Descubriendo mi bisexualidad - final
Siguen las aventura, Por fin Juan logra penetrarme, haciendome gozar como un loco.
Al día siguiente María me llamó, para tomar un café y hablar de lo sucedido, así que quedamos fuera del pueblo y empezamos a charlar, me dijo que ella empezó hace unos seis meses y que la metió en esto un antiguo novio con el que practicaban el intercambio de parejas, así que una vez coincidieron en un club y al final se liaron. Al poco se peleó con este chico y ha seguido de vez en cuando con los panaderos, ya que su novio no le da todo lo que necesita.
Yo le comenté como me metí en el tema, ambos reímos, el ambiente era totalmente distendido, en un momento dado me dice, “Me estoy poniendo cachonda”, al mismo tiempo que me agarra el paquete., que ya estaba morcillota.”Vamos a mi casa que estoy sola”.
Dicho y hecho, nos presentamos en su casa y entramos, me dijo:”sírvete algo que enseguida vuelvo”, a los cinco minutos , se presento vestida con corpiño de cuero que dejaba las tetas al aire, unas medias con liguero negro y unos taconazos de infarto, no llevaba bragas , llevaba un maletín en la mano , se giró y me enseñó su tremendo culo, y sorpresa , llevaba un plug anal metido, que morbo me dio , salté como un resorte y me fui hacia ella , entonces me empujó y me dijo : “ espera, la situación la controlo yo, desnúdate”, así lo hice, mi polla presentaba una dureza que dolía .
Me dijo “ven tengo una fantasía que no puedo hacer con mi novio, ponte esto”, me sacó también un corpiño y una medias y lo puso, aquello me estaba dando un morbo increíble, luego me puso unas esposas y me dijo “hoy serás mi putita esclava”, aquello ya no me gustó tanto, hasta que se puso de rodillas y empezó a hacerme una mamada de campeonato. Cuando lo consideró oportuno, se levantó y me dijo tiéndete en la cama, lo hice y al momento se subió y empezó a cabalgarme a un ritmo endiablado, todo ello sin sacarse el plug del culo, hasta que se corrió.
Se quitó de encima y me dice ahora te toca disfrutar a ti , sacó un consolador doble de la maleta, se quitó el plug y se lo metió en el culo previamente lubricado, se vino hacia mí y empezó a lubricarme el culo diciéndome:” Vamos a hacer una follada doble anal, prepárate”, empezó a meterme el consolador poco a poco hasta que logramos quedar pegados, los dos tendríamos dentro unos 20 cm. cada uno, ella empezó a culearme hasta que aquello ya entraba a la perfección , entonces cogió mi polla y se la metió en el coño, aquello era lo más , se incorporó un poco y empezó de nuevo a culearme con mi polla metida el su coño y un consolador doble follándonos a los dos . estuve poco tiempo ya que me corrí, justo después de su segunda corrida.
Ya mas descansados, me pregunta, “oye te han follado con una polla de verdad”, yo le dije que no, que no me gustaban los tíos, que lo que me gustaba era la sensación de que follen el culo y nada más. Me dice “vale, entonces lo que eres es un vicioso como yo, y entonces Ely sabe de tu afición por meterte cosas en el culo”. Le conté las experiencias que habíamos tenido y lo que a ella le gustó y me dice” lo vamos a pasar muy bien”.
Varios días después, me llamó el panadero, y me dijo: “Hoy tenemos fiesta a las siete de la tarde, pero será en la casa que tengo en el campo, vente con una mascara que no se te conozca quien eres, ahh, y ya sabes con el culo limpíto, jajaja”.
A las siete me presenté, estaba solo el panadero, pasé y me dijo “hoy solo tíos, te puedes quedar o irte, tienes 5 minutos para decidirte, ya que está por llegar el sargento”. Al final me decidí quedarme, al rato oímos un coche y me dijo desnúdate y ponte la mascara, así lo hice. Cuando entró el sargento inmediatamente lo mandó a comerme la polla, cosa que hizo sin pestañear, se puso de rodilla y empezó a chupármela, al rato lo cogió de los pelos y lo levantó, ordenándole que se desnudara. Empezó a desnudarse y cuando llego a quitarse los calzoncillos, salió de su culo un consolador negro de grandes dimensiones, Juan le dijo” veo puta que me has hecho caso “, métetelo otra vez”, entonces Juan le puso un trozo de cinta americana para que no se le saliera, al mismo tiempo con otro trozo de cinta se amarró las manos a la espalda.
A mí entre el espectáculo y la mamada se me puso dura como una piedra. Juan se desnudó también, entonces cogió collar de perro con una cadena y se lo colocó al sargento, ordenándole que se pusiera a cuatro patas, “así me gusta como una perra que eres”, cómeme el nabo, y este empezó a lamerle el cipote a todo lo largo, me hizo una seña diciéndome ven, y me puso a su lado ordenando al sargento que nos la chupara alternativamente, cuando se hartó se levantó y nos dijo vamos todos a la cama. Allí Juan saco un bote de lubricante y empezó a meterme dedos en el culo, cuando llevaba cuatro ordenó al sargento a que me follara, a mí me tendió boca arriba con las piernas en alto al filo de la cama , al sargento lo colocó de pié le puso un condón y arrimó su polla a mi ojete, que por entonces estaba palpitante y deseando que me follara y empezó a meterla, al principio me dolió ya que era una polla de un tamaño considerable y mas gruesa que los consoladores que hasta ahora me había metido. Al rato ya estaba acostumbrado y empezó un mete saca a un ritmo frenético siguiendo las ordenes de Juan, que le decía “dale fuerte que aquí tenemos otra perrita para la manada”. Cuando estaba a punto de correrme , ordeno a que se saliera , dejándome con la miel en los labios, cuando Juan me vio la cara , me dijo” tranquilo que todavía queda mucho y lo mejor esta por llegar”, entonces puso al sargento a 4 patas al filo de la cama , seguía con las manos atadas, con lo cual la cabeza la tenía pegada al colchón, le saco el consolador del culo y se la metió de un solo golpe, dándole embestidas furiosas hasta el fondo, el sargento chillaba como un cerdo pero pedía más. Entonces Juan me dijo ponte un condón que se la vamos a meter los dos a la vez.
Me tendí en la cama y el sargento se subió encima de mi polla, Juan lo empujó contra mí y se la empezó a meter desde atrás, como me oprimía, cuando la metió dentro pero el tío aguantaba y pedía cada vez más, así que Juan empezó a darle todo lo fuerte que pudo hasta que el cabrón del sargento se corrió sobre mí pegando cinco trallazos que me llenaron todo el cuerpo de leche.
Juan se salió obligó al sargento a que me limpiara, cosa que hizo recogiéndolo todo con su lengua y tragándoselo. Al momento Juan se cambió de condón y me dijo, “ ven que te voy a meter mi morcilla”, yo le contesté muy alterado que no que iba a reventar , entonces el me dijo “mira yo me tiendo y tu te pones arriba y te vas bajando hasta donde quieras”, no me pareció mala idea , me lubrique bien el culo y acerqué el capullo a mi ojete, mientras tanto el sargento se había metido de nuevo el consolador y estaba comiéndole el culo y los huevos a Juan.. Apunte y empecé a bajar poco a poco , pero me dolía horrores , pero seguí y pude meterme el capullo , le unte lubricante al tronco y empecé a bajar poco a poco , hasta que llegué a la mitad , no me atrevía a más , cuando Juan con un movimiento de pelvis , me la metió casi entera, dios como me dolió grité como si me hubiesen clavado un cuchillo , intente salirme pero Juan me cogió y no me dejaba , las lágrimas se me salían, y me dijo “ Ya está, estate quieto a que el esfínter se acostumbre al grosor y ya veras como te gusta”, estuve un rato y para mi sorpresa al poco ya no me escocia , empecé un moverme poco a poco hasta que al rato ya saltaba sobre ese tremendo pollón . Juan me cambió de postura y me puso a cuatro patas y ordenó al sargento a que me la chupara mientras el seguía follándome y así me corrí después de unos cinco minutos de placer que en mi vida hubiese imaginado que sentiría.
Ahora me toca a mí me dijo Juan, se puso a cuatro patas , el sargento se colocó debajo tragándose el nabo de este y a mi me dice “ Méteme el puño en el culo”, cogí lubricante y se lo unté en el culo y mi mano y en un momento se lo tenia metido hasta el codo, “ me dice “ dame fuerte cabrón fóllame como yo lo he hecho contigo”,así que llego mi hora de la venganza y empecé a darle todo lo rápido que podía , hasta que se corrió en la garganta de sargento.
Quedamos todos exhaustos en la cama, al rato Juan le ordenó al sargento que se vistiese y se largara, y este obedeció sin rechistar. Nosotros nos quedamos un rato, charlando de todo un poco, Juan me dijo que no quería que el sargento se enterara quien era yo, cosa que le agradecí, al rato también nos vestimos y nos fuimos cada uno por su lado.
Seguimos bastante tiempo practicando este tipo de orgías, se fueron incorporando nuevos personajes, aunque le pedí a Juan que no quería estar mas con el sargento, lo cual respetó. Había veces que la calentura me sobrepasaba y me presentaba en la panadería a las horas del despacho, y unas veces me follaba a Ana en la trastienda y otras Juan me enculaba, cosa que me encantaba y mi culo ya soportaba perfectamente.
Con mi novia las relaciones se fueron enfriando, ya que no disfrutaba del sexo con ella como antes, y al final lo dejamos.
Con María, la cosa fue mejor, nos vimos varias veces a solas, otras en la casa de Juan, ambos teníamos claro que es lo que nos gustaba, tanto nos compenetrábamos, que dejó a su novio y empezamos a salir juntos, al final nos fuimos a vivir juntos fuera del pueblo y con el tiempo nos casamos, seguíamos de vez en cuando asistiendo a las reuniones de Juan y Ana, pero también empezamos a abrirnos a nuevos amigos. Recuerdo una vez para mi cumpleaños que me preparó una sorpresa, llegaba yo del trabajo y al abrir la puerta me encuentro a María en el sofá, tomando unas copas con dos negros inmensos, me dijo “cariño feliz cumpleaños, estos son tus regalos”. Por dios como nos pusieron a los dos, eran incansables, estuvieron follándonos a los dos por lo menos cuatro horas.
Actualmente sigue siendo mi mujer y seguimos disfrutando del sexo liberal, no hay secretos entre nosotros y lo mismo nos metimos en una orgía , que en un trío , lo que prometimos y cumplimos es no ir nunca cada uno por su lado y contarnos todas las inquietudes. Somos felices con nuestra forma de ser y el tiempo dirá…..