Descubrí a la zorra de mi mujer tras el confinam 3

Fue coger el bote de aceite corporal, comenzando a untárselo por todo su cuerpo, embadurnarse bien, deleitándome sobre todo con sus erectos pezones, manos que se encaminan hacia su pubis, viendo como se acariciaba su vagina con las yemas de sus dedos... uuuffff!!.

Descubri a la zorra de mi mujer tras el confinamiento (3)

Antes de comenzar, debo de deciros que esta confesión es la continuación de mi anterior confesión… ‘Descubriendo a la puta de mi mujer tras el confinamiento’, experiencia que me sucedió durante el pasado puente de la constitución, puente que no nos quedó otra que quedarnos encerrado en casa, encerrado no solo por ley sino también por no exponernos. Bueno dicho esto, reanudaré mi anterior confesión donde la deje, no siendo otro que, en el comienzo del viernes, viernes que mi mujer me ha despertado entre zarandeo, meneos y sacudidas, mujer que me ha dado los buenos días, quedándome de lo más extrañado y no por la manera de haberlo hecho, sino por verme desnudo tanto como a ella. Pero quizás un poco más, cuando veo como está se me coloca encima sobre mí, quedando de espalda Soltándome…

  • “Buenos días… muchachote, ¡venga que tienes que cumplir con el mañanero antes de levantarte a prepararme el desayuno… eeehhh!!”.

No dejo que me moviera, menos aún que me sentara o incorporarme al menos un poco, simplemente ella se había colocado sentada sobre mí, quedando de espalda a horcajadas… arrodillada, apoyándose con los brazos y llevando el ritmo como toda una amazona… uuummm!!. Fue ella quien tras colocarse tomo mi polla y se la introdujo, comenzando a gemir y suspirar, dejándome que participara al menos con acariciar tanto su espalda como sus senos. Debo decir que el ver a si a mi mujer era espectacular, pues veía su gran culo entrar y salir de mi polla, cuerpo que movía como toda una amazona… uuuffff!!. Pero cuando coloque mis manos en sus caderas, mi mujer me soltaba…

  • “Quita esas manos cabrón, ¡aquí quien marca el ritmo soy yo… ooohhh!!… uuummm!!”.

Manos que acabe por retirar, pues, aunque mi idea era ciertamente, no sujetarla, pero si marcar la penetración, pero no para mi placer, sino para largar su orgasmo… uuummm!. Postura que siempre le ha gustado a mi mujer practicar, pues es una de muchas donde ella tiene el control, llegando a apretar sus caderas y hacer la penetración más profunda… ooohhh!!. Siendo ella la que permite mi estimulación, pues siento como mueve sus caderas permitiendo que mi polla entre en su totalidad, movimientos cada vez más rápido y profundos. Movimientos que cambia en el momento que siente las venas de mi polla vibrar, significado más que evidente de mi orgasmo, siendo ella la que cambia los movimientos, siendo menos rápido y menos profundo, alargando mi orgasmo y claro está el suyo… ooohhh!!. Pero dándome por colocar mi pulgar sobre su clítoris, dedeándole alternando con la penetración, facilitando su orgasmo, llegándolo a obtener entre espasmos y jadeos… aaahhh!!. Llegando a alcanzar el primero en no mucho más de diez minutos, no deteniéndose y menos yo, pues está pocos minutos más tarde, comenzó a moverse cada vez más rápido entre convulsiones… ooohhh!!. Cuyas caderas las movía agitadamente y mientras no dejaba de estremecerse, no dejando de gemir y jadear, insultándome entre suspiros, acabando por obtener su segundo orgasmo, orgasmo que fue de forma consecutiva y por como respiraba, hubiera jurado que debió de ser bastante intenso… uuuffff!!. Intenso que me hace pensar que con este… está ya había finalizado, pues me tiene acostumbrado a que cuando ella acaba… acaba de verdad, finalizando todo y no se preocupa de que yo lo haya alcanzado o no. Bueno eso ha estado pasando al menos hasta ayer, pero bueno un día puede pasar… dos es bastante extraño, al menos eso ha estado pasando en los últimos años. Pues eso, cogí y cuando fui a moverme, coge está y me suelta…

  • “Donde coño crees que vas tú, ¡tú de aquí no te mueves aún, ¡no pienses que hemos acabado… eeehhh!!”.

Le miro perplejo, pues pienso que lo del día anterior fue algo pasajero, pues como he dicho, estoy acostumbrado a otras cosas. Mi mujer a la cual veo reflejada, reflejo gracias a las puertas de espejos del armario, esposa que me mira intensamente, mientras veo con asombro como se magrea sus senos, dándome miedo esa expresión. Soltándome…

  • “Espérate… no corras tanto, ¡antes tienes que darme mi leche calentita… eeehhh!!”.

Dice y sin cambiar de postura, no permitiendo que me mueva, estando todavía tumbado en la cama boca arriba, observo a mi mujer como se mueve, viendo como estira sus piernas hacia atrás. Quedándome perplejo una vez más, pues pienso donde coño ha visto esta, esta postura o quien se la ha enseñado. Pues la veo, no solo estirar sus piernas hacia atrás, sino como se tumba colocándose entre mis piernas. ¡Pero todo sin llegar a sacarse mi polla de su coñito… uuummm!!, tomándola eso si en esta ocasión por sus nalgas, manos que en esta ocasión si me lo permite, comenzando a moverse de arriba y abajo muy lentamente… ooohhh!!, haciéndome ver las estrellas… uuuffff!!. Movimientos que no deje de escucharla como gemía y suspiraba…

  • “Aaahhh!!... uuummm!!... aaahhh!!”.

Movimientos que en esta ocasión, no pude aguantar mucho más, acabando por correrme y la verdad de una forma abundante, no esperaba que pudiera tener tanto en mis pequeños genitales… ooohhh!!. Momento en que coge mi esposa por incorporarse, girarse y echarse a mi lado, buscando su boca mis labios, comenzándonos a besar. Mientras me dice…

  • “Uuuffff!!... me ha encantado, sabes hace demasiado frio para salir hoy de la cama, mira por donde que no voy ni a enjuagarme… si quieres hazlo tú”.

Me mira y sonriente, me dice…

  • “Ha ver cuándo coño me vas a hacer tú algo que me sorprenda… eeehhh!!”.

Me dan ganas de decirle las veces que le he hecho algo y la he sorprendido, pero decirle a una mujer algo, mujer que un simple comentario lo entiende como si le estuviera echando algo en cara. No quedándome otra que callarme, recordando que en lo último que llegamos a estar de acuerdo, no fue en otra cosa que pedirle la separación, petición que me acepto y cuyo condicionante me soltó…

  • “Cuando pase todo esto del confinamiento, y todo esto del puto virus que tenemos… lo hacemos”.

Pero mira por donde, acabe por hacerle caso, metí bajo las sabanas, comencé a lamer sus labios externos, seguí con sus labios internos en busca de su clítoris, mientras ella suspiraba e intentaba apartarme… uuummm!!. Chupé y absorbí con suavidad sus labios vaginales, saboreando mi propia corrida, notando por sus convulsiones que no debo de hacerlo tan mal, pues estaba disfrutando, pues aquellas manos que minutos antes intentaban apartarme, ahora presionaba mi nuca a modo de no retirarme. Continúe chupando y absorbiendo sus labios vaginales, continuando por lamer desde la parte inferior ascendiendo hasta el clítoris, repitiendo esto una vez tras otra, ¡escuchando a mi mujer gemir… ooohhh!!. Alternando las lamidas alrededor de sus labios vaginales, deslizándole la yema de mi lengua sobre estos, mientras entre convulsiones ella no deja de gemir y suspirar... ooohhh!!. Soltando…

  • “Joder… joder, ¡donde carajo has aprendido tan bien a comer un coñito… ooohhh!”.

Dejándome llevar por el ritmo de sus gemidos y jadeos, ritmo que sigo para chupar suavemente y absorber como sumo cuidado, continuando de esta manera hasta que veo una reacción por su parte… uuuffff!!. No siendo esta otra, que cuando mi mujer levanta un poco su pelvis, aprovechando esto por chupar un poco más rápido, ayudándome con mi barbilla y dedos, barbilla que frotaba con movimientos rápidos… uuummm!!. Y dedos que introducía dos de ellos intensificando su placer, boca y lengua que ella misma llego a indicarme, donde y que dedicara mayor atención a su vulva… aaahhh!!. Mientras mis dos dedos trabajaban el techo de su vagina, zona que se de sobra lo extremadamente sensible que lo tiene, jugueteando sobre todo con ese pequeño botón que hay… aaahhh!!.

Indicios inequívoco que está comenzando a tener un orgasmo, no apartándome aunque mi mujer me lo suplica, pues no hay mayor placer al menos para mí que disfrutar de este momento… uuuffff!!. Pues eso, no me aparto, no suelto su clítoris, estando este enormemente sensible en estos momentos, saboreando su primer orgasmo, no dejando de presionar la lengua a lo largo de su clítoris… uuummm!!. Moviendo mi lengua de dentro y hacia fuera de su coño alternándolos con mis dedos, movimientos suaves, aprovechándome de lo sensible que esta, alargando este momento en busca de su segundo e incluso tercer orgasmo… ooohhh!!. Saboreando sus abundantes fluidos, fluidos viscoso que disfruto pues no saben a nada, ¡retorciéndose esta entre espasmos… uuuffff!!... uuummm!!.

Apartándome de su entrepierna, ascendiendo por su cuerpo como ella misma tira de sus manos, buscando su boca y dándome a probar sus propios fluidos, como en su momento saboree los míos de su boca… uuummm!!. Son momentos en que sé que no hay que marcharse, momentos en que no hay que dejarla sola, momentos en que no dejo de acariciar su cuerpo, besando sus labios, cuello y pechos, magreando sus mamas y chupando sus pezones. Sintiendo ella como mi miembro comienza a endurecerse, miembro que me coge con una de sus manos, comenzando a masturbármelo… uuummm!!. Y entre jadeos y suspiros, me suelta eso de…

  • “Anda vete a la cocina a prepararme el desayuno, ¡venga corre que estoy hambrienta… uuummm!!”.

  • “Vengaaaa!!, déjame descansar un poco que estoy agotada… uuummm!!”.

Me marche a la cocina, preparare la cafetera y mientras esta subía me fui al aseo a orinar, acabando por dirigirme al dormitorio con la idea de preguntarle a mi mujer que deseaba que le pusiera en las tostadas, encontrándomela dormida. Aprovechando entonces por meterme en la ducha y enjuagarme, recordando lo acontecido esta mañana y ahora, pensamientos que unido a mi refriega han hecho que mi polla no deje de pedir guerra… uuuhhh!!. Pero no… no hago nada, me aguanto y espero disfrutar de mi erección con ella, saliendo del baño e irme al salón, sentándome en el sofá y ver la televisión. Cogiendo el móvil, el cual lo tengo en silencio, pudiendo ver la gran cantidad de notificaciones que tengo, notificaciones que en su mayoría son del whatsapp.

Notificaciones que entre otras son de Ana, aquella compañera con la cual el miércoles tuvimos un desliz, compañera que me agradece enormemente el detalle de satisfacerla, confesándome que es su primera infidelidad y que la verdad, no se arrepiente de haberlo hecho. Compañera que me manda una serie de fotos y videos que ha hecho para mí, imágenes y videos de los comprometidas, guardándolas todas ellas en mi nube… uuummm!!. Escuchando la voz de mi mujer proveniente del dormitorio llamándome, llamada que cuando fui a llevarle el desayuno, está sonriente, me suelta…

  • “Buenos días campeón, ¡menudo atracón nos hemos dado… eeehhh!!”.

Mira está la bandeja con el café, un zumo de naranja y tostadas con fuagrás, mirando luego hacia la mesita de noche, viendo hora que refleja el reloj y soltarme…

  • “Lo siento cielo, voy a tener que hacerte una pequeña ‘putallida’, pero veo que ya no es hora de tomarme el desayuno, sino más bien de picotear algo antes de almorzar”.

Dice con toda naturalidad, prosiguiendo como si nada…

  • “Por cierto, tienes algo pensado”.

Dice mientras se levanta, encaminándose desnuda hacia el baño, diciéndome antes de dejarme contestar…

  • “Mira que eres malo, mira como me tienes, ¡estoy recién levantada y otra vez estoy excitada… uuummm!!”.

Escuchando como abre la tapa del wc, sentarse, el sonido como orina y como estira de la cisterna, escuchando minutos después el sonido de la ducha de la bañera. Acerco mi rostro hacia la puerta entreabierta, observando como mi mujer se mete dentro de la bañera, colocándose debajo de la ducha, dejando que el agua caiga sobre su cabeza y cuerpo, escurriéndose por su piel hasta el mismo suelo de la bañera. Como se coge sus cabellos y los mueve y amasa a modo de que estos se empapen bien, por su expresión di por hecho que estaba disfrutando, luego siguió por enjabonarse, extendiéndose el jabón por todo su cuerpo. Aquello me puso como un mástil, ¡ver como se enjabonaba sobre todo sus pechos, nalgas o pubis… uuuffff!!, viendo la cabrona como aquello debió de ponerle también a ella, pues sobre todo hizo hincapié en sus nalgas, magreándose sus glúteos primero para luego enjuagarse su orificio anal. Viendo cómo se metía un dedo y bien al fondo, sacándolo para volvérselo a meter una vez tras otra durante escasos minutos, acabando por sustituir este dedo por dos y continuar… uuuffff!!.

Después de un rato, cerró el grifo de la ducha y salió, secándose con la toalla, coger un bote de aceite corporal o quizás fuera crema hidratante, comenzando a untárselo por todo su cuerpo, embadurnarse bien y conciencia como tanto le gusta. Deleitándome al ver sus pezones erectos, ¡pero aún más cuando sus manos se encaminaron por su vientre hacia su pubis… uuummm!!, pues aquello no parecía un masaje normal. Se acariciaba alrededor de su vagina con las yemas, deslizándolos y continuando por la zona del prepucio de forma circular, viendo como pasa las yemas sus dedos lentamente… dando por hecho que con suavidad entre los pliegues de los labios mayores y menores, pasando luego de forma circular alrededor del clítoris, tomando su prepucio entre sus dedos frotándolo con rapidez alternando movimientos, acabando por ayudarse con los dedos de su otra mano en introducírselo, pero más burro me puse cuando esos dos dedos precisamente, vi cómo se los llevaba a la boca se los chupaba y volvían a su orificio, dedos que entre estos y los que frotaba frenéticamente su prepucio, finalizo en un glorioso orgasmo que di por hecho que debió de tener más de dos, pues las contracciones que dio su cuerpo como otros signos me lo hizo pensar… uuummm!!.

Me dieron ganas de abrir la puerta y follármela, pero no creo que eso le diera mucha gracia, no el follar sino el cortarle precisamente ese momento de gloria que estaba teniendo, pues es un momento muy íntimo de ella, aunque yo le estuviera espiando… uuummm!!. Os debo confesar que antes me extrañaba por el tantísimo tiempo que tardaba dentro del baño, cuando supuestamente solo era ducha, secado, vestirse y como mucho prepararse, pero cuando una vez descubrí el motivo de su tardanza, comprendí que ese momento, era su momento mágico y desasosiego, un tiempo que la vez que golpee su puerta a modo de preguntarle, me mando directamente a la mierda entre otros insultos más leves.

Y como ya mente, mi mujer no es que tenga una buena figura, ni mucho menos es que sea despampanante, aunque a veces esas curvas echen algunas miradas hacia atrás, y aún más si lleva algún que otro modelito de lo más sugerente. También es verdad que mi opinión va a ser favorable después de estos dos días de sexo, diciendo que ahora mismo todos los elogios hacia ella son pocos. Para aquellos que no lo sepan, o quizás lo haya olvidado, os voy a describir a mi esposa, mujer cuya altura de metro setenta y cuatro centímetros, medidas aproximadas son 84/58/91. Mujer de cabellos castaño y no muy largo, digamos que pasa un par de dedos de los hombros, cuyo color de ojos son también castaños, aunque a veces con la claridad de la mañana más parecen la verdad pardos. Tiene una bonita sonrisa con dientes perfectos, eso sí gracias al cuidado de su dentista y del dinero invertido. Digamos que su poco pecho está compensado por el tamaño de su culo, aunque debo de mentir hipócritamente y por mi bien, cuando está me pregunta por su figura, haciéndole saber que esa perfecta, ya… pero es una mentira piadosa. Pero bueno, sigo, pues eso, estaba ahí ella, cuando le propuse almorzar…

  • “Alicia… he pensado que podemos pedir sushi y de paso, abrimos una botella de vino blanco, ¿Qué te parece si cojo un Sauvignon Blanc o prefieres un verdejo?”.

Respondiéndome ella…

  • “Genial, muy buena idea, pero prefiero mejor un Verdejo o si tenemos un Godello, creo que vienen mejor para el sushi”.

Una vez que sale de la bañera y se seca, saliendo del baño con tan solo unas braguitas y el alborno, cogiendo el móvil y encaminándose hacia la salita, mientras yo me puse a llamar al restaurante japonés y pedirle dos menús, menú en el cual uno de ellos incluyera sushi. Observando a mi esposa sentada en el sofá, mujer a la cual prácticamente se le podía ver todo perfectamente, pues ese albornoz no le cubría nada, y no decir esas braguitas de encajes minúsculas… uuuffff!!. Vi que mi mujer estaba bicheaba por internet, mirando en portales tipo Aliexpress, EBay o Amazon, mirando algo que no pude ver la verdad, pero que me dio por preguntarle dada mi curiosidad. Soltándome…

  • “Nada… nada, solo estoy mirando cosas para hacerte un juego, confía en mi”.

Decía, como si eso de la confianza con ella fuera tan sencilla. Pues nada, para resumir y no detallar que pedí o que o como almorzamos, puedo decir que, tras hacerlo, nos íbamos a ir nuevamente hacía la cama, pero mi reticencia a hacerlo, acabamos en el sofá, donde mi idea era que mi mujer repitiera lo del día anterior (o sea, lo de ayer jueves). Y puedo decir que la imagen que me rondaba la cabeza, no era otra que mi mujer volviera a colocarse a horcajadas sobre mí, y nos pusiéramos a follar como animales… uuummm!!. Acabando ante mi insistencia por decirme…

  • “Si te la chupo, dejaras de incordiarme un rato, no vez que estoy ocupada”.

Respondiéndole…

  • “Siiiii… por fa, te lo juro, si me haces una mamada, te dejo en paz y dejo de insistirte tanto”.

Me mira con una sonrisa pícara y con ojos intrigante, diciéndome…

  • “Mira, porque me coges con ganas de complacerte que sino… otro gallo cantaría, bueno prepárate que estoy muy juguetona hoy, y estoy pensando e incluso en sorprenderte”.

Levantarse y dejando el portátil sobre la mesa, se giró hacia atrás, fijando la mirada en el reloj que tenemos en el mueble del salón, soltándome eso de...

  • "Creo que tendremos tiempo".

Fue decir eso y se arrodilló, colocándose entre mis dos piernas, colocando una mano en cada una e ir ascendiendo hacia mi entrepierna, llegando la derecha a palpar mi miembro erecto sobre mi pantalón de pijama. Levantando la vista y soltar...

  • "Así la tienes ya, ¡bueno vamos a tener que hacer algo para bajarla... nooo!!".

Acto seguido, tras bajar su vista, vi como sus manos ascendía hasta mi cintura, manos que, tras llegar a la cinturilla de mi pantalón, cogió y tiro de ellos hacia abajo, llevándose consigo mi bóxer, prendas que acabo por sacármela por los pies. Prendas que cuando bajo de mi ingle hizo que mi miembro saliera como un resorte, acción que hizo que mi mujer soltara una carcajada, acabando por soltar...

  • "Uuuffff!!, como esta... uuummm!!".

Decir esto y volver a soltar...

  • "Joder... si parece que lleva semanas sin follar, no dicen eso que cuando más lo haces... más te dura volver a empalmarse, viendo lo visto en tu caso no es así, bueno menos hablar y más ponernos manos a la obra".

Lo que más me pone de mi esposa y de cualquier mujer, es cuando la veo como se muerde el mentón inferior, y no te digo cuando se desliza la lengua por sus labios... uuuffff!!. Cogió mi mujer sin perder más tiempo y sin más titubeos, toma mi polla con una de sus manos, mientras se ayuda con la otra ya sea por acariciar mi pecho o incluso la parte baja de mi miembro… uuummm!!. Acabando por acercar su rostro y comenzar por lamer mi glande, tomándolo con fuerza y deslizarlo por sus labios, levanta la vista y me mira con descaro… ooohhh!!. Vuelve a sonreír y la veo levantarse un poco, incorporarse lo justo para colocar mi miembro entre sus senos, amasándolos con ellos a pesar del tamaño… aaahhh!!. Sonrie y pregunta…

  • “¿Voy bien?”.

No quiero responderle, pues bastante bien sabe ella lo bien que va… uuummm!!. No deja de lamer mi glande, ¡deslizando su lengua como si se tratara de un cucurucho… ooohhh!!, chupaba mi glande y dejaba una gota de saliva, impregnando esta con la lengua hasta la misma base, sintiendo como la yema de su lengua me hacía estremecer… ooohhh!!. Soltándome mi esposa eso de…

  • “No se te vaya a ocurrir correrte, aun no te doy permiso para ello, debes de aguantar si quieres continuar disfrutando el puente”.

Momentos en que me pongo a pensar en el trabajo o mantener mi mente en cualquier cosa, pensamientos alejados de la mamada, resultado que sirve y que mantengo mi polla aún dura. En eso coge mi tronco con fuerza, sujetándolo al tiempo que se introduce mi glande en su boca, glande que minutos después continua con mi polla al completo… aaahhh!!. Comenzando yo por posar una de mis manos sobre su cabeza, acción que me retiro mi mano de muy mala gana, gestos que me hizo entender que no lo hiciera. Siguiendo ella por acariciar mi perineo con suavidad, deslizando su mano izquierda hacia mis nalgas, labios que descendió hasta la base y tras levantar mi tronco, continuo por besar y lamer el perineo… uuuffff!!. Viéndola como con todo entusiasmo y entrega, chupaba y tragaba mi glande al mismo tiempo que con su mano derecha me masturbaba… ooohhh!!. Acabando por introducirme su dedo corazón por mi orificio… aaahhh!!, no puniendo yo impedimento alguno por ello, simplemente me dejaba hacer… ooohhh!!. Sacándosela y soltarme…

  • “Veo que te gusta… eeehhh!!, tenía mis sospechas, sobre todo cuando cambiaste los juguetes eróticos o te compraste ese plug color carne… eeehhh!!”.

Cuando ese primer dedo fue sustituido por dos, llegue a avisar a mi mujer de mi pronta corrida, acelerando esta con la atragantada al mismo tiempo que sus dedos dentro de mi orificio, acabando en una espectacular corrida… ooohhh!!. Corrida que aun después de descargar y tragar mi esposa parte, pues la otra fue hacia sus pechos, descarga que esta me obligo con segundas que debía de limpiar, dejándome exhausto y la verdad, ¡bastante desecho… ooohhh!!, tanto que acabe por quedarme dormido. Despertandome media hora después para almorzar, tocándome a mí recoger los trastos de la comida, viendo como mi queridísima esposa se marchaba hacia la cama. Soltándome eso de…

  • “Voy a descansar sola… creo que me lo merezco, no se te ocurra despertarme… vale”.

Dijo una vez se metió en el dormitorio y cerró la puerta tras de sí, puerta que pude escuchar como echaba el cerrojo, por lo que aproveché para poder descansar. Tarde que nos llevamos prácticamente durmiendo, despertándonos a eso de las ocho de la tarde noche, hora que tras levantarse me pidió que le preparara un té verde y que le llevara algo de picar. Terminando dicho día con volver a repetir lo de esta mañana, colocándose ella encima y de espalda a mí, moviéndose como toda una amazona, ayudándose con varios de sus dedos al hacerse un dedo. Fue bestial, viniéndose ella hasta en tres ocasiones, mientras yo, pasado al menos cerca de media hora… descargue.

Finalizando un tan sorprendente viernes, creo que más sorprendente que el pasado día jueves, descubriendo una faceta más de mi desconocida esposa, mujer que no hubo día que me demostrara lo zorra que es. Perdonar que os deje de semejante manera, pero ya habrá tiempo para contaros como aconteció este puente, pero bueno, ya os lo haré saber, dicho esto, y por deseando alargarlo mucho más, os dejo y espero que os haya gustado, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Claro está, mi email es: Jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto… jhosua1974@gmail.com).