Descubriendo a mi familia 2. Insatisfecha
Descubriendo y aprendiendo gracias a mi tia.
Llegue a casa de mi tía cansada después de un día ajetreado, solo pensaba en comer y dormir toda la tarde.
- Tía ya he llegado.
- Hola Carmen, me saludo ella y me dio una palmada en el culo.
- ¿Esta la comida lista?
- Si casi esta, siéntate que enseguida comemos.
Charlamos de cosas sin importancia durante la comida, terminamos de comer y le pedí a mi tía que recogiera ella que yo estaba muy cansada y me iba a dormir un rato.
- Juli, ¿Puedes recoger tú que estoy muy cansada?
- Gracias me voy a dormir. Le di un beso y me dirigí al sofá cama.
- Duerme en mi cama estarás mas cómoda.
- OK tita.
Me desnude me puse mi pijama y me metí entre las sabanas, a los pocos minutos oí abrirse la puerta. Era mi tía:
- Carmen perdona nena voy a ponerme cómoda.
No le conteste me hice la dormida, entre luces y sombras pude observar cómo se desnudaba. Comenzó desabotonando la camisa, se la quito y tras ella los pantalones. Un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando mi tía desabrocho su sujetador dejando sus pechos libres. Tenía unos pechos muy bonitos una talla 85 o 90 y unos pezones pequeños y rosaditos. Luego comenzó a bajar sus bragas y pude ver su culo en pompa como nunca lo había visto, tenía un buen culo a sus 40 años.
Cuando salió de la habitación comencé a darle vueltas me excita mi tía, que aparte de ser mi tía un una mujer. No sabía lo que me ocurría, si que avía tenido alguna experiencia con amigas pero nunca estuve tan excitada como esa tarde. Entre tanto pensamiento gano el cansancio a la excitación y me quede dormida toda la tarde.
Me desperté y comencé a hacer mis tareas cuando me canse me pues a hacer la cena. Mi tía llego a las nueve menos cuarto o por ahí.
- Carmencita ya he llegado.
- ¿Cómo ha ido el día tía?
- Aburrido como siempre, ¡oh! Has hecho la cena, muchas gracia no me apetecía nada hacerla hoy.
- De nada tía.
Terminamos de cenar y pasamos el rato viendo una película en la tv, en la primera paluda de publicidad mi tía se dirigió a su habitación y volvió totalmente desnuda. Me quede mirándola embobada.
- Tranquila puedes mirar no me desgasto, jajajaja.
- Perdona tía no me acostumbro a verte así.
- No te preocupes no me molesta.
Continuamos viendo la película aunque se me iban miradas de vez en cuando, comencé a excitarme otra vez.
- Nena ¿tienes frio?, bueno tus pezones dicen que sí.
Mire a mis pechos y ahí estaban apuntando al horizonte la excitación ya no solo iba por dentro, hay que decir que tengo unos pechos bastante grandes una talla 105,y mis pezones son como una galleta María jajaj. Por lo que la tela del pijama no los podía disimular.
- Bueno un poco de frio sí que tengo. Le conteste.
- Tía, ¿Te interesa mucho la peli? Es que mañana tengo que madrugar te importa si nos vamos a dormir ya.
- Vete a mi cama si quieres, yo me quedo un poco más.
Me dirigí a su habitación cerré la puerta y me metí a la cama, no aguantaba más la imagen de mi tía desnuda me estaba matando. No pude mas, eche para atrás las sabanas me quite el tanga y comencé a masturbarme. Empecé despacio para que no me oyera pero dado que se oía la tele de fondo de deje llevar, aumente el ritmo y me subí la camiseta para tocarme los pechos no tarde mucho en correrme me sentí aliviada y al momento me dormí.
Me desperté con el ruido de la puerta, era mi tía, me tape rápidamente y me baje la camiseta. Mi tía me despertó:
- Carmen, ya ha terminado la peli quédate si quieres no me importa dormir juntas.
- No, no te preocupes me voy al sofá cama. Le dije yo nerviosísima.
- Vale nea hasta mañana.
Salí aliviada porque creía que no se avía dado cuenta, fue un error por mi parte, cuando llegue al salón me di cuenta del olor a sexo que avía en la habitación seguro que se avía dado cuenta. Y peor fue al acostarme cuando vi que no llevaba mi tanga me lo avía dejado en su cama, dios mío que vergüenza.
No podía hacer otra cosa que esperar a que se levantara y buscarlo, me acosté, pero no podía dormir. A la media hora o así de repente empecé a oír gemidos, mi tía se estaba masturbando. ¿Habria en centrado mi tanga? Sentí mucha vergüenza a la ver que también volvía la excitación no me lo pidió creer.
Me levante y mi tía todavía estaba dormida, me metí a la ducha de de nuevo me toque necesitaba aliviarme pero no lo conseguí la sensación volvió a aparecer al poco tiempo.
Salí de la ducha y mi tía se avía levantado me dirigía a su habitación cuando dijo:
- Carmencita ¿tienes ropa para lavar?
- Si un momento.
- Toma. Le di la ropa y comenzó a meterla a la lavadora.
- ¿Este tanga es tuyo verdad? Estaba en mi habitación ¿A la lavadora también no?
- Si, si, también.
- Un día me lo tienes que dejar es muy bonito.
- Si cuando quieras, pero neos si te baldra mi culo es algo mas grande.
Las dos nos reímos.
- Eso lo sabemos pronto. Metió la mano a la lavadora lo saco y se lo puso.
- Un poco grande tía. Jajá
- Si la verdad es que si, ¿Desayunamos?
Nunca había sentido tanta vergüenza, aunque lo disimule bien.
Pararon los días y todo seguía igual mi tía me excitaba y además la seguí oyendo tocarse algunas noches. No podía más me masturbaba todas las mañanas en la ducha nunca lo había hecho con tanta frecuencia, pero aun así seguía insatisfecha.
Una mañana me metí en la ducha con ganas de hacer lo de todos los días ya era rutina, cuando de repente se oye la puerta del baño no le di importancia mi tía entraba muchas veces cuando yo estaba en la ducha, pero esta vez fue diferente.
- Carmen déjame pasar.
- Tía estoy yo espérate. Me quería que arruinara mi momento.
- Déjame pasar que se me ha caído la sopa y me he puesto perdida.
Abrí las puertas de la ducha y empecé a reír.
- ¿Pero qué has hecho?
- Que se me ha volcado el vol. en la cabeza. Jojana
- ¿Pero te ha hecho daño?
- No tranquila solo estoy asquerosa.
Se desnudo y entro con migo a la ducha.
Esta vez estábamos una frente a la otra, no como la vez anterior que ella se coloco a mi espalda. Ver como se frotaba con la esponja me excito demasiado y tuve que salir de la ducha, le deje el desayuno preparado y me fui.
La excitación que tenia era tremenda, perdí la virginidad a principios de verano y la verdad que durante el verano tuve mis mejores orgasmos. Estaba decidido esa noche tenía que encontrar un chico. La suerte fue que era jueves, y para un universitario jueves=fiesta.
Al llegar a casa pregunte a mi tía que si podría traer a alguien a casa, no le hizo mucha gracia pero acepto.
Me prepare me puse mona y salí a buscar un chico que me saciara. La noche fue bien gracias a mis amigas no tarde en encontrar a un chico que me gustase.
Al final de la noche le pedí que me acompañara a casa y una vez en la perta ya no se negó a subir. Llegamos a casa cerré la puerta de la habitación de mi tía y tire al chico en el mismo sofá. Le quite la camiseta, desabroche su pantalón y comencé a chupar su pene semirrecto.
No tardo mucho en alcanzar su plenitud unos 16 o 17 cm, tras ello me subí el vestido hasta la cintura ice al tanga a un lado y me la metí entera de un golpe.
- Un momento y ¿el condón?
- Déjate de condón cuando te vayas a correr me avisas. Quería sentirla bien.
Comencé a galopar encima de él, me quito el vertido y el sujetador .Me cogía las tetas me las estrujaba. Me estaba gustando hasta que se me vino a la mente la imagen de mi tía no me lo podía creer. Continúe galopando pero no logre correrme y eso que es esa postura siempre lo avía hecho.
Para lo fuerte que le daba el muchacho aguantaba, ya se canso y decidió cambiar de postura me puso de rodillas sobre el sofá y él se coloco detrás.
- Un culo muy bonito. Se acrece y me quito el tanga.
- Gracias. Le dije mientras metía su polla por mi choco.
Empezó a darme por detrás me estaba encantando, yo le pedía mas y mas. Estaba a punto de correrme cuando.
- Me corro. Y me la saco rápidamente.
- En el sofá no.
Mi boca se dirigía hacia su pene para no dejar ni una gota, pero él decidió correrse un mis pechos.
- Espero que no hayas manchado nada.
- No creo que no.
- Tráeme papel de baño porfía.
Mi cuello y mis pechos estaban totalmente manchados, pero por suerte nada más. Me limpie y pedí al muchacho que se marchara. De nuevo me avía quedado insatisfecha.
Me vestí de nuevo y me dirigí a la habitación de mi tía para coger el pijama. Al entrar ella encendió la luz.
- ¿Cómo te ha ido con el chichillo?
- Muy bien.
- Mañana me cuentas.
Comenzó a reírse.
- ¿Que pasa?
- Tu pelo. Jajá
Me mire al espejo y todavía quedan restos de semen yo también empecé a reírme coja mi pijama y me fui a dormir.
No pudimos hablar hasta la noche siguiente, donde le conté a mi tía la historia con este chico.
- Bueno Carmen me voy a la cama ya.
- A lo de todas las noches tía. Jajá.
- ¿A que te refieres?
- Tía, que se te oye mucho.
- Jajá bueno una tiene sus necesidades, a partir de ahora me cerrare la puerta.
- No me molesta. En realidad quería ver como lo hacía.
- ¿Por qué no lo haces aquí?
Ella empezó a reír.
- De acuerdo, pero solo si lo haces tú también.
- ¿Te atreves a masturbarte con tu tía?