Descanso en la Biblioteca
Era una de sus fantasias preferidas. Sabía que no era muy original y que era una de las fantasias más comunes entre adolescentes pero él se excitaba mucho, demasiado, cada vez que lo imaginaba.
Era una de sus fantasias preferidas. Sabía que no era muy original y que era una de las fantasias más comunes entre adolescentes pero él se excitaba mucho, demasiado, cada vez que lo imaginaba.
Pero también era realista, y veía como allí, sentado en la biblioteca, como otras tardes, no ocurría nada interesante, solo gente entrando y saliendo, cogiendo libros y sentándose a leer o estudiar. No parecía que ninguna de las chicas que había por alli compartieran su fantasía, ninguna que le mirase de forma morbosa o le enseñase su escote a propósito, ni tan siquiera ocurría que sintiese entre sus piernas uno de los pies descalzos de la chica que habia sentada enfrente suya, subiendo hacia su pene, dispuesta a sobarlo y hacer un descanso entre tema y tema. No, no ocurría nada, solo en su imaginación.
Carlos tenía 19 años y este verano le había tocado estudiar en verano, un par de asignaturas le habían llevado a cambiar en aquellas últimas semanas de agosto la piscina por los libros. Prefería estudiar en la biblioteca ya que en casa, aunque no hubiera ruido que le molestase, se le hacía mucho más aburrido. En la biblioteca sin embargo le animaba a estudiar el ver que no era el único que tenía que hacerlo, y por qué no decirlo, también se le hacía mas llevadero mirando discretamente a las chicas que entraban y buscaban libros, con sus falditas, sus pantalones ajustados, sus tops, sus camisetas, en definitiva, con su ropa ligera de verano.
"Vamos, un tema más y me voy a casa" se había dicho, volviendo de sus fantasías y centrándose de nuevo en el libro que tenía ante él. Hoy cuando había entrado en la biblioteca había bastante gente y apenas quedaban sitios, así que tuvo que ponerse relativamente cerca de la puerta, un lugar que no le gustaba mucho ya que le desconcentraba tanto paso de gente.
Y así fue, cuando no llevaba ni dos líneas la puerta se abría, una vez más. Con un gesto más de resignacion que de enfado, chasqueando la lengua, levantó la mirada a ver quien entraba esta vez. Se escuchaban risas mientras abrían la puerta e instántaneamente los chisteos de los estudiantes pidiendo silencio. Era un grupo de 5 amigos, primero pasaron 3 chicos que buscaban sitio con la mirada y después 2 chicas, terminando la conversación en susurros mientras entraban.
Al levantar la mirada del libro y mirar hacia la puerta, unas tres o cuatro mesas más allá, lo primero que vio fue las piernas de las jóvenes, una iba en vaqueros y la otra iba con sandalias y una faldita corta, por lo que su vista involuntariamente se centró en esta última, subiendo su mirada desde sus tobillos hacia su cadera, echandole un buen vistazo como se suele decir y subiendo hacia su cara, notando que arriba llevaba una camiseta ajustada a su cuerpo. Normalmente, este vistazo lo solía hacer de forma discreta, vigilando que no le pillasen, pero esta vez había bajado la guardia, y cuando llegó a la cara de la joven, vio como ella había notado como la habia mirado de arriba a abajo, sin embargo no hizo nada, ningún gesto de enfado o molestia, es más, parecía que se había dibujado una ligera sonrisa en sus labios mientras volvía a los susurros con su amiga y mirando de reojo a quien había estado mirándola al entrar y ahora había bajado la cabeza rápidamente, nervioso y sonrrojado, mirando de nuevo el libro que había frente a él.
Carlos permanecía inmóvil, sin atreverse a levantar la vista por si se encontraba de nuevo con la mirada de ella, así que decidió esperar a que los 5 amigos encontrasen un lugar en el que sentarse. Por los ruidos de sillas que escuchó, ya lo habían encontrado, a 10 ó 12 mesas de distancia. Carlos suspiró aliviado y volvió a respirar, dando gracias a que ninguno de los 3 chicos se diese cuenta de su mirada y agradeciendo mucho más que la chica no hubiese dicho nada.
Pasada cerca de una hora, ya había acabado el tema que se había propuesto, era más pronto de lo que había pensado así que sonrió satisfecho, cerró los libros y guardó las cosas en la pequeña mochila que traía, dejándola encima de la mesa. Se levantó y se dirigió al baño para lavarse un poco las manos y la cara y así despejarse antes de irse, aún era pronto y quizá le daría tiempo a pasarse por la piscina a darse un baño.
Sin embargo cuando llegaba a los servicios algo le paralizó, intentó reaccionar y darse la vuelta sin ser visto pero tardó demasiado y ya era inútil, la chica que vió entrar hacía un rato estaba en la puerta de los baños femeninos y se había girado para ver quien llegaba. Carlos sabía que darse la vuelta e irse sería demasiado ridiculo y sospechoso, así que siguió andando, saludando con un rápido "hola" de cortesía y abriendo la puerta de su baño.
Una vez dentro intentó tranquilizarse, aun viendo en el espejo como su cara seguía roja, se lavó las manos y de nuevo la cara. Se preguntaba si la chica ya se habría ido, no se atrevía a salir y volversela a encontrar asi que espero un par de minutos más, apoyado en el lavabo, sintiéndose algo ridículo por la situacion pero exaltado a la vez.
Decidió que ya había pasado un buen rato y abrió la puerta para salir cuando se quedó helado al ver que ella seguía en la puerta de enfrente, mirando hacia donde estaba él, y con una sonrisa pícara que parecía reflejar que había estado esperando a propósito.
"¿Haciendo un descansito de estudiar?" Le preguntó aun con esa sonrisa que le desconcertaba.
"Sí, algo así. Ya he acabado lo que tenía pensado y ya me iba" contestó él. "¿Y tú? ¿Un descanso?"
"Más o menos, he venido a acompañar a mi amiga que sigue aquí dentro" dijo señalando hacia la puerta del baño. "¿LLevas aquí mucho tiempo?" dijo señalando las mesas.
"Bueno, un par de horas, aunque he tardado menos de lo que había pensado" contestó Carlos, que iba tranquilizándose.
"A veces no es bueno planearlo todo tanto, siempre pueden pasar cosas que no estan previstas" dijo ella, con un tono que Carlos advirtió entre pícaro y divertido.
"Desde luego" respondío él, que empezaba también a divertirse con la situación y los juegos de miradas y palabras.
"¿Y no te molesta el estar sentado cerca de la puerta con tanta gente entrando y saliendo?" preguntó la chica.
Carlos entonces sonrió, no estaba nervioso, aun en la situacion de que ella le estaba confirmando que notó como sus ojos se clavaban en su cuerpo, sin embargo esto no le hacía titubear, mas bien empezaba a gustarle, casi a excitarle, el hablar con aquella desconocida que ahora sí tenia tiempo para verla.
Era una chica normal, no era exageradamente despampanante,de unos 18 o 19 años como él, morenita y ojos claros, seguro que más verdes de lo que se veían ahora si estuvieran en un sitio más iluminado, de altura normal y de cuerpo sensual, con unos pechos bien marcados y redondeados en su camiseta pero sin ser demasiado grandes ni demasiados pequeños, y unas piernas que seguian cautivandole igual que cuando las vio cruzando la puerta, bien contorneadas y desnudas, solo cubiertas por la falda. Sin embargo, tenía algo, algo que Carlos no sabía muy bien como definirlo, era una chica normal pero tenía algo, algo que le provocaba mucho morbo, quiza su sonrisa traviesa, quiza sus ojos y su mirada pícara.
Ante el silencio de Carlos ella continuaba:
- "Lo digo porque como a todas las personas que entren les mires con tanta atención como a mí, no debes aprovechar muy bien el tiempo"
Ya está, lo había conseguido, le había llevado a donde los dos querían llegar, la joven había lanzado la red y ahora dependía de él el querer ser atrapado o irse de allí como si nada. Y por supuesto, el no tenía ninguna prisa por escapar.
"Quizá no todos los que entran merezcan esa atención.... igual que no considero que sea desaprovechar el tiempo" respondió Carlos, con la misma sonrisa pícara con la que ella habia llevado toda la conversacion.
"Y dime, ¿solo merece la pena mirar con atencion?" preguntó ella, sin titubear y mirándole fijamente a los ojos.
"Eso depende de ti ¿no crees?" respondió Carlos con descaro, retando a la joven, siendo él ahora quien lanzara la red.
"Por supuesto" terminó de decir ella, acercándose a él lentamente y mirando hacia la biblioteca, abrió la puerta del baño masculino y metió a Carlos dentro, entrando ella después.
A la luz más intensa del baño pudo comprobar lo que antes había sospechado, los ojos de ella eran aún mucho más verdes en presencia de luz, un verde intenso, que se acercaba hacia sus ojos a la vez que ella se acercaba a él, dejándolo contra la pared a la vez que le susurraba:
- "Te crees que eres tú el único que ha disfrutado cuando me mirabas? A mí me has dado mucho morbo... ¿acaso no lo notas?" Cuando acababa su frase, Carlos pudo sentir los labios de ella rozando su oído al susurrarle y como sus manos eran conducidas por las de ella hacia su trasero, pegándose más a él.
Los suaves y traviesos labios de la joven, de la que no sabía ni su nombre, se acercaban a los suyos, y tras pasar su lengua por los labios atontados de Carlos comenzó a besarlos..... un beso lento.... apasionado.... que hizo que los labios de Carlos reaccionasen poco a poco y el beso fuera mas morboso.... notando como sus lenguas se encontraban entre sus bocas y como la joven se apretaba más a él, moviendo su cadera de forma que sobaba su pene que ya estaba duro, aunque llevaba estando duro mucho antes de entrar al baño con ella.
La joven tiró suavemente de la camiseta de él y lo llevo hacia uno de los habitáculos donde están los wc y se metió con él. Carlos escuchó el ruido del pestillo y vio como la sonrisa pícara de ella se volvía morbosa mientras se relamía.
Ella se inclinó sobre él y comenzó a palpar su paquete por encima del pantalón, sonriéndole y susurrándole: "vaya, parece que te pone cachondo el estar encerrado con una desconocida a la que antes desnudabas con la mirada"
Se inclinó más sobre él y le susurró, rozándole de nuevo la oreja con sus labios: "¿Quieres que te diga una cosa? A mi también me pone muy muy cachonda.... ¿no lo notas?" decía mientras cogía una de las manos de Carlos y la llevaba hacia su coño por debajo de su falda, solo cubierta por un tanga y que se notaba muy caliente y húmedo.
Carlos sonrió, estaba muy caliente y esta chica tenía muchas ganas de jugar, así que juego era lo que le iba a dar.
Acarició el tanga y echó la parte que cubría la vagina hacia un lado, comenzando a acariciar los labios y el clitoris de la joven, notando como se estremecía de placer y como se derretía a cada caricia de sus dedos.... escuchaba los gemidos ahogados de ella para que no les pillasen y eso le excitaba aún más... acariciaba su coño en circulos... introduciendo lentamente sus dedos.... completamente empapados por la humedad del sexo de la joven... que se estremecía sentada en sus rodillas...mordiendose el labio para no gritar....
Él notaba como las manos de ella comenzaban a bajar sus pantalones y a sacar su miembro, completamente duro y excitado, empezándolo a masajearlo suavemente....acariciándolo de arriba a abajo....masturbándose el uno al otro.
La joven quitó suavemente la mano de Carlos y acercó su coño, sediento de sexo y de placer, a su pene, levantó ligeramente sus caderas y comenzó a descender, suspirando mientras notaba como el miembro de ese joven al que acaba de conocer, comenzaba a abrirse paso en su interior, abriendola más y más.
En esa posición, con la joven sentada sobre Carlos, los movimientos comenzaron a ser más rápido, el joven acariciaba y mordisqueaba los pechos de ella, a la vez que lamía y succionaba sus pezones que estaban completamente excitados y duros.
Carlos gozaba, gozaba al penetrarla y la vision de ella, sentada, botando sobre él, sin ni siquiera haberse quitado la falda y con el tanga a un lado le ponía aun más caliente.
Ella se movia cada vez más rápido, moviendo sus caderas en círculos y hacia abajo, a la vez que él lo hacía hacia arriba, penetrándola todo cuanto podía, notando como sus huevos golpeaban con las nalgas de ella a cada penetración y como su pene palpitaba dentro de la joven, sintiendo los músculos de su vagina apretándose contra él.
Los jadeos de la joven se mezclaban con los suspiros de él, no podían controlarse y permanecer en silencio, estando a punto de llegar al orgasmo.... Carlos se inclinó sobre ella, arqueando el cuerpo de la joven hacia atrás, penetrándola aun mas, haciendo que sus pechos botasen más rápido al ritmo del cuerpo de ella, quedando casi suspendida en el aire.
Cuando estaba a punto de correrse pareció que la joven lo notó, paró unos segundos, dejando el pene dentro de ella y le miró morbosa diciendole: "Oh no no, aun no es el momento" Sonriendo se sacó el pene de su coño y se arrodilló entre las piernas de él, bajando lentamente su cabeza a la vez que con sus manos lo masturbaba... notándo su polla muy mojada por los fluidos de su vagina....
Veía como ella bajaba sus labios, posándolos en la punta del pene, comenzando a acariciarlo con sus dientes, a la vez que se lo introducía en la boca, presionándolo con los labios.... comenzando a jugar con él en la boca, con su lengua.... mientras subia y bajaba... acariciando con una de sus manos los testículos.....succionándolo.... mamándolo dulcemente....
Carlos veía como la joven, cada vez más morbosa, se lo sacaba y metía en la boca para después comenzar a recorrerlo con su lengua.... dando largos lametones de abajo a arriba, desde los huevos a la punta..... mirándole a los ojos.... él mientras suspiraba, sin poder hacer otra cosa que disfrutar todo lo que ella le hacia..... y notaba como su pene se hinchaba y palpitaba, a punto de correrse.
Tensaba sus músculos, intentando aguantar algo más veía como ella se metía y sacaba su pene de la boca.... trazando espirales de abajo a arriba.... saboreándolo como si de un helado se tratase.... y le gustaba... le gustaba mucho... le seguía poniendo cachondo como ella le miraba.... apretándole con sus labios... sentía que ya no iba a aguantar más.....asi que en un ligero susurro, casi sin aliento le dijo... "me corro....ah....vas a hacer que me corra....." a lo que ella pareció animarse aun más y empezó a alternar movimientos rápidos y lentos....arriba y abajo....
Carlos se retorcía y notó como de su pene salían fuertes chorros de semen, corriéndose en su boca, veía como la joven intentaba que cayeran dentro de su boca pero algunos chorros fueron a su cara....ella relamía sus mejillas y seguía chupando su pene haciendo que Carlos alargara su placer unos segundos más....
Carlos empezó a volver en sí, notando como la joven le besaba y como en la comisura de los labios de ella aun quedaban los ultimos restos de semen que tenía después de haberserlo limpiado con la lengua por completo.
Se levantaron, él se subió y abrochó sus pantalones y ella se arreglo un poco su falda, se dieron un último beso y salieron. Ya entre las mesas se separaron, ella fue hacia la mesa donde sus amigos y Carlos fue hacia la suya, cogió su mochila y salió a la calle, recordando en su mente las palabras que ella le dijo: "A veces no es bueno planearlo todo tanto, siempre pueden pasar cosas que no están previstas".