Descubriendo el control

Siempre la masturbación junto a mi pareja la disfrutaba pero cuando su imaginación voló descubrí que el placer tiene otras formas

Querido Diario:

Lo de ayer fue distinto… Siempre creí que las experiencias sexuales que descubrí con mi pareja estaban bien pero lo de anoche me hace pensar que esto es un viaje sin retorno

Como sabes los viernes acostumbramos preparar algo rico y acompañarlo de un buen vino. Llegué algo tarde porque tenía que revisar y firmar varios escritos. Venía cansada, con calor. Miguel ya tenía todo ok, la mesa se veía hermosa, cada detalle estaba cuidado... Velas, copas, un suave aroma de especies. Me esperaba recostado sobre la cama viendo tv. Tenía un suave perfume, se había bañado hace muy poco, aún tenía el pelo húmedo y algunas gotas de agua corrían por su pecho cubierto en parte por su bata. Estaba para comérselo, pero yo cansada. Lo bese, me tiré a la cama y apoyé mi cabeza en su vientre. Me saqué los zapatos utilizando solo mis pies, dejé una pierna estirada y la otra recogida, lo que llevó a que el vestido que llevaba puesto cayera dejando a la vista mi muslo y parte de mi bragas. Ese día había decidido usar un vestido de gasa, liviano y fresco, con un escote moderado, porque en el estudio no me gusta mostrar nada, sin embargo, sé que ese vestido y muchos otros dejan ver mis muslos con cierta facilidad cuando estoy a contraluz, pero es casi un detalle. Conversamos un poco, sentí sus caricias, era fácil intuir lo que buscaba, me quise olvidar de mi cansancio y dejarme llevar por el placer, tal vez sexo suavecito y lento. La tv iluminaba la habitación. Cerré los ojos, sentí su boca en mi frente, en mi nariz, en mi boca… Suavemente le entregué mi lengua… quería que leyera lo que yo deseaba, sin decírselo.

De pronto, el sonido de la tv cambió, comencé a escuchar la respiración agitada de una pareja y sonido de besos, abrí uno de mis ojos y en pantalla había un filme softsex. Parece que lo tenía todo planeado… Cerré los ojos, escuchaba los gemidos lentos y mi imaginación volaba, sentía su boca en mi cuello y su mano sobre mis pechos. Comenzaba a excitarme, sentía que iba lentamente pero ya avanzaba hacia el placer… Esperaba ahora que su mano llegara a mi entrepierna, sin embargo, no fue así, sentí un objeto rozando mi sexo a todo lo largo… No sabía que podía ser… No recordaba tener algún juguetito, de hecho nunca fue parte de nuestras conversaciones sobre sexo… pero ahí estaba, era extraño… no eran sus dedos que tanto me gustaban, sin embargo era grato… era suave, rozaba mi clítoris y me estaba estimulando… mis caderas se movieron suavemente y era una buena señal, él la leyó correctamente y continuó. No quería cortar el momento, quería dejarme llevar, abrí un poco uno de mis ojos y me di cuenta que era el control remoto lo que tenía entre mis muslos. Volví a cerrar los ojos y me dejé llevar. Estiré mi mano y tome su sexo… estaba totalmente erecto

El sabía que me gustaba cuando sus dedos me masturbaban, sin embargo esto de excitarme con el control remoto era una prueba nueva y la verdad no se había equivocado. Mis caderas se movían en pequeños círculos buscando la suavidad del contorno del aparato… mmm se sentía rico… placentero… Comencé a masturbarlo… Se acomodó y comenzó a desnudarme… Ya estaba entregada, olvidada del cansancio… liberó mis pechos de la presión del brassier, estaban erectos y duros. Los masajeó lentamente. Sentía que mi sexo comenzaba a humedecerse. El control continuaba frotando mi sexo por sobre mis bragas, pero esto se venía con fuerza. Nos acomodamos… sin abrir los ojos me desnude manteniendo solo las bragas para tratar de controlar en algo la situación… Pero después de esto era un chiste, tomé su miembro y lo llevé a mi boca, sus muslos estaban a los costados de mi cabeza, su boca recorría mi vientre, estaba totalmente húmeda, él lo sabía, corrió lentamente mis bragas, casi por reflejo llevé mis manos para sujetarlas, él me las tomó y las llevó a su sexo mientras lo tenía en mi boca… Sentí como bajaba mis bragas, era la misma inquietud de la primera vez, de cómo sería, si lo mantendría solo frotando o lo introducirá en mi vagina, quise olvidarme y concentrarme en lo que estaba y disfrutar. Tomé la iniciativa, llevé mis manos a las suyas y tomé el control remoto. Retiré su miembro de mi boca, se detuvo, imaginando que esto no seguía, sin embargo estaba muy excitada para detenerme, estaba concentrada en mí. Quedé tendida a todo lo largo, desnuda, con mi cuerpo caliente, y Miguel quedó hincado a mi lado y le dije "acomódate". Recorrí con mis manos en control reconociendo sus contornos.

Este objeto que estuvo tantas veces en mis manos nunca había pensado que podía cumplir esta otra función. La parte posterior del aparato era redondeada y de tamaño bastante similar a un pene. "Sácame las bragas"… Pasé el control por mi sexo desnudo, lo froté de manera algo más profunda, busqué los contornos más redondeados. Estaba toda húmeda, estaba todo listo, acomodé el control en el borde de mi vagina y comencé a masturbarme, sentí entrar este extraño aparato en mi sexo, abrí mis ojos y vi a Miguel masturbándose, estaba claro que mirarme en este ejercicio que yo hacía por primera vez lo excitaba enormemente, ya sin la preocupación de sentirme egoísta, me dediqué solo a mí. Tome el control con mayor propiedad y lo introduje en mi vagina, lo movía lentamente, no era necesario introducirlo grandemente, movía mis caderas, subía y bajaba… esta penetración controlada me permitía rozar regiones de mi sexo que no siempre es posible cuando estas con tu pareja, se me arrancaron varios gemidos que me había guardado, esto estaba muy rico… sentí como se armaba el orgasmo dentro de mi cuerpo… los pechos duros, los pezones erectos, mis manos sentían la humedad de mi sexo hasta que no pude detenerlo… Fue largo, suave… Me vine como quería, sentía lo mojado de mi vagina, no quise ni fijarme en el aparato, retiré el control, tomé el pene de Miguel, y lo llevé a mi boca para ayudarlo a acabar. Lo recorrí con mi lengua, chupé sus testículos, los recorrí hasta cerca del ano… Volví a su sexo duro hasta sentir que se venía, subí por su vientre hasta su boca mientras sentía en mi piel sus chorros de semen. Estábamos arrodillados sobre la cama. Había sido una grata y rica experiencia.

22 de agosto

Tenía razón, esto es camino sin regreso… Miguel tuvo que viajar por razones de trabajo. Estoy sola, es tarde, me junté con unas amigas en un pub, los hombres y el sexo fue uno de nuestros temas, les conté mi experiencia con el control y las reacciones fueron diversas, de hecho una de ellas ya lo conocía y también lo encontró una buena experiencia, pero Teresa me dijo que jamás se metería un aparato así, De hecho cuando lo hizo fue porque se había comprado un estimulador. La conversación me había dejado algo encendida. Así que llegué a casa, me duché para bajarme un poco la excitación y luego me fui a dormir, al menos eso iba a intentar. Tomé el control para encender la tv y me sonreí… Síp, lo que estás pensando es correcto, me sonreí porque recordaba lo ocurrido unos días atrás con el aparatito, sin embargo, cerré los ojos y comencé a recorrer mi cuerpo con él. Me cubría solo la sábana de raso… Recorrí mis pechos suavemente y mis pezones reaccionaron al instante a la estimulación. Sentía como iban creciendo lentamente mientras recorría su circunferencia. Bajé por mi vientre, abrí algo mis muslos y lo deposité entre ellos… recorrí suavemente mi vagina, mi clítoris ya estaba algo inflamado, no costo mucho que sintiera el contacto. Tomé el control con ambas manos y comencé a frotarlo con más intensidad. Sentía la suavidad del raso confundirse con esa punta redondeada que buscaba mi vagina.

Di libertad a mis caderas para que se movieran buscando los puntos más placenteros. Mi excitación fue creciendo en intensidad, bajé las sabanas, me arrodillé en la cama puse el aparato apuntando al centro de mi vagina y comencé a bajar suavemente. Sentía como iba entrando suave. Los bordes planos ya no eran extraños dentro de mí. Exploraba regiones de mi interior que eran nuevas, zonas donde el falo no puede llegar de manera natural. Comencé a cabalgar suavemente, mis caderas buscaban la penetración lenta pero más profunda que la vez anterior. Me mantuve arrodillada, ubiqué el control entre mis piernas para poder acariciar mi vagina y mis pechos mientras bajaba y subía sintiendo la penetración profunda y controlada. Esto estaba muy bueno. Mis manos recorrían mi cuerpo ya caliente, aumenté la penetración lo que me produjo algo de dolor pero estaba tan excitada que fue una mezcla exquisita. Cerré los ojos y me dejé llevar. Sentía como la sensación de un hermoso orgasmo se iba completando, iba tomando forma en todo mi ser. Me recosté apoyando mis pechos y vientre en las sábanas. Mantuve mis manos cercas a mi sexo y continúe la masturbación… LA sensación fue total… plena, húmeda… fue un orgasmo exquisito, Después de esto me bajo el sueño y deje el control entre mis muslos, tenía la gracia que le falta al pene, se mantuvo erecto jajajaja.

Es el comienzo