Descubriendo a la verdadera Alba - CAPITULO 3
Alba, de rodillas y con dos penes enfrente de su cara, da su primer paso en el mundo de los tríos y comienza a chupar.
Hola de nuevo a todos.
Primero, y antes que nada, Alba me ha insistido en que os agradezca los mensaje y comentarios que habéis hecho a las últimas dos entregas de la historia. Hemos recibido emails de todo tipo y algunos que han despertado el interés de Alba ;-). Con lo que muchas gracias por sacar tiempo para escribirnos. Esperamos que esta tercera entrega os guste también.
Tanto Alba como yo hemos tenido dudas de como contaros el resto de nuestra historia. Podríamos haber seguido contando como fue el intercambio de mensajes con los candidatos y de como elegimos a Pancox finalmente por ser con el que más a gusto nos sentíamos chateando. Pero creemos que nuestros lectores están aquí para leer sobretodo a cerca de la materialización del trío.
No obstante, os hago un breve resumen. Quedamos el fin de semana siguiente con Pancox (cuyo nombre real es Fernando) en una cafetería de debajo de nuestra casa. Era un chico de una altura similar a la mía, pero algo más ancho de espaldas y más musculado. Vestía bien y era muy simpático. Compartíamos un humor similar que hizo que en todo momento nos sintiéramos muy relajados con el, y la situación fue evolucionando de una manera muy natural.
Quedamos a las 8 de la tarde, y casi sin darnos cuenta nos dieron las 21.30 entre cerveza y cerveza.
Yo me lancé y planteé la cuestión por la que los tres estábamos allí:
Yo - “Fernando, ¿te parece que nos tomemos algo en casa? Está aquí mismo.”
Fernando - “Por mi estupendo. Como queráis”.
Alba y Fernando salieron de la cafetería mientras yo pagaba la cuenta. Cuando salí, vi que Alba le cogía del brazo y hablaban muy animadamente. Alba me invitó a que me pusiera a su otro lado y también me cogió del mio. La vuelta a casa se hizo muy corta mientras charlábamos de nada en particular.
Una vez entramos en el ascensor, Alba cortó la conversación para hacernos una confesión.
Alba - “Chicos, os voy a confesar algo.... tengo unas ganas de polla que no puedo con ellas.....”
Acto seguido llevo su manos a nuestras entrepiernas y estrujo mientras sonreía.
Fernando - “Se me ocurren varias formas de saciar tus ganas, Alba”
Alba - “¿Ah, si? ¿Y como vas a hacerlo?” Contestó mientras apretaba más el paquete de Fernando.
Fernando - “Yo es que soy más de hacer que de explicar”
Alba - “mmmmmm, buena respuesta....”
Llegamos a nuestra planta y aunque los tres estábamos disimulando nuestra excitación, aceleramos el paso hasta la puerta del apartamento.
Una vez dentro y todavía en el pasillo, Alba e abalanzó sobre nosotros, con lo que nos tuvimos que apoya la espalda en la pared, mientras ella seguía sobando nuestras pollas por encima del pantalón.
Se tiró hacia mi boca y nos empezamos a besar. Tras unos segundos cambió y empezó a besarse con Fernando que instantes antes había aprovechado para desabrocharse el pantalón y quedarse en boxers. Alba notando que sus acciones estaban surgiendo efecto y que nuestras pollas estaban creciendo miró hacia abajo y pudo apreciar los bultos que dentro de poco la estarían follando. Con una sonrisa en la cara dijo.
Alba - “mmmmm, me gusta lo que veo.... dos buenas pollas..... sobretodo esta....” dijo apretando más la herramienta de Fernando para indicar que refería a el.
Yo - “Pues son todo tuyas, haz con ellas lo que quieras.”
Alba - “No me lo tienes que decir dos veces....”
Seguidamente, se puso de rodillas, sacó la polla de Fernando por debajo del boxer sin quitárselo y se la empezó a mamar. Fernando dejó escapar un suspiro de satisfacción al notar la boca de mi novia. Yo por mi parte no tarde en sacar la mía y unirme a la fiesta.
Nunca había visto a mi novia tan atractiva con en aquella ocasión. De rodillas, con una polla en cada mano. Ella de vez en cuando se sacaba la polla que tuviera en el aboca en ese momento y nos intentaba calentar con algún comentario.
Alba - “Que ricas.... mmmmmm (mientras lamía alguna de las dos). Hoy es mi día de suerte....”
Al cabo de un rato dije.
Yo - “Vamos al salón creo que será más fácil darle polla a esta putita allí.” Cogí a Alba del brazo y la levante.
Ella, algo decepcionada por tener que dejar de chupar se dirigió al salón mientras se desnudaba por el pasillos. Nosotros dos deguimso su ejemplo y nos fuimos desvistiendo, sin poder esperar a llevar el encuentro al próximo nivel. Una vez allí, ya todos desnudos, o en ropa interior, rodeamos a Alba y la empezamos a sobar el cuerpo.
Yo la empecé a estimular su encharcado coño, mientras ella besaba lujuriosamente a Fernando. Noté como Alba tenía una mano agarrando la polla de nuestro invitado y le había empezado a pajear suavemente mientras se besaban de pie. Alba rompió el silencio y dirigiéndose a mi me dijo:
Alba - “Trae los condones, anda....” Su tono era prácticamente suplicante. Sin lugar a dudas, quería que la actividad comenzara lo antes posible.
Le dejé no sin antes decirles.
Yo - “No empecéis sin mí, eh,cabrones?” Pero no se si mis palabras tuvieron o no mucha aceptación. Ellos seguía besándose.
No tardé en volver al salón más de un un minuto y cuando lo hice me vi ante una escena que me pilló desprevenido. Alba estaba de rodillas frente a Fernando, tenía su polla cogida con la mano derecha y se la estaba restregando por la cara. Estaba claro que el mero hecho de estar en contacto con aquel pedazo de carne le producía una excitación que no podía controlar.
Al notar que había vuelto Alba me giró para mirarme y dijo:
Alba - “ Lo siento cari, no lo he podido remediar.... es que mira que polla.... que polla, Dios....”
Acto seguido se la metió en la boca. La escena me pilló tan desprevenido que tenía la sensación de haberles interrumpido. No sabía se acercarme y participar o quedarme mirando. No parecía que Alba me echase de menos. Ella seguía mamando sin reparar en mucho más que la polla que le desencajaba la boca.
Se la saco brevemente para coger algo de aire y decir:
Alba - “Que polla Fernando... que polla...”
Fernando - “Es toda tuya, guapa. Sigue mamando”
No hacía falta que se lo dijeran dos veces. Alba siguió engullendo con diligencia.
Por mi parte, conseguí romper mi ensimismamiento ante la escena que se desarrollaba delante de mi, cogí el móvil y me puse a grabar. No tenía pensado grabar nada, pero me parecía que la situación lo merecía, y dudaba que Alba me pusiera pegas... ella estaba demasiado ocupada en eso momentos intentando dar placer a la polla que tenía más cerca.
Yo - “Fernando, te importa si grabo?”
Fernando - “Haz lo que quieras.”
Alba me miró de reojo y pudo ver que la estaba enfocando con el móvil. Lejos de cortarse o pedirme que parase se volvió a sacar la polla de Fernando de la boca y me dijo:
Alba - “Graba bien a la puta de tu novia. Grábame con la polla de otro en la boca...mmmm...”
Fernando empezó a mover las caderas como si estuviera follando la boca de Alba. Ella dejó de moverse y abrió la boca todo lo que pudo para que el miembro de Fernando la penetrara lo más profundo posible. Debía llegar bastante al fondo de su garganta por que Alba empezó a tener alguna arcada que finalmente consiguió controlar.
Mientras Fernando bombeaba (cada vez con menos cuidado) a sus embestidas les acompañaba un sonido mojado y pringoso; una especia de “chup, chup, chup” cada vez que penetraba su boca.
Tras unos instantes Alba cogió a Fernando por las nalgas y le empujo hacia su cara. Estaba tratando de ver cuanta polla podía tragar. Relajando la garganta consiguió tocar pubis de nuestro invitado con la nariz.
Fernando aprovechó para cogerla por la cabeza y forzarla a mantenerla con la polla hasta el fondo. Pasaron varios segundos hasta que la dejó ir.
Alba, se la sacó y empezó a jadear. Le lloraban los ojos y aunque se había sacado el pene completamente de la boca, hebras de saliva aun iban desde sus labios hasta el miembro de Fernando.
A Fernando no le debía apetecer hacer un parón, con lo que sin dar tiempo a Alba a que recuperara algo más la respiración la cogió por el brazo y le dijo.
Fernando - “Arriba, que no hemos acabado.”
Alba - “Sí.... dame más.... dame más por favor....”
Alba era completamente ajena ya a mi presencia. Para ella en el mundo solo existían ya dos cosas: la polla que tenía delante y la necesidad de tenerla dentro, ya fuera de su boca, o de su coño, o de cualquier otro agujero, como pronto descubriría.
Fernando - “Has hecho anal alguna vez?”
Alba - “No.....”, contestó Alba todavía jadeante.
Fernando - “Quieres probar? Te garantizo que te lo haré bien y que te va a gustar”
Alba - “Sí por favor.... fóllame el culo....”
Alba iba directamente al sexo anal, sin querer pasar por una penetración convencional. Era tanta la excitación que sentía que decidió que fuera esa polla que acababa de conocer la que le desvirgara el culo.
Fernando se giró hacia a mi y me preguntó:
Fernando - “Tenéis algún tipo de lubricante? Si no lo ha hecho nunca facilitaría las cosas.”
Yo - “Sí, tenemos el típico gel. Voy por el.”
Fui a la habitación a por el bote. Debí tardar unos segundos, pero Alba ya estaba sentada en el sofá con Fernando de pie delante de su cara, y ya con su polla en la boca. Estaba claro que ella no podía consentir que esta polla no estuviera del alguna forma dentro de ella en todo momento.
Le di el gel y un preservativo a Fernando.
Fernando - “Ponte a cuatro patas Alba.”
Alba obedeció de inmediato y se tomo su posición encima del sofá.
Fernando - “Coge esos cojines y póntelos debajo del estómago”
Alba volvió a obedecer. Acto seguido y depués de ponerse el condón, Fernando cogió el gel y se echó una buena cantidad en su mano y empezó a lubricar a Alba. Ante el contacto frío del gel Alba dejó escapar un pequeño chillido, que pronto se convirtió en un suspiro de placer cuando Fernando introdujo un dedo dentro de su culo.
Fernando - “Es importante que estés relajada. Al principio te puede doler, pero pasará pronto. Al cabo de unos minutos te preguntarás como has podido vivir tanto tiempo si que te follen el culo, ya verás.”
Por primera vez desde hace varios minutos Alba me miró y sonrió.
Alba - “¿Te gusta lo que ves? Me preguntó para provocarme.
Yo - “ ¿Tu ves que me esté quejando?” le contesté.
Alba volvió a sonreír, pero pronto dejó de prestarme atención. Tras el masaje que le había estado dando Fernando, este se posicionó de rodillas detrás de ella en el sofá. Alba, consciente de lo que estaba a punto de suceder, dejó escapar un suspiro de alivio y anticipación.
Fernando - “Voy a ir empujando muy poco a poco. Sí te sientes muy incómoda dime y paro, pero es importante que lo relajes y me dejes hacer, ¿ok?”
Alba giró la cabeza para dirigirse a Fernando y le dijo:
Alba - “Fóllame ya... por favor.... no aguanto más....”
Fernando se giró hacía a mi y medio riéndose me dijo.
Fernando - “ No te ofendas, pero tu novia es una pedazo de puta.”
Yo - “No me ofendes. Soy un tipo con suerte.” Le contesté también medio riéndome.
Fernando cogió a Alba de la caderas, se colocó bien, y dirigió su polla hacia su culo. Al hacer contacto, Alba volvió a suspirar mientras giraba la cabeza como intentando ver. En ese instante nuestras miradas se cruzaron. Pude ver su excitación en la cara. Pude ver que le excitaba ser follada por el culo, pero también pude ver que le excitaba que yo lo estuviera presenciando.
Fernando empezó a empujar y el capullo empezó a abrirse paso. Alba fruncía el ceño, y dejó escapar un pequeño “ay” por el esfuerzo.
Fernando - “Dime si quieres que siga o si prefieres que pare. Podemos probar otras cosas.”
Alba - “Sigue por favor.... la quiero dentro.... dentro....”
Fernando obedeció. Poco a poco el culo de Alba fue engullendo el pene de Fernando centímetro a centímetro. Fernando, cuando encontraba algo de resistencia la volvía a sacar un poco para acto seguido volver a empujar y llegar un poco más adentro.
Poco a poco la cara de Alba se fue relajando y empezó a dejar escapar jadeos y suspiros. Las cadencias de Fernando fueron haciéndose más rítmicas y regulares, y al cabo de un minuto o dos, ya la penetraba sin problemas.
A estas alturas yo ya no estaba ni enfocando con el móvil. La escena que tenía delante requería de toda mi atención.
Un tipo al que había conocido en persona hace apenas un par de horas tenía su polla de casi 20 cm metida hasta el fondo del culo de mi novia. Era hipnótico verla en esa situación. Durante esta reflexión caí en la cuenta de que Fernando me estaba mirando sonriendo mientras señalaba a Alba.
Entendí de inmediato lo que me quería decir. El había parado de moverse y ya no la estaba invistiendo. Era Alba, la que, a cuatro patas, se movía hacia delante y hacía atrás para meterse la polla de Fernando ella sola. Cada vez que empujaba su cuerpo hacia atrás y le entraba ese pedazo de miembro Alba dejaba escapar un “aaaah” de placer.
Fernando - “Tío, yo creo que a tu novia le está haciendo falta otra polla en la boca, ¿no?.
Yo - “Que dices Alba, ¿quieres la polla de tu novio en la boca? ¿O ya la tienes muy vista?”
Alba - “.....aaah.... aaaah....”
Fernando - “Te estamos hablando a ti, zorra.”
Alba - “.... sí.... aaaah... quiero..... aaaah.... más polla.....”
Me situé de rodillas delante de ella y de inmediato empezó a chupar.
La necesidad de seguir moviéndose para seguir disfrutando del rabo de Fernando hizo que mi mamada fuera algo torpe, pero eso era lo de menos. Lo importante es que delante de mi, tenia a mi movía comiéndome la polla mientras ella, por si sola, se inclinaba hacia delante y hacia atrás para meterse la polla de un extraño por una zona que a mi nunca me había permitido follar.
Al cabo de unos minutos Alba rompió el silencio sacándose mi pene de la boca y dijo....
Alba - “Dios.... me encanta... aaaah”
En ese momento Fernando empezó a empujar con más fuerza. Eso provocó que los jadeos de Alba se acelerarán,y pronto se olvidó de seguir chupándomela para centrarse en las sensaciones que Fernando la estaba provocando. La cadencia a la que Fernando la estaba sometiendo era implacable y las embestidas de su cuerpo contra las nalgas de mi chica sonaban como palmadas.
“clap, clap, clap, clap, clap, clap”
A cada embestida le seguía un jadeo de Alba. Ella decidió dejarse caer sobre el sofá, incapaz de soportar las mbestidas de rodillas y Fernando se inclinó sobre ella para seguir con su tarea.
Alba - “aaaah.... aaaah, aaaah, sí.... más..... aaaah.... Dios.....” SI!”, exclamó Alba con la cara empotrada contra el asiento del sofá.
Fernando la complació y aceleró:
“CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP”
Yo asistía a todo ello ensimismado. Me la estaba meneando con fuerza y estaba a punto de correrme. Era imposible contenerse ante aquella escena, con lo que cogí a Alba del pelo y tirando un poco hacia arriba la obligue a que centrará mi atención en mi polla.
Yo - “Abre la boca, que te la voy a llenar”
Alba - “ aaaah.... aaah..... no.... la boca..... aaaah..... es para..... aaaah.... el invitado....” contestó ella haciendo un esfuerzo por mirarme a la cara mientras la embestían.
Alba aun sacaba ganas y fuerzas para provocarme. Sabía que negarme su boca lo único que iba a conseguir era ponerme más cachondo y hacer que me corriera con más ganas y así lo hice. Descargue delante de ella manchando su pelo, la cara y parte de la espalda. Sin embargo, ella mantuvo su boca bien cerrada, fiel a su palabra de que el privilegio de llenarle la boca de semen era solo de Fernando.
Fernando - “Me voy a correr....”
Alba, a toda velocidad, se sacó la polla de Fernando del culo, se puso de rodillas delante de el y exclamó, todavía con los restos de mi semen esparcidos por su cara y goteando en el suelo:
Alba - “En mi boca..... por favor.... la quiero en la boca.... dámela.... aaah.... dámela...” Alba decía todo esto mientras miraba fijamente a los ojos a Fernando. Seguidamente abrió la boca y sacó la lengua todo lo que pudo, mientras clavaba la mirada en los ojos del tipo que la acababa de desvirgar analmente.
Fernando no pudo seguir resistiéndose a los encantos de la putita que tenía delante y soltó su carga. El primer chorro hizo que Alba diera un respingo de sorpresa, pero fue a parar a su boca, al igual que el segundo.
Alba agarraba a Fernando de las piernas como para impedir que se escapara, y recibió el tercer y cuarto chorro en la comisura de los labios y en medio de su rostro respectivamente. Una quinta descarga de menos volumen volvió a caer en la boca.
Cuando Fernando terminó, Alba, jadeante por la excitación, llevo su dedo indice de la mano derecha a recoger todo el semen que tenía en la cara y dirigirlo a su boca. Hizo esto mientras miraba a Fernando fijamente. Yo por mi parte volvía a ejercer de mero espectador, algo celoso y molesto por no haber tenido el protagonismo que esperaba tener, pero satisfecho por la experiencia.
Alba volvió a agarrar a Fernando por el pene, ese pene que ya idolatraba, y se lo llevó a la boca de nuevo, buscando succionar todo resto de semen que pudiera desperdiciarse. Fernando, ya agotado y bien satisfecho, le posó una mano en la cabeza y dirigiéndose a ella dijo:
Fernando - “En dos años que llevo quedando con parejas, tengo que decirte que eres de lo más puta que he visto.”
Alba se sacó la polla de la boca y mirándole a la cara mientras sonreía le contestó.
Alba - “Muchas gracias! Con esta pedazo de polla para mi sola no es difícil volverse muy puta ¿no te parece?”
Fernando - “Es el mejor cumplido que me han hecho nunca... jajajaja”
Alba, divertida por la conversación se la mamó unos instantes más y le dio un besito en la punta del pene. Girándose hacia a mi me dijo:
Alba - “Y tu, no te preocupes que no me olvido. Ven.”
Me acerque, con el pene aun erecto pese a haberme corrido hace un minuto. Alba, sin soltar la polla de Fernando, agarró mi polla con su mano libre y se lo metió en la boca con la intención de recoger también los restos de semen que pudieran quedar.
Fernando y yo nos miramos. Nos empezamos a reír y chocamos las manos en el aire, ambos muy contentos por como estaba transcurriendo el encuentro.
Alba por su parte, permanecía en el suelo, satisfecha, con lo que ella siempre había querido: Dos pollas a su entera disposición. La noche acababa de empezar, y como está habría muchas más, tanto con Fernando como con otros chicos a los que hemos ido conociendo. Pero esas son historias para otra ocasión...
Fin.