Descubriendo a Cris. 7. El test sexual «anónimo».

Tras descubrir el intercambio de audios de WhatsApp entre su novia y Chiqui, Migue decide dar un paso al frente. Ayudado por Mori, la alocada idea del test sexual «anónimo» cobra vida y se lanza al ciberespacio. ¿Habrá dado ese paso en la dirección correcta, o cada vez está más lejos de la verdad?

  1. La encuesta sexual

—Como esto llegue a oídos de Durex®, BMW o Netflix España nos podemos dar por jodidos... —previne a mi compañero de fatigas antes de tirarme sobre el maltrecho sofá que preside el diminuto y sucio estudio donde vive con Jana cuando Jana decide vivir con él.

Llevábamos casi ocho horas — ¡ocho putas horas a destajo! — lidiando con los preparativos. Íbamos a contrarreloj. Mori llevaba todo el santo día programando y editando imágenes, y yo no había hecho otra cosa desde que me había levantado más que confeccionar un cuestionario que aunara de manera velada parte de mis interrogantes, credibilidad, una formalidad adornada de matices originales y que sedujera, a su vez, por su contenido. Y por sus recompensas, claro. Bueno, puede que sí hubiera hecho alguna que otra cosa más, pero me había partido los cuernos para elaborar el interrogatorio casi perfecto, ese que jamás me hubiera atrevido a hacerle a Cris en persona. Ni a nadie, qué coño.

Un tercio del tiempo invertido en aquella locura había trascurrido en casa de Mori, donde llegué sobre las cuatro y cuarto de la tarde, aprovechando que mi novia pasaría el resto del día con Chiqui. Con los deberes hechos, nos afanamos en estructurar la encuesta, haciendo añadidos y eliminando duplicidades. A mi querido amigo le encantó mi trabajo, no sin ciertos reproches por alguna obsesión que decía que me asolaba y alguna discrepancia que me obligó a eliminar alguna pregunta, y yo no pude más que elogiar el suyo. O lo que pude ver hasta ese momento.

El perfil falso de Instagram—la red social que ofrecía más facilidades para este tipo de actividades , además de ser la que más usaban Cris y Jana— estaba creado, la web fantasma de la empresa estaba ya activa, la página del cuestionario, a falta de los últimos retoques, en funcionamiento, y el correo electrónico, cómo no, recién estrenado y listo para recibir las respuestas de quienes se dignaran a rellenar el elaborado test. Estaba todo tan bien trazado, a priori tan bien diseñado —salvo detalles menores que no podíamos subsanar, como el hecho de que no pudiéramos controlar que hubiera usuarios que fuesen a participar tantas veces como perfiles de Instagram tuviesen—, que no pude evitar sentir miedo. Porque por más motivados que estuviéramos, debía aceptar que aquello era una chiquillada. De adultos, pero una chiquillada atroz que ocultaba algún delito.

—No va a llegar a oídos de nadie. Quédate tranquilo de una vez, coño. Querías hacerlo a lo grande, ¿no? Pues aquí lo tienes: gigante. —Se iba a quedar corto con el adjetivo—. Hacer esto con Durex® me sigue pareciendo la mejor idea que has tenido últimamente —mintió, pues en realidad la idea había sido suya—. Habrá peña que incluso relacione la promoción real con la nuestra. El resultado es excepcional, y el cuestionario, una obra de arte, aunque ya te he dicho lo que yo eliminaría... Hay rincones de tu pareja en los que es mejor no entrar... —respondió con un deje realista antes de proseguir con otro tono más optimista—. A partir de ahora encárgate solo de tener paz en tu conciencia y de no contarle esto a nadie, ¿de acuerdo? A nadie... —contestó Mori sin dejar de teclear.

Por supuesto, con «nadie» se refería a Salva, que nos hubiera colgado simplemente por plantear la idea.

—Un par de días y hago desaparecer todo —prosiguió—. Quizás menos, en cuanto Jana ande por aquí y obtengamos el premio, ¿okey? Además, no he podido verificar el perfil porque ni tengo los datos que me solicitan ni tendríamos tiempo hasta que revisasen la rocambolesca solicitud, así que tampoco vamos a arriesgarnos más de lo debido... —añadió despreocupado, la luz de la pantalla sobre su rostro. El enorme escritorio sobre el que trabajaba estaba ocupado por monitores encendidos, algunos colgados sobre el tabique que teníamos enfrente, y otros tantos aparatos informáticos que podían intuirse entre restos de comida, ceniceros llenos de viejas colillas y latas vacías.

Para dotar de verosimilitud toda la puesta en escena habíamos necesitado un gancho. Un anzuelo que no levantara sospecha alguna y que a su vez nos brindara una coartada para querer desentrañar las intimidades de una multitud inconsciente. Pero ¿cómo colar una encuesta sexual a un público joven alérgico a la lectura y a otro adulto pendiente de cosas más importantes? ¿Cómo incentivar la participación de una audiencia tan variopinta? Y lo más importante, ¿cómo coño llamar la atención de mi chica? Tras unos etílicos instantes de brainstorming a la salida del pub la noche anterior, más que exaltados buscando el cebo ideal tras haber decidido probar con la experiencia del caso Tania, se nos hizo la luz tras un chaparrón de gilipolleces.

—Oye, oye, hablando de ofrecer incentivos para que la peña participe, en el bote de lubricante que compró Cris para el temita recuerdo que leí que Durex® estaba sorteando cuentas premium de Spotify si se enviaba el ticket de compra a...

—Espera, ¿has dicho Durex®? Dur... ¡Joder, claro, Durex®! —exclamó con los ojos como platos—. ¡Es genial, la hostia puta, mejor de lo que tenía en mente!, ¡es justo lo que estábamos buscando! ¡Nos disfrazaremos de Durex®! ¡Claro! ¿¡No lo ves!?—exclamó entusiasmado un Mori cuya risa había atraído la mirada de un grupo de suecas que fumaba en corrillo a nuestro lado. Ni rastro de la seguridad de la que había hecho gala al principio de la tarde, cuando Jana no había salido a la palestra. Iba a por todas.

Desde ese momento comenzamos a moldear la idea, magnificada por la cerveza que corría por nuestras venas.

«¿Pero qué es eso de regalar cincuenta cuentas premium de esa mierda? Menudo timo. Poco aliciente veo ahí; estos de Durex® son muy tacaños. ¡Ofrezcamos más! ¡Cuentas premium de Netflix al instante, sin sorteo ni tickets de compra ni pollas en vinagre, que la inmediatez del premio convenza a la peña! ¡Y no serán cincuenta, serán cientos! ¡Miles! ¡Que se hagan con los premios al instante! ¡Y un viaje también, por qué no! ¡Una viaje de seis días y siete noches a Ibiza para quienes sí nos envíen el puñetero ticket! ¡Y un puto coche! ¡Un cochazo! ¿Qué coche moja las bragas de Cris? ¿Un Mini Cabrio? ¡Pues un Mini Cabrio también! ¡Full equip! ¡Tiremos la casa por la ventana, señoras y caballeros! ¡Venga, ángeles desamparados, cambiadnos vuestra dignidad por unas cuantas series, ofrecednos vuestras intimidades por unos días de fiesta!», gritábamos más que medio borrachos en mitad de la calle, motivados por la lluvia de hilarantes ideas y no pocos ataques de risa. Menuda locura la que estábamos inventando, papel mojado, llegué a pesar. Delirios de grandeza de dos desdichados que buscan algún consuelo a sus gilipolleces pasajeras. No sabía lo equivocado que estaba.

Me arrellané sobre el desvencijado sofá tras rememorar cómo había comenzado aquel despropósito de consecuencias imprevisibles y le contesté:

—En ese caso, y para evitar llamar la atención más de la cuenta, esperemos que lo vea cuanto antes... —convine—. Aunque no las tengo todas conmigo. ¿Y si no le aparece la publicidad, qué?—contesté tan ansioso como vacilante, con un nudo en el estómago desde que había llegado a su casa, sin dejar de tener presente todas las preguntas que iba a lanzar al ciberespacio en busca de unas respuestas que no estaba muy seguro de querer saber.

—Con la cantidad de pasta que le vas a meter en publicidad, el tema de las etiquetas y compartir en el story , lo de nombrar a los amiguitos y las amiguitas y el público al que va a ir enfocado el anuncio, lo raro sería que no le apareciese. Y si no lo hace hoy, lo hará mañana. Descuida, siempre hay una solución. Y algo debe salir de todo esto. Con la currada que te has pegado, qué menos podemos esperar, aparte de que lo rellene, claro... —matizó sin dejar de trabajar frente a la pantalla. Currada la suya, pensé yo.

—Esa es otra… Que vea la publicidad del sorteo, la nombren o etiqueten las amigas no garantiza que vaya a ponerse a leer y rellenar todo el tocho que me ha salido, y de hacerlo, nada me garantiza que vaya a ser totalmente sincera… —murmuré para mis adentros imaginándome a mi novia poniendo crucecitas con la esperanza de ganar un viaje a Ibiza...

A Ibiza, claro... y para Navidad un pavo... me repetí con una media sonrisa dibujada en la cara. ¿Quién coño se iba a creer tamaña gilipollez?

—Ya me encargaré yo de que nadie mienta demasiado... —replicó Mori con autosuficiencia.

Eran las siete y pico de la tarde y mi mente, a pesar de haber estado casi todo el día carburando, no había encontrado la paz absoluta que tanto anhelaba, aunque había habido avances. La noche anterior, en cuanto llegué a casa tras trazar los pormenores del plan con el más que medio borracho Mori, me encontré a Cris dormida en el sofá, preciosa y delicada, el televisor encendido de fondo. Casi me ahoga una sensación de culpa al verla tan vulnerable después de todas las intimidades que habíamos planeado robarle, mas el eco de las notas de voz era aún tan intenso como lo que escondían. Me duché, me puse el pijama y la llevé en volandas a la cama, donde continuó su plácido sueño. Ni atisbos de un acercamiento sexual que no me hubiera importado tener. La mera idea de despertarla en mi estado de embriaguez y con la mente absorta con el dichoso cuestionario para dejarla a medias detuvo todo sucio pensamiento. Sentimientos contrapuestos. En cambio, no dudé en hacerme una buena paja usando como estímulo principal varias fotos de una Cris desinhibida y provocativa del verano anterior. No era la primera vez que las usaba para tan placenteros fines, aunque ella ni siquiera supiera que aún conservaba tales recuerdos. Joder, soy fiel hasta para hacerme pajas, me recriminé.

La mañana había sido ligeramente diferente, y no solo por ser la de un atípico sábado en mitad de un puente al que no habíamos sacado provecho viajero. Me levanté temprano, piqué algo, me encerré en el despacho, eché una ojeada a los correos de la empresa y fui esbozando a escondidas el guion de la encuesta, que había decidido separar en cinco bloques. A ratos me escribía con Esteban para que me resolviera algunas dudas técnicas y me contara cómo iba evolucionando el diseño de la web y el perfil de Instagram. Contra todo pronóstico, lo planeado la noche anterior no fue solo el delirio de dos borrachos que quieren rememorar una travesura de su época universitaria y ven con impostados aires de grandeza una idea de mierda que creen maravillosa. Ni de coña. La idea de mierda y el porqué de la misma nos lo habíamos tomado muy en serio. Quizás demasiado. Íbamos directos a matar moscas a cañonazos sin ser conscientes de ello, y a cada avance me sentía más y más culpable por querer saber dónde pondría Cris cada equis en un cuestionario que sobrepasa por mucho lo íntimo y personal.

Fue el sonido de la ducha, pasadas las diez de la mañana, el que me sacó, primero, del trabajo que me traía entre manos y, segundo, del despacho. El olor a geles aromáticos me transportó al mundo de Cris, su imagen desnuda bajo el agua al asomarme al baño me convenció de la necesidad de una ducha. Las fotos de la noche anterior no habían sido suficientes para sanar mi ansiedad. No era momento para refrenarme. Su sonrisa tímida me dio los buenos días entre el vapor, sus manos cubrían sus pechos. Aproveché el primer abrazo para rozar mi polla contra su sexo, mis manos se posaron sobre su culo y nuestras lenguas se dieron saludaron con fervor. Mis manos ocuparon el lugar de las suyas.

Todo componente tóxico volvía a desaparecer con su presencia, virus y antídoto en un mismo frasco. Se marcharon momentáneamente las inseguridades y los miedos y ganó la naturaleza... y el amor. En la cama, empapados, nos entregamos a la segunda parte, excitación y humedad. La bola de inseguridades desaparecía. El mundo parecía girar como siempre había hecho, y los besos, bocados, lamidas, números eróticos y chupadas resetearon mi mente de lo que me traía entre manos. Al menos hasta que...

—Bonito... —pareció suplicar, su cuerpo a cuatro patas sobre el colchón al compás de mi empuje, sus glúteos tremolando tras cada impacto de mi vientre a cada penetración.

—Mmm... —logré contestar con la respiración entrecortada y mi vista perdida en lo que sucedía más abajo. Mi polla abriendo sus pétalos, su dedo juguetón vibrando sobre su clítoris a ritmo frenético.

—¿Te gustaría que hiciéramos... lo que ya sabes? —preguntó extasiada— ¿Te apetece? —pareció implorar con impaciencia, más encaminada a querer dar la impresión de que buscaba mi goce antes que el suyo propio.

¡Joder! Los nubarrones otra vez , exclamé para mis adentros sintiendo como la difusa bola volvía a hincharse.

«¡Ya sé que para multiplicar mi placer con Migue, el camino correcto es el de atrás!»

Mi sangré se heló al contemplar la realidad que el calor matinal había opacado. Mi razón superponiéndose a todo clamor sexual en pleno acto. Lo que en otras circunstancias hubiera sido una bendición ahora podía calificarlo como pesadilla.

Quiere correrse y no puede. No así, al menos.

Me cagué en todo, y no pude evitar, por más que quise, revivir los audios, escuchar a Chiqui hablando de pollones y soldaditos , a Cris afirmar con seguridad que solo tres o cuatro tíos la habían logrado hacer estallar a base de folleteo puro y duro .

Soy insuficiente para una tía como esta, acostumbrada a lo que ya sé y a lo que solo Dios sabe. Despierta de tu espejismo. Ha sido bonito mientras duró.

—Uf... —logré decir fingiendo una excitación que estaba lejos de sentir, el movimiento de mis caderas en descenso frenético—, ¿quieres que te folle el culito, reina? —pregunté a pesar de conocer la respuesta, llevando la mirada desde su rostro sudoroso a su agujerito ya no tan prohibido.

—Me encantaría que me follaras el culito, nene... Me gustaría mucho... —respondió con morbosa excitación sin dejar de tocarse su interruptor de placer.

Culazo, cariño. No tienes un culito, tienes un culazo. Y claro que te lo voy a follar, pero no porque me apetezca ahora mismo, algo que sin duda sí que me apetecería bajo unas circunstancias en las que me supiera también capaz de hacerte explotar a base de folleteo duro, sino porque sé que más allá de mi lengua, es la única manera que tengo para hacerte llegar al orgasmo. Desgraciadamente no soy como otros que sí han conseguido lo que para mí es imposible, así que tengo que cumplir como me ordenes tú. Para eso están las tallas pequeñas, ¿no?, me dije a mí mismo, no sin cierto desagrado ni ausencia de razón, barajando la posibilidad de que le hubiera hablado de estas prácticas a Bárbara, se hubiera calentado, y hubiera estado esperando el siguiente encuentro para repetir la experiencia.

¿Quejas?

Ninguna respecto a la práctica en sí, por supuesto. No estoy tan gilipollas.

Todas respecto a los motivos de la misma.

Cierta ira se apoderó de mí. Si pensaba que el polvazo mañanero que —supuestamente—le estaba echando iba a despejar mis dudas, estaba muy equivocado. Las inseguridades que se habían marchado volvían sonrientes a mí, las dudas las siguieron, y los interrogantes que había esbozado durante las dos horas que llevaba despierto debían, ahora más que nunca, encontrar respuestas. Era necesario saber más. Más que Chiqui, más que Bárbara, y esperaba que más que una Mónica que no sabía si estaba al tanto de los acontecimientos. Incluso casi más que ella misma. Necesitaba saber que podía hacer por ella muchísimo más que darle por el santo culo que había criado en veintiocho años.

—Hoy no te lo voy a follar, nena —contesté mientras imprimía a mi durísima polla un lento movimiento en el interior de su coñito, que emitía un chasquido húmedo a cada penetración: dentro, fuera, dentro, fuera, dentro, fuera—. Hoy te lo voy a reventar —añadí con furia contenida, guardándome para mí el: «como no te lo han reventado en la puta vida»—. ¿Dónde pusiste el lubricante?

Mientras me la follaba analmente a cuatro patas sobre la cama, nuestros sexos totalmente embadurnados en lubricante, no podía dejar de pensar en los audios, que retumbaban en mi cabeza más que los gemidos de Cris. Durante la follada del jueves, ambos borrachos, solo me asolaba la incertidumbre que nacía de todo aquello que no me encajaba. Esta vez, en cambio, sabía a ciencia cierta que el sexo anal que acabábamos de descubrir no era más que el consuelo del perdedor . Solo había que escuchar la intensidad con la que Cris gemía, ahogando sus lamentos en la almohada, para saber que aquello le estaba resultando extremadamente placentero, mucho más que lo que le estaba haciendo instantes antes. ¡Y yo estaba encantado de que así fuese! Joder, me sentía Dios en ese momento, todopoderoso. No recordaba haberla hecho gritar de esa manera jamás. De no haber estado enajenado, con seguridad no hubiera durado ni un minuto. Por desgracia, y aunque me fastidiara ser consciente de ello, sus gritos de placer eran lo que mantenía mi erección en su máxima potencia, porque yo no me lo estaba pasando tan bien como ella. Y no miento, por más estrechita que fuese la entrada en la que me adentraba sin cesar. Aquello estaba pasando, y debía asimilarlo ya, porque yo no era un Felipe, un Ramón, un Tomé ni uno de esos superdotados ganadores capaces de llevarla al séptimo cielo a base de un folleteo duro y variado. A mí me había permitido, casi por compasión, un rato de follada antes de pedirme un sexo anal que estuvo año y medio sin entregarme. Un paraíso de sensaciones que había anhelado mucho tiempo, cuidado, pero un paraíso envenenado. Tanto, que mientras contemplaba cómo mi polla desaparecía en su angosto y embadurnado ano a la vez que admiraba cómo se masturbaba el clítoris frotándose con cuatro dedos, me preguntaba si tal práctica iba a convertirse en nuestro sexo habitual , en nuestra nueva monotonía . Porque de ser así, no tardaría mucho en preguntarme —y preguntarle— qué iba a pasar con el sexo tradicional, ese que llevábamos más de año y medio practicando. ¿Iba a quedar relegado a momentos en que se limitara a querer satisfacerme? ¿Para polvos rápidos en los que ni de coña iba a lograr alcanzar el orgasmo que quizás otros sí le habían sabido dar? Urgía saber todo lo que no íbamos a acabar hablando. Ni por mi parte ni por la suya, viendo el éxito de las prácticas anales. No, el sexo entre nosotros no se iba a centrar en el sexo anal programado, y si para desentrañar todos los misterios de unas notitas de voz en las que se vislumbraban alternativas aún desconocidas debía recurrir al engaño trazado, bienvenido sea. Tocaba mover ficha.

—¡Casi estamos! —exclamó Mori, sacándome con violencia de los recuerdos húmedos de la mañana, deteniendo la rememoración del polvo justo cuando recordaba el estallido de Cristi al verse sobrecogida por un orgasmo antes siquiera de que yo sintiera el cosquilleo previo a la corrida, que finalmente acabó recorriendo su espina dorsal tras permitirme un par de minutos más de folleteo vaginal.

—¡¿Ya?! —pregunté enderezándome sobre el sofá, la imagen del culo en pompa de mi novia aún en mi retina.

—Esa luz que ves es el final del túnel. Mira, solo falta limar estas dos tonterías...meterle la publicidad a la página de Instagram... y que el mundo entero acceda a nuestra web. Atento, colega, se hará a través de esta imagen —se acercó al escritorio y buscó un archivo en el ordenador—, que será el anzuelo en Insta. Dime qué te parece, y échale un ojo al perfil entero, que no lo has visto terminado, anda:

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—Jo... der... ¡Está perfecto, loco! —logré balbucear ante lo que tenía frente a mis ojos.

No pude evitar quedarme boquiabierto. Quiero decir, si en algún momento pensé que iba a ser testigo de una chapuza a la que nadie iba a prestar atención y que iba a tirar mil pavos a la basura, no podía estar más equivocado. Y lo digo con la boca grande: lo que tenía delante era sencillamente maravilloso, tan perfecto que asustaba. Mori había recreado un perfil de Instagram que superaba con creces al original sin llegar a ser un duplicado del mismo. No exagero. Evidentemente, copiaba muchas de sus imágenes icónicas, pero otras tantas las había creado él desde cero —paisajes paradisiacos, chicos y chicas sonrientes, sensuales postales— o tomando como base otras muy parecidas de la competencia. Si nadie se detenía a mirar las fechas de las publicaciones o si el perfil estaba verificado, era imposible que se notara el engaño. Pero si el perfil de la dichosa red social, incluida la foto-gancho, con sus calas de arena blanca de fondo y los logos de las empresas implicadas dando verosimilitud a la farsa, era una oda al buen hacer, la página web de Durex® no quedaba lejos de la perfección. Había cuidado hasta el más mínimo detalle, con la presentación de los artículos y mejunjes más vendidos por la empresa en primer plano, con banners laterales que te llevaban a las páginas de la original y hasta con una cesta de la compra... ficticia. En cabecera, cómo no, el concurso del año, unas bases que a saber de dónde había sacado y los requisitos para concursar. Pulsando sobre la misma, directo al cuestionario, al que también se accedía de manera directa a través de la imagen de publicidad de Instagram —que era como imaginaba que accedería Cris al ver el concurso, y como accedería la mayoría de ingenuos—.Para rematar aquel teatrillo, un formulario con el logo de Netflix en cabeza que iba a ser entregado al azar para aquellos ganadores o ganadoras del premio inmediato. Entregando premios desde el primer momento existen más posibilidades de que el cuestionario se expanda, me explicó Mori. Lo dicho: íbamos directos a matar moscas a cañonazos. O a bombas atómicas.

—Habría que pulir alguna cosita... pero lo cierto es que ya da el pego. Total, nadie se va a meter a verificar la página web, a contar el número de fotos que tiene subidas Durex® Love Sex Spain o la fecha de las mismas; la mayoría irá directo a la página del test a través de la publicidad. La encuesta, que la he colgado en esta página —me explicó clicando aquí y allá—, nos enviará los resultados junto al nombre de usuario de Instagram que lo acaba de rellenar, ya que para acceder es imprescindible hacerlo con el permiso de la red social por excelencia de chulos y de putas, si no tenemos en cuenta OnlyFans... —continuó con altivez—. En cuanto lo haga tu chica, si lo hace..., el correo electrónico nos avisará. Y de ahí, por supuesto, al programa que mezclará nombres y perfiles y escogerá, por mero azar y ante notario, al ganador… o ganadora... de un maravilloso viaje a la Isla Blanca y un pequeñísimo coche... —A esta última parte de su presentación le otorgó tanta carga irónica que estallamos en una carcajada.

—¡Eres un cabronazo total! ¡Vaya curre! —exclamé realmente asombrado, no daba crédito a lo que tenía delante de mí. Ni a su potencial real.

—Sí, un poco hijoeputa , pero porque tú me has incitado a serlo. Espero haberme ganado uno de esos Aston Martin que vendes de vez en cuando...

—Sí, muy de vez en cuando, me temo...

—En cualquier caso, hemos cumplido. Ahora solo falta la tercera parte, que es cuando la matan a ella...

El telón se abrió y, ante mí, oh, querida realidad: Cristi. Suspiré pesadamente sin apartar los ojos de la pantalla, que mostraba la falsa web que había montado, y justifiqué una vez más aquella locura.

—Llevo todo el día dándole vueltas al coco, créeme. No me parece nada ético ni ortodoxo, y hasta me siento sucio, asqueroso... La mayoría de preguntas del cuestionario son demasiado íntimas... Tanto, que llegar a conocer las respuestas me daría más dolores de cabeza que ignorarlas... —Me regaló un gesto con el que me otorgaba toda la razón del mundo, quizás porque a él le aguardaba el mismo tormento de salirnos bien el plan—. Pero después de haber escuchado y leído lo que ya sabes — y lo que no sabes, como el polvo anal que me ha suplicado esta mañana —, creo que esta es la única forma indirecta que existe para saber... para saber qué se le pasa realmente por la cabeza, de entenderla, de evitar males mayores a la larga... ¿No?

Sí, en ese momento era un océano de dudas, pero estaba desesperado por intentar ir más allá. O enajenado, haciendo una bola gigante de la nada, la maldita bola que aumentaba o disminuía su tamaño en función de cómo me encontraba a cada momento.Y es una putada, porque de no haber estado tan atormentado por algo que podría haber llevado por la senda de la lógica y la aceptación madura, es posible que hubiera sabido vislumbrar el infierno hacia el que me dirigía, calibrado las consecuencias reales de la ideíta. En mi odisea por vencer a las dudas e inseguridades —quizás también a algunos complejillos—,aquella triquiñuela era mi única salida para llegar al fondo de Cris. Craso error.

El corazón comenzó a bombear con fuerza en cuanto salí de casa de Mori para regresar a mi dulce morada, un cosquilleo en el estómago que no se iba ni a tiros. La suerte estaba echada, como el montón de euros que acababa de gastarme en publicidad. ¡Ni para el concesionario ni la inmobiliaria había invertido yo tanto dinero en publicidad en redes! Hubiera sido una completa locura que aquello no hubiera dado el resultado deseado, algo con lo que contábamos, a pesar de haber acotado de la mejor manera posible el público potencial al que dirigir la promoción Durex® Love Mini . Pero si ya estaba atacado cuando lanzamos la farsa al ciberespacio tras un par de pruebas exitosas, más me subió la tensión cuando llegué a casa, a eso de las nueve y pico de la noche.

—¡¿Hola?! ¿Alguien en casa?

La puerta se cerró tras de mí, un silencio sepulcral a mi alrededor, una densa oscuridad dándome la bienvenida. Cris aún no había regresado, a pesar de las horas. No era raro tampoco. Las veces en las que quedaba con Chiqui perdía la noción del tiempo y se desentendía de todo. Aun así, creí conveniente preguntarle si venía a cenar y planificar así misábado noche: cena de gordo y alguna película entretenida para calmar los ánimos y evadirme de la que se avecinaba.

Yo

Reina, vienes a cenar o cenas fuera?

Acabo de llegar a casa

Dime lo que sea y me organizo

Besituuu

21:19

Como no contestaba, decidí meterme en la ducha. Salir de casa de Mori es salir oliendo a rancio...  y a verde. Cuando me hube aseado y puesto el pijama —benditos sábados noche de no hacer nada—, miré de nuevo el móvil. Nada. Me vi tentado a llamarla, pero no soy yo de interrumpir los quehaceres de Cris si no es para algo estrictamente necesario. Y hacerme la cena no era algo vital.

Metí una pizza en el horno y me senté en el sofá de la zona audiovisual para buscar alguna película que poder cargar del disco duro. De la mayoría ya me sabía hasta los diálogos de memoria, y me dije que más pronto que tarde debía actualizar la filmoteca. En la búsqueda de algo entretenido me hallaba, cuando el móvil vibró sobre la mesilla. Un mensaje de Whatsapp, el corazón acelerado creyendo que iba a leer en la pantalla «Mi niña». Pero no, era «MoriMori».

MoriMori

Esto es pa flipar niño

Si no acaban de llegar cincuenta o sesenta correos con respuestas del cuestionario no ha llegado ninguno

Échale un vistazo al mail

La contraseña es SwordMaster

No esperaba respuestas a un cuestionario tan extenso tan pronto si te soy sincero

Estaba equivocado

La hemos liado Miguelito

Otra vez!

Eres mu grande feo

21:49

De nuevo mi tensión sufrió una ligera alteración, no esperaba que la promoción publicitaria fuese a ofrecernos resultados en poco más de una hora, sobre todo por la longitud del cuestionario. Estaba nervioso, muy nervioso. Las manos me temblaban. Le eché primero un vistazo al perfil de Whatsapp de Cristina por si estaba conectada y, después, al ver que no daba señales de vida, me fui directo al despacho en busca del portátil, ya que desde el móvil me resultaba imposible acceder a cualquier otro correo que no fuese el mío personal. Era imperioso, pues, abrir el correo electrónico que habíamos habilitado para recoger las respuestas a los cuestionarios completados y enviados. A golpe de clic, secretos desvelados.

Al acceder, me encontré con la misma sorpresa con la que se habría encontrado Mori unos instantes antes. Un montón de correos en la bandeja de entrada del servicio electrónico, uno por cada cuestionario completado. La hostia puta. Decenas de personas abriéndose a unos totales desconocidos que sin autoridad alguna podían acceder a sus confesiones más íntimas a cambio de unos premios que jamás iban a conseguir. Al menos de nosotros, claro. El caso Tania se iba a quedar en una divertida anécdota.

Decidí entonces, por curiosidad, por calibrar la franqueza recogida en las respuestas y superado por las expectativas, echarle un vistazo a alguno de esos correos, cuyo remitente llegaba a nosotros con el nombre del perfil de Instagram del incauto que ansiaba el maldito Netflix. Con el corazón en un puño, mano temblorosa, seleccioné el correo de un perfil con nombre de chica —Anuski no sé qué, más varios números que parecían ser una fecha de nacimiento— y ante mí apareció el formulario con las cruces en las respuestas y unas divertidas contestaciones. Lo había contestado todo, me parecía increíble. Me sonrojé al rememorar aquellos tiempos universitarios en los que accedimos a las confesiones íntimas de la gente de la clase, y no pude evitar cierta sobreexcitación nerviosa al tener ante mí las confidencias de una total desconocida. El corazón aumentó de revoluciones, acercándose a la zona roja.

Tras unos minutos de lectura y enterarme de que la tal Anuski se había acostado con un buen número de chicos a pesar de ser tan jovencita, que siempre practicaba sexo seguro —claro, qué iba a poner en un cuestionario promovido por Durex®—, que su mayor fantasía era la de acostarse... ¡con dos chicas!, que el tamaño le importaba —«En su justa medida, pero una medida por encima de la media nacional»— y que el famoso con el que pasaría una noche de lujuria era Lenny Kravitz —al menos tenía buen gusto—, volví atrás para cotillear otro cuestionario, una sonrisa maliciosa dibujada en el rostro, nervios a flor de piel.

Aquello estaba funcionando, y lo estaba haciendo mejor de lo previsto. Lo cual significaba, también, que estaba funcionando peor de lo previsto.

Lo que se mostró ante mis ojos me sobrepasó, provocó una mueca de espanto en mi rostro y borró todo rastro de perversa emoción.

En la bandeja de entrada había ya 288 mensajes. En efecto, 288 personas habían respondido a las preguntas del diabólico cuestionario sexual que yo mismo había elaborado entre la mañana y la tarde. ¡Locura y horror! Porque eso significaba, como ya habíamos previsto, que la «encuesta Durex®» había llegado a muchísima más gente de las que al final se lanzaban a rellenarlo. ¿Cuál habría sido el alcance real de la promoción?

Casi me da un mareo. Casi.

La certeza de que aquello se nos iba a ir de las manos más pronto que tarde cayó sobre mí como granizo en enero.

Raudo, accedí al perfil de Instagram de mi empresa, Concesionario Hermanos Novoa, ya que yo no tengo un Instagram personal —suficiente con tener Facebook—, y busqué la empresa profiláctica que habíamos creado. No tardé en encontrarla y en dar con el quid de la cuestión. Estábamos recibiendo cuestionarios por doquier porque los usuarios estaban entrando en masa al perfil y se etiquetaban los unos a los otros en la imagen del sorteo. ¿Tanto gusta un viaje o un coche gratis? , me pregunté irónico. ¿O es que la gente mata por una cuenta Premium de Netflix?

Inmediatamente le escribí a Mori:

Yo

Chato, has visto cuántos correos hemos recibido??

Casi 300!!

No son DEMASIADOS para el rato que lleva la promoción activa??

No llega a dos horas!

Cuánto alcance tenía el dinero que le he metido, Mori???

No entiendo mucho, pero esto no es normal

21:59

Otro que no me contestaba. Tocaba esperar.

Saqué la pizza del horno, me derrumbé en el sofá y me volví a colar en el correo de una de esas incautas que había sido seducida por las bondades de un sorteo gratuito. Se llamaba Marikiya , guion bajo y varias equis. Había completado el test, enviado la foto del ticket en el que figuraba la compra de un bote de lubricante Naturals Feels® y no había dudado en explayarse en las preguntas que requerían una respuesta original, sincera y divertida.

El siguiente fue el de un chico de mi edad. Ojeé por encima algunas preguntas, luego aproveché para probar que funcionaba la opción de descarga del PDF con el test y sus correspondientes respuestas —que siempre se descargaba como «CuestionarioSexual2019» y su respectiva extensión, aunque no resultaba necesaria la descargar del archivo para ver el test desde el propio correo— y volví a la bandeja de entrada. Después abrí otro, y luego otro, y tras éste abrí otro más. Todo confesiones, todo respuestas concretas a preguntas innecesarias que superaban con creces las fronteras de la curiosidad racional, por muy maquillado que estuviera el contexto. Chicos y chicas, no tan chicos y no tan chicas, bajo el yugo de un engaño que arrancaba de manera «anónima» confidencias que de otra manera jamás habrían sido reveladas. Pero de eso se trataba, ¿no, Miguel? ¿No era esto lo que querías? Una mueca de desconcierto. Un sentimiento de culpa se adueñó de mí y me sentí entonces miserable. Tuve la absoluta certeza de que si el test llegaba a manos de Cris iba a contestarlo con la misma sinceridad que empleaban los usuarios a los que husmeaba en ese momento, con la misma naturalidad de la que hacía gala en el resto de ámbitos de su vida. Y si mentía, yo lo sabría enseguida. Para eso yo había diseñado el test.

La sensación de que me había pasado tres pueblos con la excusa de la ofuscación y el enajenamiento por lo acontecido durante las últimas cuarenta y ocho horas ganó terreno y comenzó a vencer la razón y la decencia. Sí, me había excedido con el test, había superado los límites de lo ético, toda corrección y lealtad debida. La bola de desinflaba.

Cris me quería y confiaba en mí. Y si yo no estaba dando la talla en la cama, si no estábamos en la misma onda en nuestras expectativas con respecto al otro o faltaba comunicación libre y bidireccional, lo hablaría con ella y solucionaríamos el problema juntos, aunque tuviera que darle por atrás a partir de entonces. Ya está. Como un hombre. Tocaba dar el do de pecho y la nota que correspondiese por el culo. Esto había llegado demasiado lejos, quizás por culpa de tanta cerveza, me excusé.

Agarré el teléfono y comencé a marcar el número de Mori. Un wasap me llegó justo cuando iba a efectuar la llamada que pondría fin al error que habíamos cometido.

Mi niña

(Nota de audio)

¡Amooooor! —se oye mucho jaleo de fondo—, no te he contestado antes porque estaba dentro del Tsunami —un pub de Fuengirola en el que no sé cómo ha acabado— y no estaba pendiente del teléfono. Cena tú, yo voy a llegar más tarde. Estoy con Chiqui —ya lo sé, joder—, que nos hemos encontrado con Nacho —el dueño del MöTu— y un amigo suyo. Vamos ya para Málaga y picaremos algo por allí. No llegaré tarde, aunque ésta está con ganas de jarana. Por cierto, acuérdate de que mañana tenemos barbacoa en casa de tus padres y no deberíamos levantarnos tarde —lo había olvidado—. Un besito, sosito mío.

22:07

Genial, magnífico, conmovedor. Como el «Ok» que empleé de respuesta. No voy a decir que me sorprendiese, no era ninguna novedad; yo sé cómo se las gasta Chiqui: una lianta de primera. Pero tal y como estaba mi cerebro de inquieto, hubiera preferido tener a Cris en casa. Además, Nacho y la enfermera tenían un rollo muy raro de hoy tonteamos, mañana nos ignoramos, hoy nos arrimamos, mañana nos alejamos , y no quería que Cris estuviera metida en ningún jaleo que tuviera algo que ver con la gente del MöTu, con la que en realidad me llevo de lujo, ni aunque fuese de rebote o intermediación. Y pensando en el MöTu y la maldita noche me encontraba, cuando la bombilla se encendió:

«Por cierto, a Fuengirola lo han destinado…»

Una punzada rasgó mi paz y una pregunta brotó automáticamente: ¿Qué las había llevado a Fuengirola en lugar de a cualquier otro lugar, o al mismo Paseo Marítimo de Pedregalejo, donde tenían pensado ir de primeras? ¿Por qué más de veinte kilómetros para un café y risoterapia ?

Fue entonces cuando recordé lo que me dijo Mori: «…y me preocuparía más por que la Chiqui de las narices no la haga más partícipe de sus tonterías...».

Un largo suspiro y una desagradable lucha interna por no pensar mal. En mitad de la batalla, más suspiros, y el pensamiento de que Cris era lo bastante inteligente como para saber dónde estaban los límites de la lealtad y la fidelidad, y que por más que llegase a vivir una situación comprometida por culpa de una Chiqui a la que le iba más el tonteo que a un tonto los lápices de colores, iba a salir incólume de ella.

¿O no?

Joder, ¿cómo iba a estar seguro? Si dos días antes estaba convencido de llevar una vida sexual plena y satisfactoria, ¿cómo iba a saber a ciencia cierta que la confianza que depositaba en mi pareja estaba totalmente demostrada y nunca había cruzado líneas que a mí ni se me ocurriría tener a la vista?

Mierda, mierda y más mierda , me maldije a mí mismo lamentando el cambio de rumbo que había tomado todo en horas. En esta vida uno no puede estar seguro de nada...

No había opción.

Si hacía unos instantes había decidido abandonar la desproporcionada idea del cuestionario, ahora más que nunca deseaba que acabara contestándolo, haciéndome saber que podía depositar en ella toda mi confianza. La bola crecía.

El Whatsapp retumbó de nuevo. No tardé ni un segundo en ver el nombre de mi socio de despropósitos.

MoriMori

No, feo, ya son setecientos  y pico y el perfil tiene demasiado movimiento

Está llegando a muchísima gente

Y no lleva ni dos horas

Se ha extendido como la peste

Supongo que porque es sábado

Esperemos que no nos pete la página, feo

La peña se está etiquetando a saco y compartiendo el sorteo

Mucha gente coge y etiqueta a treinta personas para que hagan el test y participen

Joderrrrrrrrrr

Te caen muchos años por revelación de secretos?

Jajajaja

22:13

Ni un atisbo de sonrisa en mi rostro. Con la mosca detrás de la oreja y con la esperanza, ahora sí, de que Cristina me contara parte de la vida que yo ignoraba —entre ellas ciertos aspectos relacionados con sus exnovios, su visión de la fidelidad y conocer qué opinión le merecía su pareja actual —, repasé la encuesta-cuestionario. Tocaba elucubrar sobre qué podría contestar... y a lo que atenerme si caía en la telaraña.

Acepte antes de continuar:

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(Válido para los sorteos Ningún archivo seleccionado

Ibiza Ushuaia® y Mini Cooper®)

La empresa contactará con los ganadores y no hará público ninguno de los datos requeridos para concursar en el sorteo, a excepción de los dos premios mayores, en cuyo caso se estará a lo dispuesto en las Bases de la promoción y la Ley de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales.

Durex® España 2019

El siguiente cuestionario tiene carácter personal . Las respuestas en él recogidas serán procesadas por un sistema automatizado que garantizará el anonimato de los participantes y la disociación de los resultados respecto a los mismos, incluidas aquellas respuestas recogidas en los apartados de respuesta libre.

IMPORTANTE: El propio cuestionario cuenta con una escala de consistencia (pulse aquí para obtener información al respecto) que detecta e invalida aquellos test que hayan sido confeccionados al azar, mediando engaño o siguiendo patrones imposibles. Por ello, se ruega la máxima sinceridad y coherencia en las respuestas.

De los datos extraídos y las respuestas analizadas se configurarán perfiles dirigidos a estudiar el comportamiento y los hábitos sexuales de los españoles mayores de edad. Esta información será utilizada por Durex® y terceros autorizados* para seguir mejorando y potenciando sus servicios, promociones publicitarias y continuar ofreciendo una gama de productos destinada a garantizar a sus millones de usuarios y usuarias una vida sexual satisfactoria, sana y segura.

El cuestionario está diseñado para habilitar o deshabilitar preguntas o bloques de preguntas en función de las ya contestadas. No se preocupe si se bloquea un determinado apartado o pregunta, el cuestionario personalizará la experiencia en función de las circunstancias personales de cada participante. Siga adelante.

Le rogamos que lea las preguntas con atención . Para ello, invitamos a los participantes a tomarse su tiempo y leer las preguntas con calma. Si no encuentra una respuesta que coincida exactamente con su realidad, marque la que más se aproxime. Para validar la prueba y entrar en el sorteo directo de los premios ofertados será necesario que no deje ninguna casilla o pregunta sin rellenar.

Puede descargar el archivo PDF con sus respuestas pulsando Descarga mi cuestionario una vez enviado. En ningún caso se admitirá dicho documento como prueba fehaciente de su participación en el sorteo al carecer de carácter contractual.

¡Buena suerte... y gracias por participar!

Durex® España 2019

Las tres casillas que había que marcar dirigían al usuario hacia los términos, bases y condiciones de privacidad. Nadie iba a leer tales contenidos más allá de informarse sobre la obtención de los premios inmediatos, el gran gancho y mecha que sin duda estaba petando el test, pero habían sido cuidados con excesivo mimo. Las acotaciones posteriores pretendían dotar de mayor verosimilitud al cuestionario. Por supuesto, que se bloquearan preguntas en función de las ya contestadas no era algo que tuviéramos previsto, sino que era una opción que ya aparecía en la plantilla que había seleccionado Mori para desarrollar el cuestionario y a la que nos tuvimos que amoldar. Nos vino de perlas en realidad, porque así se limitaba el espectro de preguntas que Cris debía responder, centrándose en lo que para mí era importante.

Si alguien se lo pregunta, no, no existía tal escala de consistencia, pero de alguna manera teníamos que incitar a contestar con la verdad. Y según lo que había leído, parecía funcionar.

Comenzaba la primera parte del cuestionario, que leí como si no la hubiera leído un millar de veces de boca de una Cris que lo rellena en mi imaginación. Sensación incómoda, un pellizco en el estómago que se iba a intensificar a medida que devoraba las preguntas que yo mismo había planificado.

I

Antes de comenzar, queremos saber un poquito acerca de ti…

1) Soy…

  • o Mujer
  • o Hombre

2) Tengo...

  • o Entre 18 y 25 años
  • o Entre 26 y 35 años
  • o Entre 36 y 45 años
  • o Entre 46 años y 59 años
  • o Tengo más de 60 años, ¿y qué? ¡Aquí estoy, con mis Durex® Extra Feel recién comprados!

3) Soy…

  • o Heterosexual
  • o Homosexual
  • o Bisexual
  • o Otro:____________________________________________________

4) Estoy...

  • o Soltero/a, ¡gracias a Dios!
  • o ¡Tengo chico/a!
  • o Felizmente casado/a, ¡lo juro!
  • o En una unión de pareja de hecho.
  • o ¿Y qué hay de las personas que estamos divorciadas?
  • o Otro:____________________________________________________

5) Mi relación es...

  • o Monógama. El uno para el otro, como manda la tradición.
  • o Como manda la tradición, sí, pero fantaseamos con terceras personas...
  • o Abierta. Nos amamos. Y también tenemos sexo con terceros sin rendirnos cuentas.
  • o Somos swingers . Tenemos sexo consensuado con terceras personas y parejas.
  • o Creemos en el poliamor. ¡Los ocho!

6) Con respecto al matrimonio...

  • o Así estamos bien, no necesitamos firmar ningún papelito.
  • o ¡Me encantaría casarme con mi chico/a, pero no hemos hablado seriamente de ello!
  • o ¡Comprometido/a!
  • o Es posible que algún día llegue la persona adecuada y el momento idóneo...
  • o La senda hacia el divorcio. ¡Nunca me cazaréis! ¡Yo soy cola, tú pegamento!

7) Sobre criar cachorros...

  • o Tener descendencia es algo que descarto por completo.
  • o Quizás algún día...
  • o Tengo dos. Uno hace guau, guau , y el otro, miau, miau . Serán mis únicos cachorros.
  • o ¡Me encantaría arruinar mi plácida existencia teniendo hijos!
  • o Ya tengo, y os recomendaría adoptar antes un Tyrannosaurus-rex para ir entrenando.
  • o Ya tengo, ¡y no me importaría ampliar la familia!

8) ¿Cuál es tu situación laboral actual?

  • o Trabajo por cuenta propia, sin rendir cuentas a nadie más que a los impuestos.
  • o Trabajo por cuenta ajena.
  • o Soy estudiante, aunque a veces dedico mi tiempo a responder cuestionarios.
  • o Oposito a tiempo completo (y respondo cuestionarios porque quiero Netflix por la patilla).
  • o Soy demandante de empleo, ¿valdría este cuestionario de currículum?
  • o Funcionario.
  • o Jubilado/a.
  • o Otro:____________________________________________________

9) Con respecto a tu nivel de estudios...

  • o No valía para estudiar, y los profesores me tenían manía, pero en la Universidad de la Vida nunca me catearon.
  • o Logré acabar la E.G.B. ¡He visto la televisión en blanco y negro, cuando solo había dos canales, y unos rombos decidían, si veía o no veía, una peli que tenía, mil efectos especiales, actuaba un tal Darvader , y venían de un planeta sideral...!♪♪♪
  • o Educación Primaria
  • o Educación Secundaria Obligatoria
  • o Bachillerato
  • o Formación Profesional de grado medio
  • o Formación Profesional de grado superior
  • o Diplomado/a universitario/a o equivalente
  • o Licenciado/a, ingeniero/a o equivalentes
  • o Doctor
  • o Otro: ____________________________________________________

10) ¡Genial! Ahora dinos: ¿Cómo llegaste aquí?

  • o He adquirido un producto Durex® adherido a la promoción.
  • o A través de un tercero que adquirió un producto Durex® y me habló de la promoción.
  • o Gracias a un tercero que, sin haber adquirido un producto Durex®, me habló del sorteo.
  • o Vi un anuncio en Instagram y entré para descubrir vuestra promoción.
  • o Un/a amigo/ame etiquetó en la imagen que da acceso a la promoción.
  • o Un/a amigo/a, conocido/a o persona a la que sigo compartió en su historia de Instagram la imagen de la promoción.
  • o Otro: ____________________________________________________

11) ¡Y para terminar...! ¿Con qué frecuencia adquieres productos Durex®?

  • o Más de una vez a la semana
  • o Una vez a la semana.
  • o Mensualmente.
  • o Cada dos o tres meses.
  • o Ocasionalmente.
  • o ¡Es mi primera vez! ¡Quiero el Mini Cooper®!
  • o Nunca he adquirido ninguno de vuestros productos.

Este primer bloque, que servía para abrir el apetito, no contenía preguntas comprometedoras. Estaba diseñado para cumplir una triple función. Primero, saber si Cris iba a responder con franqueza. Si se salía del guion, algo iba mal. Esperé que no fuese así si sonaba la flauta. Segundo, eran preguntas ligeras que insuflarían confianza al encuestado —o a la encuestada—, lanzadera para continuar con el ritmo empleado en contestar a tan básicas cuestiones. Para terminar, el bloque inicial invitaba a pensar que estas preguntas servirían para desgranar la información básica de los participantes, los perfiles que iban a enlazarse con el resto de cuestiones, más profundas de lo que aparentaban ser. Algo así como un formalismo que diese autenticidad al cuestionario. Pura patraña. Ni íbamos a sacar estadísticas, aun pudiendo hacerlo, ni éramos psicólogos o sociólogos. Toda cuestión caería en saco roto y nos ceñiríamos únicamente a analizar una a una las contestaciones de nuestras personas de interés. Que iban a ser dos, pero al final...

El siguiente bloque comenzaba a ahondar en aspectos más personales. Se abría con preguntas sencillas, blancas, aunque luego se oscurecía. De las que dan canguelo. La mera suposición de que mi novia llegase al test y contestara a esta clase de preguntas con toda la sinceridad del mundo me creaba un cóctel de emociones difícil de digerir. Quería y no quería.La pizza se me atragantaba en el gaznate de imaginar más de la cuenta. Sin duda había preguntas para cuyas respuestas mi organismo no estaba preparado, pero menos lo estaba para seguir con la incertidumbre nacida del desconocimiento. ¿Que hubiera sido mejor no llegar a plantearme tales cuestiones? Por supuesto, pero qué os voy a contar a estas alturas.

II

¡Queremos saber más!

12)¿Te gusta el deporte y la vida sana?

  • o ¡Me encanta el deporte! No podría vivir sin él. ¡Hago ejercicio a diario!
  • o Me gusta cuidarme. Tres veces a la semana, como mínimo.
  • o Una o dos veces a la semana, por calmar a mi conciencia.
  • o Las obligaciones de la vida adulta no me dejan tiempo libre para sudar, aunque los fines de semana me gusta perderme con la bicicleta o salir a trotar un poco. ¡Fofisano/a al poder!
  • o Nunca encuentro el momento o me cuesta arrancar, me gustaría encontrar a alguien que me incitara a hacer deporte. Sí, también del que se hace más allá de la cama…
  • o La vida son dos días. Haced deporte y comed verde vosotros, ¡lo mío es vivir!

13) ¿Te consideras una persona coqueta?

  • o ¡Mucho! La coquetería forma parte de mi esencia personal.
  • o Soy una persona coqueta, pero sin estridencias ni obsesiones.
  • o En su justa medida. Lo suficiente como para no ser socialmente rechazado/a.
  • o Según mi estado de ánimo y las horas que haya dormido.
  • o No, la verdad. Me da igual mi aspecto. Normalmente parezco la vecina que vende droga o el vecino que engancha la luz a la farola.

14) Físicamente hablando, ¿qué es lo primero que te llama la atención de una persona? Puede seleccionar más de una.

  • o Me llama la atención una cara bonita.
  • o La manera de vestir.
  • o Me atraen los chicos calvos o rapados.
  • o ¡Pelirrojos/as!
  • o ¡Me gustan curvys!
  • o ¡Morenos/as!
  • o ¡Rubios/as!
  • o Prefiero un cuerpo de gimnasio, aunque no sea guapo/a de cara.
  • o Pues ya que me fijo en una persona que cultiva su cuerpo, que también sea atractivo/a.
  • o Una mirada penetrante.
  • o Me gustan altos/as.
  • o ¡Las barbas son lo mejor!
  • o ¡Las mejores esencias vienen en tarritos pequeños!
  • o Soy de fijarme en las piernas.
  • o Me encanta una espalda ancha.
  • o ¡Manos grandes!
  • o Un buen trasero despierta mis instintos...
  • o Se me van los ojos hacia los escotes prominentes…
  • o ¡Se me van los ojos al paquete!
  • o Otro: ____________________________________________________

15) Y ahora dinos, ¿qué es lo que crees que más le atrae a alguien de tu aspecto exterior? Señala más de una respuesta si lo crees conveniente. Y recuerda: el test es anónimo.

  • o Suelen gustar mis ojos.
  • o ¡Tengo un pelazo que ya quisiera La Vecina Rubia®!
  • o ¡Mi sonrisa!
  • o Creo que tengo un rostro bonito y bien proporcionado.
  • o Hago ejercicio físico de alto rendimiento y creo que mi cuerpo llama la atención.
  • o Tengo un cuerpo alto y estilizado y unas larguísimas piernas. ¡Genética!
  • o Soy más bien bajita, pero estoy bien proporcionada, y es algo que vuelve locos a muchos hombres.
  • o Tengo unos pechos que pueden resultar llamativos sin resultar exuberantes.
  • o Tengo unos pechos grandes y suelen cautivar muchas miradas.
  • o Sin duda, mi culo es uno de mis mayores atractivos para el sexo opuesto.
  • o Estoy enamorada y orgullosa de mis curvas. Curvysforever!
  • o Quizás todo el conjunto.
  • o ¡Sé sacar partido al maquillaje!
  • o Me gustan las personas que cuando salen beben de más.
  • o Otro: ____________________________________________________

16) ¿Seducir o ser seducida?

  • o Seducir, sin duda. Dispongo de no pocas armas para desarmar al más preparado.
  • o Ser seducida. La mujer dispone...
  • o ¡Ser seducida seduciendo sin parecer que seduzco! Con sutileza... Una de cal, otra de arena.
  • o El arte de la seducción es un juego de dos...
  • o No me entero de qué va esto. ¿Me podríais dar ya el Mini Cooper®? Es para una amiga.

17) ¿Conquistar o ser conquistado?

  • o Conquistar. Nací para eso. Ninguna se me resiste. ¡Macho alpha al poder!
  • o Ser conquistado. Me gusta la mujer que sabe lo que quiere y va por ello.
  • o Ni una cosa ni la otra. ¡Te seduciré con mi torpeza!

18) Estando soltero/a, ¿sueles responder en positivo a un acercamiento con intenciones de cortejo o a una insinuación erótica?

  • o Si me atrae la otra persona, ¿por qué no entrar al trapo? Nunca sabes dónde puede surgir la chispa que más tarde se convierta en fuego. No me pongo límites.
  • o Si hay atracción física mutua y las circunstancias y el lugar son los adecuados, es posible que le dé una oportunidad a la otra persona si sabe cómo entrarme.
  • o Depende de cómo se produzca ese acercamiento. Me gustan las cosas poco a poco, sin prisas, analizando palabras y gestos. Cuanta más información, mejor elección.
  • o Soy de natural alegre y una persona extrovertido/a, así que no distingo cuando me entran con intenciones de ligar y me limito a conocer a la persona sin sentirme seducido/a.
  • o Me da mucha vergüenza que intenten ligar conmigo sin existir un contacto previo, pero a veces es divertido ver como intentan un imposible.
  • o Casi nunca, soy una persona cortante y fría, aunque ha habido alguna excepción.
  • o Se me da fatal ligar, así que me limito a ser simpático/a y no tartamudear hasta que me dejan en paz.
  • o Odio ese tipo de acercamientos que solo ponen de manifiesto que eres un trozo de carne para la otra persona.

19) En pareja, ¿sueles responder en positivo a un acercamiento con intenciones de cortejo o a una insinuación erótica por parte de un/a tercero/a?

  • o ¡Nunca! La fidelidad lleva implícita la lealtad. No hagas lo que no quieras que te hagan.
  • o A veces he podido charlar con algún/a desconocido/a del que intuía un interés sexual, sin más interés que pasar el trámite o resultar educado/a.
  • o Conociendo los límites de la fidelidad y la lealtad, y siendo consciente de que no mantendría más contacto con esa persona, alguna vez he coqueteado con un/a desconocido/a que me ha resultado atractivo/a e/o interesante.
  • o No veo nada de malo en eso de sentirse deseado/a y dar rienda suelta a la imaginación de un desconocido/a que cree estar ligando conmigo. Es excitante llevarlo/a al límite para después pararle los pies. ¡Qué sensación de poder!
  • o Me gusta todo tonteo que me levante la moral y el ánimo. Mi pareja no tiene por qué enterarse de algo que es intrascendente, y a lo mejor ganas un teléfono que te sirve en el futuro...
  • o Si la propuesta es digna y su portador/a despierta mis sentidos, ¿por qué no dejarse llevar por si surgiese algo prohibido?

20) Venga, confiesa, ¿has sido sexualmente infiel alguna vez?

  • o ¡Nunca!
  • o ¡Una vez! A mi pareja actual.
  • o Una vez, pero no a mi pareja actual.
  • o Alguna que otra vez, a mi pareja actual.
  • o Alguna que otra vez, a diferentes parejas.
  • o Alguna que otra vez, a diferentes parejas, pero no a la actual.
  • o Alguna que otra vez, a diferentes parejas, incluida la actual.
  • o Muchísimas veces. Y lo seguiré siendo. Los humanos no estamos diseñados para estar con una persona durante toda la vida.

21) ¿Te has arrepentido por ello?

  • o No...
  • o No. Nadie se enteró. Ojos que no ven…
  • o No, se lo merecía.
  • o Término medio, fue algo que sucedió… y ahí quedo. Pude cargar con ello y seguir con mi vida como si no hubiera pasado nada, pero no repetiría.
  • o Sí, pero no descarto que pueda volver a suceder en un futuro. Nunca digas de esta agua no beberé.
  • o Unas veces sí, otras veces no.
  • o Sí, me arrepentí muchísimo y jamás lo volvería a hacer.

22) Cambiando de tema (o no), ¿qué piensas sobre el sexo en la primera cita?

  • o Jamás me acostaría con alguien en la primera cita. ¿Por quién me tomas?
  • o He llegado a verme tentado/a, pero prefiero esperar. La confianza es muy importante para sentirme cómodo/a en un encuentro íntimo.
  • o He tenido sexo en la primera cita alguna vez, aunque han sido hechos aislados.
  • o No es raro que mis primeras citas acaben en sexo, pero no lo habitual. Demasiadas variables a tener en cuenta.
  • o Prefiero saber qué me puede ofrecer la otra persona en todos los aspectos antes de tener una segunda cita, y para mí el sexo es muy importante. Si tengo una cita, a jugar.

23) ¿Has practicado alguna vez sexting (envío de contenido erótico o sexual a través de un teléfono, ordenador, tablet…)?

  • o No sabía que existiese tal anglicismo. Y no, no lo he hecho.
  • o ¡Sé lo que es, pero jamás lo haría! No me fío de nadie.
  • o Sí, en una ocasión. No habrá una segunda.
  • o Sí, una vez, y no descarto repetir.
  • o Sí, en más de una ocasión. Quizás repita, quizás no...
  • o Muchas veces, pero ya no lo haré más.
  • o ¡Me encanta esta práctica! Lo hago a menudo. Es tan excitante fantasear...

24) ¿Con quién? Puede señalar más de una opción.

  • o Con mi pareja actual.
  • o Hice sexting durante alguna relación pasada con la/el que era mi pareja.
  • o He hecho sexting con alguno/a/os/as de mis ex... cuando ya era/eran mi(s) ex.
  • o Con alguien del trabajo... Qué excitante...
  • o Con una persona que conocí en una fiesta.
  • o Con alguien que no conocía en persona pero sí de manera virtual.
  • o Otro: ____________________________________________________

25) ¿Y cibersexo? (Describir una relación sexual a tiempo real a la vez que te muestras en actitud desinhibida a través de un dispositivo visual y/o auditivo)

  • o ¡Quiero mi viaje a Ibiza! Sí, y no tiene nada de malo.
  • o ¡Quiero mi viaje a Ibiza! No, paso de eso. Lo mío es la piel contra la piel.
  • o Quizás algún día. Y quiero irme a Ibiza.

26) ¿Con quién? Marque las que crea convenientes.

  • o Con mi pareja actual.
  • o Con parejas anteriores.
  • o Con una o varias personas con las que no tenía vínculo afectivo pero sí sexual.
  • o Con algún conocido, cuando no he tenido pareja estable.
  • o Con alguien que no conocía en persona pero sí de manera virtual sin que mi pareja lo supiera.
  • o Con alguien que no conocía en persona pero sí de manera virtual mientras estaba soltero/a.
  • o Otro: ____________________________________________________

27) Por último, y volviendo atrás, ¿te has sentido incitado/a o te han incitado de manera directa a serle infiel a tu actual pareja, hasta el punto de llegar a plantearte si merecía la pena caer en la tentación?

  • o No he sufrido tales tentaciones. ¡Ojalá!
  • o En absoluto. No lo toleraría.
  • o No, aunque alguna vez he sentido atracción física por alguien en un momento concreto de mi actual relación, sin ser recíproco.
  • o No, aunque alguna vez he sentido atracción física por alguien en un momento concreto de mi actual relación, siendo recíproco.
  • o Alguna vez ponen a prueba mi fidelidad, pero se dan contra un muro. Ni pienso en lo que podría haber pasado de haberme dejado llevar... porque es imposible.
  • o Sí, pero no mereció la pena ni pensar en ello. Un rato de diversión no compensa la pérdida de una vida junto a la persona que quieres.
  • o Sí, una vez, y tardé mucho en olvidar la tentación.
  • o En varias ocasiones, y cada vez me cuesta más reprimir mis instintos primarios.

Hice hincapié en este segundo capítulo en dos aspectos: la percepción que tenía de sí misma y sus ideas sobre la fidelidad. Aproveché para intentar escarbar en ciertos temas que me había planteado alguna vez. Me jugaba que alguna respuesta me diera quebraderos de cabeza, pero quería ahondar en un pasado que ya me había presentado a Felipe como objeto de inquietud y recelo. Parecía que no había tenido bastante con él, pero la incertidumbre hervía en mí... junto a diez kilos de nervios en el estómago.

Tocaba la tercera ristra de preguntas, más personales que las del bloque anterior, aunque edulcoradas con cuestiones que cabría suponer importantes para la empresa organizadora del cuestionario. A la que suplantábamos, quiero decir. Aproveché esta parte para atajar uno de los principales focos de inquietud surgido de los audios, y lo hice a hierro, directo a la yugular. Aunque me doliera llegar a obtener tales revelaciones. Otras respuestas ya las conocía, y esperaba que no fuese a haber sorpresas.

III

Ahora que nos vamos conociendo, intimemos un poco

28) ¿A qué edad perdiste la virginidad?

  • o Antes de cumplir los 15 años.
  • o Entre los 15 recién cumplidos y antes de los 18 años.
  • o Entre los 18 y antes de cumplir los 21 años.
  • o Ya había cumplido los 21 cuando llegó mi debut.
  • o ¡Soy virgen! ¡No me sacrifiquéis!

29) ¿Qué edad tenía, en el momento de producirse el encuentro, la persona con la que tuviste tu primera relación sexual?

  • o Era menor que yo.
  • o Mi edad, aproximadamente.
  • o Algo más mayor.
  • o Me sacaba muchos años. A mí me gustan mayores… ♪♪♪

30) ¿Usasteis preservativo u otro medio de protección contra embarazos no deseados o ETS (enfermedad de transmisión sexual) en esa primera relación?

  • o Sí
  • o No
  • o No lo recuerdo
  • o ¿Preserva... qué?

31) ¿Qué edad tenía, en el momento de producirse el encuentro, la persona de más edad con la que has tenido sexo?

  • o Nunca me he acostado con alguien más mayor.
  • o Nunca he estado con alguien que me sacase más de dos años.
  • o Nunca he estado con alguien que me sacase más de cuatro años.
  • o Era entre cinco y diez años mayor que yo.
  • o Entre diez y quince mayor que yo.
  • o Me sacaba más de quince años de edad. Me siguen gustan mayores… ♪♪♪

32) Haz memoria. A día de hoy, ¿sabrías decirnos cuántas parejas sexuales has tenido a lo largo de tu vida?

  • o Una. Soy una persona muy tradicional, chapada a la antigua. A la prehistórica, mejor dicho.
  • o Dos. Por comparar, ya sabes.
  • o Tres. Y no creas eso de que son multitud.
  • o Cuatro. Porque los roces en las fiestas del pueblo no cuentan, ¿verdad?
  • o Cinco. Evitemos las rimas, por favor.
  • o Seis. ¡Dadme tiempo, soy joven todavía!
  • o Siete. Me considero muy exigente y no me acuesto con cualquiera.
  • o Ocho. Sigamos evitándolas.
  • o Nueve. Y aquí me planto... ¡por ahora!
  • o Diez. Me iba a quedar en nueve, pero me gustan los múltiplos de cinco.
  • o Once. Las cosas nunca salen como planeas. ¡A veces salen mejor!
  • o Doce. ¡Gooool de Señor!
  • o Trece. En la variedad está el gusto.
  • o Catorce. Una vez que le coges el truco, todo va sobre ruedas.
  • o Quince. Es lo que tiene ser la niña bonita.
  • o Dieciséis. Os recomiendo veranear en Ibiza.
  • o Diecisiete. ¡La promiscuidad es un estado de ánimo!
  • o Dieciocho. Puede parecer una cifra alta, pero en realidad lo es.
  • o Diecinueve. Más de cuarenta si al final cuentan los roces en las fiestas del pueblo.
  • o Veinte o más. ¿Qué pasa? Cuestión de simpatía.
  • o No las he contado, pero más de cinco y menos de diez.
  • o No las he contado, pero más de diez y menos de veinte.

33) Marque la que crea oportuna...

  • o Siempre tomo precauciones en mis encuentros sexuales.
  • o Casi siempre tomo precauciones en mis encuentros sexuales.
  • o En ocasiones tomo precauciones en mis encuentros sexuales.
  • o Casi nunca tomo precauciones. La marcha atrás funciona de maravilla.
  • o Nunca tomo precauciones de esta índole.

34) ¿Qué métodos anticonceptivos has usado principalmente durante tus encuentros sexuales a lo largo de tu vida? Señala un máximo de dos.

  • o Preservativo.
  • o Píldora.
  • o «Marcha atrás».
  • o Pastilla del día después.
  • o «Ogino».
  • o Otros (DIU, vasectomía, ligadura de trompas, cremas espermicidas…)

35) ¿Has tenido sexo casual con algún/a desconocido/a? Entiéndase «desconocido/a» como aquella persona que no conocías, personal o virtualmente, horas antes de producirse un encuentro íntimo no programado.

  • o Sí
  • o No

36) ¿En cuántas ocasiones has tenido este tipo de encuentro íntimo?

  • o Una vez y no más. No es lo mío.
  • o En un par de ocasiones.
  • o Entre tres y cinco veces. Las circunstancias mandan a veces.
  • o En más de cinco ocasiones. Esas cosas surgen y ya no tenemos catorce años.
  • o En más de diez ocasiones y menos de veinte. Soy una persona muy cariñosa.
  • o En muchísimas ocasiones. El sexo esporádico no da dolores de cabeza.

37) ¿Qué piensas sobre la protección en los encuentros causales, casuales o «sexo de una noche»?

  • o Siempre he practicado sexo seguro en mis encuentros casuales.
  • o Casi siempre he practicado sexo seguro en mis encuentros casuales. Las ocasiones en que no ha sido así han sido motivadas por la ausencia de medios adecuados al momento y las circunstancias sobrevenidas, siempre de mutuo acuerdo, y minimizando riesgos.
  • o Casi siempre he practicado sexo seguro en mis encuentros casuales. Las ocasiones en que no ha sido así han sido motivadas por la insistencia de la otra persona, el alcohol, drogas u otras razones o condicionantes que han alterado mi capacidad de elección.
  • o Una mezcla de las dos anteriores.
  • o Casi nunca he tomado precauciones en los encuentros casuales. Buscarlos cuando no los hay corta el rollo.
  • o No acostumbro a ponerle trabas al sexo. No hay nada más natural. ¡A pelito!

38) ¿Te has llegado a arrepentir alguna vez de uno de estos encuentros «de una noche»?

  • o Sí, una vez.
  • o Sí, más de una vez.
  • o No. Somos nuestros errores y aciertos.
  • o No. Siempre he acertado con mis compañero/as de cama.
  • o No, pero tal vez en circunstancias diferentes a las que se produjo cierto encuentro no hubiera accedido.

39) Cuando algo no te apetece o no estás convencido/a, ¿sabes poner límites?

  • o Siempre.
  • o Casi siempre. En ocasiones puntuales yo mismo/a me decido a cruzar dichos límites.
  • o Término medio. He podido ir y he ido más allá de mis ganas por satisfacer a la otra persona o por circunstancias sobrevenidas.
  • o Cruzadas ciertas líneas, me cuesta refrenar mis instintos, aunque mi mente se oponga.
  • o Me cuesta mucho respetar mis decisiones si la otra persona es insistente, sabe hacer cambiar mi criterio, he bebido o pienso que en realidad es lo que se espera de mí.

40) ¿Consideras el sexo esporádico más placentero que el sexo en pareja?

  • o El sexo en pareja implica una complicidad más íntima, conocimiento de los gustos del otro, un mayor interés por satisfacer y ser satisfecho/a. Gana por goleada.
  • o El sexo esporádico es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar. En ocasiones te toca uno bueno y en otras te topas con el caducado. Prefiero la confianza que te brinda alguien conocido, sea la que te da tu pareja formal o la que nace de otro tipo de relación duradera, pero no puedo generalizar.
  • o El sexo no depende del tipo de relación que te una a la otra persona, sino de la otra persona y la manera en que conectas con ella.
  • o El sexo en pareja puede resultar más placentero, pero el sexo casual puede resultar más morboso y excitante, y a mí me va más el morbo.

41) Y hablando de morbo, ¿has tenido alguna vez «sexo prohibido»? Entiéndase con un/a profesor/a, un/a alumno/a, un/a vecino/a, un/a jefe/a, un/a casado/a, un compañero/a de trabajo, el/la novio/a de un amigo/a...

  • o Sí
  • o No

42) ¿Te atreverías a contarnos con quién?:

  • o Otro: ____________________________________________________

43) Chicos, según un estudio de la Asociación Española de Andrología, en nuestro país la longitud media del pene en erección es de 13,58 centímetros, con un diámetro (segmento de recta que pasa por el centro) de 3,82 centímetros. Sin mentir: ¿Estás por encima o por debajo de estas mediciones?

  • o A) Mi pene mide menos de 10 centímetros en estado de erección y no alcanza los 3 centímetros de diámetro.
  • o B) Estoy por encima de los 10 centímetros de largo y los 3 de grosor, pero no llego a las medias nacionales.
  • o C) No alcanzo la longitud media, pero el diámetro de mi miembro está entre los 4 y 5 centímetros.
  • o D) No alcanzo la longitud media, pero el diámetro de mi miembro está entre los 5 y 6 centímetros.
  • o E) No alcanzo la longitud media, pero el diámetro de mi miembro supera los 6 centímetros.
  • o F) En la media.
  • o G) Algo por encima de la media, tanto en longitud como diámetro.
  • o H) Mi pene mide más de 15 centímetros de largo y menos de 18, y tiene más de 4 centímetros de diámetro y menos de 5.
  • o I) Mi pene mide más de 15 centímetros y menos de 18, y tiene más de 5 centímetros de diámetro y menos de 6.
  • o J) Mi pene mide más de 15 centímetros y menos de 18, y tiene más de 6 centímetros de diámetro.
  • o K) Mi pene mide más de 18 centímetros y menos de 21, y tiene más de 4 centímetros de diámetro y menos de 5.
  • o L) Mi pene mide más de 18 centímetros y menos de 21, y tiene más de 5 centímetros de diámetro y menos de 6.
  • o M) Mi pene mide más de 18 centímetros y menos de 21, y tiene más de 6 centímetros de diámetro.
  • o N) Mi pene mide más de 21 centímetros y tiene un grosor de más de 5 centímetros y menos de 6.
  • o O) Mi pene mide más de 21 centímetros  y tiene más de 6 centímetros de grosor.
  • o Para la base estadística de Durex®, y prometiendo que digo la verdad , tras hacer la medición con mi pene erecto, midiendo la longitud desde la base del miembro hasta el extremo del glande, mi pene mide exactamente ______ centímetros de largo y tiene un diámetro de ______ centímetros.

44) Chicas: ¿Qué opináis acerca de que «el tamaño no importa»? Lea todas las respuestas y marque las que crea oportunas. Sin límite.

  • o El tamaño no es algo que tenga en consideración cuando un chico me gusta de verdad,tanto si está por encima de la media como si lo está por debajo. Me conformo con que la sepa usar.
  • o No va a gustarme menos un chico por considerar que tiene el pene pequeño, pero considero que el tamaño sí está relacionado con el placer. Especialmente la longitud.
  • o No va a gustarme menos un chico por considerar que tiene el pene pequeño, pero considero que el tamaño sí está relacionado con el placer. Especialmente el grosor.
  • o En su justa medida, pero una medida por encima de la media nacional.
  • o El tamaño me importa, especialmente la longitud, hasta cierto punto.
  • o El tamaño me importa, especialmente el grosor, hasta cierto punto.
  • o El tamaño importa, tanto en lo referente a la longitud como el grosor, hasta cierto punto.
  • o El tamaño es importante para mí: me gustan largas.
  • o El tamaño es importante para mí: me gustan gruesas.
  • o El tamaño es importante para mí: me gustan largas y gruesas (si marca aquí se desmarcarán las dos anteriores).
  • o El tamaño no me importa ni me resulta determinante para disfrutar durante el coito, pero admito que llegar a ver o compartir experiencia sexual con un tamaño XXL (mayores de 21 centímetros) o XL (mayores de 18 centímetros) me puede resultar algo llamativo y morboso.
  • o Encuentro una relación directa entre tamaño, placer y virilidad.
  • o Le adjudico mejores cualidades amatorias a un chico bien dotado que a otro con un pene más discreto, aun cuando tal relación no llegue a existir.
  • o En mis fantasías sexuales valoro más la situación, la persona y el lugar que aspectos como el tamaño.
  • o En mis fantasías sexuales puedo imaginarme acompañada de alguien dotado.
  • o En mis fantasías sexuales he llegado a imaginarme acompañada de alguien muy dotado.
  • o En un encuentro sexual casual prefiero que el chico esté bien dotado, aunque no resulte un buen amante.
  • o En un encuentro sexual casual prefiero que el chico esté bien dotado, ya que son mejores amantes que los que no están tan bien dotados.
  • o En un encuentro sexual casual o «polvo de una noche», prefiero un tamaño aproximado más o menos a la media nacional (13,58 centímetros de largo y 3,82 de diámetro) pero que la sepa usar para darme placer.
  • o En un encuentro sexual como el arriba reseñado el tamaño me es indiferente, ya que para dejarme llevar hasta el punto de tener sexo con un desconocido valoro otros muchos aspectos sin darle una importancia definitiva a sus genitales.
  • o Me he llegado a sobreexcitar al descubrir que el chico con el que voy a tener sexo por primera vez está muy bien dotado.
  • o Me he llegado a decepcionar al descubrir que el chico con el que voy a tener sexo por primera vez se mueve en tallas discretas (inferiores a la media nacional ya mencionada).
  • o He llegado a temer por posibles molestias al descubrir que mi nueva pareja sexual estaba muy bien dotada.
  • o He llegado a temer las molestias anteriores y las he padecido debido al tamaño, provocando que el coito no fuese placentero.
  • o He llegado a temer las molestias anteriores, pero he acabado disfrutando más de lo que hubiera imaginado a priori.
  • o Considero que un pene grande (XL o superior) ofrece más posibilidades sexuales que uno de talla discreta, facilitando posturas y mejorando la fricción. A mí me gustan más grandes, que no me quepa en la boca... ♪♪♪
  • o Creo que lo mismo se puede hacer con cualquier pene, independientemente de su tamaño.
  • o Me resulta más sencillo llegar al orgasmo durante el coito con un chico que tenga un pene grande que con otro que sea de talla discreta.
  • o Me he llegado a sentir cohibida o sexualmente inquieta por la presencia o compañía de un chico que sabía que estaba muy bien dotado.
  • o He vivido situaciones en las que el descubrir un tamaño que me ha parecido agradable y llamativo ha resultado ser un motivo más para sentirme atraída por un chico.
  • o Independientemente del tamaño, nunca he alcanzado un orgasmo vaginal, por lo que me sirvo de otros procedimientos para alcanzar el clímax.
  • o El tamaño, unido a otros factores propios de un encuentro sexual, ha sido determinante para alcanzar el orgasmo vaginal.
  • o El tamaño, unido a otros factores propios de un encuentro sexual, ha sido determinante para alcanzar el orgasmo clitoriano.
  • o He llegado a practicar sexo anal con chicos bien o muy bien dotados sin problema.
  • o En referencia a la pregunta anterior, he llegado a tener molestias o dolores.
  • o No accedo a tener sexo anal con chicos que considero bien dotados.

45) Continuando con la pregunta anterior, y tomando como referencia las respuestas ofrecidas en la pregunta 43, ¿cuál consideras la medida ideal para ti?

  • o A)
  • o B)
  • o C)
  • o D)
  • o E)
  • o F)
  • o G)
  • o H)
  • o I)
  • o J)
  • o K)
  • o L)
  • o M)
  • o N)
  • o O)

46) Sigamos: Usando como referencia nuevamente la pregunta 43, ¿cuánto medía, aproximadamente, el pene del chico más dotado con el que has estado?

  • o A)
  • o B)
  • o C)
  • o D)
  • o E)
  • o F)
  • o G)
  • o H)
  • o I)
  • o J)
  • o K)
  • o L)
  • o M)
  • o N)
  • o O)

47) Para terminar con este tercer bloque... ¿Cómo puntuarías tu mejor experiencia con un/a desconocido/a?

  • o Mala, como las demás experiencias de «una noche» o «primera cita».
  • o Aceptable. Las he tenido peores con parejas estables que conocíanmis gustos.
  • o Satisfactoria. Conectamos bien y todo fluyó.
  • o Muy buena, sin duda. No esperaba mucho y al final... cohetes.
  • o ¡Excelente! Nos hicimos ver las estrellas mutuamente.
  • o He tenido más de una experiencia sobresaliente con chicos/as de una noche, no puedo quedarme con una.

He de admitir que las preguntas 41 y 42 me creaban ansiedad. No eran las únicas. La 32 me angustiaba. Sabía que no habían sido pocos, pero ni idea de un número si quiera aproximado. Las jodidas empezaban en las 43. Solamente una vez, hacía mucho tiempo, había sentido complejo por el tamaño de una polla que siempre he considerado normal. Incluso por encima de la media que había encontrado para confeccionar la dichosa pregunta. Una dismorfia corporal que dejé atrás gracias a los vestuarios compartidos, donde las comparaciones no siempre te hacen perder. Desde hacía menos de cuarenta y ocho horas, todo había cambiado. Y no tenía motivos reales. Pero ¿qué es la realidad cuando se enfrenta, de nuevo, a un trastorno que ya has padecido y que ha vuelto a brotar en el baño de una discoteca?

Tocaba seguir escarbando. En el siguiente bloque volví a meter preguntas sutiles que dejaran claro al participante que el creador del descabellado cuestionario era Durex®. Pero tras la cortina de humo, más turbación. Sí, así, por separado.

IV

Entrados en confianza... relajémonos...

48) Con respecto a la masturbación y tener pareja...

  • o No me gusta masturbarme. Acabaréis en el infierno.
  • o No me masturbo. Para eso tengo a mi pareja.
  • o Jamás le digo a mi pareja cuándo o cómo me masturbo. Es un acto íntimo.
  • o Jamás le digo a mi pareja cuándo o cómo me masturbo, pero masturbarnos el uno al otro forma parte habitual de nuestros encuentros sexuales.
  • o Alguna vez le he confesado a mi pareja que me he masturbado recientemente, pero no lo hago con él/ella delante. En nuestros juegos de cama nos masturbamos el uno al otro.
  • o Alguna vez le he confesado a mi pareja que me he masturbado recientemente. De vez en cuando podemos masturbarnos a nosotros mismos como forma de excitar al otro sin el menor problema.
  • o Hablar de la masturbación de manera abierta no supone un problema en nuestra relación. Por supuesto, es práctica habitual en nuestros encuentros sexuales.

49) Si pillases a tu pareja masturbándose, ¿cómo reaccionarías?

  • o ¡No lo sé! Tendría que verme en la situación y el momento.
  • o Lo vería como un engaño. No puede ser sano. Si me tiene a mí no entendería que buscase otros estímulos sexuales. Pediría consejo antes de proceder contra él/ella.
  • o No diría nada en el momento. Me desentendería, y en cuanto pudiese le pediría explicaciones sin montar un escándalo.
  • o Me limitaría a observar la escena hasta que terminase y luego haría como si no hubiera visto nada. Es algo íntimo, y así debe seguir siendo.
  • o Esperaría a que terminase e intentaría averiguar qué o quién le llevó a ello.
  • o Me masturbaría observando la escena con la esperanza de que me viese.
  • o Haría acto de presencia en actitud de receptividad sexual y esperaría acontecimientos.
  • o Entraría en escena y le/la ayudaría. Quizás con las manos, quizás con la boca...
  • o Me excitaría, independientemente de los motivos que le/la llevaron a masturbarse, y aprovecharía tal situación para fantasear en un futuro. Tal vez entrase en escena, tal vez no...

50) Y ya que estamos... ¿con qué frecuencia te masturbas?

  • o Ocasionalmente. ¡Si no tengo tiempo ni para mí!
  • o Una o dos veces a la semana, como mucho.
  • o Dos o tres veces, si encarta.
  • o Tres o cuatro veces por semana, tirando por lo bajo.
  • o ¡Diariamente! ¡Me encanta follarme!

51) ¿Usas juguetes para llevar a cabo estas prácticas o te ayudas de geles o lubricantes? Marca las que creas convenientes:

  • o Sí, habitualmente uso geles o lubricantes y también juguetes cuando me masturbo.

o A veces uso juguetes. * o A veces uso lubricantes o geles. * o No, me basto a mí mismo/a y a mi imaginación. * o No, pero me encantaría probar lo de los juguetes. * o No, pero me encantaría probar lo de los lubricantes. * o No, pero me encantaría probar juguetes y lubricantes.

52) ¡Eso es genial! ¿Qué tipo de juguetes o accesorios usas o te gustaría probar para potenciar tus momentos íntimos? Selecciona tantas opciones como creas conveniente, ¡no te cortes!

  • o Geles tradicionales, geles efecto frío/calor, aceites y cremas lubricantes.
  • o Consolador clásico tipo dildo, sin vibración.
  • o Dildo clásico para estimulación/penetración vaginal, con vibración.
  • o Vibradores clásicos destinados a la penetración vaginal con estimulación del punto G.
  • o Vibradores realísticos para estimulación/penetración vaginal.
  • o Vibradores rotadores con doble función penetradora y estimuladora de clítoris.
  • o Vibradores tipo conejito rampante .
  • o Vibradores dobles, para una estimulación simultánea de vagina y ano.
  • o Vibradores masajeadores.
  • o Vibradores mini, para poder llevarlos contigo a todas partes.
  • o Huevos para masajes íntimos tipo Lush®, con o sin control remoto.
  • o Bolas chinas.
  • o Estimuladores y plugs anales.
  • o Succionadores/masajeadores de clítoris tipo Satisfayer®.
  • o Tangas vibradores.
  • o Otro: ____________________________________________________

53) ¿Qué fantasías son las que más potencial tienen en tus momentos íntimos en soledad? Selecciona un máximo de cuatro alternativas.

  • o Fantasear con la imagen de mi pareja o recuerdos excitantes vividos con él/ella.
  • o Fantasear con situaciones potencialmente morbosas que aún no he vivido con mi pareja pero me gustaría vivir.
  • o Fantasear con situaciones picantes que sé que no viviría con mi pareja aunque él/ella sea el/la protagonista.
  • o Fantasear con algún/a amigo/a, conocido/a o persona cercana, mío/a o de mi pareja.
  • o Fantasear con encuentros con desconocidos/as y situaciones que encuentro excitantes.
  • o Fantasear rememorando vivencias sexuales pasadas, con algún ex o durante algún encuentro casual.
  • o Fantasear recordando situaciones excitantes que he vivido y en las que no acabé teniendo sexo, pensando en lo que pudo haber pasado.
  • o Fantasear con algún/a famoso/a del cine, la música, la televisión…
  • o Un encuentro con alguien de mi mismo sexo.
  • o Fantaseando con tener sexo por dinero.
  • o Fantaseando con que soy infiel a mi pareja y luego se lo cuento y se excita.
  • o Un trío con dos chicas sin que intervenga mi pareja.
  • o Un trío con dos chicos sin que intervenga mi pareja.
  • o Un trío con mi pareja y otra chica.
  • o Un trío con mi pareja y otro chico.
  • o Orgías, sin mi pareja.
  • o Orgías, con mi pareja.
  • o Participando de un intercambio de parejas.
  • o Excitar a un/a tercero/a con la única intención de excitar a mi pareja.
  • o Fantasear imaginando que mi pareja excita a un tercero para encenderme.
  • o Otro:____________________________________________________

54) Si se diera la oportunidad real de conocer a un famoso y surgiera la chispa, ¿tendrías un affaire con...?

Si se alinearan los astros me gustaría conocer y algo más con: _________________________

55) ¿Ves pornografía para alimentar tu imaginación en momentos de soledad?

  • o Nunca. El porno me parece frío, poco imaginativo e irreal.
  • o ¡No! Aunque entiendo que haya quien se excite con este tipo de películas.
  • o Muy ocasionalmente. Como un extra exótico.
  • o A menudo.
  • o Casi siempre. Estimula mi imaginación y a veces me creo el/la protagonista.
  • o ¡Siempre! Me excita muchísimo ver películas para adultos.

56) ¿Qué piensas del sexo «outdoor»?

  • o El sexo es un acto íntimo, y como tal ha de ser disfrutado en intimidad.
  • o Me parece una idea excitante, aunque no me atrevería a hacer nada en público.
  • o He vivido experiencias «outdoor», pero no repetiría.
  • o He vivido situaciones en las que me he dejado llevar por la pasión y admito que, aunque la experiencia no fuese plena, me resultó excitante lo que ocurrió. Quizás la próxima vez.
  • o Si se diesen las circunstancias adecuadas, sin riesgo alguno, me encantaría descubrir todas las posibilidades del sexo al aire libre, en lugares poco comunes, sitios emblemáticos.
  • o He tenido sexo en lugares públicos y lo encuentro excitante, pero no lo disfruto tanto como en la intimidad.
  • o He tenido sexo en lugares públicos, con riesgo de ser descubierto/a, y fue una sensación que potenció mis sentidos. Repetiría si se diesen las circunstancias propicias.
  • o ¡Me encanta el sexo «outdoor»! Mi pareja y yo lo hacemos siempre que podemos.

57) Si ves accidentalmente a una persona del sexo opuesto (o del mismo sexo) desnuda y no se da cuenta, ¿seguirías mirando?

  • o De ninguna manera. ¡Qué vergüenza!
  • o Si me resulta atractivo/a y no hay riesgo, es posible...
  • o Creo que sí, aunque pudiera pillarme. Curiosidad sana.
  • o Sí. E incluso podría llegar a recrearme observando la escena.
  • o Por supuesto, e incluso me excitaría la idea de que me descubriese.

58) Señala en cuál de estos lugares has tenido sexo con o sin penetración. Seleccione tantas como crea convenientes, confiésanos tantos lugares como desees.

  • o En una cama. Es lo más práctico en realidad.
  • o En un sofá. Me dijo que tenía Nexflix...
  • o En un coche. ¡Y los cristales acabaron empañados!
  • o En una auto-caravana. ¡Qué mareo!
  • o En el trabajo. Morbazo.
  • o En un gimnasio...
  • o En un despacho o dependencia profesional. Me gusta lo prohibido.
  • o En los baños de un pub o sala de fiestas. Cuando las ganas aprietan…
  • o En los aseos de un parking público... ¡Ups, aquí no dejé el coche!
  • o En el aparcamiento de una discoteca.
  • o En casa de un/a amigo/a, con una tercera persona en la habitación vecina.
  • o En una fiesta organizada en una vivienda privada a la que acudí de invitado/a sin que se enterasen el resto de invitados.
  • o En un tren...
  • o O en un avión.
  • o En un probador.
  • o ¡En un ascensor!
  • o ¡En el cine! La película era tan aburrida...
  • o En un hostal, hotel, motel, apartotel...
  • o En unas escaleras de acceso público...
  • o En la playa. ¡El calor es lo que tiene!
  • o En un parque...
  • o En la cocina.
  • o En una azotea.
  • o En el campo. Soy muy naturista.
  • o En una piscina pública.

59) De todos ellos, o de alguno no mencionado, ¿cuál es el lugar más excitante en el que has tenido sexo?

  • o Otro:____________________________________________________

60) ¿Te has grabado o te han grabado alguna vez teniendo sexo?

  • o Sí
  • o No

61) Con respecto a las playas nudistas...

  • o Ni he estado ni me planteo ir. No me llaman la atención, oiga.
  • o Nunca he estado en una. Tengo la curiosidad pero no el valor.
  • o He estado en alguna playa nudista, pero no he hecho nudismo. No lo descarto.
  • o Estaría encantada/o de vivir esa experiencia.
  • o ¡Me encantan! ¡Solo/a o en compañía!

62) ¿Y qué nos dices de las tiendas eróticas?

  • o Nunca he visitado una y no tengo interés.
  • o No se han dado las circunstancias, pero tengo curiosidad por saber qué me pueden ofrecer.
  • o He ido alguna vez, por curiosear o para eventos especiales. Y por los mismos motivos volvería.
  • o He visitado alguna tienda erótica por diferentes motivos, y no me importaría volver en busca de nuevos estímulos y experiencias.
  • o ¡Voy a mi tienda erótica favorita más que al supermercado! ¡Compro de todo, incluyendo productos Durex®!

63) Para terminar este bloque, ¿qué opinión te merecen las apps de ligue tipo Tinder®, Badoo®, Scruff® o AdoptaUnTío®?

  • o Nunca he usado ninguna ni creo que vaya a usarlas.
  • o Nunca he instalado una, pero no lo descarto en un futuro.
  • o Si volviera a estar soltero/a, quizás me animase a probarlo.
  • o He usado alguna app de ligue en el pasado, pero nunca tuve una cita.
  • o He usado alguna app de ligue en el pasado, y me cité con algún chico/a.
  • o Uso apps como las mencionadas con asiduidad. Otra manera de conocer gente.

Efectivamente, la pregunta 62 estaba hecha con toda la intención. Casi a la altura del resto, y eso que tenía la sensación de que alguna cuestión importante había pasado por alto. Me llevé el antebrazo a la frente, estiré las piernas sobre el sofá y me preparé psicológicamente para darle el último repaso al bloque final de preguntas. Porque si se piensa que me estaba jugando mucho con las cuestiones anteriores, íntimas y de respuestas que nadie debería conocer de su pareja, en las siguientes estaba echando el resto de mi locura. Triunfo... o harakiri. Excitación máxima.

V

Queda poco para que ganes ese viaje maravilloso...

¡Último bloque... y el más importante!

Hablemos ahora de tu relación de pareja…

64) En un plano estrictamente sexual, ¿qué consideración te merece tu pareja?

  • o Es nulo/a.
  • o Mala consideración, sin llegar a nulo, para qué engañarnos. Piensa que el orgasmo es lo que se le echa a las pizzas.
  • o Se esfuerza, pero en general podría ser mejor.
  • o Podría ser mejor, pero no se esfuerza.
  • o Aceptable. Tiene sus defectos y virtudes, como cualquiera, pero la balanza está del lado positivo.
  • o Buena, generalmente. Con momentos top y algún altibajo bien justificado.
  • o Muy buena. Y cada vez mejor. Compenetración, que le llaman.
  • o ¡Excelente! ¡Un/a máquina! ¡Cómo sabe leerme la mente!

65) ¿Qué nota le pones a tu vida sexual actual?

  • o 1
  • o 2
  • o 3
  • o 4
  • o 5
  • o 6
  • o 7
  • o 8
  • o 9
  • o 10

66) ¿Con qué frecuencia tenéis sexo? (Si vivís lejos el uno del otro, el sexo virtual cuenta como el presencial).

  • o ¡Varias veces al día!
  • o Todos los días.
  • o Más de cuatro veces a la semana.
  • o Dos o tres veces por semana, como mínimo.
  • o Dos o tres veces a la semana, tirando por lo alto.
  • o Una vez a la semana, al menos.
  • o Con una frecuencia menor a las indicadas.

67) ¿Te parece una cantidad suficiente?

  • o Estoy muy satisfecho/a. No me cambiaba por nadie.
  • o Sí, estoy satisfecho/a. Podría ser mejor, pero también peor.
  • o No me importaría una mayor frecuencia, la verdad. Pero la vida es más que sexo.
  • o Me gustaría hacerlo más, siempre y cuando esto significara un incremento en la calidad de nuestros encuentros íntimos.
  • o En absoluto, pero no se puede tener todo.

68) ¿En qué estado crees que se encuentra tu vida sexual ahora mismo?

  • o ¡Viento en pompa y dentro toda vela!
  • o Llevamos poco tiempo juntos (menos de dos años) y somos dos personas muy muy fogosas...
  • o Llevamos poco tiempo juntos (menos de dos años), pero el sexo se ha vuelto costumbre y me resulta repetitivo.
  • o Aunque llevamos mucho tiempo juntos (más de dos años), siempre tenemos apetito y ganas de probar cosas nuevas...
  • o Término medio. No está mal, pero creo que va siendo hora de innovar para no caer en la rutina de los sábados.
  • o Perdiendo interés. Se está estancando en la monotonía y no sé cómo darle un giro a la situación.
  • o Hibernando.
  • o ¿Mi qué?

69) ¿Sabe excitarte tu pareja antes de...?

  • o No sabe ni fregar los platos.
  • o Tiene sus momentos, pero generalmente no.
  • o En ocasiones se preocupa por excitarme. Pero creo que se centra más en su placer que en el mío.
  • o Sí, más o menos, pero me enciendo enseguida y decido que es el momento de pasar a la acción.
  • o Sí, más o menos, aunque cuando él/ella se excita saca la bestia que lleva dentro y se acabaron los preparativos.
  • o Sí. Sabe leer y respetar mis tiempos y no pasamos a la acción hasta estar ambos hirviendo.
  • o Siempre. El componente psicológico en nuestras relaciones es muy importante, así como la variedad y las fantasías.

70)Y tú, ¿sabes excitar a tu pareja antes de…? Escoja una o dos.

  • o Mi pareja nació excitada. Si por él/ella fuera, estaríamos todo el día de trajín.
  • o No tengo que hacer mucho para que mi pareja tome la iniciativa cuando estamos a solas. Basta con mi presencia y una miradita. Es de fácil ignición.
  • o Si me apetece sexo, sé perfectamente como encender a mi chico/a.
  • o Aunque lo intento, no siempre consigo excitar a mi pareja hasta el punto de hacerle/a desear un encuentro sexual.
  • o Ocasionalmente consigo que mi pareja se excite con mis estímulos, pero son las menos.
  • o Mi pareja es inexcitable .

71) ¿Cómo te consideras en relación con las propuestas íntimas que recibes por parte de tu pareja?

  • o Una persona inflexible respecto a las proposiciones que recibe. No es no, y siempre es y será no.
  • o Una persona de gustos clásicos a la que le cuesta abrirse a nuevas experiencias.
  • o Una persona de gustos clásicos dispuesta a descubrir nuevas experiencias si se dan las circunstancias adecuadas. ¡Mente abierta!
  • o Una persona de mente inquieta e ideas claras que selecciona qué quiere vivir y qué no.
  • o Una persona de mente abierta siempre dispuesta a descubrir nuevos placeres.

72) ¿Juega la fantasía un papel fundamental en vuestras relaciones íntimas o sois más de «pasar a la acción»?

  • o El sexo se ha vuelto algo mecánico, físico, y solo buscamos satisfacer los niveles más básicos de nuestros instintos.
  • o Nos ponemos a tono antes de pasar a la acción, pero hay poca variedad. Estaría bien experimentar e innovar.
  • o Término medio. Creo que nuestra imaginación está aún por explorar. Vamos poco a poco.
  • o Sí, normalmente existe un ingrediente mental que nos enciende y predispone para «después», aunque sean hecho sutiles, como caricias en público, susurros subidos de tono, el riesgo de ser vistos en actitud provocativa... y me gustaría que fuese a más.
  • o Sí, nos gusta fantasear como paso previo a la acción. Encender al otro, hacer que suba la temperatura. Masajes, disfraces, sorpresas, juegos con terceras personas, compartir confidencias. ¡De todo! ¡No tenemos límites!

73) ¿Te has llegado a sentir frustrado/a con tu vida sexual actual? Puedes marcar dos.

  • o ¡En absoluto! Es rica y variada.
  • o En alguna ocasión, pero no sabría decir por qué.
  • o En alguna ocasión, y quizás por una relación directa con las respuestas a las preguntas 66 y 67 (Frecuencia sexual).
  • o En alguna ocasión, y quizás por una relación directa con la respuesta a la pregunta 68 (Estancamiento).
  • o En alguna ocasión, y quizás por una relación directa con la respuesta a la pregunta 69 (Falta o ausencia de excitación previa al coito).
  • o En alguna ocasión, y quizás por una relación directa con la respuesta a la pregunta 70 (Falta de receptividad sexual por falta de tu pareja).
  • o En alguna ocasión, y quizás por una relación directa con la respuesta a la pregunta 72 (Falta o ausencia de un componente fantasioso o psicológico previo al coito).
  • o Sí, ha faltado conexión en más de una ocasión.
  • o Cuando los orgasmos compartidos no llegan, todo se tiñe de negro.

74) Cuando algo no marcha bien en la cama...

  • o Prefiero no decirle nada a mi pareja. El sexo no es tan importante en nuestra relación y no quiero preocuparla/o.
  • o Pongo de mi parte para que la situación mejore sin necesidad de hablarlo.
  • o A veces manifiesto cierto descontento, pero no de manera directa, ya que pienso que es algo pasajero debido a las circunstancias de la vida. Podría decírselo de persistir el problema.
  • o Me planteo seriamente hablarlo con él/ella, pero no lo hago por miedo a que se moleste. Dejo pasar el tiempo y espero un cambio poniendo de mi parte. Si no lo hay, toca charla.
  • o Creo que la comunicación es importante, y en estos temas más. Espero al momento adecuado y se lo digo con tacto.
  • o El sexo es importante en nuestra relación, por lo que todo descontento lo ponemos de manifiesto enseguida.

75) Puntúa del 1 al 10 las siguientes prácticas con tu pareja. Escribe «no» en aquellas que no practiques:

  • o En general, ¿qué tal los preliminares?: __
  • o ¿Sabe cómo acariciarte?: __
  • o ¿Qué tal besa tu chico/a?: __
  • o ¿Cómo anda de imaginación?: __
  • o ¿Qué tan buena/o es haciendo sexo oral?: __
  • o ¿Y masturbándote?: __
  • o ¿Qué tal el coito clásico (penetración vaginal)? : __
  • o ¿Qué me dices del beso negro?: __
  • o ¿Y del sexo anal?: __
  • o ¿Qué tal estimula a tus pezones?: __
  • o ¿Se defiende con los masajes?: __
  • o En pleno acto, ¿cómo puntuarías las palabras con las que trata de excitarte?: __
  • o Si llega antes que tú al clímax, ¿se preocupa por seguir satisfaciéndote?: __
  • o ¿Cómo de romántico/a es tu pareja después de haber tenido sexo?: __

76) ¿Qué le pedirías a tu pareja para que mejorase la calidad de vuestros momentos de intimidad? Marque o conteste las cuatro con las que más se identifique. El orden es irrelevante.

  • o Más intensidad. El ritmo es importantísimo.
  • o Más aguante. Para que un buen ritmo nos lleve a la meta a los dos... a la vez.
  • o Más intensidad y más aguante. La victoria está asegurada.
  • o Que le eche más imaginación. El sexo es 90% mental y 10% genitales friccionando.
  • o Más variedad en el coito. Tal vez con el Kamasutra pille la indirecta.
  • o Que sea más picante. Incluso en los momentos en que no vamos a tener sexo. Hay muchas formas de hacer el amor, ¡y el día tiene 24 horas!
  • o Mayor tiempo de «cocción». No hay que rellenar el conejo tan pronto. Mejor abrir su apetito...
  • o Más imprevisibilidad. O los sábados noche perderán su razón de ser.
  • o Más iniciativa. Más allá de demostrar que estás caliente tratando de desnudarme entre magreos.
  • o Que sea más morboso/a. Una mente más abierta que invite a la mía a seguir su camino.
  • o Más dulzura. Para hacer contraste con lo saladito...
  • o Más caña. Que ya no somos niños. Hay tiempo para todo.
  • o Menos timidez. Que la vida es corta.
  • o Prolegómenos más excitantes. El previo debe empezar más allá de la cama.
  • o Que se anticipe a mis deseos. Sepa leer mi mirada y dé el paso que yo no daría.
  • o El sexo también existe durante el día. Y se hace de muchas maneras.
  • o Más romanticismo sucio y conexión: el porno no es buen maestro.
  • o Más salvajismo en los momentos de éxtasis.
  • o Que me dijera cosas en la cama que me encendieran. No solo de gemidos y piropos se vive.
  • o Que no me tratara como a su princesa cuando intimamos.
  • o Otro: ____________________________________________________

77) Casi terminamos. De las siguientes ideas para alejarse de la monotonía, ¿cuáles crees que podrían resultar excitantes para incluir en tus encuentros sexuales? Elije las que creas adecuadas a tus necesidades.

  • o Creo que me gustaría probar o incluir juguetes sexuales en la cama.
  • o Además de en la cama, me gustaría incluirlos fuera de ella.
  • o No estaría de más añadir una pizca de fantasía a nuestros encuentros sexuales...
  • o ¡Disfrazarse de vez en cuando puede resultar divertido!
  • o Situaciones excitantes en las que exista riesgo de ser descubiertos, como sexo al aire libre.
  • o Prácticas voyeur. Qué morbillo...
  • o Bailes y streaptease ...
  • o Lencería sexy...
  • o ¿Algunas gotitas de exhibicionismo? ¿Qué tal salir sin ropa interior...?
  • o Adoptar roles sexuales que estimulen nuestra imaginación y rompan la monotonía. Siempre he querido saber qué se siente al jugar a los médicos...
  • o BDSM (Bondage, Disciplina y Dominación, Sumisión y Sadismo, y Masoquismo).
  • o Escapadas para conocer sitios nuevos... y camas nuevas.
  • o Juegos sexuales (El ciego, Chocolate y helado, El prisionero, masajes aceitosos, Strip-póker, La linterna, Obedecer al rey o a la reina...)
  • o Sesiones de fotos eróticas en lugares públicos.
  • o Convertiros en dos desconocidos que se encuentran en un lugar y deben seducirse el uno al otro... ¿Qué tal un sex-shop?
  • o Visualizar películas pornográficas para avivar la pasión... ¡o imitar a los actores!
  • o Coquetear con terceras personas mientras el otro observa la escena. ¡Con o sin reglas preestablecidas!
  • o ¿Una tanda de preguntas picantes? ¡Verdad o reto!
  • o ¿Serías capaz de...? Lo que se te pase por la cabeza. ¡Vosotros ponéis los límites... y las recompensas!
  • o Otro: ____________________________________________________

78) ¡Muy bien! Para terminar, si tu pareja pudiera leerte ahora mismo pero no supiera que eres tú... ¿qué le confesarías?

Le diría que... ____________________________________________________

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¡Te deseamos la mejor de las suertes!

Una locura, me dije. Una absoluta locura. ¿Qué clase de estupidez estaba acometiendo? No me reconocía a mí mismo. Ya ni con la bola hinchada tras no haber recibido contestación por parte de Cris le encontraba sentido a tal despropósito. Poner en boca de mi novia las respuestas que creí que podía ofrecerme me atemorizaba. De nuevo, la angustiosa dualidad de sentires: quiero que se tope con la encuesta y la rellene con la máxima sinceridad; ojalá tengamos que eliminar las páginas web antes de que tenga tiempo si quiera de saber que existen.

El miedo es así. Altera tus sentidos y nubla tu entendimiento. Y no había pocas fuentes de inquietud a las que temer en el puto cuestionario. La seguridad con la que me había enfrentado a la encuesta se había desvanecido al darle el último repaso, provocando que me replanteara por décima puta vez su legitimidad. A quién se le ocurre..., me repetía mientras releía alguna cuestión que debí haber borrado del test. ¡No me interesaba saber realmente muchas de las cuestiones incluidas!

Pero debía aguantar, me convencí. Estábamos donde queríamos, donde debíamos. Un poco más. Pero no iba a ser el último bajón que me iba a hacer dudar.

Eran casi las once y media y el sueño me vencía. Recogí el salón y me fui al dormitorio. Cris no daba señales de vida, y la última hora de conexión en su Whatsapp era la misma que cuando me mandó la nota de voz. Mori me había escrito en varias ocasiones para que comprobase cómo evolucionaba la acogida de la encuesta. No era una orden, sino una manera de decirme que la broma se extendía por internet como tentáculos sin control. Habíamos sobrepasado el millar y medio de cuestionarios recibidos. Otra fuente de inquietud que iba a dar no pocos problemas. Ni ganas tenía de echarle otro vistazo a los correos ni de comprobar que la infidelidad era deporte nacional, todo el mundo practicaba sexo seguro o que todos tenían pollones de campeonato. Quizás en otro momento.

Con la incomodidad que me provocaba que Cris estuviera por ahí con Chiqui y no sé quién más, y la congoja de que ya pudieran haber visto el test en Instagram, caí sobre la cama.

Vueltas y más vueltas al coco. Me he pasado. No debí haber incluido esta pregunta. No estoy muy seguro de que conocer esto me ayude con aquello. Lo otro no es algo que ninguna persona necesite saber de su pareja. Y entonces una pregunta que emergía sobre todas las demás y se confabulaba con el resto de mis miedos:

Si Cristi acababa rellenando la encuesta, ¿podrían sus respuestas cambiar mi visión sobre ella? Y si eso era así, ¿cambiaría nuestra relación?

Era la una y media de la madrugada cuando un portazo me sacó del breve sueño en que me había sumido. El sonido de unas llaves sobre el mueble de la entradita. Un rápido taconeo. El suave sonido de la chaqueta sobre la silla. El bolso a la butaca. Y la puerta del baño al cerrarse.

Pasaron veinte minutos de reloj hasta que los pies descalzos de Cris pisaron el parquet de la habitación, tiempo en que me pregunté dónde y con quién habría estado. Mis desconfianzas se esfumaron al intuir que acababa de salir desnuda del baño. Supuse que sacaba ropa interior del cajón que había abierto de la coqueta y creí percibirel deslizar de una prenda alrededor de sus piernas. Quizás un tanga, quizás unas braguitas. Enchufó algo en la toma de su mesita de noche, posiblemente el móvil—¿se había quedado sin batería y por eso no me había escrito más?—, y acto seguido se metió en la cama tirando hacía sí de las sábanas que me cubrían.

Continué haciéndome el dormido, a pesar de las ansias de sexo que se habían despertado en mí tras oler su fresco aroma, por dos motivos. El primero es que hacía años que no esperaba a nadie despierto. Entiéndase en condiciones normales, no hambriento de sexo. Dar señas de parecer controlador no era lo mío, y bien que me valió tal virtud para que mi relación con Cristi fluyese desde el primer momento.Despreocupado y confiado, siempre esa imagen. El segundo motivo, optimismo e ilusión, me invitaba a esperar un posible acercamiento sexual por parte de mi pareja. Si ella quería, yo no se lo iba a negar. Y volvía resultarme curioso, porque si había caído en un leve sueño martirizado por temores e inseguridades, toda fuente de inquietud volvía a disiparse con la presencia de Cris. Me dije que era precisamente su ausencia la que despertaba mis miedos en un momento en que mi sensibilidad estaba a flor de piel. Necesitaba su presencia para mantener contacto con la realidad, la que se turbaba con acontecimientos que jamás me habían atormentado. ¿Desde cuándo que cambiara sus planes me convertía a mí en un individuo suspicaz? ¿En qué momento me ha importado que quede con Chiqui o que se encuentre con Nacho? ¿Cuándo he desconfiado de ella, sabiendo que cuando sale es asediada por una pequeña legión de buitres y tiburones nocturnos? Ella era mi sustento, pensé, y estaba dejándome llevar, como me había dicho Mori, por mis fantasías.

Pero si aguardaba que Cristi hubiera llegado receptiva, caliente o juguetona, nada más lejos de la realidad. El contacto que mi optimismo e ilusiones aguardaban no llegó.

A los dos minutos de caer rendida, ahí estaba ella, dormida, ajena a todo. A mí, al test, a lo que hubiera pasado esa noche. Estaba donde debía, conmigo, en casa. Sin más preocupaciones que vivir el día a día sin meterse en la vida de nadie, actuando como creía que era correcto y evitando todo mal al resto. ¿Cuál había sido su delito para haberme tenido dos días lamentándome por chiquilladas y planeando invadir lo único que era verdaderamente suyo? ¿Ser ella misma, confiar en una amiga o promover un cambio para evitar charlar conmigo sobre un tema sexual que la mayoría de parejas no se molesta ni en poner sobre la palestra? ¿Merecía mi castigo por tal fechoría ? ¿Merecía tener un novio tan capullo y mal pensado?

Cuán miserable no me sentí tras digerir la culpa que la noche suele dejar caer sobre nuestras malas conciencias, que no pude reprimirme las ganas. Me giré sobre la cama y la abracé. Al notar el contacto ronroneó y amoldó su trasero a mi entrepierna. Un beso cayó en su omóplato, un suave te quiero en su oído. Otro ronroneo. Desprendía cierto olor a ron, que se disimulaba con la fragancia de su cabellera. Solo llevaba unas braguitas, y el contacto y la sedosidad de su cuerpo estimularon hasta la última célula de mi cuerpo. Fueron solo unos segundos en que me imaginé dejándome llevar, besando sus pechos, rozando con mis labios su vientre, devorando su sexo y lengüeteando su clítoris; unos segundos en los que imaginé un rostro dibujado de placeres, de fricciones húmedas y gemidos sin control. Y menos duró, tan solo una fracción de segundo, la realidad que me golpeó en la frente:

Hoy no, no te lo mereces. Follarte a este ángel después de lo que llevas haciendo todo el día no es un premio que te corresponda esta noche. Ámala ahora y remide mañana tus pecados.

Y así decidí, tal y como mi subconsciente me invitaba a hacer, acurrucado a mi otra mitad. El asuntillo encontraría respuesta en otro lugar, pero no en la mentira. Mañana por la mañana pondré fin a todo, me dije perdiéndome entre sus cabellos.

Mañana, siempre mañana , me dijo hastiado el pequeño diablo que a veces me atormenta sobre uno de mis hombros. Mañana siempre es tarde , le escuché decir antes de dejarme caer en un profundo sueño.

¡Cuánta razón tenía!

La puta vida y mis despistes.