Descubrí a la puta de mamá y a mi hermano nalgon.

Una joven descubre el secreto de mamá y su interes por su hijo adolescente.

Siempre he sabido que mamá es una puta, en casa sólo vivíamos mi hermano, mi madre y yo, mi padre vive en estados unidos y casi desde niña he visto que mi madre es una mujer que le gusta mucho el sexo, siempre sobre todo desde que empecé a desarrollarme me hablo sin tapujos del sexo opuesto, en ocasiones me llevaba a su habitación a ver una que otra serie semi-erótica y mostrándome a los actores, sus penes pero sobre todo su culo, era lo que volvía loca a mamá, un hombre con buen culo y sobre todo cuando el hombre era joven.

Mi hermano, el menor. Siempre fue un poco el desplazado, mi madre prefería estar conmigo, hablarme de hombres y ver mi desarrollo, me animaba a vivir mi sexualidad al límite y yo aprovechaba sus buenos consejos, cuando perdí mi virginidad, mi madre me felicitó por haber elegido a un chico guapo y sobre todo bien dotado de culo. Mi padre venia cada dos años y cuando lo hacía mamá lo disfrutaba al máximo, eso es algo que debo aclarar que mi madre sea una mujer caliente no la hace infiel, siempre ha sido fiel y lo que es necesario para entender lo que viene, su fascinación con el sexo es un secreto nadie lo sospecha, ni sus amigas ni su familia, para todos ella es una mujer guapa y encamable pero mojigata y fiel.

Pero de un tiempo para acá la relación de mi madre y mi hermano, cambio, de pronto empecé a ver qué mamá se interesaba más en él, lo trataba con más cercanía e incluso notaba que le dejaba hacer más cosas que antes era casi imposible que consintiera. Una idea rondaba mi cabeza, mi hermano ya no era el adolescente delgado y alto que era, ahora a fuerza de ir al gimnasio había cambiado. Su cuerpo era más el de un hombre que el de un niño, tenía unos pectorales que explotaban las camisas y sus brazos suaves, tersos pero sobre todo musculosos, eran una tentación constante, estaba preocupada por mis pensamientos y una tarde mientras mi hermano se mataba en el gimnasio me acerque a mi madre.

-          Mami-. Le dije mientras nos sentábamos a ver la televisión con unas frituras y una copa de vino.

-          Dime amor.

-          Pues me enteré que ya has dejado que salvador estudie en la ciudad ¿es cierto?

-          Así es hija. Tienes que entender que tú tenías que estudiar en la universidad de aquí por tu condición de mujer, tu familia no lo había permitido.

-          Entiendo mami, pero es que hasta hace un tiempo se lo habías prohibido.

-          Sí… pero caí en la cuenta de que ya es mayor y no hay nada que pueda hacer para atarlo.

-          Tienes razón ya se ve como todo un hombre.

-          Hija…

-          ¿No has notado su culo?-. era lo que quería comentar, ver su reacción.

-          Hija-. Me dio una bofetada que casi me revienta el rostro-. Es tu hermano,  eres una depravada, ¿crees que yo me fijo en eso en mi propio hijo?

-          Mamá perdóname.

-          Nada de nada. Sube a tu cuarto.

A pesar de estar un poco enojada por la bofetada, estaba aliviada mis terribles sospechas eran infundadas. Mi madre era ajena a todo eso del incesto. A las pocas horas mi mamá entró a mi cuarto me dio un buen regaño y luego volvimos a ser las mismas de siempre. Estaba aliviada y dormí sin tantas preocupaciones.

Al día siguiente en la universidad, tuve menos clases de las programadas y sin querer quedarme a estudiar, decidí ir a casa, al llegar vi que todo estaba normal, abrí sin hacer ruido, tenía esperanzas de  no encontrarme a mamá y escurrirme a mi cuarto para dormir hasta la comida.

Mientras subía las escaleras, esperando que estuviera en la cocina, escuché un ruido extraño, pequeños gemidos y el vaivén de la cama que parecía estar…

Sin dudarlo, pero con miedo seguí caminando con cautela y supe que los ruidos venían de la habitación de mamá, ¿sería posible que mamá se hubiera encamado a alguien? Y sin esperármelo lo que vi me dejo helada a través de las cortinas transparentes de las ventanas de la habitación vi a mi guapo hermano cogiéndose a cuatro a mi madre.

Estaba indignada, sorprendida, molesta y sobre todo excitada, no podía negar que ver el cuerpo de mi madre y sobre todo el de mi hermano me ponían cachonda, el culo de mi hermano era perfecto, tanto que parecía de uno de esos deportistas de la televisión.  Varias veces me había resistido a agarrarlo entre mis manos.

-          ¿Te gusta puta?-. le dijo mi hermano.

-          Me encanta Carlos, dame más soy tu puta.

-          Entonces, ya hablaste con papá para dejarme ir a estudiar.

-          Sí mi amor ya le dije que tenias mi permiso. Dame más duro mi amor, déjame sin ganas antes de que te vayas.

-          Me tienes tan caliente puta.

-          Y tú a mi papi-. Mi hermano dejo de darle y acercándose a ella que estaba desecha en su cama le dijo.

-          ¿recuerdas cuando empezaste a desearme?

-          Claro mi vida, una tarde al llegar de clases y verte de espaldas vi ese culote que te cargas y me pusiste loca, luego te quitaste la camisa allí mismo y me pusiste tan cachonda.

-          Para eso me ante en el gimnasio para tentarte puta. Sabía que te gustaba la verga.

-          Te espiaba mientras te bañaba, me encantaba verte desnudo y toquetearte. Hasta que…

Mamá se subió en mi hermano y tomando su pene, se lo colocó a la entrada de su vagina y comenzó a cabalgarlo.

-          Ese día no pude más…

-          Cuando mi hermana se fue a la universidad entraste a mi cuarto y me dijiste que querías dormir conmigo, por una pesadilla… eras mía puta me dije cuando te abrí la frazada.

-          Entré en ella y me acurruque contra tu cuerpo y en eso noté…

-          Que dormía desnudo…

-          Te dije que quería que me abrazaras

-          Y lo hice… para que sintieras mi pene queriendo entrar en tu culo.

-          Y cuando lo sentí ya no pude más, me vine en silencio hasta que creí que dormías.

-          Y luego…-. Mi mamá gritaba mientras mi hermano la seguía penetrando, yo me masturbaba escuchando la historia.

-          Tomé tu pene y abrí mis piernas lentamente, creí que dormías y lo dirigí a mi vagina, sólo quería sentir su calor pero cuando te acomode…

-          Te la metí y gemiste como una puta…

-          Te grite que pararas…

-          Soy tu madre… déjame…

-          Pero me seguiste dando y al sentirte más profundo que cualquiera me vine y tú seguías.

-          Te puse a cuatro y te la metí más duro…

-          Me vine de nuevo y esa vez por primera vez me inundaste de tu leche…

-          Sabía que estabas operada y ya no podías procrear.

-          Luego te agarre del culo, como siempre quise mi amor y te obligue a volver a penetrarme está vez encima de mí.

-          ¿Te encanta mi culo verdad puta?

-          Me encanta bebe…

-          Por eso lo trabaje… escuchaba tus conversaciones con mi hermana y supe que esa era la manera de que me prestaras atención...

Mi madre se volvió a venir y mi hermano la volvió a llenar de leche….

-          Ahora soy el consentido.

-          Lo eres papi… lo eres síguemela metiendo.

La arrojó contra el colchón y entre gemidos y gritos y yo viendo como el culo de mi hermano arreciaba contra mamá, me quede impresionada por el secreto que ahora con ellos compartía.