Descubriendo el sexo gay

Mi amigo me llama para hacer un trabajo

Mi amigo Javi y yo hemos estado juntos desde los tres años y nunca nos hemos separado. Fuimos juntos al colegio, jugamos en el mismo equipo de futbol y salimos de fiesta con los mismos amigos. Pero nunca he sospechado que mi mejor amigo tenía un oscuro secreto del que entraría a formar parte de él.

Actualmente ambos tenemos 18 años. Un sábado estaba terminando un trabajo del instituto cuando me llamaron por teléfono; era mi amigo Javi que me pedía que fuese a su casa para ayudarle con dicho trabajo, ya que él no tiene ni idea de matemáticas.

Cuando llegué a su casa Javi me abrió la puerta y me quedé sorprendido al ver que solo llevaba una camiseta sin mangas y unos bóxer que marcaba la forma de su miembro flácido. Fuimos a su habitación y empezamos a hacer el trabajo, pero yo no podía de dejar de fijarme en él.

Cuando éramos más jóvenes descubrimos una película porno de su padre y de vez en cuando quedábamos para verla juntos y nos masturbábamos, pero ya hacía unos meses que no nos hacíamos ninguna paja juntos.

Acabamos el trabajo y todavía era pronto así que nos pusimos un juego de fútbol en la tele del salón aprovechando que no estaban sus padres. Yo siempre estoy perdiendo, pero ese día iba ganando y me empezó a dar unos pequeños golpes en mi mando para distraerme y yo le respondía con más golpes en el suyo. Nos enzarzamos en una pequeña pelea y terminamos tirándonos encima las bebidas empapándonos.

Al levantarnos se empezó a quitar la camiseta y me fijé en lo mucho que se le habían empezado a marcar los abdominales; estaban más duros que la última vez que los vi junto a una fila línea de pelo rubio que iba desde su ombligo hasta el pubis. Después se quitó también los calzoncillos quedándose completamente desnudo. Pude apreciar como su pene aun flácido era grande y solo tenía unos cortos pelos rubios alrededor.

  • Quítate tú también la ropa para que se seque- me dijo mientras intentaba apartar la vista de su miembro.

  • Me da corte quedarme desnudo en tu casa.

  • Vamos que no es la primera vez que nos vemos desnudos- y sin esperar empezó a quitarme la camisa y los pantalones hasta que me quede desnudo junto a él.

Yo no tenía los músculos tan marcados como él, aunque se me notaban un poco y tenía el pubis con más pelo negro. Vi como también me estaba mirando mi pene y noté como se me empezaba a levantar.

  • Quieres que ponga una peli porno nueva que me he descargado.

No sabía que responder, pero antes de que pudiese decirle algo fue a su habitación y trajo un CD, lo puso y se sentó indicándome que me sentara a su lado y eso hice. Cuando empezó había una chica que empezaba a masturbarse. Mi polla estaba empezando a ponerse más dura todavía, pero la de mi amigo no había crecido más. De pronto la tele se apagó:

  • Joder ya está fallando la tele, puedes mirar a ver si tienes que enchufar algún cable- me dijo mientras se frotaba uno de sus huevos.

Me levante y me incline cerca de la tele, pero yo no veía nada raro hasta que note como algo hacia presión contra mi ano y me sobresalte. Al darme la vuelta estaba mi amigo de pie a solo unos pasos y con una polla de 16 cm apuntándome mientras se reía:

  • Alberto me has puesto muy cachondo. Siempre que estaba contigo desde que empezamos a masturbarnos de pequeño. Siempre que nos hacíamos una paja te miraba a ti- y se fue acercando más hasta que su polla y la mí se juntaron.

Yo no pude retener más mis deseos y me abalancé dándole un beso. Sentía su lengua entrando en mi boca mientras su saliva se juntaba con la mía.

Después de cinco minutos nos separamos, mi miro a los ojos mientras seguía sonriendo y se arrodillo, cogió mi polla palpitante con su mano y de una vez se la metió en la boca. Mi polla no era muy gorda, pero me media 17,5 cm y ver como mi amigo se metía todo eso en la boca me puso todavía más cachondo. Lo levante y le indique que se tumbara en el sofá, luego me puse encima suyo, cogí su polla y empezamos a hacer un 69 hasta que al final ambos nos corrimos en la boca:

  • Ahora quiero sentir tu polla dentro de mí- me dijo mientras se tragaba todo el semen que había expulsado.

Se dio la vuelta y se apoyó junta a la mesa dejándome ver su culo perfecto. Lo abrí con delicadeza y con la ayuda del semen y la saliva que aún tenía en la boca lubriqué su ano rosado. También puse un poco en mi propia polla y lo penetré suavemente:

  • Si Alberto llevo mucho tiempo deseando que me folles. Métemelo entero.

Empecé a penetrarle más hasta que toda mi polla entro en su culo y la fui sacando al principio despacio, pero mis caderas me pedían que fuera más rápido y le fui dando más envestidas:

  • Si sigue siento como tu polla me desgarra por dentro. Quiero tu semen en mi ojete.

  • Ah joder como me gusta tu culo- y con la otra mano le agarre la polla y empecé a masturbarlo- no creo que aguante mucho más. Siento que me voy a correr.

  • Dios si córrete lléname con tu leche.

En una última sacudida empecé a soltar chorros de semen en su culo y , al mismo tiempo, su polla no aguanto más mi paja y soltó una gran cantidad de semen en mi mano y en el sofá. Me quede sin fuerzas y me desplome en su espalda mientras la sacaba y le di otro beso con más pasión que el anterior:

  • Ahora quiero que me folles a mí -le dije con una sonrisa picara en los labios.

  • Vale, pero después tendrás que volver a hacérmelo

Estuvimos toda la tarde follando entre sudor, saliva y semen por todo nuestro cuerpo y supe que, desde ese día, mi amigo Javi y yo estaríamos mucho más unidos.