Descubriendo el placer (1: Mi primera vez)

Serie de relatos que cuentan mis vivencias sexuales. Relatos cargados de sexo, amor, erotismo y pasion.

Nunca se sabe como va a terminar un fin de semana cuando sales por ahí de fiesta con tus amigas. Unas veces termina con un chico en tu casa, con tus amigas de borrachera o incluso llorando todas abrazadas. Salir de fiesta es correr un gran riesgo.

Esta serie de relatos empieza con el relato nº 1 pero no sabemos con cual terminara ya que recoge mis vivencias sexuales y la iré ampliando según sucedan nuevas cosas.

Para empezar me presento: Me llamo Kylie (no utilizo mi verdadero nombre por motivos de privacidad), en este momento tengo 17 años a punto de cumplir los 18 en marzo. Tengo una larga melena rubia y unos ojos grandes de color miel. Soy mas bien baja pero nunca he tenido ningún problema con ello ya que según mi teoría así todos los chicos me quedan bien de altura. Lo que más me gusta de mi cuerpo, aparte de mis ojos, son mis pechos que los tengo no exageradamente grandes pero bien formados y en su sitio. Me gusta vestir siempre con pantalones muy ajustados (en rara ocasión utilizo faldas) y camisetas justas y con mucho escote para que se pueda ver la mitad de mis pechos. Ahora que ya me conocéis prosigo.

Todo se remonta a noviembre del 2004. Fue una noche de sábado que salí con mis amigas. Había estado toda la noche bailando y bebiendo. Llevaba puesto un pantalón vaquero justito y acampanado por abajo con un niki negro justo y muy escotado que dejaba asomar mis lindos pechos. Me dirigí a la barra para pedirme otra copa cuando le vi aparecer. Era el chico de mis sueños. Un poco mas alto que yo, moreno de piel, pelo pincho negro, un arito en cada oreja, una sonrisa malévola pero a la vez súper atractiva y unas manos que saben hacer sentir a una chica como una diosa.

Anteriormente a esta noche el y yo habíamos tenido algún que otro encuentro esporádico pero nunca habíamos llegado a consumar a pesar que él lo había propuesto, pero yo llegado el momento no me sentía "preparada" (lo pongo entre comillas porque nunca me gusto esa expresión y porque yo en esos momentos no quería por el sitio u otros factores, pero no porque no quisiese).

Yo por aquel entonces tenia 16 años. Habíamos practicado la masturbación mutua. Para mí ese chico era y es como un icono sexual ya que me ha enseñado cosas y me ha hecho sentir sensaciones que yo desconocía. Él contaba con 21 años, era todo un experto del sexo ya que era el típico que donde ponía el ojo, ponía todo lo demás. Cuando nos habíamos conocido, 6 meses antes, él había cortado con su novia con la que llevaba mas de 3 años, había estado todo ese verano cada uno por su lado pero ahora volvían a estar juntos. A mí realmente no me importaba, siempre he confiado en mi (no me lo tengo creído pero tengo autoestima) y nunca he creído en la fidelidad de pareja, por lo que esperaba y deseaba que esa noche nos fuésemos a un callejón oscuro (como él lo llamaba).

Hola, ¿qué tal? – me saludo al tiempo que me daba dos besos.

Muy bien, aquí con mis amigas.

Ya he estado antes hablando con ellas que me las encontré.

Hacia mucho que no te veía – le dije tanteando el terreno.

Joder es que he estado muy liado y... – se volvió hacia mis amigas - ¿tomáis algo que os invito?

Vaya invitas a mis amigas y no me invitas a mí – soy muy celosa, odio ver a mis amigas con él.

Bueno a ti si quieres te invito a otra cosa, pero no de beber – me dijo con una mirada que quita el sentido.

Vale – dije sonriendo.

Cogí mis cosas y salimos los 2 juntos del Púb. Empezamos a andar y fuimos donde solíamos ir siempre. Yo en ningún momento pensaba en perder mi virginidad ese dia, simplemente pensaba pasar un buen rato con tocamientos, masturbación... Cuando llegamos al lugar vimos que estaba demasiado iluminado, se trataba de una urbanización que tenia rincones bastante escondidos pero con luz nos podían ver, así que seguimos andando y llegamos a un edificio en obras. Saltamos las vallas y entramos a los garajes subterráneos. Aquel lugar era oscuro y muy amplio, habían empezado hacia poco a construir.

Un poco temerosa empecé a andar siguiéndole. Nos detuvimos junto a una de las paredes de la gran habitación. En cuanto él me agarro la cintura y me beso todos mis temores se disiparon. Sus labios como siempre me hacían sentir en el cielo y mi cuerpo se derretía poco a poco a sus deseos de que fuese suya. Nos besamos como si fuese él ultimo beso antes de un largo viaje que nos fuese a separar durante mucho tiempo.

Nuestras respiraciones estaban muy agitadas. Él introdujo su mano por dentro de mi pantalón. Cuando sus juguetones dedos tocaron mi clítoris mil sensaciones recorrieron mi cuerpo. Lo hacia como nadie me lo había hecho nunca. Mientras él me masturbaba y con su otra mano me tenia agarrada por mi culito, mis manos recorrían su espalda torneada por el gimnasio y su culito. Mis manos se aventuraron a tocarle su paquete por fuera de los vaqueros y sentí que ya estaba dura. Me dispuse a desabrocharle los pantalones para sacar esa maravilla a la luz. El no cesaba de masturbarme yo ya estaba a punto de tocar el cielo. Al ver mis intenciones de un solo tirón el mismo se desabrocho los pantalones. Ese gesto tan salvaje me puso a 100. Su soltura era lo que más me llamaba la atención de el, además de su atractivo físico. Comencé a pajearle. Sentía como su verga iba creciendo en mi mano, mientras nuestras lenguas no dejaban de encontrarse en nuestras bocas. Mis piernas me temblaban de placer mientras sus dedos entraban y salían de mi vagina al tiempo que los gemidos salían de mi boca cada vez mas seguidos y agudos.

El también estaba muy excitado. La escena era muy hot, allí una pareja prácticamente de desconocidos deseándose y haciéndose alumbrados por los escasos rayos de luz que se colaban por los pequeños ventanales de los subterráneos. No cesábamos de besarnos, yo por mi parte podría pasarme el resto de mi vida así con él, le deseo tanto que cada segundo que estoy sin él es como un infierno. Sin dejar de masturbarme sus labios rozaron mi cuello, descendieron besando entre mis pechos, hasta mi ombligo para ir a parar a mi coño. Era la primera vez que me hacían esto. Su lengua jugaba con mis clítoris y sus dedos no cesaban de entrar y salir. Ver la imagen de ese chico agachado entre mis piernas era de lo más excitante. Me agache para morderle el cuello y me beso. Sus labios estaban inundados por mis flujos. Un sabor súper excitante, pensar que lo que ahora el tenia en su boca antes había estado en mi, me excitaba muchísimo. Yo para no ser menos se la devolví, me puse en cuclillas delante de el y apoyada en la pared. Vi su verga erecta apuntarme directamente como si de un cañon se tratase, mira hacia arriba algo temerosa pero verle me tranquilizo. Nunca antes había mamado una polla, pero siempre desee que primera vez fuese como estaba siendo a pesar que yo desconocía como iba a terminar aquello.

Me introduje su polla en mi boca. Tenia la puntita mojada por el liquido preseminal. Chupe y lamí la puntita con mucho cuidado por ser una zona tan delicada. Parecía que le gustaba pues su respiración era cada vez mas entrecortada. Eso me dio confianzas en mi y me la introduje entera. No me atreví a mirarle a los ojos. La metía y la sacaba cada vez mas aprisa. Esto era una sensación nueva para mi pero a la vez me gustaba pues siempre desee que mi primera fuese una relación plena. El me pedía que no parase, pero yo no obedecí. Me puse de nuevo en pie y le bese.

Date la vuelta – me pidió.

Yo no le hice caso, pues no conocía sus intenciones de modo que me mantuve de cara a el. Comenzó a rozar su verga contra mi coñito virgen. Eso me producía placer, me gustaba. Estábamos los dos muy excitados.

Tengo muchas ganas de follarte – me susurro al oido.

Yo le di una negativa por respuesta. Nose porque motivo pero no quería, aunque al sentir de nuevo el roce de su verga sobre la raja de mi coñito supe que ese era el dia perfecto para perder mi virginidad.

Agarre su polla y me la empecé a frotar contra mi coño, el se agacho para quitarme los pantalones del todo. Mire para abajo y le vi allí a mis pies. Mi corazón empezó a latir, nunca imagine que mi primera vez iba a ser con el chico que yo consideraba inalcanzable. Me sentía como en un sueño. Cuando termino de quitarme los pantalones me levanto mi pierna izquierda y seguimos con las caricias, los besos, los roces..eso a mi me excitaba cada vez mas y el ya estaba también al limite. Me levanto la otra pierna y me la metió lentamente para no hacerme daño. sentí que una cosa se abría paso entre los pliegues de mi vagina, algo que nunca antes había estado allí, pero no dolor. Mis piernas estaban enroscadas a su cintura y nuestras lenguas seguían encontrándose dentro de nuestras bocas. Nuestras respiraciones cada vez estaban mas agitadas y los gemidos eran cada vez mas evidentes. Miles de pensamientos recorrían mi cabeza en ese momento. A cada una de sus embestidas mi espalda golpeaba con la pared y estas iban en aumento. Un placer extraño para mi me recorría desde los mas hondo de mi vagina hasta todas las extremidades de mi cuerpo. Y llegamos. Nos corrimos los dos sin dejar de besarnos.

Nos vestimos y nos quedamos charlando un rato y fumándonos un cigarro aun en las obras. A mi aun me temblaban las piernas, tenia una sensación extraña pero placentera. Después de un rato volví con mis amigas a seguir con la fiesta y el se marcho pues había quedado con su chica.

CONTINUARA...