Descubriendo a mi mujer 3

El fin de semana siguiente le dije a mi Olguita, Dame el móvil, escribí un mensaje a su amiga Olga:

El fin de semana siguiente le dije a mi Olguita,

Dame el móvil, escribí un mensaje a su amiga Olga:

Ven mi marido esta fuera el finde, y los niños están con mi suegra. Ven el sábado a las 8, trae algún juguetito, te invito a cenar.

Le expliqué a mi mujer como proceder y le deje un regalito para ellas, el sábado le deje sola y me largué.

Le preparó una cenita y después de cenar se sentaron en el sofá.

Mira Olga lo del otro día.. si, si ya sé lo que vas a decir, fue una locura. Una locura que me trae de cabeza, me paso el día cachonda, si a mi pesa lo mismo. Le dimos un sorbito a la copa de vino, nos miramos, se podía cortar el ambiente, me levante y puse un poco de música, Sergio Dalma de fondo, le miré y le pregunté ¿bailas?, sonrió y se levanto, sonaba bailar pegados, yo que solo había bailado con mi marido me dejé llevar, llevaba un vestido ceñido corto, con el pelo recogido, me quité los zapatos como pude, puse la mano en su cintura y dejé que su perfume me inundara, ella llevaba un escote que su línea entre sus tetas daba la sensación de que podía ver su conejo desde aquí, su falda abierta por un costado se abría a cada paso de baile.

Ella puso una mano en mi culo y lo acarició bajan hacia mis muslos, podía sentir en mi cuello du aliento entrecortado, subió mi falda y acarició mi culo desprovisto de bragas, me miró pidiendo permiso y yo le respondí con un beso, mordisqueando sus labios y metiendo mi lengua. Después de aquello se abrió la veda sexual, me levantó el vestido y yo le quité la camisa y el sujetador, yo estaba desnuda mirándole a los ojos, miré sus tetazas con esos pezones oscuros que enseguida comencé a mordisquear, bajé poco a poco pasando mi lengua hacia su ombligo, bajé su cremallera y descubrí su tanguita negro, lo aparte y pase me lengua por su chochito arreglado pero con sus labios bien afeitaditos, no se que me pasó, pero me volvía loca esos efluvios, acerqué mi lengua al clítoris y comencé a rozarle, soplarle, mordiendo, todo lo que a mí me gustaba y que nadie me hacía también como una desea, solo oía sus suspiros y sentía sus manos en mi cabeza. Me levante, le cogí de la mano y la llevé a mi cuarto, la empujé en la cama y me lancé a comerle el coño como si me fuera la vida, estaba como una loca, pensaba en mi marido en ese momento, mientras ella suspiraba y pataleaba de placer, en ese momento se empezó acorrer gritando si, si siiiii.