Descubriendo a la mujer
Un bonito encuentro de madurez, de intensidad sensual.
El placer de descubrir algo nuevo siempre moviliza nuestra ilusión, dispara nuestro deseo, alimenta esa voracidad de llenarnos de nuevas sensaciones descubriendo algo nuevo ante nuestros sentidos llenamos nuestro interior de vitalidad renovada, algo que a medida que pasa el tiempo, los años, es una sensación mas que apreciada nunca dejamos de descubrir, pero cada vez nos sorprendemos menos la experiencia aunque rica en los matices que nos aporta cercena en muchos casos la capacidad de sorpresa y en otros muchos casos nosotros mismos en nuestra arrogancia de dar por cerrada nuestra etapa de descubrimientos, clausuramos inconscientemente el motor vital que nos lleva a las puertas del goce mas sublime.
Hablando, sintiendo y pensando como hombre quizás el momento mas sublime que uno se pueda encontrar es justo el descubrimiento en el sexo opuesto de una Mujer .. una Mujer con mayúsculas, intensa, libre, sensual, generosa, desinhibida, pasional, vital, inteligente esa mujer madura y equilibrada, que se encuentra en esa etapa de su vida en la que tan solo una mirada suya es un libro abierto a bucear en sus secretos esa mujer libre de clichés o arquetipos, que disfruta de ella y hace disfrutar a quienes la rodean con su simple presencia.
Disfrutar de ese momento nunca se olvida recordar ese descubrimiento es como una marca de hierro candente en tu subconsciente cada gesto, mirada, olor, tacto, sabor quedan impregnados de su esencia, devoran tu osamenta hasta hacerse parte de ti.
Descubrí esa mujer en uno de mis viajes de conocimiento, de ese placer tan grato que es para mi conocer otros piases, otras culturas, otras realidades tan distintas a mi cotidianidad se unieron dos factores que jamás en la vida podré olvidar encontrarme con un país tan hermoso como Chile, sus paisajes, su lugares, sus gentes y descubrir la mujer que mas fascinación me ha producido hasta el momento, sin desmerecer otras sensaciones y experiencias anteriores, porque de cada una guardo un grato recuerdo en mi interior pero al sabor que deja algo que te ha sorprendido en demasía es difícil de emular.
Desde aquel primer instante que en un gesto de extrema confianza me envió vía mail unas fotos intimas suyas, que compartió conmigo confidencias y momentos de charla encantadora en la distancia había sembrado en mi esa semilla de la curiosidad, que va creciendo con el paso del tiempo y el conocimiento mutuo esa semilla que si brota crea es climax calido que acerca a las personas, que las une en un gesto de total complicidad.
En aquellas fotos no solo di rostro y cuerpo a aquella hermosa mujer no solo observe la belleza de su cuerpo maduro sino que pude leer en sus gestos, sus poses, su mirada, su sonrisa, la mujer que tras muchas conversaciones yo intuía esa mujer vital que llena se sensualidad te envuelve con su evocadora presencia.
Tenerla a escasos metros de mi besar sus mejillas en un gesto de bienvenida recibir su calido abrazo, en el que me llene de su olor, de su calor corporal no hizo sino confirmar todo lo que de ella imaginaba me embriago con su sonrisa, su forma de hablar, el fino brillo de su mirada me hechizaron sus formas, su impronta personal ella sin saberlo en un segundo me había conquistado, me había rendido a sus pies.
En su compañía conocí su ciudad, todos aquellos lugares que uno no debe dejara de conocer me mostró sus lugares preferidos, aquellos retazos urbanos en los que ella encontraba sosiego o estímulos positivos en su vida diaria ante mi apareció su mundo presentado por ella, me hizo participe de su entorno me llevo a su restaurante favorito, cenamos en una mesa tranquila y apartada, una velada amena en la que los dos hablamos sin descanso con cada palabra, cada gesto cómplice aumentábamos el deseo mutuo, no seducíamos sin remisión casi al final de las veladas ya nuestras manos se tocaban en la mesa en un gesto calido.
Salimos de aquel recoleto restaurante y comenzamos caminar . dimos una largo paseo urbano, recorriendo calles, parques, avenidas yo me dejaba llevar por ella, envuelto en aquel mágico instante ya caminábamos con las manos enlazadas, deseando unir algo mas que nuestras mentes ya fundidas por la atracción se paro ante un edificio y con una sonrisa amplia me señalo con su mano en dirección al portal "esta es mi casa Fran quiero que esta velada compartas mi reducto privado que descubras algo mas de mi largo tiempo incubado pero solo si así lo deseas" mire sus ojos, me llene de su ilusionada mirada no conteste ni dije nada, solo la bese de forma dulce y abrace con fuerza.
Nada mas cruzar el umbral de la puerta de su apartamento y una vez que esta se cerro su manos tomaron mi chaqueta para depositarla en el perchero su tacto ahora diferente en contacto con mi piel, su impronta era distinta cada toque aparentemente fortuito desataba en mi un deseo incipiente.
Tome su mano y la atraje hacia mi comenzamos a besarnos allí de pie mientras nuestras manos buscaban arroparnos en un apasionado abrazo, buscando cubrir cada rincón de nuestro cuerpos apreté fuertemente sus nalgas y ella suspiro, se acelero de forma evidente su lengua se torno mas nerviosa, sus manos liberaban de forma eficaz mis ropajes buscando mi piel deje caer al cuelo mi pantalón, mi camisa deslice su vestido lentamente con mis manos, mientras con mi boca cubría el camino que iba dejando libre su ropa quedamos los dos en ropa interior, la tome en mis brazos y la lleve a la estancia mas cercana que resulto ser su salón.
Deposite a mi compañera de velada en su sofá y por fin me deleite con la mirada de aquel cuerpo de mujer escultural nada de líneas finas y aniñadas era una mujer en toda su esencia, con curvas, con amplia y hermosa cadera, con unos pechos grandes que no desafiaban a la gravedad, sino que mecidos por el paso del tiempo se acomodaban con una bella gracilidad en su torso sus cabellos largos y rizados, su amplia sonrisa, su picara mirada disfrute por unos largos segundos de aquella maravillosa visión, incluso frene un poco su ímpetu, algo que ella permitió viendo el gozo que me procuraba su contemplación me fascinaba todo en ella, hasta su lencería me parecía un toque sublime tire de sus piernas dejándola semi-tumbada en el sofá y comencé a recorrerla con mi lengua y mis manos, la libere de sus sostén y su braguita mi boca jugaba con sus pezones, mientras mis manos masajeaban sus espalda y glúteos disfrutaba intentando penetrar su pezón con mi lengua endurecida, succionando y tomando parte de su pecho en mi boca, recorriendo su aureola con gesto delicado mientras mis manos marcaban cada detalle de su anatomía, deslizaba el dorso de mi mano por su piel con un contacto mínimo y le producía corrientes continuas de estimulo fui bajando lentamente mi boca por su vientre, recorriendo su estomago y caderas con mi lengua, tras de mi quedaba un liviano y húmedo reguero a mi paso mis manos ya había abierto de par en par sus piernas, acariciaban las cara interna de sus muslos, volaban libres en los alrededores de su pagina, pero sin tocarla de vez en cuando levantaba la vista para llenarme de su excitación, ver su cara, sus mirada perdida .. escuchar sus gemidos y agitada respiración por fin mi boca se poso en su pubis y comencé a besar la parte superior sobre su vulva, lo hacia con fuerza, con firmeza, como queriendo entrar con mi boca por una puerta equivocada podía oler ya su humedad, su aroma intimo cada vez mas excitado me iba acercando a los labios de su sexo deslice mi lengua como una suave cuchilla entre sus labios vaginales separándolos, una vez separados los capture con mis labios y comencé a recorrerlos en su totalidad, mientras mis manos ya jugaban con su perineo, con su ano comenzó a moverse de forma nerviosa su pelvis, cada vez manaba mas humedad de si interior su sabor, su olor me enardecían cada vez mas succione su clítoris con suavidad y lo envolví con mi lengua, mientras uno de mis dedos humedecido por sus propios jugos ya se abría paso en su recto con mi lengua endurecida comencé a penetrar su sexo, cuando se hallaba dentro la relajaba y disfrutaba lamiendo las paredes de aquella calida oquedad mis dedos seguían dilatando su ano, aportándole un añadido placer.
Fueron minutos intensos en los que mi boca, mi lengua, mis manos devoraron su mas intimo interior hasta que en el momento preciso introduje dos dedos de mi mano en su sexo, los coloque en la parte posterior de su clítoris y comencé un agitado vaivén estimulaba el interior de su vagina, su punto G comenzó a gestarse un tórrido orgasmo, que no fue solo uno, sino varios continuos y de brutal intensidad hasta el punto de provocarle varias eyaculaciones intensas me dejo literalmente empapado, porque mi cara en ningún momento se aparto de la trayectoria de expulsión quise beber de su fuente de placer.
Aun convulsa después de aquellos tremendos orgasmos, pero movida por el deseo y las ganas de provocar en mi algo tan arrebatador como lo que ella había vivido bajo mi calzón ajustado y comenzó a jugar con mi sexo se incorporo en el sofá y llevo mi pene a su boca, beso mi glande, recorrió mi tallo, beso mi escroto y mi ano sentí su lengua jugando con mis testículos mientras los introducía en su boca, sus dedos penetrando mi recto y mientras sus manos jugaban con mi trasero, su boca engullía mi pene erecto una y otra vez a mi se me iba la mirada, me costaba contener la respiración, mi corazón se disparaba me tenia a punto de estallar de excitación y justo en ese punto, después de un largo instante de felación y estimulación anal al tiempo me giro y me situó sentado en el reposabrazos del sofá, se puso a horcajadas sobre mi y lentamente comenzó a introducir mi pene en su sexo lo introdujo hasta el fondo y se quedo inmóvil unos segundos, disfrutando ambos de aquella calida sensación, de aquel intimo abrazo comenzó a moverse describiendo pequeños círculos, buscando en cada giro que su clítoris rozara con mi sexo .. luego comenzó a subir y bajar de forma apasionada, impetuosa estaba desbocada sobre mi, mientras que yo solo podía abandonarme a un gozo intenso, a disfrutar también de su placer ella volvió a tener otro espectacular orgasmo que me lleno de nuevo de su humedad.
Pero viendo que aun no me había vertido por ella tomo una de mis manos y la llevo a su ano, me pidió con su gesto que lo dilatase convenientemente y así lo hice, comencé lentamente a introducir primero un dedo humedecido en su boca, luego dos exploraba su recto y preparaba su interior para un pronto encuentro con mi pene así estuvimos un largo rato, entre besos, caricias, masturbación mutua y cuando su ano estuvo convenientemente dilatado se sentó sobre mi pene de forma cadenciosa, yo untaba mi pene con mi propia saliva a cada milímetro que ella bajaba engulléndolo, la ayudaba en su deslizamiento tenia su cara frente a la mía, con es rictus de leve dolor que produce el acomodo rectal pero al tiempo su mirada ardía en deseo y pronto ese gesto paso a ser de gozo absoluto, sus fuertes gritos y gemidos así lo denotaban en cuando los dos comenzamos a movernos a movernos, yo con pequeños y leves círculos ella ascendiendo y bajando con suavidad, ayudada por mis movimientos de pelvis y mis manos en su cadera .. aumentamos nuestro ritmo y nos entregamos de tal manera, que tras unos poco minutos mientras ella vivía los estertores de un nuevo orgasmo, eyacule en su ano de forma intensa retire mi pene de su ano y observe como lentamente se vertía mi semen por aquel agujero, tome una buena parte con mi lengua, con mi mano y lo compartí con ella, dulcemente lo deposite en su boca tras lo cual los dos quedamos derrumbados en aquel sofá.
Minutos después entre arrumacos seguía deleitándome observando aquel cuerpo de mujer en todo su esplendor tenia que asimilar que por un instante se había entregado a mi en total libertad, que había disfrutado del placer que aquel envoltorio carnal custodiaba había descubierto por fin lo hermoso que es compartir en total complicidad nuestra flor de madurez.