Descubriendo mi Bisexualidad - Tercera parte
Una cosa lleva a la otra y atiendo las necesidades de mi asistente
Fueron unas dos semanas de intenso sexo oral , todos los días. A veces los fines de semana en mi casa, con mi mujer haciendo lo mismo, extrañaba la pasión y entusiasmo de mi asistente, siempre dispuesto a hacérmelo cuando yo quisiera. Aparte de ella ser reacia hacerlo, mi mujer no me dejaba acabar en su boca, para ella era algo realmente asqueroso, mientras Rodrigo lo disfrutaba al máximo, lo esperaba y lo saboreaba como si fuera el más exquisito manjar.
Ese día lunes llegue con muchas ganas de tener una nueva sesión de sexo oral con mi asistente, pero todo el día no tuvimos un momento. Me preguntó si estaba estresado y le dije que si, pero que prefería que se ganara una hora extra después del trabajo para no tener interrupciones.
Y así fue, luego de atender a nuestro último cliente, cerramos la oficina y esta vez sentándome sobre el escritorio con Eduardo de pie chupándome la verga , le pregunte si el disfrutaba tanto como yo el 6ener estos encuentros casuales. Me dijo que si, aunque el no acababa. Dándome cuenta que en realidad había sido algo egoísta y como esa tarde estaba muy caliente , le dije que si el quería , se la podía meter. De inmediato vi la sonrisa de aprobación en su rostro y me dijo que le encantaría.
Me baje del escritorio, con mi verga al aire y Rodrigo se comenzó a bajar los pantalones. Quedo en una zunga color verde, muy llamativa, que se le metía entre los cachetes y dentro de ella , por la parte de adelante , un bulto bastante notable. Tenía un culo gordito , blanco , suave. Jamás le había tocado otra parte que no fuera la cabeza cuando me la chupaba , pero verlo asi , apoyándose contra el escritorio, dejando su culo expuesto , me anime a tocárselo, sintiendo la suavidad de sus nalgas. Le bajé esa última prenda dejándolo desnudo de la cintura para abajo, con su culo expuesto , sin pelos, apoyado en el escritorio invitándome a ser penetrado.
Su verga era mas pequeña que la mía y mas delgada. Me sentí gay al verme en esa posición, la verdad no lo quería, con las chupadas estaba bien , pero era justo que el recibiera una dosis de placer también. Era un secreto que compartíamos ambos y nadie , pienso yo , podría sospechar lo que estaba pasando dentro de mi oficina. No podía creer lo que estaba por hacer, follarme a un hombre por el culo, jamás me lo hubiese imaginado, pero con lo caliente que estaba, comencé a frotarme detrás de el , hasta que guie mi verga a la entrada de su ano, tratando de penetrarlo. El me pidió que no se la metiera fuerte al principio y así lo hice. Poco a poco nos fuimos esmerando en tratar de meter toda mi herramienta en ese estrecho agujero, hasta que al fin ya entro una buena parte. Comenzamos a movernos, el echando el culo hacia atrás y yo tratando de metérsela lo más adentro posible, hasta que entro por completo. Era una sensación muy agradable, mi verga se sentía muy aprisionada y comencé a follarmelo lentamente. Ya al poco rato, mi verga entraba sin tanto esfuerzo, ya que su ano se había dilatado y Rodrigo comenzaba a gemir silenciosamente disfrutando de la buena follada que le estaba dando su jefe. Una y otra vez mi verga se sumergió en ese estrecho orificio, sacándole infinidad de gemidos a mi asistente que me pedía mas y mas .
Luego de un rato , me dice que me siente en la silla , dándome la espalda se sienta sobre mi y se entierra mi verga nuevamente hasta el fondo , subiendo y bajando. Era muy agradable la sensación, pero algo incomoda. Sin embargo el disfrutaba como una mujer sintiéndose penetrada en esa posición , alabándome el tamaño de mi verga , diciéndome que lo sentía hasta lo mas profundo de su intimidad. Sin embargo no estaba cómodo y luego de un rato , le dije que volviéramos a la pose inicial. Así , aferrado a sus nalgas , le di por un buen rato mas , no pare de darle por el culo, a veces fuerte , otra veces despacio, viendo como mi verga entraba y salía del culo de Rodrigo , el que a veces llevaba su mano a su verga y se masturbaba.
En un momento en que mi verga entraba con furia en su ano , dándole muy fuerte , me dijo entre gemidos callados que ya no aguantaba más que estaba por acabar y sin ni siquiera tocarse comenzó a botar su leche la que cayó por todas partes. Fue tal mi excitación al ver como había logrado hacer que el acabara, que de inmediato me corrí abundantemente dentro del, golpeándole los cachetes con mi cuerpo muy bruscamente, alcanzando un monstruoso orgasmo , aunque silencioso para que de afuera no nos fueran a escuchar.
Ya con mi verga sin fuerza, se la saque y Rodrigo queda echado sobre el escritorio, con su culo expulsando leche desde su interior. Desnudo yo también de la cintura para abajo, camine hasta mi escritorio y saque un paquete de pañuelos desechables para que se limpiara el culo. Nos vestimos y el algo adolorido, me decía que le ardía el ano, que la tenía muy grande, pero que lo había hecho gozar como un loco. Apagamos los computadores y nos fuimos.
A pesar de haber disfrutado el encuentro y haberme desahogado, quede pensando mucho en lo que había hecho, que no estaba bien , que era mejor dejar las cosas hasta ahí mejor, para no complicarlas o que me terminaran gustando los hombres . Aparte que tarde o temprano todo se sabe y eso no lo quería por ningún motivo. Así que decidí que sería nuestro último encuentro.