Desconocida
Unidos únicamente por el contacto epistolar.
DESCONOCIDA
Incógnita alma hermana, tan distante:
desconozco tu faz y tu silueta
mas, percibo tu espíritu romántico
en tu caligrafía transparente.
No he escuchado tu voz, y sin embargo,
al leer los renglones que me escribes,
me penetra la mente gratamente
la armónica ilusión de ella, muy cálida.
Qué diera por tener entre mis manos
las tuyas, que imagino tersas, suaves,
capaces de escribir como lo haces,
expresando limpiamente lo que piensas,
revelando tu espíritu en palabras.
Desconocida amiga, cuánto diera,
por conocerte a ti, físicamente,
y dejar de pensar en un fantasma,
como una idea fija en mi cerebro,
que tortúrame en las noches del insomnio,
cuando quiero que estés aquí, a mi lado,
y sólo hallan mis brazos el vacío,
¡el enorme vacío de tu ausencia!.