Descubriendo a mi familia
Descubriendo y aprendiendo gracias a mi tia.
Todo comenzó cuando por suerte pude aprobar selectividad e ingresar en la universidad, eso implicaba salir de mi ciudad. Dado la estabilidad económica de mi familia la búsqueda de un piso barato y decente fue complicada, por lo que mi tía ofreció su piso.
Mi tía era la hermana mayor de mi madre una mujer muy guapa, en realidad las tres somos muy guapas somos muy parecidas, morenas delgadas bonito culo y poco pecho. Bueno lo de poco pecho no es mi caso.
Llego el primer día y me comento que había surgido un problema que había comprado un sofá cama pero que todavía no lo habían entregado, pero que no había ningún problema que ella dormiría en el sofá y yo en su cama. No entendí por qué no quiso dormir juntas en la misma cama, aunque yo lo ofrecí al no ser mi casa tampoco insiste mucho.
Lo descubrí unas horas más tarde, me desperté a media noche con sed por lo que me dirigí a la cocina a por un poco de agua cuñado observe a mi tía durmiendo desnuda en el sofá.
No le di mucha importancia me refresque y volví a la cama, a la mañana siguiente mi tía preparo el desayuno. Estuvimos hablando y después se dirigió a su habitación pidiéndome que le ayudara ya que me iba a dejar uheco en su armario para que me instalara. Tras cotillear su ropa me di cuenta de que no tenia pijama ni ropa comando para ir por casa y le pregunte que porque.
- Veras Carmencita (me llama así…) es que suelo ir desnuda por casa. Pero no te preocupes que esta tarde me compro un pijama.
- No no no no, estás en tu casa ponte como mas cómoda te encuentres.
De repente apareció una sonrisa en su cara y poco después mi tía estaba totalmente desnuda delante de mí, yo intente seguir como si nada pero se me escapaban algunas miradas.
La cosa continuo con cierta normalidad, hasta que una mañana yo me taina que duchar e ir a clase ya llegaba tarde. Me puse mi albornoz y me dirigí a la ducha, cuando escuche como el agua comenzaba a caer. Entre al baño y pedí a mi tía que saliera.
- Juli, por favor sal que tengo prisa.
- Nena, acabo de entrar espera a que acabe o entra que hay sitio para dos.
No sé porque lo hice pero me quite el albornoz y entre a la ducha.
- Por fin veo a mi sobrinita desnuda.
- Tía tengo prisa.
- Carmencita que no pasa nada porque llegues tarde. Por favor date una vuelta.
Hice lo que me pidió.
- Eres igual que tu madre, pero con más pecho. Creo que me las agarro mientras lo decía.
- Sabes tu madre y yo solíamos ducharnos juntas y también íbamos desnudas por casa cuando los yayos no estaban.
- Jajaja. Mi madre haciendo eso, tía te estás quedando con migo.
- Ya te contare, vete y déjame disfrutar de mi ducha.
Le puse el agua fría y me marche a toda prisa a clase. Aunque la verdad un poco excitada.