Descubriendo el Club (Consecuencias)

La protagonista nos relata las consecuencias de sus descubrimientos.

Hola de nuevo.

Después de aquella noche tengo que reconocer que nada fue igual, ciertamente el sexo con mi marido no cambio, seguía siendo satisfactorio pero no conseguía llegar al clímax que había logrado en el club. Además todas aquellas cosas que tanto me habían puesto no las encontraba en Juan, no me obligaba a nada que no quisiera, y eso, aunque fuera correcto, no ayudaba a emular las situaciones que desembocaron en aquellos orgasmos dentro de la piscina.

Extrañamente tampoco el saco el tema de volver, y yo no quería dar el paso, para que no pensara que el era poco para mi. Por otro lado la tarjeta de German, enterrada en el más secreto de los escondites, era una fijación demasiado tentadora.

Durante las siguientes semanas nada salio de lo normal hasta que uno de los contados viajes que mi marido hacia por negocios, le llevo fuera de la cuidad por unos días, se fue el martes por la mañana y no regresaría hasta el viernes. La primera noche todo andaba como de costumbre, Juan había llamado a eso de las nueve y después de colgar la cena y la tele ocuparon mi tiempo, solo que algo despertó algo dormido que llevaba dentro, había puesto una película y en mitad de ella la pareja protagonista acaba en un club swinger, no salía mucho mas pero eso despertó mi sexo y mi mano acabo ejercitándose dentro de mis braguitas y llevándome a un terrible orgasmo que no calmo para nada mis deseos, hasta dos veces mas se repitió el mismo guión ya en la cama hasta poder caer rendida y dormir de un tirón.

Al día siguiente la ducha, no hizo mas que volver a recordarme el placer en el agua, cuando salí solo tenia una idea en la cabeza, la idea de llamar a German, y aun así no fue fácil, hasta tres veces marque el numero y lo borraba intentando volver a la cordura, pero al final acabe esperando la respuesta en los tonos interminables del teléfono.

German –si

Luisa – hola

German – si, quien es?

Luisa – perdona, soy luisa, no se si te acuerdas, del club

German – ah, si, la putita casada

Luisa – si , respondí acalorada

German – veo que al final cogiste la tarjeta, y la has usado

Luisa – si

German – excitada?

Luisa – si

German – y dime, que habías pensado?

Luisa – pues no se

German – pero eso que todavía no has pensado, es con tu marido, o tu sola?

Luisa – sola, mi marido esta de viaje

German – Ah, ya veo, quieres ponerle los cuernos

Luisa – no, no es eso

German- ah, no?

Colgué el teléfono, no podía hablar, como podía estar pensando en hacer esa barbaridad, pero mi sexo decía otra cosa, mi entrepierna ardía y mi mano se poso en esa sin ningún pudor, arrastrándose por encima de mi clítoris hinchado y deseoso de ser maltratado de nuevo acabe desmadejada en el sillón con la respiración acelerada, y esperando que los vecinos no hubieran oído mis gemidos de placer. Volví a marcar.

Luisa – quiero que me lleves al club

German – la mala conciencia, eh?

Luisa – lo harás?

German – si claro

Luisa – tu novia vendrá?

German – quieres que venga?

Luisa – no si lo decía por si, no se, mejor no

German – jajaja, ya veo quieres polla para ti sola

Me estaba metiendo de cabeza en un lío, y mi excitación no paraba de crecer

German – y que tienes en mente?

Luisa – no se

German – no sabes?

Luisa – bueno, me hablaste de unos amigos

German – vaya, no se si los localizare pero, a ti te va cualquier cosa, la otra vez te follaste al que se puso por delante

Luisa – tienes razón

German – claro que la tengo perra, a ti te va lo que te echen, dime, ya tragas leche

Luisa – no, yo no . . .

German – el maricón de tu marido no te ha dado tus raciones?

Luisa – no

German -  muy mal, tendremos que poner remedio a eso, ven a mi casa y me haces una buena mamada

Luisa – a tu casa?

German – y te quiero con mini y sin nada de ropa interior

German me dio su dirección, y me dijo que si no iba, no volviera a llamar, y colgó sin más. Aquello se estaba saliendo de madre y en otra situación mi mente amueblada habría vuelto a la rutina sin darle mayor importancia, y lo intento, pero mi sexo pudo más y al poco, estaba frente al armario viendo a ver que me ponía. Al final una mini vaquera no muy escandalosa y un suéter amplio fueron la elección aunque el movimiento de mis pechos evidenciaba la falta de sujeción interior, pero al ir en mi coche era menos probable que alguien se diera cuenta.

A las 11 estaba en la puerta de la dirección que me había dado German, hice sonar el timbre nerviosa pero decidida, y la puerta se abrió.

German – vaya vaya, a quien tenemos aquí

Luisa – hola

German – levántate la falda

Luisa – aquí?

German – como quieras

Y comenzó a cerrar la puerta

Luisa – espera, y mirando a todos lados levante mi falda dejando mi sexo a la vista

German – bien, una parte cumplida, ahora a ver esos pechos

Volví a mirar al pasillo y levante mi suéter hasta dejar los pechos a la vista cosa que German celebro con sus palabras.

German – bien, menudos melones tienes zorra, dime, a que has venido

Luisa – me dijiste . .

German – a que has venido?

Luisa – a hacerte una mamada

German – bien pasa

Me hizo pasar la puerta y entre en el recibidor.

German – apoya las manos en la puerta y separa las piernas

Dude un poco pero German esperaba impasible que cumpliera su orden, así que me di la vuelta apoyando las manos y separando las piernas. Su mano se poso en mi sexo sin ningún tipo de duda, descubriendo mi notable humedad.

German – ver como eres una zorra, cuantas pajas llevas hoy?

Luisa – una

German – solo una

Luis – bueno, ayer noche tres

German – vaya con la señora casada

Sus dedos no dejaban de frotar mi excitado clítoris, y mis jadeos iniciales se habían transformado en gemidos.

German – la zorra casadita suena con inmensos pollones que la traspasen, verdad?

Luisa – no, yo

Sus dedos presionaron  con fuerza arrancándome un inesperado orgasmo

German – tu coño te delata perra, así que no niegues,  así correte cerda, que después te voy a llenar esa boca de leche.

Me corrí y mis piernas volvieron a flaquear, notaba como la humedar recorría mis piernas, German retiro la mano y cuando volví a notarlas me estaba vendado los ojos, después cogio mi mano y me llevo despacio, no habíamos dado mas de 20 pasos cuando se paro. Me soltó la mano y oí como se despojaba de la ropa, cuando volvió a cojerme la mano lo hizo para hacerme arrodillar.

German – las manos a la espalda y busca mi polla con tu boca, y hazme una buena mamada, y no quiero ver ni una gota

Podía haber salido de aquel trance, pero mi boca busco aquel trozo de carne, encontrando su pierna primero y avanzando hasta encontrarlo, lo engullí sin más oyendo su respiración agitada, y no tardo en endurecerse en mi boca haciendo más difícil mi tarea, pero recordando el club fui engullendo sin prisa.

German – ves como aprendes, además, si quieres una polla mas grande vas a tener que tragar más y mas, los pollones reclaman bocas chuponas de verdad, y la tuya lo parece, solo que esta desentrenada.

German me saco agarrándome del pelo sin ningún tipo de cuidado, y tirándome hacia arriba.

German – dime, como te has imaginado las pollas, blancas o negras?

Luisa – negras

German – jajaja, lo sabia, y te has imaginado follada por un negro

Luisa – si

German – pues ahora ni te muevas, que vas a saber lo que es bueno

Y allí arrodillada y postrada sobre las piernas de German, unas manos se apresuraron a subir lo poco que había de faldita, y algo se encajo en mi sexo

Luisa – no, espera

Pero no tuve tiempo, un trozo de carne caliente avanzaba ya por mi vagina agrandándola, despacio, pero sin pausa se adentraba cada vez más.

Luisa – dios, no

German – pues aun te falta la mitad

Cuando por fin note las piernas de aquel invasor junto a mis nalgas estaba totalmente llena, , y mi sexo luchaba por adaptarse a aquel mástil enorme, mi boca abierta por el inesperado acto fue invadida por la polla de German y al unísono comenzaron a moverse.

Las embestidas del desconocido eran largas y cadenciosas, se recreaba sacándola casi por completo, y luego la volvía a meter, sus manos me agarraba por la cintura con firmeza y todo aquello aderezado con la polla de German en mi boca, la cual no tardo en comenzar a expulsar su néctar pillándome totalmente desprevenida, pero su mano en mi nuca me dejo apartarme así que hasta 6 latigazos de semen inundaron mi boca.

German – traga zorra

Como pude fui obligando a mi garganta a tragar, y casi todo paso a mi estomago aunque mis labios pringosos delataban que algo se había escapado fuera.

German – por esta vez está bien, además así con la boca llena de leche estas preciosa.

Mientras tanto el otro seguía su ritmo, German se apartó dejándome postrada pobre el sofá, y el primer orgasmo me invadió con el regusto de semen en mi boca.

German – ya te has corrido?

Luisa - si

German – pero que puta eres

Luisa – no, uf, me esta matando

German – te gusta?

Luisa – si, me corro, me . . .

Aquel nuevo orgasmo fue más brutal que el anterior, notaba como los fluidos salían de mi sexo recorriendo mis piernas, y ahora cada embestida era un torrente de electricidad que recorría mi cuerpo.

Hombre – Joder tío, esta tía no para de correrse, me esta exprimiendo la polla

German – ya te lo dije, es una calienta pollas de cuidado

Hombre – no se si aguantare mucho mas

German – no te prives, esta ya es fija, te la vas a follar cuando quieras

Hombre- pues la voy a rellenar como a un pavo

Note como aceleraba el ritmo y sus gemidos eran mas audibles, entonces un hilo de cordura me invadió, rellenar? Se iba a correr dentro?

Luisa – dentro no, dentro . . .

Se apretó contra mí y empezó a bufar, y mis intentos de impedirlo fueron vanos frente a su fuerza que me inmovilizaba contra el sillón. No podía creer como había permitido que un desconocido me manejara de aquella forma.

Hombre – uf que gusto, llevaba cuatro días sin vaciar

German – jajaja, la habrás dejado llena

Hombre – tu que crees

Note como al sacar su herramienta una tremenda humedad comenzó a recorrer mis piernas, supuse que mezcla de su semen y mis fluidos. Entonces German me quito la venda.

German – venga, ya has tenido tu ración, así que lárgate.

Luisa – donde esta el baño

German, me levanto, me bajo la falda,  y me dio el bolso, y me dijo que le siguiera, pero me guió hacia la puerta y abriéndola me dijo que las zorras como yo no se limpiaban, y de un empujón me saco al pasillo y cerro.

allí estaba yo, desfallecía por el placer recibido y con mi sexo chorreando semen, como pude llegue al ascensor y con unos kleenex intente arreglar un poco el desaguisado, ya en el coche puse unos cuantos a especie de compresa para evitar manchar el asiento, cosa que no conseguí, pero al menos hizo que llegara a casa minimizando los daños. Ya bajo la ducha las sensaciones de aquel salvaje encuentro me volvieron a calentar, no podía ser, aquel negro que había visto de refilón cuando German me sacaba de la habitación me había follado y se había corrido dentro de mi, cosa que hasta ese momento solo había hecho mi marido, y aun así mi mente se rebelaba dándolo como placentero.

Después de la ducha me deje caer desnuda en la cama, y dándole vueltas a todo aquello, me quede dormida, cuando desperté la humedad entre mis piernas me alarmo, aquel hombre se había corrido tanto y tan profundamente que pese a la ducha restos de semen aun habían salido de mi interior, manchando mis piernas y las sabanas. Pero mi mano se poso en mi sexo y comenzó a masturbarlo reviviendo las escenas que mi mente había imaginado, y con ello volvía a manchar las sabanas, esta vez con los flujos de mi excitación.

Volví a caer dormida, y el teléfono me despertó, era Juan, al cual mentí con el mas natural de los tonos, le dije que andaba aburrida, que tal y que cual. El me dijo que no sabía si volvería el viernes o el sábado por la mañana ya que había un problema con el vuelo, pero que no se lo confirmarían hasta el jueves. Después de despedirnos cariñosamente, me sentí fatal, había engañado a mi marido y loo había hecho sin ningún pudor, dejándome llevar por mi calentura.

Cuando pude hacer acopio de fuerza volví a ducharme y me puse una ropa ligera. Asalte la nevera ya que no había comido con tanto trajín, eran las seis de la tarde y aquella locura de día había trastocado todos mis horarios. Andaba perdida en esos pensamientos cuando sonó el Mobil.

Luisa – si

German – hola zorrita, ya te has recuperado?

Luisa – tenias que haberme avisado, además se ha corrido dentro y . . .

German – shh, calla

Calle y escuche

German – viniste porque quisiste, y pediste lo que querías, así que ahora no me vengas con remilgos, además te corriste como una perra en celo, dime, te has masturbado después?

Luisa – si

German – esta noche no esta tu marido, no?

Luisa – no, esta de viaje

German – sabes, Mike quiere dormir contigo esta noche, le has gustado

Luisa – dormir?

German – si, acostarse contigo supliendo a tu maridito, en tu cama

Luisa – eso no puede ser

German – bien, pues nada

Luisa – compréndelo, eso es demasiado, no se, no creo que pudiera

German – no es cuestión de poder, si quieres, puedes

Me quede callada, la idea me resultaba inimaginable, pero aun así no colgaba ni rechazaba la oferta, German me dijo que me mandaba un mensaje con el teléfono de Mike y que me decidiera.

Cuando colgó volví a sentir el calor de la excitación y de la locura, y el pitido del mensaje, no hizo mas que aumentar mi nerviosismo, solté el Mobil y decidí no hacerlo, pero en un par de minutos andaba marcando el numero.

Mike – si

Luisa – hola, German me dio tu número

Mike – vaya, la casada de esta mañana

Luisa – si

Mike – te ha gustado mi polla?

Luisa – si

Mike – solo si?

Luisa – me ha gustado mucho tu polla

Mike – y quieres mas, no? Por eso has llamado, verdad?

No sabia que decir

Mike - Bueno, vamos a hacer una cosa, me invitas a cenar, te vistes muy guapa, y te lo vas pensando, si cuando acabemos te quedas en ropa interior y te vas al dormitorio te seguiré y te follare hasta que me canse, y te aseguro que no me canso rápido, en cambio, si no te lo quitas me iré. Te parece bien?

Luisa – si

Después de darle la dirección y quedar a las 9, no tarde nada en elegir un vestido negro cortó que me había comprado para una boda, y que provoco multitud de adulaciones, un tanga y un sujetador fueron sus mínimos acompañantes. Después prepare una cena fría y el baño fue mi estancia casi dos horas para acicalarme y pensar su me quitaría o no el vestido, al menos podía echarme para atrás si la locura de disipaba.

Cuando el reloj marco las nueve era un manojo de nervios, ya enfundada en el vestido seguía sin saber porque me había prestado a aquello, la mesa estaba preparada con un una cena sencilla y fría. Todo lo contrario que mi sexo que ardía y humedecía el tanga negro elegido para la ocasión.

No llego puntual, eran las nueve y veinte cuando sonó el timbre, le abrí la puerta indicándole el piso, después de un rato que se me hizo interminable unos suaves toques sonaron en la puerta, al abrir allí estaba Mike, sonriente, y me quede embobada.

Mike – no me vas a invitar a pasar?

Luisa – si pasa

Mike – gracias

Mike entro y tal cual cerré la puerta me arrincono contra ella besando mi boca mientras una de sus manos amasaba mi culo por encima del vestido.

Mike – que buena estas zorra

Luisa – gracias, dije intentando separarme y dirigiéndome al salón

Mike – vaya, tenia la esperanza que me recibieses sin vestido, pero veo que aun tienes reparos en ponerle los cuernos a tu marido en la cabecera de su cama, porque ponérselos ya se los has puesto

Entre en el comedor seguido por el y le dije que se pusiera cómodo, y vaya si lo hizo, se fue desabrochando la camisa, dejando al descubierto un pecho fibrado y negro como el carbón y sin ningún tipo de vergüenza se quito los pantalones, quedándose exclusivamente con un abultado slip

Mike – te molesta?

Luisa – no, claro que no , dije apenas sin voz

Mike – la cena, venga siéntate

Luisa – hablas muy bien español

Mike – soy español, mis padres vinieron de guinea hace ya 40 años, yo y mis hermanos nacimos aquí

Luisa – tienes hermanos?

Mike – si, dos chicos y una chica, yo soy el mayor

Luisa – y que edad tienes

Mike – 25

Mike se dedico a picotear de todo lo que había en la mesa, yo no le seguía le ritmo, estaba dándole la vueltas al hecho de tener a un hombre casi desnudo en el salón, y cuando repare en ello casi había acabado con todo.

Mike – veo que no tienes hambre

Luisa – ah, no, he comido muy tarde y no tengo muchas ganas

Mike – y de postre?

Luisa – no tengo gran cosa, quieres una copa de chocolate

Mike – si, me encantan

Me levante recogiendo los platos, y el se levanto conmigo para ayudarme, ya en la cocina los deje en el fregadero y el tras de mi se apretó contra mi cuerpo mientras sus brazos dejaban los suyos también, note el paquete en mi nalgas y sentí como se rozaba sin ningún tipo de vergüenza.

Mike – te han dicho que tiene un culo de escándalo?

Luisa – venga que te saco el postre

Como pude me aparte de el y saque de la nevera la copa, y nos dirigimos de nuevo al salón sentándonos en la mesa.

Luisa – uy , perdona, se me olvido la cuchara, ahora te la traigo

Mike – no espera, se me ocurre algo mejor que la cuchara, levántate

Me puse se pie, y metió dos dedos en la copa, sacando un buen pegote de chocolate y nata, y mientras con la otra mano entraba por debajo de mi falda y me apartaba el tanga, el postre acabo restregado por mi sexo. El frío de aquel contacto me hizo gemir así como la situación, otra ración fue a para al mismo sitio colocando después el tanga en su sitio

Mike - lo notas fresquito?

Luisa – si, dije con un hilo de voz

Después parte del postre acabo dentro de mi sujetador no perdiendo la ocasión para repartirlo por los pechos con su mano abierta. Cuando acabo me puso la mano delante de la cara.

Mike – venga, saca esa lengua y límpiame la mano

No tarde en cumplir su orden, me notaba sucia y a la vez deseosa de cumplir so orden, mis labios sorbieron todos los restos de su mano con devoción, y cuando acabe su boca devoró mis dulces labios.

Mike – bueno la cena ha sido deliciosa, gracias

Mike se quedo mirándome mientras se acariciaba la evidente erección que se dibujaba en su slip.

Sin darle mas vueltas, dirigí mi mano a la cremallera de mi vestido y bajándola no tarde en deshacerme de el, dejando mi cuerpo con el mínimo conjunto negro que había elegido, y con el chocolate embadurnado.

Mike – métete en la cama y espérame

Dirigí mis pasos al dormitorio y me introduje bajo la sabana, poniéndome en mi lado de espaldas a la puerta, al poco oí como llegaba y apagaba la luz, note como entraba en la cama y su cuerpo se pegaba al mío.

Sus manos liberaron el broche del sujetador y rápidamente lo hicieron desaparecer, el tanga tuvo peor suerte ya que los dos laterales fueron rotos y su mano entro en mi sexo son miramientos.

Mike – cariño, te has puesto chocolate para que te coma el coño? Que guarra eres, ahora veras.

Su cabeza se introdujo por debajo de las Sabas y se apodero de mi sexo, su lengua lamia con terrible devoción, y no tarde en gemir de placer por aquellas atenciones, y mas cuando sus gordos dedos invadieron mi intimidad, y allí se quedaron mientras el recuperaba su posición a mi lado

Mike –tienes el coño encharcado mi amor, ah no, que no eres mi amor, eres una putilla que le encanta ponerle los cuernos a su marido, dime, tienes vecinos cotillas, porque te voy hacer berrear como una cerda.

Sus dedos machacaban mi sexo y pronto comencé a gemir con más fuerza acompañando el primer orgasmo de la noche.

Mike – quieres que te la meta cariño?

Luisa – si

Mike – quieres que tu maridito te la meta?

Luisa – si, métemela

Mike se puso detrás de mi y abriendo mis nalgas note como su herramienta se encajaba en mi sexo y de un empujón me la enfundo entera arrancándome un grito que me dejo avergonzada, sus movimientos se hicieron salvajes, mientras sus manos abarcaban mis pechos, no tarde en anunciar un nuevo orgasmo y sin solución de continuidad otro que me dejo a merced de sus embestidas.

Mike – que buena que estas zorra, que gusto de follarte, seguro que tu carnudito no te da ni la mitad de caña

Una fuerte palmada en mi nalga me saco de la nube y volví a gemir, intentaba ahogar con la almohada el sonido de mi boca mientras los azotes en mi culo cada vez eran más sonoros.

Mike – te voy a llenar de leche, diem tomas precauciones?

Luisa – si

Mike – lastima, alas zorras como tú me encanta preñarlas

Sus movimientos se hicieron más secos y rápidos anunciando su inminente orgasmo el cual certifico hundiéndose en lo más profundo de mí, y vaciándose sin medida.

Mike – uf, que gusto joderte perra

Su pene seguía palpitando en mi interior mientras no dejaba de sobarme los pechos

Mike – dime, te han follado alguna vez ese culazo?

Luisa – si

Mike – pues hoy te lo voy a follar de verdad

Luisa – no por favor, es demasiado grande

Mike – jajaja, grande? Grande es la de mi hermano pequeño

Mientras hablaba su mano embadurnaba mi ano con los restos de la corrida

Mike – que culito

Luisa – no por favor

Su pene fue saliendo todavía duro de mi cueva y apunto a su nuevo objetivo, no tarde en notar como presionaba mi entrada trasera, ciertamente mi marido me hacia sexo anal, pero aquella herramienta era mas ancha que la de el.

Poco a poco el pene fue entrando y no tardo en encajarme la punta

Mike – lo ves, ya esta

Luisa – no, sácala duele

Un empujón, otro, otro y su cuerpo quedo pegado al mío, la sensación no me dejaba ni gritar, respiraba rápidamente como queriendo concentrar aire, sentirá mis tripas llenas y cuando se retiro una sensación de vacío, sus movimientos lentos y pausados no hicieron mas que aliviar mi dolor y comenzar a provocarme placer, mi marido me provocaba terribles orgasmos y sentía pánico por lo que podría hacer aquel hombre de mi.

El machaqueo era demoledor y no tarde en acompasar mis movimientos, hasta llegar a mover mi culo siendo yo la que se follaba aquella polla.

Mike – jajaja, ya sabia yo que ibas a disfrutar, a todas las perras como tu les encanta que las enculen. Te gusta?

Luisa – si

Su mano atrapo mi clítoris y lo masajeaba al tiempo que mi culo recibía aquel tratamiento extremo, comencé a gritar de placer, y su mano tapo mi boca.

Mike – no querrás armar un escándalo? O si? Te destapo la boca

Hice un gesto, indicando que no, y comenzó a machacarme, sus movimientos arrancaban gritos que ahogaba su mano, sentirme así de sometida me elevo aun si cabe mas mi excitación, y cuando comenzó a pasear sus dientes por mi espalda, cada mordisco era un latigazo de placer, su mano abandono mi clítoris y se poso en mi vientre aplastándome contra el, ahora el único sonido que se oía era el de sus gemidos , sus bufidos y el entrechocar de mis nalgas con su pelvis.

No se cuanto tiempo duro aquello, perdí la noción del tiempo, al menos hasta que grito llenando mis intestinos con su calido semen. Mi sexo era un reguero de flujos que corrían por mis piernas y el sudor nos invadía a los dos.

Mike – joder que culo tienes cariño.

Luisa – gracias, dije orgullosa de que aquel semental me hubiera llevado a aquel clímax de placer.

Mike se levanto y fue al baño, mientras yo me quedaba desmadejada en la cama, cuando volvió no dudo tirarme de la cama y mandarme a la ducha.

Mike – ves a lavarte guarra que aun no he acabado contigo

Me di una ducha rápida intentando limpiarme como pude tanto mi excitado sexo como el dañado ano, cuando volví ya estaba con la polla tiesa esperándome

Mike – venta móntate

Aquel hombre era incansable, me puse a horcadas sobre el y me senté sobre el,  quedando empalada.

Mike – a  que esperas. Muévete  zorra

Comencé a saltar sobre el, mi sexo no entendía de cansancio y seguía creciendo en excitación dejándome en un estado de constante orgasmo pero sin llegas al clímax, aquello me volvía loca, saltaba sin control buscando mas, y lo encontré cuando una de sus manos tomo posesión de mi clítoris apretándolo, mi cuerpo estallo en mil pedazos, y quede sin conocimiento.

Cuando abrí los ojos, la luz entraba por las ventanas de la habitación, me gire y estaba sola, sus agujeros doloridos me devolvieron a la mente la terrible velada de la noche anterior. Como pudo se levanto al baño y encontró una nota junto al espejo.

“adiós perra, ha sido un placer follarte y como te desmayaste tuve que hacerme una paja para terminar de correrme, lo hice en tu cara y en tu boca, espero que no te importe. Mike.”

Me mire al espejo y vi los restos blanquecinos en la cara y entendí el sabor extraño que note en mi boca. Pero no me sentía mal, estaba excitada.