Descubriendo el goce anal
El personaje de ésta historia, Ariel, nos narra cómo, a través del juego erótico de introducirse objetos en el culo, descubre la satisfacción que le suponen las relaciones anales, no dudando en experimentarla con el pene de un buen amigo.
Queridos amigos: Les escribo esta increíble historia que me sucedió, días atrás. Antes me presento, soy Ariel, estoy de novio hace 2 años, y mi actividad sexual es normal. Pero en mi intimidad, me produce mucho placer introducirme objetos en el ano, mientras me masturbo. Siempre fueron objetos pequeños, como lápices, o bolígrafos; pero un día, solo en mi casa, estaba muy caliente porque el día anterior mi novia me había dejado pagando, con la excusa que tenía que levantase temprano para ir a trabajar. Decidí entonces tomar una ducha fría para calmarme, antes de hacerlo, fui a la heladera para tomar jugo, y observé que en el cajón de las verduras, sobresalía una hermosa zanahoria; mi cabeza se puso a funcionar a mil, y decidí tomar el baño, llevando la zanahoria conmigo.
Entré en la ducha, y me enjaboné todo el cuerpo, en especial mi ano, y me propuse darme placer con sólo la puntita de esa zanahoria, ya que mi ano nunca tuvo algo más grande que un bolígrafo; unté la zanahoria con crema de enjuague, al igual que mi ano, e introduje sólo un poquito la puntita, con lo que mi pene respondió con una buena erección. Creo que por lo excitado que estaba, y lo bien lubricado, comencé a introducirme la zanahoria cada vez más, cuando me quise tenía más de 14 cm dentro de mí; fue en ese momento en el que eyaculé como nunca antes lo había hecho, manchando los azulejos de la ducha.
Después de ese día mi vida siguió normalmente, eso creía yo. Un viernes en la noche, un amigo me propone ir a tomar unos tragos a su casa, y a mirar unos videos eróticos, ya que sus padres estaban en la costa. Compramos varias cervezas, ya que teníamos planeado invitar a dos amigas (esas amigas que con cuatro vasitos de cerveza no saben ni cómo se llaman); comenzamos a mirar los videos, y a reírnos de cuanta situación y pose extraña se veía en el vídeo; pasada media hora suena el teléfono, y para desgracia nuestra, al atender, nos enteramos que esa noche no veríamos a nuestras amigas, ya que una llamaba para avisarnos que no podrían venir.
Decidimos quedarnos en casa de mi amigo, hasta terminar las cervezas; y seguimos mirando los videos. No pude evitar mirar a mi amigo, y comprobé que tenía una erección, que era lógico mirando esos videos, y por el efecto de la cerveza, sin pensarlo le dije si quería que lo masturbara; él me mira sorprendido, pero no pudo evitar decir que sí; entonces le desabroché el pantalón, le bajé lentamente el slip y comencé, con mi mano derecha a masturbarlo, mientras él miraba el video. No pude resistirme y de a poco me fui acercando a su increíble pija, y la fui tragando toda. Yo me estaba calentando mucho y le dije si no me quería coger, entonces le conté de mi experiencia con la zanahoria, y fue al baño y trajo crema de enjuague, a lo que yo me saqué los pantalones y el calzoncillo, me tiré boca arriba en el piso, y él me puso crema de enjuague en el ano, y en su pija; me la arrimó despacio y me la fue poniendo cada vez más adentro; mientras con una de sus manos me masturbaba, con la otra, me agarró el pie y se puso el dedo gordo en la boca, chupándolo como si fuera un pene, cosa que me calentó mucho y eyaculé en su mano al tiempo que él lo hacía dentro de mí. Luego nos vestimos y me llevó a mi casa, y me dijo que la próxima vez le gustaría que yo le llene de leche el ano, pero antes que me tragase toda su leche, pero esa es otra historia.