Descubriendo a Lidia

No por favor, me están esperando - decía ella intentando resistirse y moviendo el culo, lo cual estaba consiguiendo justo el efecto contrario en mi. En lugar de soltarla, mi polla dura como el mármol suspiraba por volver a enterrarse dentro de ella al ver como su ojete se abría al intentar librarse

Hoy quiero contaros la historia de como me lié con la ex de mi amigo Fran, aunque para ello y antes de llegar a lo “interesante” me retrotraeré en el tiempo para contaros algo de nuestra historia, de como nos conocimos y de nuestra relación previa al encuentro final.

Para poneros en situación, empezaré diciendo que me llamo Jesús y soy de un pueblo de Zamora. Cuando acabe el instituto con 18 años me tocaba salir a estudiar fuera y para estudiar psicología, que era la carrera que yo quería, me toco irme a Salamanca, una ciudad con mucho ambiente universitario y no muy lejos de mi pueblo. En poco más de una hora en coche se puede llegar por lo que parecía un destino idóneo para mi.

En Salamanca el primer año estuve en un colegio mayor donde hice un buen grupo de amigos. Entre ellos estaba Fran, un chico de Burgos que también estudiaba psicología. Los primeros meses pasábamos más horas de fiesta que en la universidad, especialmente en un garito llamado Malavida, donde disfrutábamos de muchas horas cada fin de semana. Después de unos meses, Fran, que ya había trabajado detrás de la barra algún verano, preguntó si allí necesitaban camarero (sabía que un par de ellos que conocíamos se habían ido) y el encargado le dijo que si, por lo que nuestras noches todavía mejoraron más. Con un amigo como Fran de camarero las copas nos salían mucho más baratas así que todavía hacíamos allí más horas.

El segundo año de carrera, todavía en el colegio mayor, volvimos a Salamanca y Fran desde el primer fin de semana empezó a trabajar de nuevo en el Malavida. Y no solo Fran, también empezó una camarera nueva que era un auténtico monumento. Lidia, que así se llamaba, tenía un par de años más que nosotros, unos ojos azules preciosos y una larga melena rubia que hacía que no te fijaras tanto en el resto de rasgos de su cara, que no resultaban especialmente atractivos en opinión de muchos. Sin llegar a ser fea, Lidia tampoco era una chica muy guapa, pero eso no era algo en lo que la gente reparara a la primera ya que midiendo algo más de 1,70 con esas tetas increíbles y ese culo que se gastaba, muy pocos le mirábamos a la cara. No se vestía especialmente sexy, usaba camisetas que no mostraban demasiado ni resaltaban sus pechos, pero aquellos 2 monumentos eran imposibles de disimular, todo el mundo podía imaginar que lo que había debajo de esas discretas camisetas era algo espectacular. Su culo era algo que lucía más, casi siempre llevaba vaqueros, muy pocos veces le vimos con falda o vestido, y pesé a llevar siempre zapatillas para trabajar más cómoda como más tarde nos comentó, su culo prominente y firme por sus horas de ejercicio resultaba un imán para los ojos de cualquiera dentro de esos pantalones ajustados.

Todos estábamos prendados de Lidia pese a que sabíamos que nuestras posibilidades fueran nulas. Una chica 2 años mayor que nosotros y encima tan buenorra, aunque ni yo ni mis amigos fuéramos feos, pensábamos que Lidia era una chica con la que solo podíamos soñar y hacernos pajas de vez en cuando pensando en ella.

Yo mido 1,85 soy rubio y de ojos verdes. Durante mis años universitarios jugaba a fútbol y a baloncesto e iba al gimnasio por temporadas. Tenía un cuerpo bastante fibroso, junto con Fran era el que más llamaba la atención de entre mis amigos si bien él trabajando de camarero ligaba mucho más que yo, que tampoco estaba obsesionado con eso precisamente. Tanto yo como mis amigos salíamos arreglados pero lo justo, nuestra intención principal era emborracharnos y pasarlo bien y si se triunfaba con alguna chica pues perfecto, no era ningún ligón pero sin intentarlo demasiado tampoco me podía quejar.

Lidia era una chica bastante sería con la gran mayoría de la gente, se veía que con su grupo de amigos era de otra manera y se le veía reír con ellos con frecuencia, pero con el resto de clientes, nosotros incluidos, era difícil verla siquiera esbozar una sonrisa.

4 o 5 meses después de que empezara el curso Fran dejo de pedirnos que le esperáramos cuando salía del trabajo para seguir de fiesta con nosotros, hasta que nos confeso que había comenzado a salir con Lidia. Fue algo que nos pilló bastante por sorpresa porque como dije ella siempre parecía muy sería trabajando y nunca la habíamos visto mucha relación con él. La verdad es que nos moríamos de envidia, aunque Fran pudiera estar con muchas chicas por su trabajo, estaba claro que Lidia tenía un cuerpo que era otro nivel.

Estuvieron saliendo más de 2 años y todos los amigos empezamos a tener más relación con ella. Cuando trabajaba o la veíamos fuera del pub había empezado a ser algo más agradable con nosotros, sin llegar a ser simpática. Fue entonces cuando por fin dejamos de mirarla solo a las tetas y al culo para empezar también a mirarla a la cara, respecto a la cual cada uno tenía una opinión, unos decían que era bastante guapa y que sus ojos eran una pasada, mientras a otros les parecía bastante normalita pero que ese cuerpo seguía mereciendo la pena y que estarían dispuesto a sacrificarse pese a que no les gustara y que se la follarían bien a gusto. Mi opinión era que sin ser preciosa su cara podía tener su punto y que sin esos ojazos y ese físico la chica seguía estando bien.

Lidia estudiaba derecho aunque no era la mejor estudiante. Se veía que no era una chica demasiado brillante y su forma de ser parecía bastante infantil. Estar siempre sería y distante detrás de la barra con los clientes e incluso también un poco fuera del trabajo con los amigos, me parecía una forma de defensa ante posibles tíos que solo quisieran aprovecharse de ella, algo que una vez que la conocías parecía bastante fácil. Así entendí que un chico como Fran hubiera podido salir con ella, era buen chaval y tratándola bien y ganándose su confianza pudo acercarse a ella y al final engatusarla.

Alguna vez que coincidía con Fran le acompañaba a casa de Lidia, que vivía con sus padres, para recoger cualquier cosa o simplemente para verla. Así conocí a sus padres y hablando con ellos supe que tenían una casa en un pequeño pueblo a escasos 15 kilómetros del mio. Ellos iban muy poco, había sido la casa de la madre de él y aunque estaba muy arreglada no les gustaba ir. Lidia, que era hija única, sin embargo si iba de vez en cuando imagino que buscando algo de libertad en su vida fuera de la casa de sus padres. En su pueblo tenía un grupo de amigos y primos, aunque yo nunca la hubiera visto de fiesta por mi pueblo si me dijo que a veces había ido. Desde la primera vez que fui a su casa ella empezó a ser más simpática conmigo y comenzamos a hablar bastante más.

Así llegó mi cuarto año de carrera en el que me fui de Erasmus a Polonia pero seguí manteniendo la relación con los chicos, a fin de cuentas todavía me quedaría un último curso de carrera en Salamanca. Hablaba con ellos muy a menudo y un par de veces volví unos días antes de Polonia y me pasaba a verles por Salamanca antes de volver a mi casa. Al final de ese curso me enteré que Fran y Lidia lo habían dejado.

En mi último año de carrera volví a Salamanca y me fui a vivir a un piso con alguno de los amigos, entre ellos Fran, mientras que el resto se había mudado a otro piso. El primer día que volvimos a salir volvimos por el Malavida donde Fran seguía de camarero pero Lidia ya no estaba. 3 o 4 veces la vi de lejos por la ciudad con un chico que me pareció bastante mayor que ella, pero no intercambiamos palabra hasta que un día nos cruzamos yendo los 2 solos.

  • Buenas, cuanto tiempo sin verte - me dijo muy sonriente y saludándome con 2 besos que yo le devolví.

  • Si, entre que me fui de Erasmus el año pasado y que tu ya no sigues en el Malavida ha pasado bastante sin vernos - no quise hacer referencia a Fran para no entrar en temas que no me debían importar, tampoco lo había hablado con él y aunque siempre se tiene cierta curiosidad por estas cosas, me daba cierto reparo ser yo quien preguntara primero.

  • Ya, el año pasado en general tus amigos ya iban bastante menos por allí.

  • Si, cada vez salimos menos y ellos el año pasado al haberse ido a un piso me dijeron que muchas noches se quedaban en casa jugando a las cartas, a la play o simplemente bebiendo en casa invitando a algún otro amig@. Además que alguno se echó novia y los han atado en corto. Imagino que nos hacemos mayores.

  • Jajaja, pues si vosotros os hacéis mayores, ¿entonces yo qué seré? ¿una vieja?

  • No, para nada, te veo más guapa que nunca. Estás impresionante - se lo dije sin pensarlo mucho porque de verdad lo creía y mirándola de arriba a abajo sin ningún disimulo. Vestía muy parecido a como la solía verla en el pub, con un vaquero y una camiseta sencilla pero a mi me parecía que estaba espectacular.

  • Gracias - me dijo algo tímida, como retraída.

  • ¿Y qué tal tu? - pregunté siguiendo la conversación e intentando que lo atrevido que había sido antes pasara desapercibido.

  • Me ofrecieron un trabajo mejor pagado en el Arlequin y entre eso y otras cosas que imaginaras, pues preferí cambiar.

  • Me alegro por ti aunque ya no sea lo mismo ir al Malavida. El Arlequin es menos de nuestro estilo - le dije riéndome. Era un pub donde iban principalmente gente de casi 40 años o más, nada que ver con el ambiente universitario que solíamos frecuentar aunque ya no fuéramos chavales recién llegados a la ciudad con 18 años y con 23 también nos aburríamos de ir a los mismos sitios de siempre.

  • Jajaja si, va gente algo más mayor pero también es un sitio divertido. Si me echas de menos puedes ir a verme un día, pásate por el Arlequin y te invito una copa como en los viejos tiempos.

  • Vale, te tomo la palabra - le contesté sin dobles lecturas aunque encantando de que siguiera igual de simpática conmigo pese a no estar ya con Fran - Tengo que ir que he quedado y llego tarde.

  • Muy bien, hasta la vista entonces - y nos despedimos dándonos otra vez 2 besos.

Me olvidé un poco de la conversación, no de ella, hasta que la siguiente vez que salí con los amigos me acordé y les dije que fuéramos a tomar algo hasta allí. Me dijeron si estaba loco o tenía pensado buscar a alguna profesora para ligármela y conseguir que me aprobara. Les conté que el otro día me había encontrado con Lidia y me había dicho que pasáramos por allí y que nos invitaba una copa. No les gustó mucho el plan pero beber gratis y poder echarle un vistazo de nuevo a Lidia siempre era un factor a tener en cuenta así que fuimos hasta allí.

Al entrar la vimos detrás de la barra. Su vestimenta había cambiado radical, su camiseta y su pantalón ajustado había dejado paso a un vestido con bastante escote y algo corto que mostraba la perfección de sus piernas. Los amigos nos miramos los unos a los otros boquiabiertos. Todos creíamos que físicamente estaba muy buena pero nunca la habíamos visto tan sexy, al verla así vestida nos quedamos casi sin respiración. Vi como Lidia nos vio y digamos que por lo que mostraba su cara no le había hecho muy feliz. Nos acercamos a la barra a saludarla y ella vino hacia nosotros y nos saludo de manera bastante seca. Le pedimos una ronda y aunque nos invitó, se mostró con nosotros tan seca como lo había sido cuando la conocimos. Cuando nos acabamos la copa nos despedimos y nos fuimos, la conversación del resto de la noche fue hablar de lo buena que estaba, de la suerte que había tenido Fran saliendo con ella aunque no nos pareciera una chica demasiado lista, y de las cosas que haríamos con ella si se nos pusiera a tiro. Esa fue la última vez que la vi en Salamanca hasta que acabó el curso y llegó el verano.

Un viernes de julio estaba en mi pueblo con mis amigos de la infancia, Angel, Miguel y Oscar. Por nuestro pueblo no había mucho ambiente ese día así que Miguel, que era quien tenía coche, nos dijo de ir hasta otro pueblo en el que eran fiestas para ir de bodegas por allí. Ellos no lo sabían, de hecho a ella ni la conocían, pero resultaba que era el pueblo de Lidia y yo si pensé que tal vez la encontraría y podría saludarla, no me hacía ilusiones de que la cosa pudiera pasar de ahí si nos encontrábamos. Durante las fiestas de ese pueblo era tradición que la gente de allí invitara en sus bodegas a bebida y comida a quien se acercara. Quedamos a las 10 de la noche y fuimos, en el pueblo había mucho ambiente.

Llevábamos casi una hora cuando la vi. Con un pantalón corto y una camiseta que pese a no tener mucho escote resaltaba mucho más sus tetas de lo que yo estaba acostumbrado a ver. Una chaqueta por encima la protegía algo del fresco de la noche aunque no disimulaba para nada lo buena que estaba. Ella se acercó a saludarme de nuevo muy simpática, me parecía un poco rara su forma de actuar conmigo, tan simpática algunas veces y tan seria otras. Después de un rato hablando volvió con sus amigos y primos, a algunos de los cuales yo ya conocía y me llevaba bastante bien con ellos.

  • Joder con la tía - dijo Miguel - Esta tremenda. Nunca nos la habías presentado.

  • Es camarera en Salamanca y salió con un amigo de allí. Nunca la había visto por aquí ¿cómo os la iba a presentar?

  • Has tenido la ocasión ahora, cabrón - dijo Oscar.

  • Se ha ido sin darme tiempo.

  • Claro. Yo también la querría toda para mi - siguió Angel con el vacile.

Seguimos por las bodegas del pueblo bebiendo hasta que eran casi las 2 y empezaban a cerrar. Hablaron mis amigos de volvernos al pueblo cuando Lidia volvió de nuevo a nuestro lado.

  • Vamos a ir mis amigos y yo a mi bodega, tenemos música y bebida así que si queréis venir podéis acompañarnos.

Mientras nos hablaba no paraba de tocarme el brazo y yo estaba en el cielo. Mis amigos sonreían mientras me miraba.

  • Nunca decimos que no a una copa - le contestaron y la acompañamos.

Nos juntamos con el grupo de Lidia y fuimos a su casa, donde tenía la parte de abajo arreglada como una bodega, con una especie de barra pequeña, una mesa que habían apartado a un lado y un montón de bebida. Allí había sitio para casi 50 personas aunque no eramos más de 15. Como nos conocíamos entre todos, salvo a Lidia a la que mis amigos nunca la habían visto, estuvimos pasando un buen rato mezclándonos y hablando todos con todos. Yo pasé la mayor parte de la reunión hablando con Lidia o con un par de sus primos.

Pasamos allí más de una hora y tomamos un par de copas hasta que mis amigos me dijeron que ya era tarde y que preferían bajar a nuestro pueblo a seguir allí la fiesta. Me acerqué a Lidia, que estaba con otra amiga justo al lado de uno de los altavoces eligiendo canciones, para darle las gracias por la invitación y despedirme cuando ella me agarró del brazo y acercó su boca a mi oído para que pudiera oírla bien pese al ruido de la música.

  • Quédate un rato más y luego si quieres te puedo bajar yo o cualquiera de mis amigos.

La verdad es que me lo estaba pasando bastante bien y un viernes como ese sabía que lo que nos encontraríamos en mi pueblo no sería más divertido, así que acepte y volví con mis amigos a decirles que me quedaba.

  • Me quedo otro rato y luego me baja alguno de estos.

  • Jajaja, vaya cabrón estás hecho. Suerte - me dijo Angel dándome una palmada en la espalda. Miguel y Oscar también se despidieron de mi y de la demás gente que estaba en la bodega y se fueron. Yo creía que se equivocaba, estaba claro que su afirmación era porque pensaba que Lidia y yo nos íbamos a liar, pero aunque a mi me encantaba la idea me parecía imposible.

Volví junto al grupo de la gente del pueblo con los que había estado antes y después de 10 minutos Lidia se acercó a mi y empezamos a hablar. La música seguía bastante alta, aunque ahora no estábamos tan cerca de los altavoces, pero para entendernos bien nos hablábamos casi al oído el uno del otro.

  • Me alegro que te hayas quedado.

  • Y yo, lo estoy pasando bastante bien.

  • No solemos juntarnos todos los amigos más que 2 veces al año, ahora por las fiestas y luego en Navidad. Yo no suelo venir mucho, entre el trabajo y estudiar no tengo casi tiempo.

  • Ya, aunque sabía que eras de aquí nunca habíamos coincidido, siempre ha sido en Salamanca.

  • Si, aunque ahora ya nos vemos menos allí también.

  • Si, desde que lo dejasteis Fran y tu nos hemos visto poco. Durante el año con los estudios es más difícil verse excepto saliendo de fiesta y donde tu trabajas ya sabes que no solemos ir - mientras hablábamos tan cerca el uno del otro no podía parar de mirar el escote de su camiseta. No era especialmente pronunciado pero con esas tetas era imposible no fijar la mirada para poder ver algo más de lo que se mostraba a simple vista.

  • Ya, es un ambiente diferente al de los estudiantes.

  • A parte de estudiar y el trabajo en el pub, imagino que algún novio nuevo que te hayas echado también te quitara tiempo - dije recordando al chico más mayor con el que la había visto algunas veces.

  • Jajaja, no. No tengo tiempo ni para eso, a ver si este año por fin acabo la carrera, pero no es porque ningún novio me lo ocupe, estoy soltera y sin compromiso. ¿Y tú?

  • ¿Yo? - le pregunté algo intrigado por saber si de verdad tenía interés en la respuesta o solo lo preguntaba por compromiso - Soy un soltero empedernido, ya te lo habría dicho Fran.

  • Si, cuando hablábamos de vosotros, de ti siempre me contaba que no tenías novia, que eras más de rollos de una noche y pocos.

  • Jajaja, bueno, se hace lo que se puede. Además, la mayoría de las veces estoy demasiado borracho para liarme con nadie.

  • Será por eso, jajaja, a mi me costaba entender que un chico como tu no estuviera con una chica distinta cada noche - cuando dijo eso me quedé perplejo y pensé que tal vez Angel tuviera razón. Lo que tenía claro es que aunque fuera sutil por si acaso me equivocaba, tenía que indagar en mis posibilidades con ella.

  • ¿Un chico como yo? - le pregunté. Ella se separó un poco de mi y nos miramos a los ojos, sus preciosos ojos azules se clavaban en los míos como si quisiera estudiarme. Estuvimos así casi 20 segundos hasta que se volvió a acercar a mi.

  • Siempre me has gustado - me dijo dejándome sin palabras. Ella también se quedo callada pero como yo no decía nada, ella por fin se lanzó - ¿Quieres subir a mi habitación? - me preguntó algo tímida.

  • Claro - le contesté, ¿qué posibilidades podía haber de que yo o cualquier otro chico heterosexual en el mundo no quisiera subir con ella?

Ella me sonrió, me cogió de la mano y me hizo seguirla. Recogimos nuestras chaquetas con los móviles y salimos de la bodega por una puerta que daba a un pasillo y desde ahí me llevó hasta unas escaleras que ella empezó a subir delante mio. Mis ojos se clavaban en ese culo espectacular con el que tanto tiempo había soñado y esas piernas fibrosas que me moría de ganas de tocar. Subimos un par de pisos y luego abrió una puerta y entramos en su habitación. Era muy grande, típica habitación de las casas de los pueblos, pero estaba muy arreglada y se veía acogedora con una cama de matrimonio, nada fría, aunque eso me daba igual, si podía follarme a Lidia me hubiera dado igual hacerlo en medio del bosque.

Ella entonces se giró, no pude resistir más y decidí tomar la iniciativa. Me abalancé sobre su boca y nos empezamos a besar, mis manos rápidamente bajaron a su trasero el cual empecé a sobar sin parar mientras notaba como mi polla se ponía dura. Ella se dejaba hacer totalmente así que mis manos por fin se separaron de sus nalgas para coger su camiseta y sacársela por la cabeza. Su sujetador era lo único que se interponía entre yo y unos de mis mayores deseos, ver esas tetas al desnudo. Me lancé como un loco a quitárselo, si no era capaz por la buenas se lo arrancaría si era necesario pero quería ver esas tetas y comérmelas y no podía esperar más.

  • Espera, déjame a mi - dijo riéndose - Que me lo vas a romper.

Lidia se quitó el sujetador y lo dejo caer al suelo. En ese preciso momento mi cordura desapareció del todo al ver esas tetas perfectas con las que tantas veces me había masturbado imaginándome que me las comía durante horas. no podía perder ni un segundo sin que fueran mías. La levanté agarrando su culo con mis manos y la llevé hasta la cama donde la solté dejándola boca arriba. Todo lo que encontré por el suelo lo fui apartando a patadas, nada se interpondría en mi camino. Ella estiró los brazos y sonrió, se la veía encantada de verme tan excitado y me ofrecía sus pechos para mi total disfrute. Me lancé a comer esas tetas sin compasión, le lamía los pezones y se los mordía haciendo que gimiera y soltara algún pequeño grito, ella cerró sus manos sobre mi cabeza y empezó a acariciarme el pelo y a darme pequeños tirones cuando más fuerte le mordía, pero en ningún momento me hizo separarme o me pidió que fuera más suave. Estaba claro que le gustaba que fuera rudo con ella y yo desde luego estaba encantado con nuestros nuevos papeles, yo de pervertido total y ella de sumisa que aceptaba todas mis acciones.

La polla empezaba a dolerme dentro del pantalón, esa tarde me había hecho una paja y debería poder aguantar un buen rato follando, pero tenía miedo de estar tan excitado que me corriera sin habérsela metido, así que con mucha pena deje de chupar esas tetas, me incorporé y deje de mirarla a las tetas para por un segundo mirar su cara. Su excitación parecía todavía mayor que la mía.

Me quité la camiseta, me descalcé lo más rápido que pude y al mismo tiempo que me quité el pantalón aproveche para quitarme también los calzoncillos, no había tiempo que perder. Mis 20 centímetros de polla salieron disparados ante la exclamación de admiración de Lidia.

  • Uaaaaauuhhhhh, que pasada.

Mi verga era algo de lo que me sentía muy orgulloso y la exclamación de Lidia me había subido la autoestima y me animaba a tomar todavía más la iniciativa, la notaba a mi merced.

Me incliné para desabrocharle su pantaloncito y tiré de él quitándole el tanga al mismo tiempo. Me hubiera encantado desnudarla despacio, disfrutar de la visión de su culo con ese pequeño tanga de hilo, pero la calentura podía conmigo y no pensaba en otra cosa que en penetrarla. La deje las zapatillas puestas, le cogí de las piernas y se las levanté apoyándolas en mis hombros, puse la punta de mi polla en su coño y recuperando un poco el control, la fui metiendo poco a poco. Ella estaba empapada, así que seguí empujando mi falo dentro de ella pero con mucho cuidado hasta clavarle más de la mitad, no quería dejarme llevar y metérsela entera de golpe para no hacerla daño. Ella tenía sus preciosos ojos muy abiertos igual que su boca de la que no paraban de salir jadeos mientras respiraba. Yo empecé a sacar y meter mi polla muy despacio dentro de ella, no tardaría en correrme pero estaba intentando aguantar lo máximo posible. Entonces ella me mando parar con la mano.

  • Espera un segundo por favor - me dijo. Yo retiré mi verga poco a poco dejando solo el capullo en su coño - Tengo condones en mi bolso, ponte uno por favor - entonces yo volví a empujar clavándola hasta el fondo, hasta que mis huevos chocaron contra su perineo

  • No tengo pensado parar por nada del mundo, no te preocupes que cuando vaya a correrme tengo pensado un sitio mejor para echar mi leche que dentro de un condón - le contesté mientras empezaba a coger velocidad en mis embestidas e imaginando como iba a llenar esas tetas de semen.

  • Uffffffff, vale, haz lo que quieras - me dijo entre suspiros bajando sus piernas de mis hombros y rodeándome con ellas para que no me separara. Yo entonces me incorporé un poco levantándola en el aire y después salté con ella hacia adelante quedando en el centro de la cama. Al caer sobre ella mi polla se enterró hasta el fondo de su vagina y provocó que se corriera cogiendo una almohada para morderla y evitar que sus gritos se oyeran en la bodega por encima de la música.

Si esa tarde no me hubiera aliviado, me hubiera corrido solo comiéndole las tetas, pero por suerte estaba pudiendo aguantar y disfrutar de ese polvazo. Ella no lo estaba pasando nada mal tampoco por lo que se veía. Ahora ya sin miedo le dejé mi verga enterrada mientras movía la pelvis y le comía las tetas sin compasión. El sudor hacia ya un rato que cubría nuestros cuerpos. Noté como ella me tiraba del pelo con las manos cuando le llegó un nuevo orgasmo. Yo ya no iba a aguantar más, así que me incorporé como pude de rodillas entre sus piernas, saque mi polla y a la segunda sacudida me corrí sobre sus tetas como si hiciera un año que no lo hacía. Me la seguí sacudiendo hasta que no me salía ni una gota más y entonces me limpié la mano frotándola en su vientre.

Yo normalmente siempre eyaculaba mucho y esa vez di gracias de que así fuera, le había dejado las tetas y su tripa completamente cubiertas de mi semen, esa era la visión más excitante que había visto en mi vida. Ella estaba con los brazos en cruz intentando recuperar la respiración con los ojos cerrados.

  • Frótate mi leche en las tetas - le ordené. Ella abrió los ojos y se quedó mirándome pero sin actuar - No quiero repetirlo - ella entonces movió sus manos poniéndolas sobre sus pechos y empezó a masajearse mientras esparcía mi lefa sobre ella. Cuando acabó yo tenía la polla morcillona otra vez - Chúpate los dedos, no desperdicies nada - su gesto no cambió, siguió con su mirada clavada en mis ojos y sin decir ni una palabra se llevo la mano a la boca y fue chupando sus dedos uno a uno hasta dejarlos limpios.

Entonces yo sonreí, me tumbé a su lado y la abracé.

  • Has estado genial - le dije.

  • Y tú. Hace mucho tiempo que tenía ganas de liarme contigo - la verdad es que nunca me había dado esa sensación aunque yo por aquella época era algo torpe captando esos mensajes.

  • ¿En serio? - le pregunté halagado.

  • Si, siempre me has gustado mucho, si no hubieras sido amigo de Fran hace tiempo que te lo hubiera dicho pero tenía miedo de que como sois muy amigos me dijeras que no y pasaras de mi. Aquel día que nos cruzamos y te invité a que fueras a verme al Arlequín, sentí que pasabas de mi cuando apareciste allí con todos tus amigos.

  • Perdona, nunca imaginé que te gustaba, ya te digo que lo de esta noche lo hubiéramos hecho mucho antes si lo hubiera sabido.

  • Y ya te digo que yo hubiera sido mucho más directa si llego a saber que te gastas esa polla - dijo ella y los 2 nos empezamos a reír.

  • Verte chupar los dedos con mi semen casi me la ha puesto dura otra vez. ¿Te ha gustado mi leche?

  • Si, me ha encantado.

  • ¿Más que la de Fran?

  • No lo se, la de Fran nunca la probé - me contestó.

  • No me digas que es la primera vez que lo pruebas.

  • No, que va. Los chicos conmigo suelen ser algo bruscos como lo has sido tu, alguno me ha hecho que le chupe la polla y se ha corrido en mi boca haciéndome que me la tragara. También se han corrido en mi cara y un montón en mis tetas como tu esta noche - esas confesiones habían hecho que se me pusiera dura otra vez.

  • ¿Y a ti te gusta que te traten así?

  • Me gusta que los chicos disfruten y les guste estar conmigo - iba a volver a ponerme encima de ella cuando empezó a sonarle el móvil haciendo que se levantara de un salto a buscarlo y dejándome con las ganas, aunque el espectáculo de verla desnuda y sus tetas votando merecían la pena. Sacó el teléfono del bolso y contestó - Si... vale... bajo ahora, 5 minutos, diles que esperen - luego colgó y miró hacia mi - Los demás ya se van, tengo que bajar a despedirme que a algunos no voy a volver a verles hasta Navidad.

  • Vale - dije incorporándome.

  • No por favor, no te vayas. Espera a que suba y luego te llevo yo a tu casa - entonces sonreí. Tenía la polla dura y se me había jodido el polvo pero por suerte iba a ser solo algo momentáneo.

  • Vale - le dije y ella me sonrió.

  • Genial, voy a lavarme un poco.

  • No te laves, me gustas así - le dije yo con tono autoritario. Ella me miró y me contestó en un susurro.

  • Pero tengo todas las tetas llenas de leche.

  • Te has tomado casi toda mi lefa así que no te preocupes, no creo que lo noten y si lo hacen tampoco pasa nada, ya se habrán imaginado lo que estábamos haciendo en tu habitación y si ellos estuvieran en mi lugar también se hubieran corrido en tus tetas.

  • Vale - contestó. Entonces empezó a mirar por la habitación - No veo ni la camiseta ni el sujetador.

  • Puede que le diera una patada, igual están debajo de la cama - ella volvió a mirar por la habitación y al no encontrar lo que buscaba se puso de rodillas y se agachó bajo la cama. Yo me incorporé un poco y al ver ese culo sobresaliendo no me pude resistir, me levanté de un salto y me puse detrás de ella frotando mi verga entre sus glúteos.

  • No por favor, me están esperando - decía ella intentando resistirse y moviendo el culo, lo cual estaba consiguiendo justo el efecto contrario en mi. En lugar de soltarla, mi polla dura como el mármol suspiraba por volver a enterrarse dentro de ella al ver como su ojete se abría al intentar librarse, la visión era increíble - No, por favor Jesús, me están esperando y tengo que bajar - entonces por fin me di por vencido y la deje incorporarse. Sacó el cuerpo de debajo de la cama y en las manos llevaba el sujetador y la camiseta. Nos pusimos de pie y me besó - No tardo en subir.

  • Luego quiero que te vuelvas a poner como estabas y follarte así, con el cuerpo debajo de la cama y el culo en pompa - le pedí recordando la escena de hacía solo unos segundos.

  • Subo ahora mismo y haremos lo que quieras - yo entonces la besé y me tiré en la cama de un salto. Ella volvió a vestirse a toda prisa poniéndose su vaquero corto sin el tanga debajo, luego su sostén y la camiseta. Me lanzó un beso y salió casi corriendo de la habitación.

Cuando se fue, yo me levanté a lavarme un poco, cogí el móvil y le escribí un mensaje a mi hermana.

  • ¿Estás por ahí?

  • Acabo de llegar a casa, ¿y tú? No te he visto en toda la noche.

  • He ido con estos a las bodegas de **** y me he encontrado allí con unos amigos de Salamanca. Me voy a quedar a dormir en casa de uno de ellos que ya es tarde y estoy bastante bebido. Diles a papá y mamá que no se preocupen que mañana a la hora de comer me bajan.

  • Vale, ya se lo digo para que estén tranquilos. Hasta mañana y si ya estas medio borracho no bebas más.

  • Vale, hasta mañana. - aunque mi hermana era más pequeña que yo no se porque pensaba que me tenía que cuidar.

Deje el móvil sobre la mesita y me quedé tumbado boca arriba con los ojos cerrados medio dormido y recuperando fuerzas. Debieron pasar más de 20 minutos cuando oí que la puerta se abría. Giré la cabeza para ver entrar a Lidia que muy despacio y viendo que la estaba mirando, primero se descalzó y luego comenzó a desnudarse moviendo su cuerpo al ritmo de una música imaginaria.

  • Vaya tetazas tienes, pedazo de guarra - le dije cuando se quitó la camiseta y el sujetador. No se porque la insulté, me vino a la cabeza y salió por mi boca automáticamente. En una milésima de segundo pensé que tal vez me habría pasado pero después viendo su reacción me di cuenta de que no había sido así. Su rostro cambió, ya se le notaba excitada mientras se desnudaba pero ahora su cara era pura lujuria. “Me gusta que los chicos disfruten y les guste estar conmigo” me había dicho antes, pero le había faltado añadir que le encantaba ser una perrita sumisa y obediente.

  • Gracias - me contestó en un susurro con la voz entre cortada.

Desde luego pintaba que esa noche iba a ser muy especial. Se quitó el pantalón y el tanga y vino a la cama, quedando de rodillas junto a mi polla, me miró y sonrió sacándome la lengua mientras empezaba a hacerme una paja. Después giró la cabeza, se agachó y me la empezó a chupar poco a poco. Se esforzaba por intentar tragar lo máximo posible y la verdad es que se le daba realmente bien pero no podía quitarme de la cabeza la imagen de ese culo saliendo de debajo de la cama, así que con una mano empecé a jugar con su pelo, le hice una pequeña coleta y tiré de el haciendo que me la dejara de chupar y girándole la cabeza para que me mirara.

  • La chupas muy bien pero no es esto en lo que habíamos quedado, ¿verdad?

  • Vale, haré lo que quieras - me dijo con un pequeño gesto de dolor por el tirón de pelo pero bastante excitada.

  • Puedo hacer contigo lo que quiera, recuerda que me lo dijiste.

  • Si.

  • Pues entonces ponte como antes - y le solté el pelo. Ella me miraba algo extrañada, imagino que sus amantes le habrían pedido cosas de lo más variadas pero por lo visto nunca nada como eso.

Ella se puso de pie para luego arrodillarse junto a la cama y meter la cabeza y parte de su cuerpo debajo. Yo me levanté después que ella y me situé como antes. Empecé a acariciarle el culo y a soltarle unos cuantos azotes bien fuertes a los que ella respondía con pequeños gritos y moviendo el culo para intentar esquivarlos por puro reflejo. Después de unos cuantos cachetes ya tenía el culo algo colorado y mi polla había reaccionado poniéndose tiesa como una estaca de madera que yo tenía preparada para clavársela, pero no precisamente en el corazón. Le separé un poco las nalgas y volví a meter mi polla en su mojado coñito, esta vez con bastante menos cuidado que la primera. Le agarré por las caderas y ayudándome así para poder follarla más fuerte, comencé a perforarla con toda mis fuerzas. Ahora ya no había gente abajo ni música, por lo que ella no se cortaba para nada en dar gritos de placer que se oían por toda la casa. Con cada nuevo empujón sus nalgas se separaban y con su culito abierto podía ver su ano perfectamente pidiéndome guerra, como si me desafiara, y yo nunca huyo de un desafío.

Frené un poco mis envestidas y libere una de mis manos para después de llenar un dedo con mi saliva empezar a jugar con él en su apretado agujerito. En ese momento ella empezó de nuevo a revolverse.

  • Estate quieta - le ordené y le di otro fuerte azote.

  • Por el culo no.

  • ¿Cómo que por el culo no? - le pregunté enfadado.

  • Nunca lo he hecho por ahí, una vez lo intenté con Fran y me dolió mucho sin que me llegara a meter ni la punta. Nunca le he dejado a nadie metérmela en el culo y encima la tuya es enorme, sigue follándome por favor.

  • Antes me dijiste que podría hacerte lo que quisiera ¿no es así?

  • Si, pero por el culo no por favor, me lo vas a romper.

  • Entonces eres una puta mentirosa, me dices que puedo hacerte lo que quiera y ahora me dices que no - le decía con mi polla todavía en su coño.

  • Entiéndelo por favor, me vas a hacer mucho daño - dijo al mismo tiempo que noté como se movía para intentar salir de debajo de la cama.

  • Ni se te ocurra salirte de ahí - le ordené y ella se quedo quieta - No me gusta que me mientan y menos una puta como tu. Antes me pediste que te dejara bajar y que luego podría hacer contigo lo que quisiera, yo te doy 2 opciones. Te quedas debajo de la cama mientras me visto y me voy porque no quiero volver a ver esa cara de mentirosa, o me dejas que te folle el culo. Seré bueno contigo y te lo abriré un poco con los dedos antes de meterte la polla - estaba claro que era un farol, mi casa estaba a más de 10 kilómetros y no tenía quien me llevara y pensar en dejar de follarme a Lidia en ese momento hubiera sido una locura, pero decidí jugármela, ahora mismo en lo único que podía pensar era en reventar ese culo.

  • No me hagas daño por favor - contestó después de unos 5 segundos que a mi me parecieron eternos. Al oírle decir eso mi verga dio un brinco de felicidad dentro de su coño y ella soltó un suspiro de placer.

  • Bien, ¿tienes crema o vaselina en algún sitio?

  • En el baño tengo crema para el cuerpo.

  • Vale, ahora vengo. No se te ocurra salir de debajo de la cama - saqué con cierto pesar mi polla de ese mojado chochito, me levanté y fui al baño.

Me acerqué a la ducha donde creí que estaría la crema y vi un bote de aceite corporal que cogí y volví casi corriendo a la habitación, no quería perder tiempo buscando cremas. Al volver vi a Lidia en la misma posición en la que le había dejado. Me cerqué y volví a ponerme de rodillas detrás de ella e introduje de nuevo mi falo en su rajita, mientras le preparaba el culo no quería que se me fuera a enfriar y ningún lugar mejor que ese calentito coño para aguardar el momento final. Mientras mantenía mi polla dentro, sin hacer ningún movimiento con ella, le eche aceite en las nalgas y comencé a esparcirlo, su culo untado en aceite comenzaba a brillar haciendo que mi polla siguiera saltando ella sola dentro de Lidia. Con una mano separé sus posaderas y con la otra le eché un buen chorro de aceite directamente en el ojete donde me pareció que entraba un poco y luego le resbaló por el interior de los muslos. Le metí un dedo sin ninguna prisa y empecé a meterlo y sacarlo muy despacio, abriéndolo poco a poco mientras podía oír la respiración de Lidia que aguantaba sin quejarse.

Luego de un rato cuando noté que entraba con más facilidad, repetí el proceso con otro dedo más y note como de repente su culito se contraía apretándome con fuerza los dedos, la muy guarra se estaba corriendo con mi polla enterrada en su coño y mientras mis dedos le abrían el culo. Lidia estaba resultando ser para mi una caja de sorpresas esa noche, mucho mas caliente de lo que nunca la hubiera imaginado. Cuando terminó su orgasmo y teniendo en cuenta el tamaño de mi polla, introduje un tercer dedo mientras Lidia seguía aguantando sin quejarse y eso me calentaba todavía más, iba a ser el primero que se follara ese culo y eso era la máximo que podía pedir. Le saqué la polla y me levanté para ponerme en cuclillas en lugar de estar de rodillas. Separé de nuevo sus nalgas y le coloque la punta de mi verga en el ano.

  • Ten cuidado por favor.

  • Cállate.

Me agarré el miembro con fuerza y fui apretando, con alguna dificultad al principio, por lo que cogí de nuevo el aceite y volví a echar otro chorro que me hizo brillar la verga. Ahora entraba con más facilidad y conseguí por fin meter mi capullo en su culo, y notando la resistencia inicial superada seguí empujando hasta tener casi la mitad dentro de ella. La respiración de Lidia se convirtió en suspiros, luego en jadeos y finalmente en gritos.

  • ¿Te está gustando guarra?

  • Si, sigue así por favor, despacio.

  • Tranquila, ya se como follarte el culo, tu solo relájate y disfruta - le dije mientras iba acelerando el ritmo y metiendo cada vez más carne en ese precioso agujerito. Estuve así por más de 10 minutos, ahora era Lidia la que no paraba de gritar y hablar “si por favor, no pares” “fóllame el culo, sigue así” “si joder, me vas a reventar, que pasada” decía sin parar de hablar, estaba fuera de si de la excitación y con mi polla trabada en sus entrañas tuvo un nuevo orgasmo que pude sentir en todo su cuerpo y en el mio. Yo tampoco podía más, decidí volver a cogerla por las caderas y acelerar al máximo las embestidas hasta que mi polla estaba a punto de explotar.

  • Voy a llenarte el culo de leche guarra, no querías que te follara el culo y ahora te mueres de gusto.

  • Si, lléname de leche, reviéntame - yo no pude más y descargué dentro de su culo, los espasmos que me dieron hizo que clavara con fuerza mis dedos en sus carnes dejándole las marcas de las uñas.

Deje mi polla dentro hasta que me vacié del todo, y luego la saqué poco a poco. Cuando al fin la tuve fuera mi leche empezó a salir del culo de Lidia y a escurrirse por sus piernas, al soltarla ella cayó al suelo. Me levanté, fui al baño a lavarme bien la pija y al volver vi que ella seguí tirada en el suelo. Yo me tumbé en la cama donde al rato y medio dormido, noté como Lidia se tumbaba pegada junto a mi y comenzaba a besarme. Eso fue lo último que recordé antes de dormirme.

Por la mañana al abrir los ojos vi el sol entrando por la ventana y oí un ruido en el baño, parecía que Lidia se estaba duchando y decidí seguir tumbado en la cama un rato más. Al rato el ruido del grifo se apagó, oí sus pasos acercándose a la cama y noté como luego se subía a ella para ponerse junto a mi. Abrí los ojos, giré la cabeza y allí estaba mirándome con una preciosa sonrisa, luego se acercó a mi y me beso.

  • ¿Quieres que te prepare el desayuno? - me preguntó radiante.

  • ¿Tu tienes hambre?

  • Bueno, un poco - desde que cumplí los 11 años, recuerdo pocas veces en las que no me levantara empalmado y esa mañana no era una excepción. Le señalé mi verga con el dedo.

  • Luego desayunaré, ahora tomate tu leche - le desapareció la sonrisa, me miró la polla y se quedó quieta sin reaccionar - Vamos, no me gusta tener que repetirte las cosas 2 veces.

Entonces ella se movió y sin más miramientos empezó a tragarse mi pija como si llevara sin follar un año. Era muy hábil, me tenía en la gloria pero yo quería volver a ver su cuerpo, así que me incorporé para quitarle la toalla con la que había salido envuelta del baño y luego lanzarla al suelo. Agarré a Lidia por sus caderas para hacer que se moviera poniéndose encima de mi y dejando su chocho al alcance de mi boca.

  • Trae ese culo aquí - le ordené - Voy a probar como esta de rico tu coñito.

Ella se puso sobre mi sin dejar de comerme la verga mientras yo empecé a chupar su rajita y a hundirle mis dedos en su coño. No tardó nada en mojarse, mis dedos entraban y salían cada vez más pringosos mientras notaba como cada vez más parte de mi polla se perdía en su boca. Sin dejar de chupar empezó a masajearme los testículos, era una auténtica maestra y yo no tardaría en acabar y estaba decidido a darle el desayuno que se merecía. Cuando noté que no aguantaba más la avise.

  • Voy a correrme puta, me vas a dejar seco. Quiero que te la tragues toda y no dejes caer ni una gota.

Ella como un robot seguía con el mismo ritmo y el mismo masaje. En el momento en que noté que mis huevos se contraían y me vaciaba, metí un dedo en su culo de su solo tirón, estaba empapado de sus líquidos así que entró con mucha facilidad sin que ella se quejara lo más mínimo, parecía que solo estaba concentrada en tragarse mi corrida. Sin sacar el dedo de su culito empecé a succionar con fuerza su clítoris haciendo que se corriera y me llenara la cara de sus jugos. Cuando noté que sus espasmos cesaron y que mi polla había acabado de echar semen, le dí un fuerte azote y la empuje haciendo que cayera en la cama a mi lado.

  • Como me has puesto cacho guarra - le dije pasándome la mano por la cara - Voy a ducharme mientras me subes el desayuno y prepárate porque luego voy a volver a llenarte el culo de leche, que es lo que te mereces.

Nos levantamos de la cama, yo me dirigí al baño mientras ella buscaba algo que ponerse para bajar a la cocina.

  • No te pongas nada más que un tanga, quiero ver ese cuerpazo que te gastas - le dije. Entonces vi como ella asentía y me pareció adivinar una gran sonrisa en su cara justo antes de entrar yo al baño.

Me di una ducha rápida parándome únicamente en refrescar bien mi polla para que estuviera preparada para la tarde que todavía tenía pensado darle. Cuando entré en la habitación Lidia todavía no había vuelto. Vi en un reloj que eran más de las 12 de la mañana y cogí mi móvil para llamar a mi casa diciendo que no llegaría a comer. Me contestó mi madre y no puso ninguna pega a las explicaciones que le dí diciéndole que me quedaba a comer con mis amigos. Ese verano no tenía nada que estudiar, únicamente empezar un pequeño proyecto para la universidad que tenía pendiente, pero mis estudios habían ido bien y mis padres entendían que ese verano me lo merecía de descanso y disfrute, y vaya si iba a disfrutar por lo menos esa tarde.

Volví a tumbarme en la cama boca arriba y vi que mis amigos me habían escrito algún WhatsApp preguntándome que tal la noche, pero preferí no contestarles por el momento. Ya tendría tiempo de hacerles un pequeño resumen, pero muy pequeño ya que no era yo muy partidario de contar mis aventuras. Me acordé de mi amigo Fran, de la envidia que le habíamos tenido durante el tiempo que estuvo con Lidia y ahora había resultado que en todo ese tiempo no había sido ni capaz de follarla el culo y yo lo había conseguido en una sola noche, y tenía claro que eso no se había acabado e iba a hacer con ella todas las guarradas que se me ocurrieran esa tarde. Al rato volvió Lidia con una bandeja con mi desayuno y sus tetas posadas en ella, por la forma de llevarla y las tetas que se gastaba no le quedaba prácticamente más remedio.

  • ¿Ese es mi desayuno? - le pregunté sonriendo. Ella puso cara de no entender mi pregunta, le debía parecer evidente que si lo era, pero entonces miró hacia la bandeja y al ver sus tetas posadas en ella, se rió.

  • Jajaja, si te apetece...

  • Claro que me apetecen, las voy a tener que untar bien en leche - le dije guiñándole un ojo. Esta vez pareció que pilló la broma a la primera y se sonrojo un poco - He llamado a mi casa para avisar que no llegaría a comer, que pasaría la tarde aquí - a ella la noticia pareció encantarle por la sonrisa que iluminó su cara.

  • Genial.

  • Vas a tener que ser muy buena conmigo y jugar a todo lo que se me ocurra para que no me aburra.

  • Ya has visto que hago todo lo que me pides - me dijo poniendo la bandeja sobre mis piernas.

  • Si, pero ayer me tuve que enfadar contigo y espero que no vuelva a pasar ¿de acuerdo? - ella agachó la cabeza retirándome la mirada.

  • Perdona.

  • Espero que no se repita o tendré que castigarte - su comportamiento tan sumiso y obediente me encantaba y me ponía a cien pensando en todo lo que podía hacer con ella.

Me centré en mi desayuno, tenía bastante hambre y en esa bandeja había de todo, zumo, café, bollitos de chocolate, fruta y tostadas de jamón con tomate. Ella permanecía de pie con los brazos a la espalda y sus tetas desafiando a la gravedad mientras yo comía y la miraba de vez en cuando. Acabe de desayunar sin intercambiar más palabra con ella que siguió en la misma posición hasta que terminé. Le acerqué la bandeja que ella recogió.

  • Estaba todo muy bueno, muchas gracias.

  • De nada.

Ella se dio la vuelta para volver a llevar a la cocina los pocos restos del desayuno que había dejado. La visión de ese culito “cubierto” solo por ese fino hilo del tanga enterrado entre sus nalgas hizo que mi polla volviera a despertarse. Antes de que saliera de la habitación le di las últimas instrucciones.

  • No tardes en volver y si tienes, trae Nocilla o mermelada para terminar de desayunar todo lo que había en la bandeja.

De espaldas como estaba no pude ver su reacción pero no tardó ni 2 minutos en volver trayendo consigo mermelada tal como le había dicho. Se acercó a la cama y me dio el bote que recogí y puse sobre la mesita.

  • Dime preciosa, ¿qué crees que es lo qué más me gusta de ti?

  • No se - dijo con tono tímido y una pequeña sonrisa al oír que la llamaba preciosa.

  • Vale, pero dime que es lo que tu crees.

  • Puede que mi tetas - dijo encogiendo los hombros.

  • ¿A los otros chicos con los que has estado le gustaban más tus tetas que tu culo?

  • Me dicen más veces que les gustan mis tetas que mi culo, aunque también se lleva sus piropos.

  • No me cabe duda. ¿Y ese coñito que tienes? me parece precioso ¿no le echan piropos?

  • No muchos - lo tenía casi sin pelos excepto un pequeño triangulo de bello muy corto que apuntaba hacia abajo.

  • Pues a mi me encanta, me gusta mucho como lo llevas recortadito ¿sugerencia de algún novio o de algún rollo?

  • No, hace años que lo recorto así, a mi me gusta y como nadie me ha dicho otra cosa, me lo he dejado igual.

  • A mi también me gusta como te queda - mientras hablábamos ella seguía de pie frente a la cama - Quítate ahora el tanga, quiero verlo - ella metió sus 2 dedos indice por debajo de la goma del tanga justo por debajo de su ombligo y los deslizo hasta que cada uno de ellos llegaron a los lados de su cadera, y poco a poco y echando su cuerpo hacia delante hasta casi formar un ángulo de 90 grados, se lo bajo mientras sus tetas colgaban ofreciendo una visión totalmente increíble en esa posición. Luego llevo el tanga hasta el suelo haciendo muestra de una gran flexibilidad y volvió a incorporarse quedando de nuevo en posición de firme - Estás buenísima - al decirle eso la vi sonreír de nuevo y morderse de una manera muy sexy el labio inferior haciendo que mi polla brincara con un cosquilleo - Seguro que tu boca también les gusta mucho a los chicos, es ideal para comer pollas y seguro que muchos te los han dicho.

  • Si, algunos me han dicho que la chupo bastante bien y les encantaba follarme la boca con su verga mientras me hacían estar con las manos a la espalda - me encantaba que Lidia se soltara con la conversación y me contara esas cosas, me excitaba mucho, aunque lo hiciera con un tono de voz muy bajo, como si se avergonzara o pensara que me iba a enfadar al oírselo decir.

  • No me extraña, solo de imaginarme la escena se me pone dura. Entonces ¿crees que lo que más me gusta a mi de ti son tus tetas?

  • Creo que si - dijo en un susurro.

  • ¿Estás excitada?

  • Si.

  • Vaya, eres mucho más putita de lo que pensaba. ¿Siempre te excitas tan fácil?

  • Me has gustado desde que te conocí y tenía muchas ganas de estar contigo, igual por eso siempre estoy cachonda contigo.

  • ¿Con los otros chicos no te excitas tanto?

  • Con algunos, me gustas mucho y también me gusta como me tratas, me gustan que me traten así - bingo, ahora ya no solo con sus actos, acababa de reconocer de palabra que era una perrita y que le gustaba que le trataran como tal.

  • Así que eres un poco guarrilla y te gusta que te dominen ¿verdad?

  • Puede ser, me gusta hacer que los chicos lo pasen bien conmigo haciendo muchas de las cosas que me piden, saber que los excito me excita mucho a mi también. Me excita conocer las fantasías de los chicos.

  • Seguro que contigo muchas de esas fantasías se repiten, ¿qué es lo que más les gusta hacerte? - tenía unas ganas locas de meterle mi polla entera hasta que gritara de placer, pero la conversación me estaba encantado y disfrutaba notando como mi polla latía y los ojos de Lidia se clavaban en ella.

  • Les encanta correrse en mis tetas y casi todos han querido follarme el culo aunque hasta ayer no le había dejado a ninguno.

  • Pues en eso no soy muy original - me incorporé un poco en la cama sentándome en el borde de cara a ella y luego me recosté un poco hacia atrás apoyándome en los brazos y alzando la cabeza para mirarla a los ojos - Lo que más me gusta de ti son 3 cosas, las 3 por igual. Me gusta que seas una perrita obediente por eso te voy a pedir todas las cosas que se me ocurran para ver como te mojas al obedecerme. También me encanta tu culo y follártelo, por eso ahora mismo quiero que cojas el bote de aceite y me embadurnes la polla con ella, y que luego te sientes sobre mi clavándote mi verga en el culito hasta que notes mis huevos en tus nalgas.

Ella no esperó por más instrucciones, cogió el aceite que estaba en la mesita desde la noche antes, se acercó a mi verga y después de echar un buen chorro en ella, empezó a esparcirla haciéndome una paja con sus manos que me estaba llevando a la gloria. Cuando a ella misma le pareció suficiente, dejo el bote a un lado y puso sus rodillas en la cama, una a cada lado de mi cadera, cogió de nuevo con firmeza mi polla y mientras bajaba su cuerpo, la dirigió a su culito con mucho cuidado y entre continuos suspiros y gemidos mezcla de dolor y placer, la fue introduciendo por su cerrado ojete. Cada poco detenía su descenso sobre mi polla para abrir mucho la boca y coger aire, pero de nuevo y sin que yo se lo ordenara, continuaba con su descenso hasta que por fin consiguió clavarse toda mi polla en su apretado trasero. Hasta ese momento yo no había dicho ni una palabra, me había limitado a disfrutar de la presión en mi polla y de la actitud de zorra total de Lidia que sin más que una pequeña orden, había tomado la decisión de no parar hasta enterrarse toda mi pija en su monumental culo.

  • Eres una puta de primera, me encanta tenerte empalada hasta el fondo - ella no contestó, cogió aire unos segundos y después puso sus manos en mi pecho haciendo que cayera tumbado en la cama con ella encima y comenzó a cabalgarme dando gritos de placer que llenaron la habitación.

Me estaba encantando su cabalgada pero quería seguir siendo yo quien llevara la iniciativa así que la mandé parar con una de mis manos haciendo que ella frenara y se detuviera con mi polla de nuevo clavada entera dentro de ella. Volví a incorporarme y empezamos a besarnos entregados a la lujuria, entrelazando nuestras lenguas y llenando nuestras caras con nuestra saliva. Eché la cabeza para atrás y tuve que usar una de mis manos para separarla de mi ya que ella no paraba de comerme la boca.

  • Espera guarra, no me has dejado acabar. Todavía no te he dicho cual es la tercera cosa que me gusta de ti - moviéndome un poco hacia un lado pero sin salirme de Lidia, llegué a coger el bote de mermelada estirando el brazo lo máximo que pude.

Luego volví a la misma posición en la que estaba antes y abrí el bote cogiendo con mis dedos la mermelada que era de fresa y unté con ella los grandes pezones marrones de Lidia que en ese momento estaban duros como el bote de cristal que tenía en la otra mano. Después de esparcir bien la mermelada me abalancé a chuparle sus preciosas tetas sin dejar ni una gota de la mermelada que antes le había untado. Cuando me acercaba a sus pezones aprovechaba para mordérselos haciendo que ella se retorciera y mi polla diera brincos de alegría. Luego me separé un poco por fin y pude ver sus tetas totalmente cubiertas de mis babas.

  • La tercera cosa que más me gusta de ti son tus tetas - le dije y en ese momento cogí entre mis dedos uno de sus pezones, lo pellizqué con fuerza y tiré de él hacia arriba hasta que ella no aguanto más el dolor y me agarró de la mano intentando que la soltara.

  • Ufffff, para por favor - entonces le solté el pezón y ella soltó mi mano para empezar a acariciarlo - Me has hecho daño.

  • No me importa - le dije cortante - No me vuelvas a mandar parar ni me agarres, ¿entendido zorra?

  • Lo siento - dijo y noté como en ese momento se le quebraba un poco la voz y estaba a punto de llorar.

  • Quítate las manos de las tetas y ni se te ocurra llorar - le dije. Ella hizo lo que le ordené y aproveché para empezar a darle cachetes en las tetas apuntando especialmente a sus pitones. Puso sus manos a la espalda y sin volver a quejarse aguantó mi castigo hasta que vi que sus tetas ya estaban lo suficientemente rojas y paré - Tu culo es mio, tu coño es mio, tu boca es mía y tus tetas son mías y haré lo que quiera con ellas, ¿entendido?

  • Entendido, perdóname - fue lo único que me contestó en un tono que no supe desvelar si era de lujuria, placer o dolor.

  • Ahora voy a chuparte las tetas, a morderte y pellizcarte los pezones hasta que consigas que me corra y te llene el culo de leche, así que si no quieres sufrir mucho más te vale que empieces a moverte.

Me lancé de nuevo a por sus tetas y comencé a chupar y morder de nuevo sus pezones. Ella echó su cabeza hacia atrás y comenzó entonces a saltar otra vez cabalgándome como si le fuera la vida en ello mientras notaba como me apretaba la polla con su esfinter mucho más que antes. Una de las veces que más fuerte le mordía sentí como llegaba al orgasmo y el cuerpo entero le temblaba pero no dejaba de moverse metiendo y sacando mi polla de su culo hasta que sin avisarla de nada, dejé de chuparle para pellizcar de nuevo con fuerza uno de sus pechos con los dedos y le llené el culo de mi semen.

Al notar que me había corrido ella se incorporó levantando de nuevo su cabeza lo que me permitió ver como alguna lagrima le había caído por la cara. Acababa de correrme y la excitación me había bajado pero pese a eso no quería perder la oportunidad de seguir follándola y hacer con ella lo que me apeteciera, así que no podía pedirle perdón y perder mi autoridad sobre ella. Decidí subirle la moral con un piropo y que viera lo mucho que me había gustado.

  • Has estado increíble, me has dejado seco. Nunca había estado con una chica que estuviera tan buena como tu y follara así de bien.

  • Gracias - me dijo y una sonrisa iluminó en su cara.

  • Has estado increíble y has aguantado sin quejas, ¿te ha gustado?

  • Me ha dolido un poco pero al mismo tiempo me he corrido varias veces y verte a ti tan excitado y disfrutando tanto de mi me ha gustado, saber que consigo que pierdas algo el control me ha puesto cachonda.

  • Es imposible no perder el control contigo, estás hecha para pecar.

Ella se echó a reír y me alegró saber que las lagrimas no habían sido para tanto y que ella también lo estaba disfrutando aunque no fuera esa mi prioridad. La abracé y sin sacar todavía mi tranca de su interior, me eché en la cama y quedé tumbado junto a ella frente a frente. Empecé a besarla mientras retiraba mi verga y notaba salir mi leche.

  • Me encanta que te corras dentro de mi.

  • Y a mi me encanta llenarte con mi leche, hacemos una pareja perfecta, jajaja.

  • ¿Tu crees? - me preguntó tal vez mal interpretando mis palabras pero en ese momento preferí no aclararlas del todo.

  • Harías una pareja perfecta con cualquiera, eres increíble - no me contestó con palabras pero comenzó a besarme - ¿Nunca se había corrido nadie dentro de ti? - le pregunté cambiando de tema y llevándola de nuevo a donde a mi me interesaba.

  • En mi culo ya sabes que no, en mi coño hace tiempo que tomo la píldora y mis novios si que se corrían dentro alguna vez. Por eso ayer cuando me dijiste que querías follarme a pelo me dio igual aunque solo había dejado que me follaran sin preservativo mis parejas y nunca rollos de una o 2 noches.

  • ¿Has tenido muchos rollos de una noche?

  • Alguno pero no muchos. No me gustan todos los chicos, jajaja y con algunos he visto que echar un polvo no merece del todo la pena, a veces más que disfrutar me han hecho quedarme con más ganas.

  • Imagino que el primer polvo que te echan con lo maciza que estás, no aguantaran mucho.

  • No, los rollos de una noche suelen ser bastante decepcionantes así que si el chico no me gusta mucho, prefiero pasar.

  • Habrás podido estar con todos los chicos que has querido.

  • Bueno, cuando era pequeña ya tenía las tetas bastante grandes y en el colegio tanto los chicos como las chicas se reían de mi y me insultaban. Así que desde los 15 años empecé a cuidarme mucho, hacer deporte y comer más o menos sano para gustarles y que no se metieran conmigo. Entonces empecé a notar que las chicas ya no se reían de mi y los chicos tampoco, sus intenciones eran más bien otras y a mi me gustaba que quisieran estar conmigo, así que para tenerles contentos les dejaba que me metieran algo de mano aunque sin que se pasaran demasiado.

  • Seguro que tendrías muchos amigos, jajaja. Dime ¿no te asustaste ayer cuando te pedí que te metieras debajo de la cama para follarte? imagino que te habrán pedido cosas raras pero igual nunca eso.

  • Jajaja, no, eso nunca me lo habían pedido. ¿Lo habías hecho antes?

  • No, pero cuando te vi así buscando tu ropa debajo de la cama no podía quitarme de la cabeza la idea de follarte en esa posición.

  • No importa, a mi me gustó.

  • ¿Qué es lo más raro que te habían hecho? - hablar con Lidia tan claramente de sexo me encantaba y también me podía servir para sacar alguna idea para el resto del día.

  • Bueno, el último novio con el que he estado lo conocí en el Arlequín, era unos 10 años mayor que yo - era el hombre con el que la había visto por Salamanca pero no la quise interrumpir - La primera vez que nos liamos me había invitado a cenar y luego me llevó a su casa. Echamos un polvo de los más normal, decepcionante como muchos otros la primera vez, y no me quedé a dormir con el, me fui a mi casa. A los pocos días me volvió a llamar para quedar por la tarde y después de un rato me invitó a su casa de nuevo. Pensé que la segunda vez sería mejor así que acepté. Cuando llegué a su casa estuvimos hablando, nos fuimos calentando y empezamos a hablar de sexo, yo quería calentarle y ver si me follaba mejor que la primera vez. Me gusta calentar a los chicos aunque no siempre me gusten ni quiera nada con ellos, me gusta saber que los excito.

  • Pues cuando trabajabas en el Malavida tampoco te vestías muy sexy.

  • Ya, era para no tener muchos problemas con mis padres y luego cuando empecé con Fran para que no se pusiera muy celoso, pero por mi hubiera vestido mucho más atrevida. A veces me he comprado ropa muy sexy porque me gustaba verme con ella aunque luego no la haya ni estrenado, solo imaginando como los chicos se pondrían de cachondos viéndome con ella puesta.

  • ¿Y esa tarde te follo mejor?

  • Bueno, así hablando me confeso que su mayor fantasía era tener relaciones con una criada. Seguimos hablando y me dijo que había comprado un disfraz de criada, si quería probármelo. Yo lo que quería era excitarle para que me follara así que le dije que si y me puse el disfraz que me había dado, el estaba fuera de si cuando me vio así vestida, llevaba medio culo al aire y las tetas casi no me las tapaba nada.

  • Te echaría un polvo de la ostia.

  • Jajaja, pues no, me quedé con las ganas. Me hizo hacer como que limpiaba la casa delante de él para lucirme mientras el estaba sentado en un sofá. El se puso a tope y se bajo los pantalones sentado donde estaba y comenzó a masturbarse mientras me miraba. Como solo hacía eso yo no sabía si tenía que acercarme, no me decía nada, así que seguí haciendo como que limpiaba hasta que vi como se corría. Me pidió que le acercara papel de cocina y se limpió. Me dijo que había sido una pasada y me dijo que me invitaba a tomar una cerveza, así que me volví a vestir y salimos sin que me follara. Quedamos más veces, estuve casi 3 meses con él y cuando me llevaba a su casa siempre me pedía que me pusiera el disfraz y nunca llegó a follarme, lo más que hicimos fue que le chupara la polla disfrazada o que le masturbara mientras el me metía algún dedo a mi.

  • Madre mía que desperdicio - le dije incrédulo - No entiendo que no te follara.

  • Ni yo, jajaja, porque estaba claro que le gustaba, se ponía muy cachondo cuando me ponía el disfraz.

  • Y Fran, ¿qué te solía pedir?

  • Fran siempre fue muy bueno conmigo, y no follaba mal aunque tampoco fuera un fenómeno. Una vez me pidió follarme el culo, lo intentamos pero me dolió y lo dejamos y nunca me lo volvió a pedir.

  • ¿Y no te pedía cosa raras?

  • No, todo muy normal, le encantaba comerme las tetas como a todos los chicos, jajajaja - nos reímos los 2.

  • No me extraña. Y a parte del raro del disfraz ¿cuál es el novio más pervertido que has tenido?

  • Uffff, la palma se la llevan un par de hermanos. Con 19 años fui de vacaciones con mis padres un mes a Málaga a un piso que nos habían dejado. En otro piso cerca veraneaba ese mes una familia de Toledo que tenía 2 hijos, uno de mi edad y su hermano más pequeño de 18. El primer día coincidimos en un restaurante comiendo y nuestros padres se hicieron amigos y rápido nos emparejaron para que los 3 estuviéramos juntos y así ellos sin tanta preocupación por que harían sus hijos, poder salir a divertirse. A mi no me importó porque Oscar, que era el hermano mayor, estaba bastante bueno y cargar con Dani tampoco era para tanto. Ninguno de los 3 conocíamos a nadie más en Málaga así que hicimos buenas migas entre nosotros. Esa misma noche salimos los 3 a tomar una cerveza y lo pasamos muy bien. Al día siguiente sus padres y los míos quedaron para hacer una excursión y nos dijeron que nosotros fuéramos a la playa. A mis padres, sus amigos les habían hablado muy bien de Oscar y Dani como no podía ser de otra forma siendo sus hijos, así que estaban tranquilos pensando en que estaba cuidada, en buenas manos y no me aburriría. Cuando llegamos a la playa y me quedé en bikini se les salían los ojos a los 2. El día siguiente se repitió el plan pero Oscar, que se quedaba con el coche de sus padres, dijo que ese día prefería ir a una playa algo más apartada y con menos gente. Cuando llegamos era una playa grande pero con poca gente. Me volví a quedar en bikini y vi como entre los hermanos se miraban y sonreían, yo estaba encantada de tener a esos 2 chicos pendientes de mi y me lucía un poco, para Oscar principalmente. Al rato fuimos al agua y los 2 empezaron a meterme mano sin mucho disimulo y yo no les decía nada, me encantaba gustarles tanto y Oscar también estaba empezando a gustarme mucho a mi. Aguantar que Dani me sobara un poco era casi obligado en esa situación, al estar solos los 3 no veía como planear quedarme solo con el mayor y de momento tenía que tener contento también al pequeño para que no se enfadara y me dejaran de lado. Cuando salimos y nos tumbamos en la toalla, Oscar me dijo que sería mejor que me quitara la parte de arriba del bikini para que no me quedara marcas y yo hice lo que me dijo. Ese día el y su hermano me metieron mano por todos lados, con la disculpa de darme crema me sobaron a su antojo las tetas, el culo y todo el cuerpo. A Oscar le había quedado claro que me gustaba y que haría lo que el quisiera y tenía muchas ideas el cabrón y su hermano no se quedaba atrás. Sabía que Dani se ponía muy caliente conmigo pero pensé que podría controlarlo y liarme con Oscar sin que a él le importara hacer de sujeta velas aunque algo tendría que darle a cambio, pensaba que con dejarle que me metiera mano sería suficiente.

  • ¿Te follaron los 2? - Lidia me acababa de dejar los huevos vacíos pero con esas historias mi polla se había vuelto a poner como una piedra y ella empezó a pajearme, pero prefería que siguiera con su historia y follármela después bien a gusto así que le retiré la mano.

  • Al hermano pequeño al final se la tuve que chupar pero nada más, no deje que me follara.

  • Cuéntame que te hacían.

  • Al día siguiente de ir a la playa apartada me dijeron de volver a quedar para volver allí, que fuera por su casa a buscarles. Cuando llegué me mandaron subir y vi que sus padres no estaban tal y como imaginaba. Me dijeron que ese día mejor nos quedábamos allí viendo una película o algo. Ellos estaban solo con su bañador y me dijeron que me pusiera mas fresca que hacía mucho calor, así que me quité mi short y mi camiseta y me quedé solo con el bikini, pero no les debió parecer suficiente y al rato de estar en el sofá me dijeron que me quitara la parte de arriba a ver si me habían quedado marcas del día antes. Ya me habían visto las tetas en la playa y me las habían magreado así que no me importo quitármelo y enseñárselas de nuevo. Ellos se quitaron los bañadores y quedaron desnudos para que viera que ellos si tenían marca del sol. Yo no les veía las marcas, solo podía mirar para sus pollas que las tenían tiesas apuntando hacia mi. Luego seguimos viendo la película y mientras ellos aprovecharon mi pasividad para empezar a chuparme las tetas y cogerme la mano para que yo les hiciera una paja. Los 2 se corrieron casi al mismo tiempo llenándome las manos de semen. Cuando se corrieron fueron al baño a lavarse y al volver me pidieron que fuera por algo de beber a la cocina, lo que aproveché para lavarme yo también un poco. Al volver me dijeron que ya que ellos estaban desnudos del todo, yo también debería hacer lo mismo así que me quité la braguita y pase el resto de la tarde desnuda. Ese día no me hicieron nada más, imagino que no estaban seguros de hasta donde llegaría yo y su plan acababa con la paja que les hice.

  • Pues con 18 y 19 años, me parece raro que se conformaran solo con una paja.

  • Jajajaja ya, se pasaron casi toda la tarde empalmados desde que me desnudé pero no sabían como seguir. El día siguiente volvimos a la playa y me hicieron quitarme la parte de arriba del bikini según llegamos, me dijeron que fuera al agua con ellos y allí empezaron a meterme mano y Oscar apartó un poco la tela de la braga y empezó a meterme los dedos en el coño hasta que me corrí. Cuando lo notó me dijo que les masturbara a ellos y aunque allí había más gente, me dio igual y les hice una paja en el mar y no tardaron mucho en correrse. Luego salimos a la arena donde siguieron metiéndome mano. Al día siguiente me hicieron volver otra vez a su casa. Cuando subí ya estaban desnudos del todo y me dijeron que yo hiciera lo mismo y les obedecí. Dijeron que íbamos a jugar a las cartas, que como ya estábamos desnudos no nos podíamos apostar prendas así que nos apostaríamos pruebas. La primera vez perdí yo y Oscar que había ganado me mandó hacerle una paja, imagino que querían ir poco a poco por si acaso yo me negaba a hacerles algo más, así que yendo despacio se garantizaban que por lo menos ya les habría masturbado. La segunda vez volví a perder y ganó Dani al que también pajee. La tercera partida volví a perder y para mi sorpresa Dani me mandó sentarme en la mesa y masturbarme delante de ellos, yo estaba ardiendo así que no tarde ni 2 minutos en correrme llenando la mesa de jugos. Los 2 fliparon de como me había corrido y me hicieron confesar que estaba muy cachonda. Dijeron que siguiéramos jugando y me tocó ganar a mi. Como me acababa de correr les pedí que me dieran un masaje en los pies, cada uno en uno y lo hicieron encantados. Cuando acabaron Dani volvió a coger las cartas para seguir jugando pero Oscar me cogió de la mano y me dijo que ya no jugábamos más, que fuera con el a la habitación que me iba a follar. Yo no proteste lo más mínimo, Oscar tenía claro en ese punto que haría lo que me pidiera, pero Dani se quejo diciendo que también quería y yo les dije que los 2 no, por lo que Oscar le dijo a su hermano que yo ya le compensaría pero ahora le tocaba a el solo, yo estaba encantada pensando que si para follarme a Oscar el precio era hacerle alguna paja a Dani, merecía la pena. Me llevó a la habitación y me hizo montarme encima de el y follarle.

  • Si en menos de una semana ya te estaban follando, en un mes tuvieron que dejarte el coño como un bebedero de patos - le dije cachondísimo y con ganas de que siguiera con la historia.

  • Bastante, jajaja. La verdad es que solo me follo Oscar pero a Dani se la tuve que chupar y se hizo varias cubanas con mis tetas.

  • Antes me dijiste que solo se la habías chupado y ahora que también se hizo alguna paja con tus tetas.

  • Bueno, la verdad es que Dani menos follarme me hizo muchas cosas, casi de todo, era un pervertido.

  • Cuéntame más.

  • Cuando íbamos a la playa me llevaban a las zonas más apartadas posibles para meterme mano, Dani hasta se hizo alguna cubana con mis tetas en el agua como te dije y una vez incluso me follo las tetas en la toalla, y le encantaba correrse encima de mi ya que ni su hermano ni yo le dejábamos que me follara. Oscar me hacia chupársela en la toalla, ver como su hermano se propasaba conmigo le parecía muy divertido y le ponía a tope, solía ser cuando se la chupaba a su hermano o este me hacía cualquier cosa cuando más me insultaba y me decía más guarrerías, me decía lo puta que era que no me llegaba con su polla y que en el fondo también me encantaba comerle la polla a Dani. Por la noche cuando salíamos siempre antes de subir a mi casa me hacían que les chupara la polla en el portal, decían que para irse relajados a la cama. Un día que no fuimos a la playa y nos quedamos en su casa, alquilaron una película porno y dijeron que íbamos a jugar a hacer lo mismo que en la película. Yo nunca había visto ninguna así que no me negué. Según la pusimos no tardó en empezar la acción y un tío empezaba a follar con una tía. Primero le chupaba la polla, cosa que yo le hice a Oscar y luego empezaba a follársela. Esa fue la primera vez que Oscar me folló delante de su hermano. Como en la película el actor no llevaba condón, Oscar me dijo que lo haría igual que el y cuando se iba a correr sacó su polla para echármelo todo en la cara. La escena no había acabado y ahora el tío empezó a metérsela por el culo y Dani dijo: “mira, se la está metiendo por el culo, eso me toca a mi”. Yo les dije que no, que no quería que me follaran el culo y Dani se quejó porque ni le dejaba follarme ni me dejaba que me la metiera en el culo. Entonces Oscar paró la película y empezaron a dar ideas de como lo podíamos hacer para que fuera igual que en la película si no me iba a dejar follar por Dani ni iba a dejar que me follaran el culo. Al final para compensarles, principalmente a Dani, cuando le tocara a él y en la escena se follaran a la chica, el podría masturbarse con mis nalgas o metiendo la polla entre mis piernas y frotármela en la raja lo cual a mi me ponía loca, y en las escenas de sexo anal me podrían meter algo por el culo. Yo les sugerí un lapicero o un bolígrafo pero no les pareció buena idea, dijeron que eso no se parecía en nada a una polla y al final y después de un buen rato buscando por la casa, decidieron que fuera con una zanahoria que tenían en la nevera o con sus dedos.

  • ¿Entonces ya te habían abierto el culo antes? - le dije ya casi apunto de correrme.

  • No les llegué a dejar que me lo follaran pero si me metieron los dedos, algunas zanahorias y una vez hasta lo intentaron con un plátano que luego Dani hizo que me comiera, era un salido total. Desde ese día casi dejamos de ir a la playa salvo alguna vez para disimular con nuestros padres. El resto de tardes quedamos en su casa, alquilaban una película porno y la veíamos entera recreando todas las escenas, no se cuantas veces se corrían cada sesión. Ellos fueron los primeros que me afeitaron el coño para parecerme más a las actrices de las películas y ni se la de veces que se corrieron en mi boca y me hacían tragarme la leche aunque en la película no lo hicieran.

  • ¿Llegaron a follarte al mismo tiempo?

  • Si, si en la película se follaban a la chica entre 2 tíos, mientras Oscar me follaba entonces yo se la tenía que chupar a Dani o me metía una zanahoria en el culo. Tampoco se la de veces que conseguían hacer que me corriera yo.

  • O sea que tus padres pensaban que esos 2 estaban contigo en la playa y que cuidaban de su princesita cuando en realidad se la estaban follando y haciéndole de todo ¿Cómo no te convencieron para que Dani te follara por lo menos una vez?

  • Bueno, Oscar me gustaba mucho y quería ponerle muy cachondo, pero no quería follar con nadie más estando el delante. Además, imagino que saber que su hermano me hacía de todo pero que solo el me follaba también le gustaría así que cuando Dani se ponía muy pesado, el me ayudaba a tranquilizarle.

  • ¿Qué fue la más raro que te pidieron?

  • No se, al final les gustaba correrse en mi ojete aunque no llegaran a metérmela, apretaban un poco la polla en mi ano y a los 2 o 3 intentos se venían, había días que solo les gustaba correrse ahí a los 2. Cada día alquilaban películas más fuertes, de orgías y de varios tíos follándose a una tía. Una vez alquilaron una en la que el actor hacía que la actriz le comiera el culo y eso les encantó. Después de ver una porno y estar toda la tarde follando, igual ponían una película normal y mientras la veían a Oscar le gustaba que le chupara los pies o que tuviera su polla morcillona dentro de mi boca y a Dani le encantaba que le comiera el culo y los huevos. Una vez alquilaron una con algo de sadomaso, ellos por la caratula sabían de sobra lo que habían alquilado. Esa tarde me dieron tantos azotes con un cinturón y cachetes en el culo y las tetas que las tuve rojas 3 días, uno de los cuales aprovecharon para llevarme a la playa y que la gente me viera todavía con alguna de las marcas. Ese día aprovechando que me tenían atada Dani le dijo a Oscar que era su oportunidad de follarme el culo, pero les dije que si lo hacían no volvería a ir ninguna tarde, y al final solo me metieron los dedos aunque Dani por la rabia me dio un montón de cintazos y cuando le chupé la polla me la metió entera en la boca haciendo que casi me ahogara.

  • Si te hubieran follado el culo, ¿de verdad no hubieras vuelto?

  • Seguramente si, atada mientras me daban cachetes y con el cinturón, me corrí varias veces. Tener a 2 chicos tan excitados conmigo y encima estaba colada por Oscar así que seguramente hubiera vuelto. Encima seguro que me habría gustado que me lo follaran como me demostraste tu ayer, así que...

La polla me estallaba, no aguantaba más así que cogí el bote de aceite y le embadurné bien las tetas, luego me puse encima de ella y empecé a hacerme una cubana a toda velocidad, apretaba esas tetonas contra mi polla para producir más fricción y el gusto que me estaba dando era enorme. Cuando estaba a punto de correrme me incorporé para metérsela en la boca.

  • Espera, no te la has lavado - me dijo. Recordé que le acababa de estar follando el culo hacía un rato y era verdad que no me había lavado pero en ese momento no me iba a parar por eso.

  • Me da igual, abre la puta boca - ella obedeció y yo le metí casi toda la polla en la garganta y con mi mano le tape la nariz para que no pudiera respirar. Ella parecía que se iba a ahogar y me empujaba con las manos pero yo ya no iba a aguantar mucho, así que esperé con mi polla clavada entera en su boca hasta que me descargué directamente en su garganta. En ese momento la solté y al sacar la polla de su boca ella empezó a toser y mi semen a salirle por la nariz. Toda despeinada, con la cara llena de mi leche y totalmente cubierta de saliva estaba preciosa. La agarré del pelo y la atraje hacia mi polla para que me la limpiara, algo que hizo sin rechistar hasta que mi verga brillaba. La solté del pelo y me deje caer en la cama.

  • Joder, me has puesto a mil, ha sido la ostia - no me salían las palabras. Ella estuvo cogiendo aire y después de un rato por fin se tumbó a mi lado y se acurrucó conmigo.

  • Me encanta excitarte tanto que no puedas controlarte- me dijo relajada por fin y acariciándome el pecho

Y nos quedamos dormidos abrazados.

Cuando me desperté vi que eran más de las 3, estaba totalmente sudado así que me levanté y fui directo a la ducha aunque ver a Lidia desnuda en la cama con la cara cubierta de babas me la puso dura otra vez. Me la hubiera vuelto a follar pero necesitaba recuperar algo de fuerzas. Cuando salí del baño ella ya estaba despierta.

  • ¿Has descansado? - le pregunté.

  • Si, me he quedado muy relajada. ¿Tienes hambre?

  • No mucha, el desayuno que me preparaste estuvo genial. ¿Tu tienes hambre?

  • Jajaja - se rió pensando que le estaba lanzando otra indirecta - ¿Tienes ganas otra vez?

  • Contigo siempre tendré ganas, pero si tienes hambre de verdad, te dejo que bajes a comer algo rápido antes de volver a follarte.

  • ¿Vas a volver a follarme? - puso la voz más sexy que había oído en mi vida para hacerme esa pregunta al mismo tiempo que se pasaba la lengua por los labios.

  • Baja a comer algo si quieres, que cuando subas voy a volver a llenarte de polla y me voy a correr en tu coñito.

Ella puso una sonrisa que la hizo parecer preciosa. Se levantó y recogió el tanga del suelo enseñándomelo.

  • ¿Quieres qué me lo ponga? - si quería que me la volviera a follar ya mismo estaba a punto de conseguirlo.

  • ¿Tienes aquí algo de esa ropa tan sexy que dices que compras y que luego no te atreves a ponerte? - ella sonrió todavía más y se sonrojo un poco.

  • Si tengo algo - me dijo tímida.

  • Pues cógelo, baja a comer y cuando subas tráelo puesto. Elige lo que creas que te hace parecer más sexy, me fío de ti.

Le guiñé un ojo y ella se volvió a reír. Se puso a buscar en su armario mientras yo volví a tumbarme en la cama. Estuvo cogiendo varias prendas de ropa y calzado y diciéndome que ya estaba, se fue a comer. Me puse a mirar el móvil intentando no seguir pensando en Lidia para que mi pija se relajara y volviera a coger fuerzas para la traca final.

Al rato oí unos pasos en el pasillo y la vi entrar de nuevo. Traía una bandeja con 2 botes de Red Bull pero eso era lo de menos. Llevaba puesto un vestido gris super ajustado que no dejaba nada a la imaginación. Arriba era cerrado pero a la altura de sus tetas tenía un escote con forma de corazón que dejaba al aire más de la mitad de sus pechos. Era cortísimo, se podía adivinar que por detrás no se le subía más porque la curva de sus nalgas lo retenía. Calzaba unos zapatos de tacón que la hacían parecer imponente y se había atado el pelo en una coleta. Me acercó la bandeja con la bebida sonriendo al ver mi expresión de asombro al verla así vestida.

  • Como dijiste que no tenías hambre, te he traído esto para recuperar energía - dijo ofreciéndome la bebida. Cogí unos de los botes y ella poso la bandeja con el otro en la mesita de noche.

  • Tienes bastante razón, falta me va a hacer - abrí el bote y empecé a beber - Date una vuelta que te vea bien - ella hizo un giro de 360 grados dándome tiempo a poder observarla totalmente - Impresionante. Vuelva a girarte pero quédate de espaldas a mi - ella se volvió a girar pero esta vez se detuvo dejando su culo al alcance de mi mano. Como me había imaginado y visto antes, el vestido justo le llegaba hasta la parte inferior de sus glúteos donde una goma y su prominente trasero impedía que se subiera más - Inclínate hacia delante para que vea bien ese culito - ella separo un poco las piernas y comenzó de nuevo a inclinarse de cintura para arriba. El vestido parecía que se quería subir pero permanecía en su sitio sin que llegara a poder ver sus nalgas ni saber si llevaba ropa interior debajo. La di un azote y la mandé incorporarse volviendo a quedar de cara a mi - Pareces una auténtica puta así vestida.

  • Gracias - su respuesta no me la esperaba. Le había dicho que parecía una puta y me lo había agradecido, desde luego cuando compró ese vestido su intención debía de ser esa.

  • ¿Nunca te lo has puesto para salir a la calle?

  • No, eres la primera persona que me lo ve puesto. Bueno, tu y el chico de la tienda donde lo compré.

  • Imagino que quedaría encantado.

  • SI, intente que me viera lo máximo posible para calentarle.

  • Si nunca lo has puesto ¿para qué lo compraste?

  • Lo vi en una tienda y me encanto, y cuando lo probé y vi como me quedaba y el efecto que causaba en el dependiente, me lo quise llevar.

  • ¿Te imaginas la reacción de los tíos si te vieran así vestida en una discoteca?

  • Si - contestó en un susurro.

  • Cuéntame que te gustaría que pasara.

  • No se - su voz era muy débil, hablaba bajito de nuevo como si le diera vergüenza pese a todo lo que ya habíamos hecho ese día.

  • ¿Me vas a decir ahora que te da vergüenza contarme tus fantasías después de todo lo que me has contado ya?

  • Bueno, son cosas diferentes. Lo que te he contado son cosas que me pasaron y que me gustaron pero esto es distinto, es contarte fantasías que no se siquiera si me gustarían.

  • Vamos a ver zorrita. Ya se lo guarra que eres y puedo imaginar como te gusta que los tíos se calienten viéndote así vestida, pero quiero oírte decir que te gustaría que pasara después, que te gustaría que te hicieran al verte así. Vamos.

  • Cuando lo compré me imaginaba yendo a trabajar con él al pub y como lo tíos al verme lo único en lo que podían pensar sería en como conseguir follarme - dijo después de unos segundo de silencio -. Luego cuando llegué a casa y me lo volví a probar se me ocurrieron un montón de cosas que me podían pasar, esa noche me tuve que masturbar 2 veces antes de dormir de lo cachonda que estaba.

  • ¿Qué imaginaste que te pusiste tan cachonda?

  • Bueno, en el pub yo trabajo con 3 chicos y otra chica. Imaginaba que cuando llegaba al pub y todos me veían me decían que así vestida parecía una puta, incluso mi compañera me decía que le daban ganas de subirme el vestido y darme unos azotes entre las carcajadas de los otros que le animaban a hacerlo.

Luego durante la noche trabajando, mis compañeros, los 3 chicos y la chica, empezaban a meterme mano bastante descaradamente, me tocaban el culo e incluso las tetas y todos los clientes podían ver como lo hacían y me decían lo buena puta que era. Incluso uno de mis compañeros me levantó el vestido dejándolo a la altura de la cintura y luego me quitaba el tanga, me decía que era para que todo el mundo pudiera ver lo buena que estaba. En toda la noche no dejaban de meterme mano, incluso agarrándome por detrás y dándome un buen magreo en las tetas mientras se frotaban contra mi. Imaginaba que cuando iba a coger alguna botella, mi compañera me empujaba contra el mueble y me metía los dedos en el coño a la vista de toda la gente y me escupía llenándome las nalgas de saliva. Cuando tenía que salir al baño los chicos y también las chicas que estaban bebiendo, aprovechaban para sobarme y decirme lo rica que estaba y un montón de guarradas más. Que me follarían toda la noche sin parar, que ese culo estaba pidiendo guerra y me lo iban a reventar y un montón de cosas más, como una pareja que mientras el me sobaba, le decía a su novia que esa noche la iba a follar pensando en mi culo y ella metía sus dedos en mi boca y me decía que me jodiera, que aunque pensara en mi, la polla de su novio estaría en su coño y no en mi boca de zorra.

Después de varias horas así en la que los azotes de mis compañeros y los dedos que me metían eran continuos, llegaba mi jefe y se metía a trabajar con nosotros. Al verme me cogía y me decía que hacía tiempo ya sabía lo guarra que era y que el me iba a enseñar como se trataba a las putas como yo. Me apoyaba en la barra y sacando su polla me follaba allí delante de todos llenándome de leche mientras la gente le vitoreaba y aplaudía.

Al final de la noche al cerrar me quedaba solo con mis compañeros y mi jefe y todos me follaban mientras yo le comía el coño a Sonia y se aprovechaban de lo cachonda que estaba para darme por el culo sin que yo me negara.

  • Joder, no me extraña que tuvieras que masturbarte varias veces ¿alguna vez algún compañero te ha follado en los baños del pub?

  • No, lo máximo que le he hecho a uno fue ir con el al baño y hacerle una mamada allí.

  • Jajaja, ¿con Fran?

  • No, con uno de mis compañeros de ahora. Perdí una apuesta con él, aunque creo que me hizo trampas. Le dije que si ganaba yo, se encargaría de colocar mi parte de la barra cuando cerráramos, y el me contestó que estaba de acuerdo, pero que si ganaba él iría al baño y le comería la polla. Estaba segura de ganar así que le dije que si.

  • ¿Se corrió en tu cara?

  • No, me moría de ganas de tragarme su leche, estar en el baño chupando una verga era una de mis fantasías así que estaba muy cachonda, pero no quería que pensara que era todavía más guarra de lo que le estaba demostrando, así que cuando se fue a correr se la sacudí para que echara su leche en el suelo.

  • ¿Te volviste a liar con él?

  • No, no me gustaba mucho y me lo propuso muchas veces pero siempre le dije que no. Quiso hacer más apuestas también pero no paso nada más, yo tenía bastante claro que me había engañado. Trabajando se aprovecha bastante para frotarse conmigo y sobarme el culo con disimulo, ya lo hacía antes de que se la mamara.

  • Un fin de semana podemos ir a una ciudad que no nos conozcan, puedes ir así vestida y dejar que los tíos que vayan a hablar contigo te metan mano hasta que yo desde otra zona donde te estaré espiando te diga si con ese tío podrás llegar a más o no, y si te digo que no tendrás que quitártelo de encima y esperar al siguiente. Cuando decida que con uno o varios tíos si puedas estar, entonces les harás ver claramente lo zorrita que eres y dejaremos que te manoseen lo que quieran, y tu los sacaras a bailar para que lo hagan a la vista de todos. Yo lo grabaré con el móvil para que luego lo podamos ver juntos. ¿Qué te parece? - ella no contestó, solo asintió con la cabeza. Me parecía más caliente de lo que nunca la había visto y eso era mucho decir.

Me senté en la cama a escasos centímetros de ella y con mis manos la hice girarse dejando su culo frente a mi. Hice que volviera a echar su cuerpo hacia adelante mientras sus piernas permanecían rectas y firmes. Pude ver que si llevaba ropa interior, pero su tanga tenía un agujero a la altura del coño por lo que me la podía follar sin tener que quitarlo. Aún así le aparte el hilo a un lado y le metí 2 dedos del tirón, estaba empapada y con solo el contacto de mis dedos empezó a temblar. Se los saqué y en esa posición empecé a darle cachetes en sus labios vaginales y al cuarto ella no pudo más y se corrió como no la había visto todavía. Parecía que se estaba meando y tuvo que tirarse al suelo por las convulsiones que le estaban dando. Me levanté de la cama y la ayudé a levantarse mientras con una mano la agarraba de su melena.

  • Vaya puta estás hecha, descuida que te voy a ayudar a cumplir tus fantasías, conmigo no tendrás que ir de niña buena como con Fran y podrás ser todo lo guarra que nos apetezca.

  • Me gustaría hacer algo así pero necesito que estés allí - me dijo.

  • Claro que estaré, no me lo perdería por nada del mundo. Ahora trae algo con lo que poder atarte, quiero que me expliques como te lo hicieron ese par de hermanos pervertidos amigos tuyos - Lidia salió de la habitación y al rato volvió con unas corbatas - Enséñame como lo hicieron.

  • Bueno, yo estaba desnuda del todo.

  • Pues entonces desnúdate - se quitó el vestido por arriba y al dejar sus tetas libres, estas votaron de manera hipnótica para mi. Luego se quitó el tanga y los zapatos.

  • Tienes que ayudarme.

  • Claro, tu me dirás.

  • Me tenían las manos atadas a la espalda - yo la iba atando siguiendo su relato - Luego me apoyaron en una mesa de comedor y me ataron también los pies - yo la llevé hasta un escritorio que tenía y la tiré encima aplastando sus tetas contra el tablero. Luego me agaché y le até los pies. Con los zapatos de tacón que llevaba puestos, sus piernas lucían increíbles y su culo parecía aún más firme e irresistible - Luego me ataron una corbata al cuello para tirar de mi como si fuera una correa - yo até la corbata que faltaba alrededor de su cuello y tiré de ella haciendo que se incorporara un poco.

  • Vaya imagen, no se como el pequeño se aguantó sin follarte ni romperte el culo.

  • Con todo lo demás que me hicieron salieron ganando.

  • Ya lo creo, pero tenerte así a su merced, les tuvo que ser muy difícil resistirse. Entonces dime ¿te tenían así?

  • Si. Frente a mi estaba la TV y yo podía ver como castigaban a la chica de la película - le solté entonces un fuerte azote en cada nalga que le quedaron coloradas.

  • Vaya espectáculo ¿te follaron en esta posición?

  • Si, en está posición Oscar me folló y Dani me la metió en la boca para que se la chupara.

  • Lastima de no tener un cinturón, te iba a dejar el culo y las tetas rojas - me moví situándome frente a ella y le metí la polla en la boca.

Fui metiéndola poco a poco y cuando tuvo la mitad dentro, le agarré la cabeza y empecé a follársela. Las vistas de su boca tragando y de su culo colorado así ofrecido, con sus manos atadas a la espalda, eran una auténtica pasada. Pronto cambié de posición y me puse detrás ella - El pequeño se aguantarían pero yo no puedo - le dije y empecé a empujar mi polla dentro de su coño hasta el fondo, continuando con un rápido mete saca. Notaba mi polla empapada con sus jugos así que aproveché para sacársela y gracias a la lubricación que me proporcionaban sus jugos, metérsela en el culo de una embestida, por suerte para ella lo tenía un poco abierto de los polvos de por la noche. Le agarré por las caderas y la follé con todas mis fuerzas, la azotaba las nalgas sin parar y a veces tiraba de la corbata atada a su cuello para hacer que se incorporara y en esa posición pellizcarle los pezones. Estaba fuera de mi, esa chica conseguía que siempre quisiera estar follando aunque ese día me hubiera corrido ya varias veces. Ella no paraba de gritar así que para que no hiciera tanto ruido me estiré hundiendo mi verga hasta el fondo de su culo y luego le metí 2 dedos en su boca haciendo que empezará a babear sin parar. Cuando yo ya no podía más se la saqué y se la enterré de nuevo de un solo golpe en su coño donde vacié lo poco que me quedaba en los testículos. Caí rendido encima de ella y así estuvimos un rato. Cuando me incorporé, la mandé que se quedara en esa posición y yo fui a tumbarme a la cama.

  • Desde aquí tengo unas vistas tremendas de tu culo y de tu coño escurriendo mi leche. Estoy agotado pero si tienes alguna fantasía que pueda cumplirte, pídemelo, creo que te lo debo.

  • Ahora mismo no se me ocurre ninguna - dijo desde su posición.

  • Pues entonces vamos a vestirnos y llévame a mi casa, estoy agotado - ella se incorporó y se acerco arrastrando los pies hasta la cama para que la desatara. Verla así hizo que me riera.

  • Es una pena que me tengas que llevar, sino te dejaría así atada a ti sola hasta que volviera mañana para seguir follándote - la desate y ella se acercó a besarme.

  • ¿No se te acabarían las fuerzas?

  • No te preocupes que no me van a faltar para dejarte bien satisfecha - y le di un azote para dejar claro que así sería - Vamos a vestirnos.

Empezamos a ponernos la ropa. Verla como lo hacía también me excitaba pero mi polla necesitaba algo de tregua, la tenía algo colorada después de tantas folladas y de haberle desvirgado su apretado culito. Cuando estuvimos vestidos bajamos y subimos a su coche para que me llevara mi casa y me dijo que al día siguiente se volvía a Salamanca.

  • Me parece bien, pero el viernes que viene te quiero de vuelta y no avises a nadie de tus amigos de que vas a venir, el próximo fin de semana vas a ser solo para mi - ella me sonrió.

  • Me encanta que quieras seguir viéndome.

  • Claro que quiero volver a verte y volver a follarte, y te voy a ayudar a cumplir muchas de tus fantasías.

  • Muchas gracias - me dijo casi emocionada y nos despedimos con un morreo que hizo que mi polla volviera a brincar.

  • Y no te masturbes hasta que la semana que viene, te quiero bien cachonda.

Lidia volvió el fin de semana siguiente y desde el viernes hasta el domingo lo pasamos encerrados en su casa follando, fueron 2 días increíbles. Después de eso ella tenía que trabajar los fines de semana así que le costaba escaparse para venir al pueblo a verme aunque lo hizo unas cuantas veces lo que quedaba de verano durante la semana. Cuando llegó octubre yo fui a Sevilla a realizar unas prácticas y casi dejamos de vernos, pero lo prometido es deuda así que un fin de semana ella pidió librar en el pub y quedamos en una ciudad donde nadie nos conocía para permitirle cumplir alguna de sus más secretas fantasías.

Después de eso nos hemos visto muy poco y ahora mismo llevamos casi 6 meses sin estar juntos. Se acerca el verano y tengo pensado volver al pueblo y mis ideas de lo que voy a hacer con Lidia cuando la vea me hacen sonrojarme a mi mismo. Espero que a ella le encante.

Hoy quiero contaros la historia de como me lié con la ex de mi amigo Fran, aunque para ello y antes de llegar a lo “interesante” me retrotraeré en el tiempo para contaros algo de nuestra historia, de como nos conocimos y de nuestra relación previa al encuentro final.

Para poneros en situación, empezaré diciendo que me llamo Jesús y soy de un pueblo de Zamora. Cuando acabe el instituto con 18 años me tocaba salir a estudiar fuera y para estudiar psicología, que era la carrera que yo quería, me toco irme a Salamanca, una ciudad con mucho ambiente universitario y no muy lejos de mi pueblo. En poco más de una hora en coche se puede llegar por lo que parecía un destino idóneo para mi.

En Salamanca el primer año estuve en un colegio mayor donde hice un buen grupo de amigos. Entre ellos estaba Fran, un chico de Burgos que también estudiaba psicología. Los primeros meses pasábamos más horas de fiesta que en la universidad, especialmente en un garito llamado Malavida, donde disfrutábamos de muchas horas cada fin de semana. Después de unos meses, Fran, que ya había trabajado detrás de la barra algún verano, preguntó si allí necesitaban camarero (sabía que un par de ellos que conocíamos se habían ido) y el encargado le dijo que si, por lo que nuestras noches todavía mejoraron más. Con un amigo como Fran de camarero las copas nos salían mucho más baratas así que todavía hacíamos allí más horas.

El segundo año de carrera, todavía en el colegio mayor, volvimos a Salamanca y Fran desde el primer fin de semana empezó a trabajar de nuevo en el Malavida. Y no solo Fran, también empezó una camarera nueva que era un auténtico monumento. Lidia, que así se llamaba, tenía un par de años más que nosotros, unos ojos azules preciosos y una larga melena rubia que hacía que no te fijaras tanto en el resto de rasgos de su cara, que no resultaban especialmente atractivos en opinión de muchos. Sin llegar a ser fea, Lidia tampoco era una chica muy guapa, pero eso no era algo en lo que la gente reparara a la primera ya que midiendo algo más de 1,70 con esas tetas increíbles y ese culo que se gastaba, muy pocos le mirábamos a la cara. No se vestía especialmente sexy, usaba camisetas que no mostraban demasiado ni resaltaban sus pechos, pero aquellos 2 monumentos eran imposibles de disimular, todo el mundo podía imaginar que lo que había debajo de esas discretas camisetas era algo espectacular. Su culo era algo que lucía más, casi siempre llevaba vaqueros, muy pocos veces le vimos con falda o vestido, y pesé a llevar siempre zapatillas para trabajar más cómoda como más tarde nos comentó, su culo prominente y firme por sus horas de ejercicio resultaba un imán para los ojos de cualquiera dentro de esos pantalones ajustados.

Todos estábamos prendados de Lidia pese a que sabíamos que nuestras posibilidades fueran nulas. Una chica 2 años mayor que nosotros y encima tan buenorra, aunque ni yo ni mis amigos fuéramos feos, pensábamos que Lidia era una chica con la que solo podíamos soñar y hacernos pajas de vez en cuando pensando en ella.

Yo mido 1,85 soy rubio y de ojos verdes. Durante mis años universitarios jugaba a fútbol y a baloncesto e iba al gimnasio por temporadas. Tenía un cuerpo bastante fibroso, junto con Fran era el que más llamaba la atención de entre mis amigos si bien él trabajando de camarero ligaba mucho más que yo, que tampoco estaba obsesionado con eso precisamente. Tanto yo como mis amigos salíamos arreglados pero lo justo, nuestra intención principal era emborracharnos y pasarlo bien y si se triunfaba con alguna chica pues perfecto, no era ningún ligón pero sin intentarlo demasiado tampoco me podía quejar.

Lidia era una chica bastante sería con la gran mayoría de la gente, se veía que con su grupo de amigos era de otra manera y se le veía reír con ellos con frecuencia, pero con el resto de clientes, nosotros incluidos, era difícil verla siquiera esbozar una sonrisa.

4 o 5 meses después de que empezara el curso Fran dejo de pedirnos que le esperáramos cuando salía del trabajo para seguir de fiesta con nosotros, hasta que nos confeso que había comenzado a salir con Lidia. Fue algo que nos pilló bastante por sorpresa porque como dije ella siempre parecía muy sería trabajando y nunca la habíamos visto mucha relación con él. La verdad es que nos moríamos de envidia, aunque Fran pudiera estar con muchas chicas por su trabajo, estaba claro que Lidia tenía un cuerpo que era otro nivel.

Estuvieron saliendo más de 2 años y todos los amigos empezamos a tener más relación con ella. Cuando trabajaba o la veíamos fuera del pub había empezado a ser algo más agradable con nosotros, sin llegar a ser simpática. Fue entonces cuando por fin dejamos de mirarla solo a las tetas y al culo para empezar también a mirarla a la cara, respecto a la cual cada uno tenía una opinión, unos decían que era bastante guapa y que sus ojos eran una pasada, mientras a otros les parecía bastante normalita pero que ese cuerpo seguía mereciendo la pena y que estarían dispuesto a sacrificarse pese a que no les gustara y que se la follarían bien a gusto. Mi opinión era que sin ser preciosa su cara podía tener su punto y que sin esos ojazos y ese físico la chica seguía estando bien.

Lidia estudiaba derecho aunque no era la mejor estudiante. Se veía que no era una chica demasiado brillante y su forma de ser parecía bastante infantil. Estar siempre sería y distante detrás de la barra con los clientes e incluso también un poco fuera del trabajo con los amigos, me parecía una forma de defensa ante posibles tíos que solo quisieran aprovecharse de ella, algo que una vez que la conocías parecía bastante fácil. Así entendí que un chico como Fran hubiera podido salir con ella, era buen chaval y tratándola bien y ganándose su confianza pudo acercarse a ella y al final engatusarla.

Alguna vez que coincidía con Fran le acompañaba a casa de Lidia, que vivía con sus padres, para recoger cualquier cosa o simplemente para verla. Así conocí a sus padres y hablando con ellos supe que tenían una casa en un pequeño pueblo a escasos 15 kilómetros del mio. Ellos iban muy poco, había sido la casa de la madre de él y aunque estaba muy arreglada no les gustaba ir. Lidia, que era hija única, sin embargo si iba de vez en cuando imagino que buscando algo de libertad en su vida fuera de la casa de sus padres. En su pueblo tenía un grupo de amigos y primos, aunque yo nunca la hubiera visto de fiesta por mi pueblo si me dijo que a veces había ido. Desde la primera vez que fui a su casa ella empezó a ser más simpática conmigo y comenzamos a hablar bastante más.

Así llegó mi cuarto año de carrera en el que me fui de Erasmus a Polonia pero seguí manteniendo la relación con los chicos, a fin de cuentas todavía me quedaría un último curso de carrera en Salamanca. Hablaba con ellos muy a menudo y un par de veces volví unos días antes de Polonia y me pasaba a verles por Salamanca antes de volver a mi casa. Al final de ese curso me enteré que Fran y Lidia lo habían dejado.

En mi último año de carrera volví a Salamanca y me fui a vivir a un piso con alguno de los amigos, entre ellos Fran, mientras que el resto se había mudado a otro piso. El primer día que volvimos a salir volvimos por el Malavida donde Fran seguía de camarero pero Lidia ya no estaba. 3 o 4 veces la vi de lejos por la ciudad con un chico que me pareció bastante mayor que ella, pero no intercambiamos palabra hasta que un día nos cruzamos yendo los 2 solos.

  • Buenas, cuanto tiempo sin verte - me dijo muy sonriente y saludándome con 2 besos que yo le devolví.

  • Si, entre que me fui de Erasmus el año pasado y que tu ya no sigues en el Malavida ha pasado bastante sin vernos - no quise hacer referencia a Fran para no entrar en temas que no me debían importar, tampoco lo había hablado con él y aunque siempre se tiene cierta curiosidad por estas cosas, me daba cierto reparo ser yo quien preguntara primero.

  • Ya, el año pasado en general tus amigos ya iban bastante menos por allí.

  • Si, cada vez salimos menos y ellos el año pasado al haberse ido a un piso me dijeron que muchas noches se quedaban en casa jugando a las cartas, a la play o simplemente bebiendo en casa invitando a algún otro amig@. Además que alguno se echó novia y los han atado en corto. Imagino que nos hacemos mayores.

  • Jajaja, pues si vosotros os hacéis mayores, ¿entonces yo qué seré? ¿una vieja?

  • No, para nada, te veo más guapa que nunca. Estás impresionante - se lo dije sin pensarlo mucho porque de verdad lo creía y mirándola de arriba a abajo sin ningún disimulo. Vestía muy parecido a como la solía verla en el pub, con un vaquero y una camiseta sencilla pero a mi me parecía que estaba espectacular.

  • Gracias - me dijo algo tímida, como retraída.

  • ¿Y qué tal tu? - pregunté siguiendo la conversación e intentando que lo atrevido que había sido antes pasara desapercibido.

  • Me ofrecieron un trabajo mejor pagado en el Arlequin y entre eso y otras cosas que imaginaras, pues preferí cambiar.

  • Me alegro por ti aunque ya no sea lo mismo ir al Malavida. El Arlequin es menos de nuestro estilo - le dije riéndome. Era un pub donde iban principalmente gente de casi 40 años o más, nada que ver con el ambiente universitario que solíamos frecuentar aunque ya no fuéramos chavales recién llegados a la ciudad con 18 años y con 23 también nos aburríamos de ir a los mismos sitios de siempre.

  • Jajaja si, va gente algo más mayor pero también es un sitio divertido. Si me echas de menos puedes ir a verme un día, pásate por el Arlequin y te invito una copa como en los viejos tiempos.

  • Vale, te tomo la palabra - le contesté sin dobles lecturas aunque encantando de que siguiera igual de simpática conmigo pese a no estar ya con Fran - Tengo que ir que he quedado y llego tarde.

  • Muy bien, hasta la vista entonces - y nos despedimos dándonos otra vez 2 besos.

Me olvidé un poco de la conversación, no de ella, hasta que la siguiente vez que salí con los amigos me acordé y les dije que fuéramos a tomar algo hasta allí. Me dijeron si estaba loco o tenía pensado buscar a alguna profesora para ligármela y conseguir que me aprobara. Les conté que el otro día me había encontrado con Lidia y me había dicho que pasáramos por allí y que nos invitaba una copa. No les gustó mucho el plan pero beber gratis y poder echarle un vistazo de nuevo a Lidia siempre era un factor a tener en cuenta así que fuimos hasta allí.

Al entrar la vimos detrás de la barra. Su vestimenta había cambiado radical, su camiseta y su pantalón ajustado había dejado paso a un vestido con bastante escote y algo corto que mostraba la perfección de sus piernas. Los amigos nos miramos los unos a los otros boquiabiertos. Todos creíamos que físicamente estaba muy buena pero nunca la habíamos visto tan sexy, al verla así vestida nos quedamos casi sin respiración. Vi como Lidia nos vio y digamos que por lo que mostraba su cara no le había hecho muy feliz. Nos acercamos a la barra a saludarla y ella vino hacia nosotros y nos saludo de manera bastante seca. Le pedimos una ronda y aunque nos invitó, se mostró con nosotros tan seca como lo había sido cuando la conocimos. Cuando nos acabamos la copa nos despedimos y nos fuimos, la conversación del resto de la noche fue hablar de lo buena que estaba, de la suerte que había tenido Fran saliendo con ella aunque no nos pareciera una chica demasiado lista, y de las cosas que haríamos con ella si se nos pusiera a tiro. Esa fue la última vez que la vi en Salamanca hasta que acabó el curso y llegó el verano.

Un viernes de julio estaba en mi pueblo con mis amigos de la infancia, Angel, Miguel y Oscar. Por nuestro pueblo no había mucho ambiente ese día así que Miguel, que era quien tenía coche, nos dijo de ir hasta otro pueblo en el que eran fiestas para ir de bodegas por allí. Ellos no lo sabían, de hecho a ella ni la conocían, pero resultaba que era el pueblo de Lidia y yo si pensé que tal vez la encontraría y podría saludarla, no me hacía ilusiones de que la cosa pudiera pasar de ahí si nos encontrábamos. Durante las fiestas de ese pueblo era tradición que la gente de allí invitara en sus bodegas a bebida y comida a quien se acercara. Quedamos a las 10 de la noche y fuimos, en el pueblo había mucho ambiente.

Llevábamos casi una hora cuando la vi. Con un pantalón corto y una camiseta que pese a no tener mucho escote resaltaba mucho más sus tetas de lo que yo estaba acostumbrado a ver. Una chaqueta por encima la protegía algo del fresco de la noche aunque no disimulaba para nada lo buena que estaba. Ella se acercó a saludarme de nuevo muy simpática, me parecía un poco rara su forma de actuar conmigo, tan simpática algunas veces y tan seria otras. Después de un rato hablando volvió con sus amigos y primos, a algunos de los cuales yo ya conocía y me llevaba bastante bien con ellos.

  • Joder con la tía - dijo Miguel - Esta tremenda. Nunca nos la habías presentado.

  • Es camarera en Salamanca y salió con un amigo de allí. Nunca la había visto por aquí ¿cómo os la iba a presentar?

  • Has tenido la ocasión ahora, cabrón - dijo Oscar.

  • Se ha ido sin darme tiempo.

  • Claro. Yo también la querría toda para mi - siguió Angel con el vacile.

Seguimos por las bodegas del pueblo bebiendo hasta que eran casi las 2 y empezaban a cerrar. Hablaron mis amigos de volvernos al pueblo cuando Lidia volvió de nuevo a nuestro lado.

  • Vamos a ir mis amigos y yo a mi bodega, tenemos música y bebida así que si queréis venir podéis acompañarnos.

Mientras nos hablaba no paraba de tocarme el brazo y yo estaba en el cielo. Mis amigos sonreían mientras me miraba.

  • Nunca decimos que no a una copa - le contestaron y la acompañamos.

Nos juntamos con el grupo de Lidia y fuimos a su casa, donde tenía la parte de abajo arreglada como una bodega, con una especie de barra pequeña, una mesa que habían apartado a un lado y un montón de bebida. Allí había sitio para casi 50 personas aunque no eramos más de 15. Como nos conocíamos entre todos, salvo a Lidia a la que mis amigos nunca la habían visto, estuvimos pasando un buen rato mezclándonos y hablando todos con todos. Yo pasé la mayor parte de la reunión hablando con Lidia o con un par de sus primos.

Pasamos allí más de una hora y tomamos un par de copas hasta que mis amigos me dijeron que ya era tarde y que preferían bajar a nuestro pueblo a seguir allí la fiesta. Me acerqué a Lidia, que estaba con otra amiga justo al lado de uno de los altavoces eligiendo canciones, para darle las gracias por la invitación y despedirme cuando ella me agarró del brazo y acercó su boca a mi oído para que pudiera oírla bien pese al ruido de la música.

  • Quédate un rato más y luego si quieres te puedo bajar yo o cualquiera de mis amigos.

La verdad es que me lo estaba pasando bastante bien y un viernes como ese sabía que lo que nos encontraríamos en mi pueblo no sería más divertido, así que acepte y volví con mis amigos a decirles que me quedaba.

  • Me quedo otro rato y luego me baja alguno de estos.

  • Jajaja, vaya cabrón estás hecho. Suerte - me dijo Angel dándome una palmada en la espalda. Miguel y Oscar también se despidieron de mi y de la demás gente que estaba en la bodega y se fueron. Yo creía que se equivocaba, estaba claro que su afirmación era porque pensaba que Lidia y yo nos íbamos a liar, pero aunque a mi me encantaba la idea me parecía imposible.

Volví junto al grupo de la gente del pueblo con los que había estado antes y después de 10 minutos Lidia se acercó a mi y empezamos a hablar. La música seguía bastante alta, aunque ahora no estábamos tan cerca de los altavoces, pero para entendernos bien nos hablábamos casi al oído el uno del otro.

  • Me alegro que te hayas quedado.

  • Y yo, lo estoy pasando bastante bien.

  • No solemos juntarnos todos los amigos más que 2 veces al año, ahora por las fiestas y luego en Navidad. Yo no suelo venir mucho, entre el trabajo y estudiar no tengo casi tiempo.

  • Ya, aunque sabía que eras de aquí nunca habíamos coincidido, siempre ha sido en Salamanca.

  • Si, aunque ahora ya nos vemos menos allí también.

  • Si, desde que lo dejasteis Fran y tu nos hemos visto poco. Durante el año con los estudios es más difícil verse excepto saliendo de fiesta y donde tu trabajas ya sabes que no solemos ir - mientras hablábamos tan cerca el uno del otro no podía parar de mirar el escote de su camiseta. No era especialmente pronunciado pero con esas tetas era imposible no fijar la mirada para poder ver algo más de lo que se mostraba a simple vista.

  • Ya, es un ambiente diferente al de los estudiantes.

  • A parte de estudiar y el trabajo en el pub, imagino que algún novio nuevo que te hayas echado también te quitara tiempo - dije recordando al chico más mayor con el que la había visto algunas veces.

  • Jajaja, no. No tengo tiempo ni para eso, a ver si este año por fin acabo la carrera, pero no es porque ningún novio me lo ocupe, estoy soltera y sin compromiso. ¿Y tú?

  • ¿Yo? - le pregunté algo intrigado por saber si de verdad tenía interés en la respuesta o solo lo preguntaba por compromiso - Soy un soltero empedernido, ya te lo habría dicho Fran.

  • Si, cuando hablábamos de vosotros, de ti siempre me contaba que no tenías novia, que eras más de rollos de una noche y pocos.

  • Jajaja, bueno, se hace lo que se puede. Además, la mayoría de las veces estoy demasiado borracho para liarme con nadie.

  • Será por eso, jajaja, a mi me costaba entender que un chico como tu no estuviera con una chica distinta cada noche - cuando dijo eso me quedé perplejo y pensé que tal vez Angel tuviera razón. Lo que tenía claro es que aunque fuera sutil por si acaso me equivocaba, tenía que indagar en mis posibilidades con ella.

  • ¿Un chico como yo? - le pregunté. Ella se separó un poco de mi y nos miramos a los ojos, sus preciosos ojos azules se clavaban en los míos como si quisiera estudiarme. Estuvimos así casi 20 segundos hasta que se volvió a acercar a mi.

  • Siempre me has gustado - me dijo dejándome sin palabras. Ella también se quedo callada pero como yo no decía nada, ella por fin se lanzó - ¿Quieres subir a mi habitación? - me preguntó algo tímida.

  • Claro - le contesté, ¿qué posibilidades podía haber de que yo o cualquier otro chico heterosexual en el mundo no quisiera subir con ella?

Ella me sonrió, me cogió de la mano y me hizo seguirla. Recogimos nuestras chaquetas con los móviles y salimos de la bodega por una puerta que daba a un pasillo y desde ahí me llevó hasta unas escaleras que ella empezó a subir delante mio. Mis ojos se clavaban en ese culo espectacular con el que tanto tiempo había soñado y esas piernas fibrosas que me moría de ganas de tocar. Subimos un par de pisos y luego abrió una puerta y entramos en su habitación. Era muy grande, típica habitación de las casas de los pueblos, pero estaba muy arreglada y se veía acogedora con una cama de matrimonio, nada fría, aunque eso me daba igual, si podía follarme a Lidia me hubiera dado igual hacerlo en medio del bosque.

Ella entonces se giró, no pude resistir más y decidí tomar la iniciativa. Me abalancé sobre su boca y nos empezamos a besar, mis manos rápidamente bajaron a su trasero el cual empecé a sobar sin parar mientras notaba como mi polla se ponía dura. Ella se dejaba hacer totalmente así que mis manos por fin se separaron de sus nalgas para coger su camiseta y sacársela por la cabeza. Su sujetador era lo único que se interponía entre yo y unos de mis mayores deseos, ver esas tetas al desnudo. Me lancé como un loco a quitárselo, si no era capaz por la buenas se lo arrancaría si era necesario pero quería ver esas tetas y comérmelas y no podía esperar más.

  • Espera, déjame a mi - dijo riéndose - Que me lo vas a romper.

Lidia se quitó el sujetador y lo dejo caer al suelo. En ese preciso momento mi cordura desapareció del todo al ver esas tetas perfectas con las que tantas veces me había masturbado imaginándome que me las comía durante horas. no podía perder ni un segundo sin que fueran mías. La levanté agarrando su culo con mis manos y la llevé hasta la cama donde la solté dejándola boca arriba. Todo lo que encontré por el suelo lo fui apartando a patadas, nada se interpondría en mi camino. Ella estiró los brazos y sonrió, se la veía encantada de verme tan excitado y me ofrecía sus pechos para mi total disfrute. Me lancé a comer esas tetas sin compasión, le lamía los pezones y se los mordía haciendo que gimiera y soltara algún pequeño grito, ella cerró sus manos sobre mi cabeza y empezó a acariciarme el pelo y a darme pequeños tirones cuando más fuerte le mordía, pero en ningún momento me hizo separarme o me pidió que fuera más suave. Estaba claro que le gustaba que fuera rudo con ella y yo desde luego estaba encantado con nuestros nuevos papeles, yo de pervertido total y ella de sumisa que aceptaba todas mis acciones.

La polla empezaba a dolerme dentro del pantalón, esa tarde me había hecho una paja y debería poder aguantar un buen rato follando, pero tenía miedo de estar tan excitado que me corriera sin habérsela metido, así que con mucha pena deje de chupar esas tetas, me incorporé y deje de mirarla a las tetas para por un segundo mirar su cara. Su excitación parecía todavía mayor que la mía.

Me quité la camiseta, me descalcé lo más rápido que pude y al mismo tiempo que me quité el pantalón aproveche para quitarme también los calzoncillos, no había tiempo que perder. Mis 20 centímetros de polla salieron disparados ante la exclamación de admiración de Lidia.

  • Uaaaaauuhhhhh, que pasada.

Mi verga era algo de lo que me sentía muy orgulloso y la exclamación de Lidia me había subido la autoestima y me animaba a tomar todavía más la iniciativa, la notaba a mi merced.

Me incliné para desabrocharle su pantaloncito y tiré de él quitándole el tanga al mismo tiempo. Me hubiera encantado desnudarla despacio, disfrutar de la visión de su culo con ese pequeño tanga de hilo, pero la calentura podía conmigo y no pensaba en otra cosa que en penetrarla. La deje las zapatillas puestas, le cogí de las piernas y se las levanté apoyándolas en mis hombros, puse la punta de mi polla en su coño y recuperando un poco el control, la fui metiendo poco a poco. Ella estaba empapada, así que seguí empujando mi falo dentro de ella pero con mucho cuidado hasta clavarle más de la mitad, no quería dejarme llevar y metérsela entera de golpe para no hacerla daño. Ella tenía sus preciosos ojos muy abiertos igual que su boca de la que no paraban de salir jadeos mientras respiraba. Yo empecé a sacar y meter mi polla muy despacio dentro de ella, no tardaría en correrme pero estaba intentando aguantar lo máximo posible. Entonces ella me mando parar con la mano.

  • Espera un segundo por favor - me dijo. Yo retiré mi verga poco a poco dejando solo el capullo en su coño - Tengo condones en mi bolso, ponte uno por favor - entonces yo volví a empujar clavándola hasta el fondo, hasta que mis huevos chocaron contra su perineo

  • No tengo pensado parar por nada del mundo, no te preocupes que cuando vaya a correrme tengo pensado un sitio mejor para echar mi leche que dentro de un condón - le contesté mientras empezaba a coger velocidad en mis embestidas e imaginando como iba a llenar esas tetas de semen.

  • Uffffffff, vale, haz lo que quieras - me dijo entre suspiros bajando sus piernas de mis hombros y rodeándome con ellas para que no me separara. Yo entonces me incorporé un poco levantándola en el aire y después salté con ella hacia adelante quedando en el centro de la cama. Al caer sobre ella mi polla se enterró hasta el fondo de su vagina y provocó que se corriera cogiendo una almohada para morderla y evitar que sus gritos se oyeran en la bodega por encima de la música.

Si esa tarde no me hubiera aliviado, me hubiera corrido solo comiéndole las tetas, pero por suerte estaba pudiendo aguantar y disfrutar de ese polvazo. Ella no lo estaba pasando nada mal tampoco por lo que se veía. Ahora ya sin miedo le dejé mi verga enterrada mientras movía la pelvis y le comía las tetas sin compasión. El sudor hacia ya un rato que cubría nuestros cuerpos. Noté como ella me tiraba del pelo con las manos cuando le llegó un nuevo orgasmo. Yo ya no iba a aguantar más, así que me incorporé como pude de rodillas entre sus piernas, saque mi polla y a la segunda sacudida me corrí sobre sus tetas como si hiciera un año que no lo hacía. Me la seguí sacudiendo hasta que no me salía ni una gota más y entonces me limpié la mano frotándola en su vientre.

Yo normalmente siempre eyaculaba mucho y esa vez di gracias de que así fuera, le había dejado las tetas y su tripa completamente cubiertas de mi semen, esa era la visión más excitante que había visto en mi vida. Ella estaba con los brazos en cruz intentando recuperar la respiración con los ojos cerrados.

  • Frótate mi leche en las tetas - le ordené. Ella abrió los ojos y se quedó mirándome pero sin actuar - No quiero repetirlo - ella entonces movió sus manos poniéndolas sobre sus pechos y empezó a masajearse mientras esparcía mi lefa sobre ella. Cuando acabó yo tenía la polla morcillona otra vez - Chúpate los dedos, no desperdicies nada - su gesto no cambió, siguió con su mirada clavada en mis ojos y sin decir ni una palabra se llevo la mano a la boca y fue chupando sus dedos uno a uno hasta dejarlos limpios.

Entonces yo sonreí, me tumbé a su lado y la abracé.

  • Has estado genial - le dije.

  • Y tú. Hace mucho tiempo que tenía ganas de liarme contigo - la verdad es que nunca me había dado esa sensación aunque yo por aquella época era algo torpe captando esos mensajes.

  • ¿En serio? - le pregunté halagado.

  • Si, siempre me has gustado mucho, si no hubieras sido amigo de Fran hace tiempo que te lo hubiera dicho pero tenía miedo de que como sois muy amigos me dijeras que no y pasaras de mi. Aquel día que nos cruzamos y te invité a que fueras a verme al Arlequín, sentí que pasabas de mi cuando apareciste allí con todos tus amigos.

  • Perdona, nunca imaginé que te gustaba, ya te digo que lo de esta noche lo hubiéramos hecho mucho antes si lo hubiera sabido.

  • Y ya te digo que yo hubiera sido mucho más directa si llego a saber que te gastas esa polla - dijo ella y los 2 nos empezamos a reír.

  • Verte chupar los dedos con mi semen casi me la ha puesto dura otra vez. ¿Te ha gustado mi leche?

  • Si, me ha encantado.

  • ¿Más que la de Fran?

  • No lo se, la de Fran nunca la probé - me contestó.

  • No me digas que es la primera vez que lo pruebas.

  • No, que va. Los chicos conmigo suelen ser algo bruscos como lo has sido tu, alguno me ha hecho que le chupe la polla y se ha corrido en mi boca haciéndome que me la tragara. También se han corrido en mi cara y un montón en mis tetas como tu esta noche - esas confesiones habían hecho que se me pusiera dura otra vez.

  • ¿Y a ti te gusta que te traten así?

  • Me gusta que los chicos disfruten y les guste estar conmigo - iba a volver a ponerme encima de ella cuando empezó a sonarle el móvil haciendo que se levantara de un salto a buscarlo y dejándome con las ganas, aunque el espectáculo de verla desnuda y sus tetas votando merecían la pena. Sacó el teléfono del bolso y contestó - Si... vale... bajo ahora, 5 minutos, diles que esperen - luego colgó y miró hacia mi - Los demás ya se van, tengo que bajar a despedirme que a algunos no voy a volver a verles hasta Navidad.

  • Vale - dije incorporándome.

  • No por favor, no te vayas. Espera a que suba y luego te llevo yo a tu casa - entonces sonreí. Tenía la polla dura y se me había jodido el polvo pero por suerte iba a ser solo algo momentáneo.

  • Vale - le dije y ella me sonrió.

  • Genial, voy a lavarme un poco.

  • No te laves, me gustas así - le dije yo con tono autoritario. Ella me miró y me contestó en un susurro.

  • Pero tengo todas las tetas llenas de leche.

  • Te has tomado casi toda mi lefa así que no te preocupes, no creo que lo noten y si lo hacen tampoco pasa nada, ya se habrán imaginado lo que estábamos haciendo en tu habitación y si ellos estuvieran en mi lugar también se hubieran corrido en tus tetas.

  • Vale - contestó. Entonces empezó a mirar por la habitación - No veo ni la camiseta ni el sujetador.

  • Puede que le diera una patada, igual están debajo de la cama - ella volvió a mirar por la habitación y al no encontrar lo que buscaba se puso de rodillas y se agachó bajo la cama. Yo me incorporé un poco y al ver ese culo sobresaliendo no me pude resistir, me levanté de un salto y me puse detrás de ella frotando mi verga entre sus glúteos.

  • No por favor, me están esperando - decía ella intentando resistirse y moviendo el culo, lo cual estaba consiguiendo justo el efecto contrario en mi. En lugar de soltarla, mi polla dura como el mármol suspiraba por volver a enterrarse dentro de ella al ver como su ojete se abría al intentar librarse, la visión era increíble - No, por favor Jesús, me están esperando y tengo que bajar - entonces por fin me di por vencido y la deje incorporarse. Sacó el cuerpo de debajo de la cama y en las manos llevaba el sujetador y la camiseta. Nos pusimos de pie y me besó - No tardo en subir.

  • Luego quiero que te vuelvas a poner como estabas y follarte así, con el cuerpo debajo de la cama y el culo en pompa - le pedí recordando la escena de hacía solo unos segundos.

  • Subo ahora mismo y haremos lo que quieras - yo entonces la besé y me tiré en la cama de un salto. Ella volvió a vestirse a toda prisa poniéndose su vaquero corto sin el tanga debajo, luego su sostén y la camiseta. Me lanzó un beso y salió casi corriendo de la habitación.

Cuando se fue, yo me levanté a lavarme un poco, cogí el móvil y le escribí un mensaje a mi hermana.

  • ¿Estás por ahí?

  • Acabo de llegar a casa, ¿y tú? No te he visto en toda la noche.

  • He ido con estos a las bodegas de **** y me he encontrado allí con unos amigos de Salamanca. Me voy a quedar a dormir en casa de uno de ellos que ya es tarde y estoy bastante bebido. Diles a papá y mamá que no se preocupen que mañana a la hora de comer me bajan.

  • Vale, ya se lo digo para que estén tranquilos. Hasta mañana y si ya estas medio borracho no bebas más.

  • Vale, hasta mañana. - aunque mi hermana era más pequeña que yo no se porque pensaba que me tenía que cuidar.

Deje el móvil sobre la mesita y me quedé tumbado boca arriba con los ojos cerrados medio dormido y recuperando fuerzas. Debieron pasar más de 20 minutos cuando oí que la puerta se abría. Giré la cabeza para ver entrar a Lidia que muy despacio y viendo que la estaba mirando, primero se descalzó y luego comenzó a desnudarse moviendo su cuerpo al ritmo de una música imaginaria.

  • Vaya tetazas tienes, pedazo de guarra - le dije cuando se quitó la camiseta y el sujetador. No se porque la insulté, me vino a la cabeza y salió por mi boca automáticamente. En una milésima de segundo pensé que tal vez me habría pasado pero después viendo su reacción me di cuenta de que no había sido así. Su rostro cambió, ya se le notaba excitada mientras se desnudaba pero ahora su cara era pura lujuria. “Me gusta que los chicos disfruten y les guste estar conmigo” me había dicho antes, pero le había faltado añadir que le encantaba ser una perrita sumisa y obediente.

  • Gracias - me contestó en un susurro con la voz entre cortada.

Desde luego pintaba que esa noche iba a ser muy especial. Se quitó el pantalón y el tanga y vino a la cama, quedando de rodillas junto a mi polla, me miró y sonrió sacándome la lengua mientras empezaba a hacerme una paja. Después giró la cabeza, se agachó y me la empezó a chupar poco a poco. Se esforzaba por intentar tragar lo máximo posible y la verdad es que se le daba realmente bien pero no podía quitarme de la cabeza la imagen de ese culo saliendo de debajo de la cama, así que con una mano empecé a jugar con su pelo, le hice una pequeña coleta y tiré de el haciendo que me la dejara de chupar y girándole la cabeza para que me mirara.

  • La chupas muy bien pero no es esto en lo que habíamos quedado, ¿verdad?

  • Vale, haré lo que quieras - me dijo con un pequeño gesto de dolor por el tirón de pelo pero bastante excitada.

  • Puedo hacer contigo lo que quiera, recuerda que me lo dijiste.

  • Si.

  • Pues entonces ponte como antes - y le solté el pelo. Ella me miraba algo extrañada, imagino que sus amantes le habrían pedido cosas de lo más variadas pero por lo visto nunca nada como eso.

Ella se puso de pie para luego arrodillarse junto a la cama y meter la cabeza y parte de su cuerpo debajo. Yo me levanté después que ella y me situé como antes. Empecé a acariciarle el culo y a soltarle unos cuantos azotes bien fuertes a los que ella respondía con pequeños gritos y moviendo el culo para intentar esquivarlos por puro reflejo. Después de unos cuantos cachetes ya tenía el culo algo colorado y mi polla había reaccionado poniéndose tiesa como una estaca de madera que yo tenía preparada para clavársela, pero no precisamente en el corazón. Le separé un poco las nalgas y volví a meter mi polla en su mojado coñito, esta vez con bastante menos cuidado que la primera. Le agarré por las caderas y ayudándome así para poder follarla más fuerte, comencé a perforarla con toda mis fuerzas. Ahora ya no había gente abajo ni música, por lo que ella no se cortaba para nada en dar gritos de placer que se oían por toda la casa. Con cada nuevo empujón sus nalgas se separaban y con su culito abierto podía ver su ano perfectamente pidiéndome guerra, como si me desafiara, y yo nunca huyo de un desafío.

Frené un poco mis envestidas y libere una de mis manos para después de llenar un dedo con mi saliva empezar a jugar con él en su apretado agujerito. En ese momento ella empezó de nuevo a revolverse.

  • Estate quieta - le ordené y le di otro fuerte azote.

  • Por el culo no.

  • ¿Cómo que por el culo no? - le pregunté enfadado.

  • Nunca lo he hecho por ahí, una vez lo intenté con Fran y me dolió mucho sin que me llegara a meter ni la punta. Nunca le he dejado a nadie metérmela en el culo y encima la tuya es enorme, sigue follándome por favor.

  • Antes me dijiste que podría hacerte lo que quisiera ¿no es así?

  • Si, pero por el culo no por favor, me lo vas a romper.

  • Entonces eres una puta mentirosa, me dices que puedo hacerte lo que quiera y ahora me dices que no - le decía con mi polla todavía en su coño.

  • Entiéndelo por favor, me vas a hacer mucho daño - dijo al mismo tiempo que noté como se movía para intentar salir de debajo de la cama.

  • Ni se te ocurra salirte de ahí - le ordené y ella se quedo quieta - No me gusta que me mientan y menos una puta como tu. Antes me pediste que te dejara bajar y que luego podría hacer contigo lo que quisiera, yo te doy 2 opciones. Te quedas debajo de la cama mientras me visto y me voy porque no quiero volver a ver esa cara de mentirosa, o me dejas que te folle el culo. Seré bueno contigo y te lo abriré un poco con los dedos antes de meterte la polla - estaba claro que era un farol, mi casa estaba a más de 10 kilómetros y no tenía quien me llevara y pensar en dejar de follarme a Lidia en ese momento hubiera sido una locura, pero decidí jugármela, ahora mismo en lo único que podía pensar era en reventar ese culo.

  • No me hagas daño por favor - contestó después de unos 5 segundos que a mi me parecieron eternos. Al oírle decir eso mi verga dio un brinco de felicidad dentro de su coño y ella soltó un suspiro de placer.

  • Bien, ¿tienes crema o vaselina en algún sitio?

  • En el baño tengo crema para el cuerpo.

  • Vale, ahora vengo. No se te ocurra salir de debajo de la cama - saqué con cierto pesar mi polla de ese mojado chochito, me levanté y fui al baño.

Me acerqué a la ducha donde creí que estaría la crema y vi un bote de aceite corporal que cogí y volví casi corriendo a la habitación, no quería perder tiempo buscando cremas. Al volver vi a Lidia en la misma posición en la que le había dejado. Me cerqué y volví a ponerme de rodillas detrás de ella e introduje de nuevo mi falo en su rajita, mientras le preparaba el culo no quería que se me fuera a enfriar y ningún lugar mejor que ese calentito coño para aguardar el momento final. Mientras mantenía mi polla dentro, sin hacer ningún movimiento con ella, le eche aceite en las nalgas y comencé a esparcirlo, su culo untado en aceite comenzaba a brillar haciendo que mi polla siguiera saltando ella sola dentro de Lidia. Con una mano separé sus posaderas y con la otra le eché un buen chorro de aceite directamente en el ojete donde me pareció que entraba un poco y luego le resbaló por el interior de los muslos. Le metí un dedo sin ninguna prisa y empecé a meterlo y sacarlo muy despacio, abriéndolo poco a poco mientras podía oír la respiración de Lidia que aguantaba sin quejarse.

Luego de un rato cuando noté que entraba con más facilidad, repetí el proceso con otro dedo más y note como de repente su culito se contraía apretándome con fuerza los dedos, la muy guarra se estaba corriendo con mi polla enterrada en su coño y mientras mis dedos le abrían el culo. Lidia estaba resultando ser para mi una caja de sorpresas esa noche, mucho mas caliente de lo que nunca la hubiera imaginado. Cuando terminó su orgasmo y teniendo en cuenta el tamaño de mi polla, introduje un tercer dedo mientras Lidia seguía aguantando sin quejarse y eso me calentaba todavía más, iba a ser el primero que se follara ese culo y eso era la máximo que podía pedir. Le saqué la polla y me levanté para ponerme en cuclillas en lugar de estar de rodillas. Separé de nuevo sus nalgas y le coloque la punta de mi verga en el ano.

  • Ten cuidado por favor.

  • Cállate.

Me agarré el miembro con fuerza y fui apretando, con alguna dificultad al principio, por lo que cogí de nuevo el aceite y volví a echar otro chorro que me hizo brillar la verga. Ahora entraba con más facilidad y conseguí por fin meter mi capullo en su culo, y notando la resistencia inicial superada seguí empujando hasta tener casi la mitad dentro de ella. La respiración de Lidia se convirtió en suspiros, luego en jadeos y finalmente en gritos.

  • ¿Te está gustando guarra?

  • Si, sigue así por favor, despacio.

  • Tranquila, ya se como follarte el culo, tu solo relájate y disfruta - le dije mientras iba acelerando el ritmo y metiendo cada vez más carne en ese precioso agujerito. Estuve así por más de 10 minutos, ahora era Lidia la que no paraba de gritar y hablar “si por favor, no pares” “fóllame el culo, sigue así” “si joder, me vas a reventar, que pasada” decía sin parar de hablar, estaba fuera de si de la excitación y con mi polla trabada en sus entrañas tuvo un nuevo orgasmo que pude sentir en todo su cuerpo y en el mio. Yo tampoco podía más, decidí volver a cogerla por las caderas y acelerar al máximo las embestidas hasta que mi polla estaba a punto de explotar.

  • Voy a llenarte el culo de leche guarra, no querías que te follara el culo y ahora te mueres de gusto.

  • Si, lléname de leche, reviéntame - yo no pude más y descargué dentro de su culo, los espasmos que me dieron hizo que clavara con fuerza mis dedos en sus carnes dejándole las marcas de las uñas.

Deje mi polla dentro hasta que me vacié del todo, y luego la saqué poco a poco. Cuando al fin la tuve fuera mi leche empezó a salir del culo de Lidia y a escurrirse por sus piernas, al soltarla ella cayó al suelo. Me levanté, fui al baño a lavarme bien la pija y al volver vi que ella seguí tirada en el suelo. Yo me tumbé en la cama donde al rato y medio dormido, noté como Lidia se tumbaba pegada junto a mi y comenzaba a besarme. Eso fue lo último que recordé antes de dormirme.

Por la mañana al abrir los ojos vi el sol entrando por la ventana y oí un ruido en el baño, parecía que Lidia se estaba duchando y decidí seguir tumbado en la cama un rato más. Al rato el ruido del grifo se apagó, oí sus pasos acercándose a la cama y noté como luego se subía a ella para ponerse junto a mi. Abrí los ojos, giré la cabeza y allí estaba mirándome con una preciosa sonrisa, luego se acercó a mi y me beso.

  • ¿Quieres que te prepare el desayuno? - me preguntó radiante.

  • ¿Tu tienes hambre?

  • Bueno, un poco - desde que cumplí los 11 años, recuerdo pocas veces en las que no me levantara empalmado y esa mañana no era una excepción. Le señalé mi verga con el dedo.

  • Luego desayunaré, ahora tomate tu leche - le desapareció la sonrisa, me miró la polla y se quedó quieta sin reaccionar - Vamos, no me gusta tener que repetirte las cosas 2 veces.

Entonces ella se movió y sin más miramientos empezó a tragarse mi pija como si llevara sin follar un año. Era muy hábil, me tenía en la gloria pero yo quería volver a ver su cuerpo, así que me incorporé para quitarle la toalla con la que había salido envuelta del baño y luego lanzarla al suelo. Agarré a Lidia por sus caderas para hacer que se moviera poniéndose encima de mi y dejando su chocho al alcance de mi boca.

  • Trae ese culo aquí - le ordené - Voy a probar como esta de rico tu coñito.

Ella se puso sobre mi sin dejar de comerme la verga mientras yo empecé a chupar su rajita y a hundirle mis dedos en su coño. No tardó nada en mojarse, mis dedos entraban y salían cada vez más pringosos mientras notaba como cada vez más parte de mi polla se perdía en su boca. Sin dejar de chupar empezó a masajearme los testículos, era una auténtica maestra y yo no tardaría en acabar y estaba decidido a darle el desayuno que se merecía. Cuando noté que no aguantaba más la avise.

  • Voy a correrme puta, me vas a dejar seco. Quiero que te la tragues toda y no dejes caer ni una gota.

Ella como un robot seguía con el mismo ritmo y el mismo masaje. En el momento en que noté que mis huevos se contraían y me vaciaba, metí un dedo en su culo de su solo tirón, estaba empapado de sus líquidos así que entró con mucha facilidad sin que ella se quejara lo más mínimo, parecía que solo estaba concentrada en tragarse mi corrida. Sin sacar el dedo de su culito empecé a succionar con fuerza su clítoris haciendo que se corriera y me llenara la cara de sus jugos. Cuando noté que sus espasmos cesaron y que mi polla había acabado de echar semen, le dí un fuerte azote y la empuje haciendo que cayera en la cama a mi lado.

  • Como me has puesto cacho guarra - le dije pasándome la mano por la cara - Voy a ducharme mientras me subes el desayuno y prepárate porque luego voy a volver a llenarte el culo de leche, que es lo que te mereces.

Nos levantamos de la cama, yo me dirigí al baño mientras ella buscaba algo que ponerse para bajar a la cocina.

  • No te pongas nada más que un tanga, quiero ver ese cuerpazo que te gastas - le dije. Entonces vi como ella asentía y me pareció adivinar una gran sonrisa en su cara justo antes de entrar yo al baño.

Me di una ducha rápida parándome únicamente en refrescar bien mi polla para que estuviera preparada para la tarde que todavía tenía pensado darle. Cuando entré en la habitación Lidia todavía no había vuelto. Vi en un reloj que eran más de las 12 de la mañana y cogí mi móvil para llamar a mi casa diciendo que no llegaría a comer. Me contestó mi madre y no puso ninguna pega a las explicaciones que le dí diciéndole que me quedaba a comer con mis amigos. Ese verano no tenía nada que estudiar, únicamente empezar un pequeño proyecto para la universidad que tenía pendiente, pero mis estudios habían ido bien y mis padres entendían que ese verano me lo merecía de descanso y disfrute, y vaya si iba a disfrutar por lo menos esa tarde.

Volví a tumbarme en la cama boca arriba y vi que mis amigos me habían escrito algún WhatsApp preguntándome que tal la noche, pero preferí no contestarles por el momento. Ya tendría tiempo de hacerles un pequeño resumen, pero muy pequeño ya que no era yo muy partidario de contar mis aventuras. Me acordé de mi amigo Fran, de la envidia que le habíamos tenido durante el tiempo que estuvo con Lidia y ahora había resultado que en todo ese tiempo no había sido ni capaz de follarla el culo y yo lo había conseguido en una sola noche, y tenía claro que eso no se había acabado e iba a hacer con ella todas las guarradas que se me ocurrieran esa tarde. Al rato volvió Lidia con una bandeja con mi desayuno y sus tetas posadas en ella, por la forma de llevarla y las tetas que se gastaba no le quedaba prácticamente más remedio.

  • ¿Ese es mi desayuno? - le pregunté sonriendo. Ella puso cara de no entender mi pregunta, le debía parecer evidente que si lo era, pero entonces miró hacia la bandeja y al ver sus tetas posadas en ella, se rió.

  • Jajaja, si te apetece...

  • Claro que me apetecen, las voy a tener que untar bien en leche - le dije guiñándole un ojo. Esta vez pareció que pilló la broma a la primera y se sonrojo un poco - He llamado a mi casa para avisar que no llegaría a comer, que pasaría la tarde aquí - a ella la noticia pareció encantarle por la sonrisa que iluminó su cara.

  • Genial.

  • Vas a tener que ser muy buena conmigo y jugar a todo lo que se me ocurra para que no me aburra.

  • Ya has visto que hago todo lo que me pides - me dijo poniendo la bandeja sobre mis piernas.

  • Si, pero ayer me tuve que enfadar contigo y espero que no vuelva a pasar ¿de acuerdo? - ella agachó la cabeza retirándome la mirada.

  • Perdona.

  • Espero que no se repita o tendré que castigarte - su comportamiento tan sumiso y obediente me encantaba y me ponía a cien pensando en todo lo que podía hacer con ella.

Me centré en mi desayuno, tenía bastante hambre y en esa bandeja había de todo, zumo, café, bollitos de chocolate, fruta y tostadas de jamón con tomate. Ella permanecía de pie con los brazos a la espalda y sus tetas desafiando a la gravedad mientras yo comía y la miraba de vez en cuando. Acabe de desayunar sin intercambiar más palabra con ella que siguió en la misma posición hasta que terminé. Le acerqué la bandeja que ella recogió.

  • Estaba todo muy bueno, muchas gracias.

  • De nada.

Ella se dio la vuelta para volver a llevar a la cocina los pocos restos del desayuno que había dejado. La visión de ese culito “cubierto” solo por ese fino hilo del tanga enterrado entre sus nalgas hizo que mi polla volviera a despertarse. Antes de que saliera de la habitación le di las últimas instrucciones.

  • No tardes en volver y si tienes, trae Nocilla o mermelada para terminar de desayunar todo lo que había en la bandeja.

De espaldas como estaba no pude ver su reacción pero no tardó ni 2 minutos en volver trayendo consigo mermelada tal como le había dicho. Se acercó a la cama y me dio el bote que recogí y puse sobre la mesita.

  • Dime preciosa, ¿qué crees que es lo qué más me gusta de ti?

  • No se - dijo con tono tímido y una pequeña sonrisa al oír que la llamaba preciosa.

  • Vale, pero dime que es lo que tu crees.

  • Puede que mi tetas - dijo encogiendo los hombros.

  • ¿A los otros chicos con los que has estado le gustaban más tus tetas que tu culo?

  • Me dicen más veces que les gustan mis tetas que mi culo, aunque también se lleva sus piropos.

  • No me cabe duda. ¿Y ese coñito que tienes? me parece precioso ¿no le echan piropos?

  • No muchos - lo tenía casi sin pelos excepto un pequeño triangulo de bello muy corto que apuntaba hacia abajo.

  • Pues a mi me encanta, me gusta mucho como lo llevas recortadito ¿sugerencia de algún novio o de algún rollo?

  • No, hace años que lo recorto así, a mi me gusta y como nadie me ha dicho otra cosa, me lo he dejado igual.

  • A mi también me gusta como te queda - mientras hablábamos ella seguía de pie frente a la cama - Quítate ahora el tanga, quiero verlo - ella metió sus 2 dedos indice por debajo de la goma del tanga justo por debajo de su ombligo y los deslizo hasta que cada uno de ellos llegaron a los lados de su cadera, y poco a poco y echando su cuerpo hacia delante hasta casi formar un ángulo de 90 grados, se lo bajo mientras sus tetas colgaban ofreciendo una visión totalmente increíble en esa posición. Luego llevo el tanga hasta el suelo haciendo muestra de una gran flexibilidad y volvió a incorporarse quedando de nuevo en posición de firme - Estás buenísima - al decirle eso la vi sonreír de nuevo y morderse de una manera muy sexy el labio inferior haciendo que mi polla brincara con un cosquilleo - Seguro que tu boca también les gusta mucho a los chicos, es ideal para comer pollas y seguro que muchos te los han dicho.

  • Si, algunos me han dicho que la chupo bastante bien y les encantaba follarme la boca con su verga mientras me hacían estar con las manos a la espalda - me encantaba que Lidia se soltara con la conversación y me contara esas cosas, me excitaba mucho, aunque lo hiciera con un tono de voz muy bajo, como si se avergonzara o pensara que me iba a enfadar al oírselo decir.

  • No me extraña, solo de imaginarme la escena se me pone dura. Entonces ¿crees que lo que más me gusta a mi de ti son tus tetas?

  • Creo que si - dijo en un susurro.

  • ¿Estás excitada?

  • Si.

  • Vaya, eres mucho más putita de lo que pensaba. ¿Siempre te excitas tan fácil?

  • Me has gustado desde que te conocí y tenía muchas ganas de estar contigo, igual por eso siempre estoy cachonda contigo.

  • ¿Con los otros chicos no te excitas tanto?

  • Con algunos, me gustas mucho y también me gusta como me tratas, me gustan que me traten así - bingo, ahora ya no solo con sus actos, acababa de reconocer de palabra que era una perrita y que le gustaba que le trataran como tal.

  • Así que eres un poco guarrilla y te gusta que te dominen ¿verdad?

  • Puede ser, me gusta hacer que los chicos lo pasen bien conmigo haciendo muchas de las cosas que me piden, saber que los excito me excita mucho a mi también. Me excita conocer las fantasías de los chicos.

  • Seguro que contigo muchas de esas fantasías se repiten, ¿qué es lo que más les gusta hacerte? - tenía unas ganas locas de meterle mi polla entera hasta que gritara de placer, pero la conversación me estaba encantado y disfrutaba notando como mi polla latía y los ojos de Lidia se clavaban en ella.

  • Les encanta correrse en mis tetas y casi todos han querido follarme el culo aunque hasta ayer no le había dejado a ninguno.

  • Pues en eso no soy muy original - me incorporé un poco en la cama sentándome en el borde de cara a ella y luego me recosté un poco hacia atrás apoyándome en los brazos y alzando la cabeza para mirarla a los ojos - Lo que más me gusta de ti son 3 cosas, las 3 por igual. Me gusta que seas una perrita obediente por eso te voy a pedir todas las cosas que se me ocurran para ver como te mojas al obedecerme. También me encanta tu culo y follártelo, por eso ahora mismo quiero que cojas el bote de aceite y me embadurnes la polla con ella, y que luego te sientes sobre mi clavándote mi verga en el culito hasta que notes mis huevos en tus nalgas.

Ella no esperó por más instrucciones, cogió el aceite que estaba en la mesita desde la noche antes, se acercó a mi verga y después de echar un buen chorro en ella, empezó a esparcirla haciéndome una paja con sus manos que me estaba llevando a la gloria. Cuando a ella misma le pareció suficiente, dejo el bote a un lado y puso sus rodillas en la cama, una a cada lado de mi cadera, cogió de nuevo con firmeza mi polla y mientras bajaba su cuerpo, la dirigió a su culito con mucho cuidado y entre continuos suspiros y gemidos mezcla de dolor y placer, la fue introduciendo por su cerrado ojete. Cada poco detenía su descenso sobre mi polla para abrir mucho la boca y coger aire, pero de nuevo y sin que yo se lo ordenara, continuaba con su descenso hasta que por fin consiguió clavarse toda mi polla en su apretado trasero. Hasta ese momento yo no había dicho ni una palabra, me había limitado a disfrutar de la presión en mi polla y de la actitud de zorra total de Lidia que sin más que una pequeña orden, había tomado la decisión de no parar hasta enterrarse toda mi pija en su monumental culo.

  • Eres una puta de primera, me encanta tenerte empalada hasta el fondo - ella no contestó, cogió aire unos segundos y después puso sus manos en mi pecho haciendo que cayera tumbado en la cama con ella encima y comenzó a cabalgarme dando gritos de placer que llenaron la habitación.

Me estaba encantando su cabalgada pero quería seguir siendo yo quien llevara la iniciativa así que la mandé parar con una de mis manos haciendo que ella frenara y se detuviera con mi polla de nuevo clavada entera dentro de ella. Volví a incorporarme y empezamos a besarnos entregados a la lujuria, entrelazando nuestras lenguas y llenando nuestras caras con nuestra saliva. Eché la cabeza para atrás y tuve que usar una de mis manos para separarla de mi ya que ella no paraba de comerme la boca.

  • Espera guarra, no me has dejado acabar. Todavía no te he dicho cual es la tercera cosa que me gusta de ti - moviéndome un poco hacia un lado pero sin salirme de Lidia, llegué a coger el bote de mermelada estirando el brazo lo máximo que pude.

Luego volví a la misma posición en la que estaba antes y abrí el bote cogiendo con mis dedos la mermelada que era de fresa y unté con ella los grandes pezones marrones de Lidia que en ese momento estaban duros como el bote de cristal que tenía en la otra mano. Después de esparcir bien la mermelada me abalancé a chuparle sus preciosas tetas sin dejar ni una gota de la mermelada que antes le había untado. Cuando me acercaba a sus pezones aprovechaba para mordérselos haciendo que ella se retorciera y mi polla diera brincos de alegría. Luego me separé un poco por fin y pude ver sus tetas totalmente cubiertas de mis babas.

  • La tercera cosa que más me gusta de ti son tus tetas - le dije y en ese momento cogí entre mis dedos uno de sus pezones, lo pellizqué con fuerza y tiré de él hacia arriba hasta que ella no aguanto más el dolor y me agarró de la mano intentando que la soltara.

  • Ufffff, para por favor - entonces le solté el pezón y ella soltó mi mano para empezar a acariciarlo - Me has hecho daño.

  • No me importa - le dije cortante - No me vuelvas a mandar parar ni me agarres, ¿entendido zorra?

  • Lo siento - dijo y noté como en ese momento se le quebraba un poco la voz y estaba a punto de llorar.

  • Quítate las manos de las tetas y ni se te ocurra llorar - le dije. Ella hizo lo que le ordené y aproveché para empezar a darle cachetes en las tetas apuntando especialmente a sus pitones. Puso sus manos a la espalda y sin volver a quejarse aguantó mi castigo hasta que vi que sus tetas ya estaban lo suficientemente rojas y paré - Tu culo es mio, tu coño es mio, tu boca es mía y tus tetas son mías y haré lo que quiera con ellas, ¿entendido?

  • Entendido, perdóname - fue lo único que me contestó en un tono que no supe desvelar si era de lujuria, placer o dolor.

  • Ahora voy a chuparte las tetas, a morderte y pellizcarte los pezones hasta que consigas que me corra y te llene el culo de leche, así que si no quieres sufrir mucho más te vale que empieces a moverte.

Me lancé de nuevo a por sus tetas y comencé a chupar y morder de nuevo sus pezones. Ella echó su cabeza hacia atrás y comenzó entonces a saltar otra vez cabalgándome como si le fuera la vida en ello mientras notaba como me apretaba la polla con su esfinter mucho más que antes. Una de las veces que más fuerte le mordía sentí como llegaba al orgasmo y el cuerpo entero le temblaba pero no dejaba de moverse metiendo y sacando mi polla de su culo hasta que sin avisarla de nada, dejé de chuparle para pellizcar de nuevo con fuerza uno de sus pechos con los dedos y le llené el culo de mi semen.

Al notar que me había corrido ella se incorporó levantando de nuevo su cabeza lo que me permitió ver como alguna lagrima le había caído por la cara. Acababa de correrme y la excitación me había bajado pero pese a eso no quería perder la oportunidad de seguir follándola y hacer con ella lo que me apeteciera, así que no podía pedirle perdón y perder mi autoridad sobre ella. Decidí subirle la moral con un piropo y que viera lo mucho que me había gustado.

  • Has estado increíble, me has dejado seco. Nunca había estado con una chica que estuviera tan buena como tu y follara así de bien.

  • Gracias - me dijo y una sonrisa iluminó en su cara.

  • Has estado increíble y has aguantado sin quejas, ¿te ha gustado?

  • Me ha dolido un poco pero al mismo tiempo me he corrido varias veces y verte a ti tan excitado y disfrutando tanto de mi me ha gustado, saber que consigo que pierdas algo el control me ha puesto cachonda.

  • Es imposible no perder el control contigo, estás hecha para pecar.

Ella se echó a reír y me alegró saber que las lagrimas no habían sido para tanto y que ella también lo estaba disfrutando aunque no fuera esa mi prioridad. La abracé y sin sacar todavía mi tranca de su interior, me eché en la cama y quedé tumbado junto a ella frente a frente. Empecé a besarla mientras retiraba mi verga y notaba salir mi leche.

  • Me encanta que te corras dentro de mi.

  • Y a mi me encanta llenarte con mi leche, hacemos una pareja perfecta, jajaja.

  • ¿Tu crees? - me preguntó tal vez mal interpretando mis palabras pero en ese momento preferí no aclararlas del todo.

  • Harías una pareja perfecta con cualquiera, eres increíble - no me contestó con palabras pero comenzó a besarme - ¿Nunca se había corrido nadie dentro de ti? - le pregunté cambiando de tema y llevándola de nuevo a donde a mi me interesaba.

  • En mi culo ya sabes que no, en mi coño hace tiempo que tomo la píldora y mis novios si que se corrían dentro alguna vez. Por eso ayer cuando me dijiste que querías follarme a pelo me dio igual aunque solo había dejado que me follaran sin preservativo mis parejas y nunca rollos de una o 2 noches.

  • ¿Has tenido muchos rollos de una noche?

  • Alguno pero no muchos. No me gustan todos los chicos, jajaja y con algunos he visto que echar un polvo no merece del todo la pena, a veces más que disfrutar me han hecho quedarme con más ganas.

  • Imagino que el primer polvo que te echan con lo maciza que estás, no aguantaran mucho.

  • No, los rollos de una noche suelen ser bastante decepcionantes así que si el chico no me gusta mucho, prefiero pasar.

  • Habrás podido estar con todos los chicos que has querido.

  • Bueno, cuando era pequeña ya tenía las tetas bastante grandes y en el colegio tanto los chicos como las chicas se reían de mi y me insultaban. Así que desde los 15 años empecé a cuidarme mucho, hacer deporte y comer más o menos sano para gustarles y que no se metieran conmigo. Entonces empecé a notar que las chicas ya no se reían de mi y los chicos tampoco, sus intenciones eran más bien otras y a mi me gustaba que quisieran estar conmigo, así que para tenerles contentos les dejaba que me metieran algo de mano aunque sin que se pasaran demasiado.

  • Seguro que tendrías muchos amigos, jajaja. Dime ¿no te asustaste ayer cuando te pedí que te metieras debajo de la cama para follarte? imagino que te habrán pedido cosas raras pero igual nunca eso.

  • Jajaja, no, eso nunca me lo habían pedido. ¿Lo habías hecho antes?

  • No, pero cuando te vi así buscando tu ropa debajo de la cama no podía quitarme de la cabeza la idea de follarte en esa posición.

  • No importa, a mi me gustó.

  • ¿Qué es lo más raro que te habían hecho? - hablar con Lidia tan claramente de sexo me encantaba y también me podía servir para sacar alguna idea para el resto del día.

  • Bueno, el último novio con el que he estado lo conocí en el Arlequín, era unos 10 años mayor que yo - era el hombre con el que la había visto por Salamanca pero no la quise interrumpir - La primera vez que nos liamos me había invitado a cenar y luego me llevó a su casa. Echamos un polvo de los más normal, decepcionante como muchos otros la primera vez, y no me quedé a dormir con el, me fui a mi casa. A los pocos días me volvió a llamar para quedar por la tarde y después de un rato me invitó a su casa de nuevo. Pensé que la segunda vez sería mejor así que acepté. Cuando llegué a su casa estuvimos hablando, nos fuimos calentando y empezamos a hablar de sexo, yo quería calentarle y ver si me follaba mejor que la primera vez. Me gusta calentar a los chicos aunque no siempre me gusten ni quiera nada con ellos, me gusta saber que los excito.

  • Pues cuando trabajabas en el Malavida tampoco te vestías muy sexy.

  • Ya, era para no tener muchos problemas con mis padres y luego cuando empecé con Fran para que no se pusiera muy celoso, pero por mi hubiera vestido mucho más atrevida. A veces me he comprado ropa muy sexy porque me gustaba verme con ella aunque luego no la haya ni estrenado, solo imaginando como los chicos se pondrían de cachondos viéndome con ella puesta.

  • ¿Y esa tarde te follo mejor?

  • Bueno, así hablando me confeso que su mayor fantasía era tener relaciones con una criada. Seguimos hablando y me dijo que había comprado un disfraz de criada, si quería probármelo. Yo lo que quería era excitarle para que me follara así que le dije que si y me puse el disfraz que me había dado, el estaba fuera de si cuando me vio así vestida, llevaba medio culo al aire y las tetas casi no me las tapaba nada.

  • Te echaría un polvo de la ostia.

  • Jajaja, pues no, me quedé con las ganas. Me hizo hacer como que limpiaba la casa delante de él para lucirme mientras el estaba sentado en un sofá. El se puso a tope y se bajo los pantalones sentado donde estaba y comenzó a masturbarse mientras me miraba. Como solo hacía eso yo no sabía si tenía que acercarme, no me decía nada, así que seguí haciendo como que limpiaba hasta que vi como se corría. Me pidió que le acercara papel de cocina y se limpió. Me dijo que había sido una pasada y me dijo que me invitaba a tomar una cerveza, así que me volví a vestir y salimos sin que me follara. Quedamos más veces, estuve casi 3 meses con él y cuando me llevaba a su casa siempre me pedía que me pusiera el disfraz y nunca llegó a follarme, lo más que hicimos fue que le chupara la polla disfrazada o que le masturbara mientras el me metía algún dedo a mi.

  • Madre mía que desperdicio - le dije incrédulo - No entiendo que no te follara.

  • Ni yo, jajaja, porque estaba claro que le gustaba, se ponía muy cachondo cuando me ponía el disfraz.

  • Y Fran, ¿qué te solía pedir?

  • Fran siempre fue muy bueno conmigo, y no follaba mal aunque tampoco fuera un fenómeno. Una vez me pidió follarme el culo, lo intentamos pero me dolió y lo dejamos y nunca me lo volvió a pedir.

  • ¿Y no te pedía cosa raras?

  • No, todo muy normal, le encantaba comerme las tetas como a todos los chicos, jajajaja - nos reímos los 2.

  • No me extraña. Y a parte del raro del disfraz ¿cuál es el novio más pervertido que has tenido?

  • Uffff, la palma se la llevan un par de hermanos. Con 19 años fui de vacaciones con mis padres un mes a Málaga a un piso que nos habían dejado. En otro piso cerca veraneaba ese mes una familia de Toledo que tenía 2 hijos, uno de mi edad y su hermano más pequeño de 18. El primer día coincidimos en un restaurante comiendo y nuestros padres se hicieron amigos y rápido nos emparejaron para que los 3 estuviéramos juntos y así ellos sin tanta preocupación por que harían sus hijos, poder salir a divertirse. A mi no me importó porque Oscar, que era el hermano mayor, estaba bastante bueno y cargar con Dani tampoco era para tanto. Ninguno de los 3 conocíamos a nadie más en Málaga así que hicimos buenas migas entre nosotros. Esa misma noche salimos los 3 a tomar una cerveza y lo pasamos muy bien. Al día siguiente sus padres y los míos quedaron para hacer una excursión y nos dijeron que nosotros fuéramos a la playa. A mis padres, sus amigos les habían hablado muy bien de Oscar y Dani como no podía ser de otra forma siendo sus hijos, así que estaban tranquilos pensando en que estaba cuidada, en buenas manos y no me aburriría. Cuando llegamos a la playa y me quedé en bikini se les salían los ojos a los 2. El día siguiente se repitió el plan pero Oscar, que se quedaba con el coche de sus padres, dijo que ese día prefería ir a una playa algo más apartada y con menos gente. Cuando llegamos era una playa grande pero con poca gente. Me volví a quedar en bikini y vi como entre los hermanos se miraban y sonreían, yo estaba encantada de tener a esos 2 chicos pendientes de mi y me lucía un poco, para Oscar principalmente. Al rato fuimos al agua y los 2 empezaron a meterme mano sin mucho disimulo y yo no les decía nada, me encantaba gustarles tanto y Oscar también estaba empezando a gustarme mucho a mi. Aguantar que Dani me sobara un poco era casi obligado en esa situación, al estar solos los 3 no veía como planear quedarme solo con el mayor y de momento tenía que tener contento también al pequeño para que no se enfadara y me dejaran de lado. Cuando salimos y nos tumbamos en la toalla, Oscar me dijo que sería mejor que me quitara la parte de arriba del bikini para que no me quedara marcas y yo hice lo que me dijo. Ese día el y su hermano me metieron mano por todos lados, con la disculpa de darme crema me sobaron a su antojo las tetas, el culo y todo el cuerpo. A Oscar le había quedado claro que me gustaba y que haría lo que el quisiera y tenía muchas ideas el cabrón y su hermano no se quedaba atrás. Sabía que Dani se ponía muy caliente conmigo pero pensé que podría controlarlo y liarme con Oscar sin que a él le importara hacer de sujeta velas aunque algo tendría que darle a cambio, pensaba que con dejarle que me metiera mano sería suficiente.

  • ¿Te follaron los 2? - Lidia me acababa de dejar los huevos vacíos pero con esas historias mi polla se había vuelto a poner como una piedra y ella empezó a pajearme, pero prefería que siguiera con su historia y follármela después bien a gusto así que le retiré la mano.

  • Al hermano pequeño al final se la tuve que chupar pero nada más, no deje que me follara.

  • Cuéntame que te hacían.

  • Al día siguiente de ir a la playa apartada me dijeron de volver a quedar para volver allí, que fuera por su casa a buscarles. Cuando llegué me mandaron subir y vi que sus padres no estaban tal y como imaginaba. Me dijeron que ese día mejor nos quedábamos allí viendo una película o algo. Ellos estaban solo con su bañador y me dijeron que me pusiera mas fresca que hacía mucho calor, así que me quité mi short y mi camiseta y me quedé solo con el bikini, pero no les debió parecer suficiente y al rato de estar en el sofá me dijeron que me quitara la parte de arriba a ver si me habían quedado marcas del día antes. Ya me habían visto las tetas en la playa y me las habían magreado así que no me importo quitármelo y enseñárselas de nuevo. Ellos se quitaron los bañadores y quedaron desnudos para que viera que ellos si tenían marca del sol. Yo no les veía las marcas, solo podía mirar para sus pollas que las tenían tiesas apuntando hacia mi. Luego seguimos viendo la película y mientras ellos aprovecharon mi pasividad para empezar a chuparme las tetas y cogerme la mano para que yo les hiciera una paja. Los 2 se corrieron casi al mismo tiempo llenándome las manos de semen. Cuando se corrieron fueron al baño a lavarse y al volver me pidieron que fuera por algo de beber a la cocina, lo que aproveché para lavarme yo también un poco. Al volver me dijeron que ya que ellos estaban desnudos del todo, yo también debería hacer lo mismo así que me quité la braguita y pase el resto de la tarde desnuda. Ese día no me hicieron nada más, imagino que no estaban seguros de hasta donde llegaría yo y su plan acababa con la paja que les hice.

  • Pues con 18 y 19 años, me parece raro que se conformaran solo con una paja.

  • Jajajaja ya, se pasaron casi toda la tarde empalmados desde que me desnudé pero no sabían como seguir. El día siguiente volvimos a la playa y me hicieron quitarme la parte de arriba del bikini según llegamos, me dijeron que fuera al agua con ellos y allí empezaron a meterme mano y Oscar apartó un poco la tela de la braga y empezó a meterme los dedos en el coño hasta que me corrí. Cuando lo notó me dijo que les masturbara a ellos y aunque allí había más gente, me dio igual y les hice una paja en el mar y no tardaron mucho en correrse. Luego salimos a la arena donde siguieron metiéndome mano. Al día siguiente me hicieron volver otra vez a su casa. Cuando subí ya estaban desnudos del todo y me dijeron que yo hiciera lo mismo y les obedecí. Dijeron que íbamos a jugar a las cartas, que como ya estábamos desnudos no nos podíamos apostar prendas así que nos apostaríamos pruebas. La primera vez perdí yo y Oscar que había ganado me mandó hacerle una paja, imagino que querían ir poco a poco por si acaso yo me negaba a hacerles algo más, así que yendo despacio se garantizaban que por lo menos ya les habría masturbado. La segunda vez volví a perder y ganó Dani al que también pajee. La tercera partida volví a perder y para mi sorpresa Dani me mandó sentarme en la mesa y masturbarme delante de ellos, yo estaba ardiendo así que no tarde ni 2 minutos en correrme llenando la mesa de jugos. Los 2 fliparon de como me había corrido y me hicieron confesar que estaba muy cachonda. Dijeron que siguiéramos jugando y me tocó ganar a mi. Como me acababa de correr les pedí que me dieran un masaje en los pies, cada uno en uno y lo hicieron encantados. Cuando acabaron Dani volvió a coger las cartas para seguir jugando pero Oscar me cogió de la mano y me dijo que ya no jugábamos más, que fuera con el a la habitación que me iba a follar. Yo no proteste lo más mínimo, Oscar tenía claro en ese punto que haría lo que me pidiera, pero Dani se quejo diciendo que también quería y yo les dije que los 2 no, por lo que Oscar le dijo a su hermano que yo ya le compensaría pero ahora le tocaba a el solo, yo estaba encantada pensando que si para follarme a Oscar el precio era hacerle alguna paja a Dani, merecía la pena. Me llevó a la habitación y me hizo montarme encima de el y follarle.

  • Si en menos de una semana ya te estaban follando, en un mes tuvieron que dejarte el coño como un bebedero de patos - le dije cachondísimo y con ganas de que siguiera con la historia.

  • Bastante, jajaja. La verdad es que solo me follo Oscar pero a Dani se la tuve que chupar y se hizo varias cubanas con mis tetas.

  • Antes me dijiste que solo se la habías chupado y ahora que también se hizo alguna paja con tus tetas.

  • Bueno, la verdad es que Dani menos follarme me hizo muchas cosas, casi de todo, era un pervertido.

  • Cuéntame más.

  • Cuando íbamos a la playa me llevaban a las zonas más apartadas posibles para meterme mano, Dani hasta se hizo alguna cubana con mis tetas en el agua como te dije y una vez incluso me follo las tetas en la toalla, y le encantaba correrse encima de mi ya que ni su hermano ni yo le dejábamos que me follara. Oscar me hacia chupársela en la toalla, ver como su hermano se propasaba conmigo le parecía muy divertido y le ponía a tope, solía ser cuando se la chupaba a su hermano o este me hacía cualquier cosa cuando más me insultaba y me decía más guarrerías, me decía lo puta que era que no me llegaba con su polla y que en el fondo también me encantaba comerle la polla a Dani. Por la noche cuando salíamos siempre antes de subir a mi casa me hacían que les chupara la polla en el portal, decían que para irse relajados a la cama. Un día que no fuimos a la playa y nos quedamos en su casa, alquilaron una película porno y dijeron que íbamos a jugar a hacer lo mismo que en la película. Yo nunca había visto ninguna así que no me negué. Según la pusimos no tardó en empezar la acción y un tío empezaba a follar con una tía. Primero le chupaba la polla, cosa que yo le hice a Oscar y luego empezaba a follársela. Esa fue la primera vez que Oscar me folló delante de su hermano. Como en la película el actor no llevaba condón, Oscar me dijo que lo haría igual que el y cuando se iba a correr sacó su polla para echármelo todo en la cara. La escena no había acabado y ahora el tío empezó a metérsela por el culo y Dani dijo: “mira, se la está metiendo por el culo, eso me toca a mi”. Yo les dije que no, que no quería que me follaran el culo y Dani se quejó porque ni le dejaba follarme ni me dejaba que me la metiera en el culo. Entonces Oscar paró la película y empezaron a dar ideas de como lo podíamos hacer para que fuera igual que en la película si no me iba a dejar follar por Dani ni iba a dejar que me follaran el culo. Al final para compensarles, principalmente a Dani, cuando le tocara a él y en la escena se follaran a la chica, el podría masturbarse con mis nalgas o metiendo la polla entre mis piernas y frotármela en la raja lo cual a mi me ponía loca, y en las escenas de sexo anal me podrían meter algo por el culo. Yo les sugerí un lapicero o un bolígrafo pero no les pareció buena idea, dijeron que eso no se parecía en nada a una polla y al final y después de un buen rato buscando por la casa, decidieron que fuera con una zanahoria que tenían en la nevera o con sus dedos.

  • ¿Entonces ya te habían abierto el culo antes? - le dije ya casi apunto de correrme.

  • No les llegué a dejar que me lo follaran pero si me metieron los dedos, algunas zanahorias y una vez hasta lo intentaron con un plátano que luego Dani hizo que me comiera, era un salido total. Desde ese día casi dejamos de ir a la playa salvo alguna vez para disimular con nuestros padres. El resto de tardes quedamos en su casa, alquilaban una película porno y la veíamos entera recreando todas las escenas, no se cuantas veces se corrían cada sesión. Ellos fueron los primeros que me afeitaron el coño para parecerme más a las actrices de las películas y ni se la de veces que se corrieron en mi boca y me hacían tragarme la leche aunque en la película no lo hicieran.

  • ¿Llegaron a follarte al mismo tiempo?

  • Si, si en la película se follaban a la chica entre 2 tíos, mientras Oscar me follaba entonces yo se la tenía que chupar a Dani o me metía una zanahoria en el culo. Tampoco se la de veces que conseguían hacer que me corriera yo.

  • O sea que tus padres pensaban que esos 2 estaban contigo en la playa y que cuidaban de su princesita cuando en realidad se la estaban follando y haciéndole de todo ¿Cómo no te convencieron para que Dani te follara por lo menos una vez?

  • Bueno, Oscar me gustaba mucho y quería ponerle muy cachondo, pero no quería follar con nadie más estando el delante. Además, imagino que saber que su hermano me hacía de todo pero que solo el me follaba también le gustaría así que cuando Dani se ponía muy pesado, el me ayudaba a tranquilizarle.

  • ¿Qué fue la más raro que te pidieron?

  • No se, al final les gustaba correrse en mi ojete aunque no llegaran a metérmela, apretaban un poco la polla en mi ano y a los 2 o 3 intentos se venían, había días que solo les gustaba correrse ahí a los 2. Cada día alquilaban películas más fuertes, de orgías y de varios tíos follándose a una tía. Una vez alquilaron una en la que el actor hacía que la actriz le comiera el culo y eso les encantó. Después de ver una porno y estar toda la tarde follando, igual ponían una película normal y mientras la veían a Oscar le gustaba que le chupara los pies o que tuviera su polla morcillona dentro de mi boca y a Dani le encantaba que le comiera el culo y los huevos. Una vez alquilaron una con algo de sadomaso, ellos por la caratula sabían de sobra lo que habían alquilado. Esa tarde me dieron tantos azotes con un cinturón y cachetes en el culo y las tetas que las tuve rojas 3 días, uno de los cuales aprovecharon para llevarme a la playa y que la gente me viera todavía con alguna de las marcas. Ese día aprovechando que me tenían atada Dani le dijo a Oscar que era su oportunidad de follarme el culo, pero les dije que si lo hacían no volvería a ir ninguna tarde, y al final solo me metieron los dedos aunque Dani por la rabia me dio un montón de cintazos y cuando le chupé la polla me la metió entera en la boca haciendo que casi me ahogara.

  • Si te hubieran follado el culo, ¿de verdad no hubieras vuelto?

  • Seguramente si, atada mientras me daban cachetes y con el cinturón, me corrí varias veces. Tener a 2 chicos tan excitados conmigo y encima estaba colada por Oscar así que seguramente hubiera vuelto. Encima seguro que me habría gustado que me lo follaran como me demostraste tu ayer, así que...

La polla me estallaba, no aguantaba más así que cogí el bote de aceite y le embadurné bien las tetas, luego me puse encima de ella y empecé a hacerme una cubana a toda velocidad, apretaba esas tetonas contra mi polla para producir más fricción y el gusto que me estaba dando era enorme. Cuando estaba a punto de correrme me incorporé para metérsela en la boca.

  • Espera, no te la has lavado - me dijo. Recordé que le acababa de estar follando el culo hacía un rato y era verdad que no me había lavado pero en ese momento no me iba a parar por eso.

  • Me da igual, abre la puta boca - ella obedeció y yo le metí casi toda la polla en la garganta y con mi mano le tape la nariz para que no pudiera respirar. Ella parecía que se iba a ahogar y me empujaba con las manos pero yo ya no iba a aguantar mucho, así que esperé con mi polla clavada entera en su boca hasta que me descargué directamente en su garganta. En ese momento la solté y al sacar la polla de su boca ella empezó a toser y mi semen a salirle por la nariz. Toda despeinada, con la cara llena de mi leche y totalmente cubierta de saliva estaba preciosa. La agarré del pelo y la atraje hacia mi polla para que me la limpiara, algo que hizo sin rechistar hasta que mi verga brillaba. La solté del pelo y me deje caer en la cama.

  • Joder, me has puesto a mil, ha sido la ostia - no me salían las palabras. Ella estuvo cogiendo aire y después de un rato por fin se tumbó a mi lado y se acurrucó conmigo.

  • Me encanta excitarte tanto que no puedas controlarte- me dijo relajada por fin y acariciándome el pecho

Y nos quedamos dormidos abrazados.

Cuando me desperté vi que eran más de las 3, estaba totalmente sudado así que me levanté y fui directo a la ducha aunque ver a Lidia desnuda en la cama con la cara cubierta de babas me la puso dura otra vez. Me la hubiera vuelto a follar pero necesitaba recuperar algo de fuerzas. Cuando salí del baño ella ya estaba despierta.

  • ¿Has descansado? - le pregunté.

  • Si, me he quedado muy relajada. ¿Tienes hambre?

  • No mucha, el desayuno que me preparaste estuvo genial. ¿Tu tienes hambre?

  • Jajaja - se rió pensando que le estaba lanzando otra indirecta - ¿Tienes ganas otra vez?

  • Contigo siempre tendré ganas, pero si tienes hambre de verdad, te dejo que bajes a comer algo rápido antes de volver a follarte.

  • ¿Vas a volver a follarme? - puso la voz más sexy que había oído en mi vida para hacerme esa pregunta al mismo tiempo que se pasaba la lengua por los labios.

  • Baja a comer algo si quieres, que cuando subas voy a volver a llenarte de polla y me voy a correr en tu coñito.

Ella puso una sonrisa que la hizo parecer preciosa. Se levantó y recogió el tanga del suelo enseñándomelo.

  • ¿Quieres qué me lo ponga? - si quería que me la volviera a follar ya mismo estaba a punto de conseguirlo.

  • ¿Tienes aquí algo de esa ropa tan sexy que dices que compras y que luego no te atreves a ponerte? - ella sonrió todavía más y se sonrojo un poco.

  • Si tengo algo - me dijo tímida.

  • Pues cógelo, baja a comer y cuando subas tráelo puesto. Elige lo que creas que te hace parecer más sexy, me fío de ti.

Le guiñé un ojo y ella se volvió a reír. Se puso a buscar en su armario mientras yo volví a tumbarme en la cama. Estuvo cogiendo varias prendas de ropa y calzado y diciéndome que ya estaba, se fue a comer. Me puse a mirar el móvil intentando no seguir pensando en Lidia para que mi pija se relajara y volviera a coger fuerzas para la traca final.

Al rato oí unos pasos en el pasillo y la vi entrar de nuevo. Traía una bandeja con 2 botes de Red Bull pero eso era lo de menos. Llevaba puesto un vestido gris super ajustado que no dejaba nada a la imaginación. Arriba era cerrado pero a la altura de sus tetas tenía un escote con forma de corazón que dejaba al aire más de la mitad de sus pechos. Era cortísimo, se podía adivinar que por detrás no se le subía más porque la curva de sus nalgas lo retenía. Calzaba unos zapatos de tacón que la hacían parecer imponente y se había atado el pelo en una coleta. Me acercó la bandeja con la bebida sonriendo al ver mi expresión de asombro al verla así vestida.

  • Como dijiste que no tenías hambre, te he traído esto para recuperar energía - dijo ofreciéndome la bebida. Cogí unos de los botes y ella poso la bandeja con el otro en la mesita de noche.

  • Tienes bastante razón, falta me va a hacer - abrí el bote y empecé a beber - Date una vuelta que te vea bien - ella hizo un giro de 360 grados dándome tiempo a poder observarla totalmente - Impresionante. Vuelva a girarte pero quédate de espaldas a mi - ella se volvió a girar pero esta vez se detuvo dejando su culo al alcance de mi mano. Como me había imaginado y visto antes, el vestido justo le llegaba hasta la parte inferior de sus glúteos donde una goma y su prominente trasero impedía que se subiera más - Inclínate hacia delante para que vea bien ese culito - ella separo un poco las piernas y comenzó de nuevo a inclinarse de cintura para arriba. El vestido parecía que se quería subir pero permanecía en su sitio sin que llegara a poder ver sus nalgas ni saber si llevaba ropa interior debajo. La di un azote y la mandé incorporarse volviendo a quedar de cara a mi - Pareces una auténtica puta así vestida.

  • Gracias - su respuesta no me la esperaba. Le había dicho que parecía una puta y me lo había agradecido, desde luego cuando compró ese vestido su intención debía de ser esa.

  • ¿Nunca te lo has puesto para salir a la calle?

  • No, eres la primera persona que me lo ve puesto. Bueno, tu y el chico de la tienda donde lo compré.

  • Imagino que quedaría encantado.

  • SI, intente que me viera lo máximo posible para calentarle.

  • Si nunca lo has puesto ¿para qué lo compraste?

  • Lo vi en una tienda y me encanto, y cuando lo probé y vi como me quedaba y el efecto que causaba en el dependiente, me lo quise llevar.

  • ¿Te imaginas la reacción de los tíos si te vieran así vestida en una discoteca?

  • Si - contestó en un susurro.

  • Cuéntame que te gustaría que pasara.

  • No se - su voz era muy débil, hablaba bajito de nuevo como si le diera vergüenza pese a todo lo que ya habíamos hecho ese día.

  • ¿Me vas a decir ahora que te da vergüenza contarme tus fantasías después de todo lo que me has contado ya?

  • Bueno, son cosas diferentes. Lo que te he contado son cosas que me pasaron y que me gustaron pero esto es distinto, es contarte fantasías que no se siquiera si me gustarían.

  • Vamos a ver zorrita. Ya se lo guarra que eres y puedo imaginar como te gusta que los tíos se calienten viéndote así vestida, pero quiero oírte decir que te gustaría que pasara después, que te gustaría que te hicieran al verte así. Vamos.

  • Cuando lo compré me imaginaba yendo a trabajar con él al pub y como lo tíos al verme lo único en lo que podían pensar sería en como conseguir follarme - dijo después de unos segundo de silencio -. Luego cuando llegué a casa y me lo volví a probar se me ocurrieron un montón de cosas que me podían pasar, esa noche me tuve que masturbar 2 veces antes de dormir de lo cachonda que estaba.

  • ¿Qué imaginaste que te pusiste tan cachonda?

  • Bueno, en el pub yo trabajo con 3 chicos y otra chica. Imaginaba que cuando llegaba al pub y todos me veían me decían que así vestida parecía una puta, incluso mi compañera me decía que le daban ganas de subirme el vestido y darme unos azotes entre las carcajadas de los otros que le animaban a hacerlo.

Luego durante la noche trabajando, mis compañeros, los 3 chicos y la chica, empezaban a meterme mano bastante descaradamente, me tocaban el culo e incluso las tetas y todos los clientes podían ver como lo hacían y me decían lo buena puta que era. Incluso uno de mis compañeros me levantó el vestido dejándolo a la altura de la cintura y luego me quitaba el tanga, me decía que era para que todo el mundo pudiera ver lo buena que estaba. En toda la noche no dejaban de meterme mano, incluso agarrándome por detrás y dándome un buen magreo en las tetas mientras se frotaban contra mi. Imaginaba que cuando iba a coger alguna botella, mi compañera me empujaba contra el mueble y me metía los dedos en el coño a la vista de toda la gente y me escupía llenándome las nalgas de saliva. Cuando tenía que salir al baño los chicos y también las chicas que estaban bebiendo, aprovechaban para sobarme y decirme lo rica que estaba y un montón de guarradas más. Que me follarían toda la noche sin parar, que ese culo estaba pidiendo guerra y me lo iban a reventar y un montón de cosas más, como una pareja que mientras el me sobaba, le decía a su novia que esa noche la iba a follar pensando en mi culo y ella metía sus dedos en mi boca y me decía que me jodiera, que aunque pensara en mi, la polla de su novio estaría en su coño y no en mi boca de zorra.

Después de varias horas así en la que los azotes de mis compañeros y los dedos que me metían eran continuos, llegaba mi jefe y se metía a trabajar con nosotros. Al verme me cogía y me decía que hacía tiempo ya sabía lo guarra que era y que el me iba a enseñar como se trataba a las putas como yo. Me apoyaba en la barra y sacando su polla me follaba allí delante de todos llenándome de leche mientras la gente le vitoreaba y aplaudía.

Al final de la noche al cerrar me quedaba solo con mis compañeros y mi jefe y todos me follaban mientras yo le comía el coño a Sonia y se aprovechaban de lo cachonda que estaba para darme por el culo sin que yo me negara.

  • Joder, no me extraña que tuvieras que masturbarte varias veces ¿alguna vez algún compañero te ha follado en los baños del pub?

  • No, lo máximo que le he hecho a uno fue ir con el al baño y hacerle una mamada allí.

  • Jajaja, ¿con Fran?

  • No, con uno de mis compañeros de ahora. Perdí una apuesta con él, aunque creo que me hizo trampas. Le dije que si ganaba yo, se encargaría de colocar mi parte de la barra cuando cerráramos, y el me contestó que estaba de acuerdo, pero que si ganaba él iría al baño y le comería la polla. Estaba segura de ganar así que le dije que si.

  • ¿Se corrió en tu cara?

  • No, me moría de ganas de tragarme su leche, estar en el baño chupando una verga era una de mis fantasías así que estaba muy cachonda, pero no quería que pensara que era todavía más guarra de lo que le estaba demostrando, así que cuando se fue a correr se la sacudí para que echara su leche en el suelo.

  • ¿Te volviste a liar con él?

  • No, no me gustaba mucho y me lo propuso muchas veces pero siempre le dije que no. Quiso hacer más apuestas también pero no paso nada más, yo tenía bastante claro que me había engañado. Trabajando se aprovecha bastante para frotarse conmigo y sobarme el culo con disimulo, ya lo hacía antes de que se la mamara.

  • Un fin de semana podemos ir a una ciudad que no nos conozcan, puedes ir así vestida y dejar que los tíos que vayan a hablar contigo te metan mano hasta que yo desde otra zona donde te estaré espiando te diga si con ese tío podrás llegar a más o no, y si te digo que no tendrás que quitártelo de encima y esperar al siguiente. Cuando decida que con uno o varios tíos si puedas estar, entonces les harás ver claramente lo zorrita que eres y dejaremos que te manoseen lo que quieran, y tu los sacaras a bailar para que lo hagan a la vista de todos. Yo lo grabaré con el móvil para que luego lo podamos ver juntos. ¿Qué te parece? - ella no contestó, solo asintió con la cabeza. Me parecía más caliente de lo que nunca la había visto y eso era mucho decir.

Me senté en la cama a escasos centímetros de ella y con mis manos la hice girarse dejando su culo frente a mi. Hice que volviera a echar su cuerpo hacia adelante mientras sus piernas permanecían rectas y firmes. Pude ver que si llevaba ropa interior, pero su tanga tenía un agujero a la altura del coño por lo que me la podía follar sin tener que quitarlo. Aún así le aparte el hilo a un lado y le metí 2 dedos del tirón, estaba empapada y con solo el contacto de mis dedos empezó a temblar. Se los saqué y en esa posición empecé a darle cachetes en sus labios vaginales y al cuarto ella no pudo más y se corrió como no la había visto todavía. Parecía que se estaba meando y tuvo que tirarse al suelo por las convulsiones que le estaban dando. Me levanté de la cama y la ayudé a levantarse mientras con una mano la agarraba de su melena.

  • Vaya puta estás hecha, descuida que te voy a ayudar a cumplir tus fantasías, conmigo no tendrás que ir de niña buena como con Fran y podrás ser todo lo guarra que nos apetezca.

  • Me gustaría hacer algo así pero necesito que estés allí - me dijo.

  • Claro que estaré, no me lo perdería por nada del mundo. Ahora trae algo con lo que poder atarte, quiero que me expliques como te lo hicieron ese par de hermanos pervertidos amigos tuyos - Lidia salió de la habitación y al rato volvió con unas corbatas - Enséñame como lo hicieron.

  • Bueno, yo estaba desnuda del todo.

  • Pues entonces desnúdate - se quitó el vestido por arriba y al dejar sus tetas libres, estas votaron de manera hipnótica para mi. Luego se quitó el tanga y los zapatos.

  • Tienes que ayudarme.

  • Claro, tu me dirás.

  • Me tenían las manos atadas a la espalda - yo la iba atando siguiendo su relato - Luego me apoyaron en una mesa de comedor y me ataron también los pies - yo la llevé hasta un escritorio que tenía y la tiré encima aplastando sus tetas contra el tablero. Luego me agaché y le até los pies. Con los zapatos de tacón que llevaba puestos, sus piernas lucían increíbles y su culo parecía aún más firme e irresistible - Luego me ataron una corbata al cuello para tirar de mi como si fuera una correa - yo até la corbata que faltaba alrededor de su cuello y tiré de ella haciendo que se incorporara un poco.

  • Vaya imagen, no se como el pequeño se aguantó sin follarte ni romperte el culo.

  • Con todo lo demás que me hicieron salieron ganando.

  • Ya lo creo, pero tenerte así a su merced, les tuvo que ser muy difícil resistirse. Entonces dime ¿te tenían así?

  • Si. Frente a mi estaba la TV y yo podía ver como castigaban a la chica de la película - le solté entonces un fuerte azote en cada nalga que le quedaron coloradas.

  • Vaya espectáculo ¿te follaron en esta posición?

  • Si, en está posición Oscar me folló y Dani me la metió en la boca para que se la chupara.

  • Lastima de no tener un cinturón, te iba a dejar el culo y las tetas rojas - me moví situándome frente a ella y le metí la polla en la boca.

Fui metiéndola poco a poco y cuando tuvo la mitad dentro, le agarré la cabeza y empecé a follársela. Las vistas de su boca tragando y de su culo colorado así ofrecido, con sus manos atadas a la espalda, eran una auténtica pasada. Pronto cambié de posición y me puse detrás ella - El pequeño se aguantarían pero yo no puedo - le dije y empecé a empujar mi polla dentro de su coño hasta el fondo, continuando con un rápido mete saca. Notaba mi polla empapada con sus jugos así que aproveché para sacársela y gracias a la lubricación que me proporcionaban sus jugos, metérsela en el culo de una embestida, por suerte para ella lo tenía un poco abierto de los polvos de por la noche. Le agarré por las caderas y la follé con todas mis fuerzas, la azotaba las nalgas sin parar y a veces tiraba de la corbata atada a su cuello para hacer que se incorporara y en esa posición pellizcarle los pezones. Estaba fuera de mi, esa chica conseguía que siempre quisiera estar follando aunque ese día me hubiera corrido ya varias veces. Ella no paraba de gritar así que para que no hiciera tanto ruido me estiré hundiendo mi verga hasta el fondo de su culo y luego le metí 2 dedos en su boca haciendo que empezará a babear sin parar. Cuando yo ya no podía más se la saqué y se la enterré de nuevo de un solo golpe en su coño donde vacié lo poco que me quedaba en los testículos. Caí rendido encima de ella y así estuvimos un rato. Cuando me incorporé, la mandé que se quedara en esa posición y yo fui a tumbarme a la cama.

  • Desde aquí tengo unas vistas tremendas de tu culo y de tu coño escurriendo mi leche. Estoy agotado pero si tienes alguna fantasía que pueda cumplirte, pídemelo, creo que te lo debo.

  • Ahora mismo no se me ocurre ninguna - dijo desde su posición.

  • Pues entonces vamos a vestirnos y llévame a mi casa, estoy agotado - ella se incorporó y se acerco arrastrando los pies hasta la cama para que la desatara. Verla así hizo que me riera.

  • Es una pena que me tengas que llevar, sino te dejaría así atada a ti sola hasta que volviera mañana para seguir follándote - la desate y ella se acercó a besarme.

  • ¿No se te acabarían las fuerzas?

  • No te preocupes que no me van a faltar para dejarte bien satisfecha - y le di un azote para dejar claro que así sería - Vamos a vestirnos.

Empezamos a ponernos la ropa. Verla como lo hacía también me excitaba pero mi polla necesitaba algo de tregua, la tenía algo colorada después de tantas folladas y de haberle desvirgado su apretado culito. Cuando estuvimos vestidos bajamos y subimos a su coche para que me llevara mi casa y me dijo que al día siguiente se volvía a Salamanca.

  • Me parece bien, pero el viernes que viene te quiero de vuelta y no avises a nadie de tus amigos de que vas a venir, el próximo fin de semana vas a ser solo para mi - ella me sonrió.

  • Me encanta que quieras seguir viéndome.

  • Claro que quiero volver a verte y volver a follarte, y te voy a ayudar a cumplir muchas de tus fantasías.

  • Muchas gracias - me dijo casi emocionada y nos despedimos con un morreo que hizo que mi polla volviera a brincar.

  • Y no te masturbes hasta que la semana que viene, te quiero bien cachonda.

Lidia volvió el fin de semana siguiente y desde el viernes hasta el domingo lo pasamos encerrados en su casa follando, fueron 2 días increíbles. Después de eso ella tenía que trabajar los fines de semana así que le costaba escaparse para venir al pueblo a verme aunque lo hizo unas cuantas veces lo que quedaba de verano durante la semana. Cuando llegó octubre yo fui a Sevilla a realizar unas prácticas y casi dejamos de vernos, pero lo prometido es deuda así que un fin de semana ella pidió librar en el pub y quedamos en una ciudad donde nadie nos conocía para permitirle cumplir alguna de sus más secretas fantasías.

Después de eso nos hemos visto muy poco y ahora mismo llevamos casi 6 meses sin estar juntos. Se acerca el verano y tengo pensado volver al pueblo y mis ideas de lo que voy a hacer con Lidia cuando la vea me hacen sonrojarme a mi mismo. Espero que a ella le encante.