Se levantó y me abrazó. Y me agradeció, con lagrimas en sus ojos, muchísimas veces. Yo solo miraba a Rafa y nos aventábamos unas miradas de complicidad.

Desde que me hice novia de Rafa, (a la de edad de 15 años) hasta este momento, pasó año y medio (16 años). Fue el tiempo que tardé en despertar mi deseo sexual. Después de esto empezó otra etapa de mi vida con Rafa y con mi mejor amiga, Andrea.

NOTA: ALGUNAS PERSONAS ME ESCRIBEN AL CORREO PIDIENDO LAS MEDIDAS DE MI AMIGA ANDREA. NO ME QUEDE CON LA DUDA, TENIA QUE SABER LAS MEDIDAS DE ESE CUERPAZO ESPECTACULAR. EN EL PROXIMO RELATO LAS ESCRIBO.