Descubri que soy una puta
Queria cumplir una de mis fantasias con mi novio pero me salio el tiro por la culata y ahora se que soy una verdadera PUTA.
Había salido del salón de clases en la Universidad cuando me conseguí con mi novio en los pasillos. De ahí nos fuimos a la cafetería en donde nos sentamos entre otros jóvenes que también disfrutaban o compartían entre ellos.
Luego de darnos algunos besos le confesé una de mis fantasías y le pedí que me ayudara a cumplirla. Le explique que tenía deseos recurrentes de ser violada, de ser tomada a la fuerza. Al principio su cara no era de compresión pero finalmente lo convencí dado a que ya habíamos tenido conversaciones de este tipo. Al final cuadramos que el se encargaría de violarme pero primero que nada yo no debía saber el día, así aumentaría mi sorpresa. También usaría mascara (pasamontañas) para darle credibilidad, y si en algún momento yo decía su nombre el dejaría de hacer lo que estaba haciendo porque me estaba haciendo mas daño del que estaba dispuesta a tolerar.
Habiendo cuadrado las condiciones me fui emocionada a mi próxima clase. Luego de eso mi vida transcurrió normal. Ese día llegue a casa y me depile las piernas. Me rebaje la vagina casi sin pelitos como a el le gusta, y no salía de casa sin perfumarme toda, y ponerme mis hilos y sostenes mas sexy. Al día siguiente me puse ropa íntima nueva, y al día siguiente salí sin nada bajo la ropa, pero nada, aun no se había decidido a hacerlo.
Cada ves que fantaseaba con ello, a veces varias al día, me mojaba he incluso tuve que masturbarme en la universidad para alejar esos pensamientos y poder concentrarme en las clases. El cuarto día ya estaba molesta. Así que pase el fin de semana normal. Nos veíamos como siempre pero ninguno de los dos tocaba el tema. Así que lo dejé a un lado y trate de no pensar en eso.
El lunes fui a clases y luego al gimnasio. Al salir del gimnasio me subí a mi carro y maneje hasta la casa, pero como estaba muy sudada me quite la lycra y me puse un suéter que me queda grande que cargo en el carro, y un short corto que tengo para el aeróbic. Me gusta porque se me ven bonitas las piernas con el, y aunque el suéter no deja ver bien mi figura, es rico sentir un rato los senos sin nada que los apriete, además ya estaba por tomar una ducha en mi casa. Finalmente en el estacionamiento de mi edificio me baje y abrí la puerta de atrás para recoger el bolso con mi ropa, cuando sin darme cuenta una mano fuerte me tapo la boca y tiro mi cuerpo hacia atrás. Un brazo me abrazo inmovilizándome y levantándome del suelo.
Al momento me asuste mucho porque ciertamente no estaba preparada pero por el reflejo del vidrio vi que era un hombre con pasamontañas y me di cuenta de lo que estaba pasando. Trate de patalear para escapar pero el hombre me empujo contra el carro y con su peso volvió a inmovilizarme mientras ataba mis manos. Eso no lo esperaba así que trate de gritar mientras lo insultaba pero me hizo callar halándome el cabello hacia atrás, y ya tenia las manos atadas así que rápidamente me colocó una cinta sobre la boca y luego me vendó los ojos.
Eso tampoco lo esperaba pero estaba a su merced. Era suya y eso me excitaba. Estaba mojada, y nerviosa, una mezcla fatal. El hombre me metió en el asiento trasero acostándome en el suelo. Aprovecho para tocarme las nalgas y las piernas como saboreando su momento y cerrando las puertas sentí como manejaba mi auto hasta afuera del edificio. El recorrido duro algunos minutos y ya estaba adolorida por la posición, así que solo podía fantasear con las cosas que pudiese hacerme mi novio en este estado. El auto se detuvo y por los sonidos parecía que estábamos al aire libre, se abrieron las puertas y el hombre me saco del auto.
Al principio me costaba mantenerme por lo adolorida pero el hombre o mejor dicho mi novio me subió el suéter dejando mis senos al descubierto, y lamente haberme quitado todo al salir del Gym, se lo había dejado todo muy fácil.
Me comenzó a amasar los senos con desesperación y mordiéndome los pezones, sentía que me dolían, pero también me excitaba, el lo sabía. Trate de hablarle pero me di cuenta que tenia la cinta en la boca. No podía hablar, solo gemir. Eso me puso un poco mas nerviosa, porque ahora tendría que confiar en el, pero porque me habrá cubierto la boca, el bobo ese.
En fin así me bajo el short de golpe y comenzó a acariciarme entre las piernas y sentí su alegría al darse cuenta lo mojada que estaba. Sus dedos jugaron sobre mi hilo de encaje hasta que al rato se aburrió de el y me lo quito de un tirón. Me giro de golpe y sentí que soltó la cinta de mis muñecas pero fue solo para sacarme el suéter y aunque agradecí los segundos para poder mover los brazos volvió a atármelos pero esta vez delante de mi.
Me tomo por la cintura he hizo que me sentara en algún tipo de superficie fría. Ya estaba sometida y lo estaba disfrutando así que realmente no puse mucha resistencia cuando me abrió las piernas y cuando sentí su lengua subiendo y bajando por mi abertura los gemidos se me salían ya entre la cinta.
Aun recuerdo lo rico que sentí cuando me apretaba el clítoris entre sus labios. Mis manos apretaban su cabeza contra mi vagina para que fuese más fuerte, a la par de mis gemidos. Su lengua subía y bajaba mojando toda mi entrada y sentí como mi jugos salían junto con su saliva colándose entre mis nalgas. El siguió lamiendo como todo un gatito y de pronto un dedo se comenzó a abrir paso entre mis nalgas. Estaban tan mojadas que rápidamente llego a entrar y salir de la mi vagina, dándome respingos de placer. A cada saltito me excitaba aun más.
Luego comenzó un ritmo mas lento, como disfrutándome a cada centímetro, y ahora sus dedos comenzaban a jugar en la entrada de mi ano. Era extraño ya que mi novio nunca se había detenido a ser tan delicado sobre todo en mi ano. Aun así lo disfrute de lo lindo, pero el malvado cada vez que estaba apunto de acabar se detenía o se movía mas lento para alargar mi sufrimiento.
Con movimientos circulares fue untando mi ano con su saliva y mis jugos mientras no paraba de chupar y así este fácilmente se dilato recibiéndolo con gusto dentro de mi cuerpo. Las piernas me temblaban entre la excitación y el cansancio previo del gimnasio pero no quería detenerlo, ya no, ahora solo trataba de alcanzar mi premio del orgasmo.
Sin embargo el subió mas mis piernas y ahora su lengua era la que dilataba mi ano. Mi novio nunca me había chupado el ano, y era una delicia. En el momento no me detuve mucho a pensarlo y me deje llevar por el mar de las nuevas sensaciones. Flotando en mi delirio de no poder acabar y no dejarme mover, sabiéndome expuesta al aire libre y a su merced. Sin darme una convulsión me llevo al orgasmo, y el grito se vio ahogado por la cinta que finalmente retiró.
Respire una gran bocanada de aire para seguir gimiendo mientras lo insultaba por lo rico que me estaba haciendo sentir. En ese momento me tomo por la cintura y me bajo de la superficie y me puso de pie pero apoyada sobre superficie que era mas bien como una tabla de madera, o tal vez una vieja mesa. Aun no me había quitado la venda y teniendo las manos cerca de mi cara trate de quitarla pero me movió las manos bruscamente y me dio dos nalgadas durísimo dándome a entender que no lo hiciera, entonces me tuve quieta para que no me diera mas nalgadas aunque en el fondo quería mas.
En esa posición siguió dándome nalgadas pero con su pene que estaba como de piedra y luego echó su peso sobre mi para metérmela desde atrás mientras sus manos abrían mis nalgas. Dado a que son grandes de seguro le costaba un poco como en otras oportunidades sin embargo esta vez encontró mi vagina con gran facilidad colándose entre las nalgas y haciéndome saltar a cada embestida que agradecí con mis gemidos, cada vez mas largos, entre frases "mas duro" o "que rico Dios!!!". Llevaba algunos minutos golpeando mi entrada entre apretones de mis senos y nalgadas, entre gemidos y saltos cuando nuevamente sus dedos se colaron entre mis nalgas para entrar en mi ano a la par de sus embestidas. Entraron con gran facilidad así que me di cuenta que solo era cuestión de tiempo antes de que me sodomizara.
Bajo un poco el ritmo, imagino que para poder controlarse y ahí me daba nalgadas o me penetraba el ano con sus dedos, como ya estaba dilatada creo que al menos entraba dos. Así que me sacó su verga y me la metió por detrás sin mucho miramiento, lo cual me hizo gritar un poco, pero también me llevo a punto de acabar.
Me tomó por la cintura he hizo que me pusiera de perrito en el suelo aun empalada sin dejar que se me saliera. La sentía enorme mientras mi ano pulsaba por la embestida. Así en 4 patas comenzó el bombeo frenético. Me llegaba muy adentro y me dolía pero también me excitaba al máximo. Nuevamente bajaba un poco el ritmo y me frotaba el clítoris o montaba su peso sobre mi para apretarme los senos, luego se volvía a erguir para bombearme con fuerza abriéndome completamente. Grité, grité y gemí hasta alcanzar finalmente un nuevo orgasmo que casi me hace caer, pero el me sostuvo por la cintura.
Así empalada por detrás sentí como derramo sus jugos dentro de mi llenándome de su calor. Ahora sus movimientos eran mucho más lento, y disfruto que cada gota quedara dentro de mi. Lo saco un poco y lo volvía a meter como comprobando como había dejada mi colita. Yo mientras inclinada hacia delante trataba de recobrar el aliento y la postura. Lentamente me levantó por la cintura y me beso la cara y el pecho sin dejarme quitar la venda que ya me incomodaba.
Así denuda me llevo caminando y me hizo inclinar para apoyarme sobre algo frío y cargándome me metió en algún tipo de caja. Que estaba pasando. Al sentir el ruido que cerraba la misma me quite la venda y me di cuenta que estaba en la maleta de mi auto. No lo podía creer, y más aun debía de ser parte de la experiencia. El auto arrancó y duro pocos minutos el viaje. Así que comencé a golpear la puerta para que me dejara salir. Sabiéndome desnuda me entro algo de nervios. La maleta se medio abrió y vi una mano meter mi suéter y mi short por ella luego la mano se fue.
Nerviosa abría la puerta de la maleta tapándome con la ropa y vi como mi novio salía corriendo y se perdía entre los autos. Rápidamente me vestí aun sin entender porque se había ido así. Recogí mi cosas algo nerviosa aun y cuando cerré el auto decidí llamarlo.
Casi caigo desmayada del susto cuando me dijo que estaba en la biblioteca por algo de un trabajo. El no me había raptado y tampoco me había dado mejor la sesión de sexo de mi vida. Había sido un desconocido y con mi consentimiento. Me despedí lo mas normal que pude y volví a revisar mis cosas.
Faltaba mi hilo y mi sostén, algo de dinero y estaba todo revuelto dentro del bolso. Ahí había una nota.
"Eres la puta mas deliciosa que he conocido, la próxima vez será mas fuerte y se que lo disfrutaras, besos y saludos a tu novio. Gracias por los recuerdos. "
Era verdad, lo había disfrutado. Mas fuerte? Sabia mi nombre, tenia como entrar al edificio. De seguro era alguien de la universidad. Soy una puta.
Todas esas afirmaciones me golpeaban la mente cuando entre a mi casa para darme un baño, pero la mas fuerte era: "Soy una puta", claro porque lo había disfrutado y no sentía asco. Y parte de mi cuerpo esperaba ese nuevo encuentro.
Mientras me bañaba pensaba en sus manos recorriéndome de nuevo. Casi no podía creerlo. Soy una puta.
Lynn