Descanse en Paz

Apoyé a un amigo a pasar el transe psicológico más fuerte, hecar el amor despues de haber fallecido su esposa.

DESCANSE EN PAZ

Hola queridos amigos, gracias por seguir conmigo.

Es muy grato para nosotros (tanto para mi esposo como para una servidora) saber que les ha gustado mucho nuestro proyecto actual, así es que los seguimos invitando a que sigan con nosotros durante mucho tiempo ya que gracias a sus comentarios y correos, seguiremos haciendo más para ustedes. http://mispiernas.blogspot.com y/o lovelygirl3x@yahoo.com.mx .

Mi esposo me ha insistido que les cuente lo que nos sucedió hace como un año. La verdad es que me lo había querido reservar por motivos de amistad, pero quiero darle gusto a mi esposo y por eso se los narro a continuación.

En el mes de marzo del año pasado, un amigo cercano a nosotros tuvo una desgracia familiar. A su esposa le detectaron cáncer en un pulmón del cual no se pudo recuperar y lamentablemente falleció. Pero como fue una enfermedad que duró algún tiempo, realmente él estaba resignado a lo que se venía, era una muerte anunciada y aunque la tuvo en observación durante mucho tiempo, los doctores nada pudieron hacer al respecto.

El día que se murió la esposa de Mauricio (omitiré su nombre real por discreción), lo estuvimos acompañando durante toda la mañana y como a las 12 del día le entregaron el cuerpo. Finalmente se llevó a cabo su último evento en un velatorio que está en periférico sur, muy cerca del tecnológico de monterrey en dirección al viaducto Tlalpan.

Mauricio estuvo acompañado tanto de los familiares de su esposa como de los suyos, estuvimos algunos amigos y compañeros de su trabajo. Decidió cremar el cuerpo y terminar con tanto tiempo de desgaste, que hasta donde él nos había dicho estaba ya muy cansado. Cansado de gastar tanto dinero, esfuerzo, tiempo y parte de su vida, ya que fueron casi 5 años o más de estar padeciendo esa enfermedad. Y es que la verdad a sus 42 años tenía muchas cosas por delante.

Una semana después lo visitamos en su departamento el cual encontramos hecho un verdadero desastre, y mientras José Luis le ayudaba a arreglar algunas cosas yo me dediqué a hacerle la limpieza de la cocina y el baño.

La siguiente semana lo volvimos a visitar ya que no se sentía con ánimos de salir todavía. Decidí hacer comida e irnos con él nuevamente a su departamento.

Después de la comida y ya más tranquilo de lo sucedido, estuvimos platicando ese día, que si no mal recuerdo fue un domingo hasta muy tarde, desgraciadamente no pudimos irnos a casa porque mi esposo había bebido de más y ya en una ocasión lo habían detenido por la prueba del alcoholímetro, entonces no quería arriesgarse y decidió que nos quedáramos en el departamento de Mauricio.

Aunque Mauricio no había tomado mucho pero fue el primero que se fue a dormir, mi esposo y yo nos quedamos viendo televisión, pero José Luis siguió tomando. Recuerdo que estaba en su apogeo un programa de televisión de mucho rating, así es que cuando estaba terminando se levanto Mauricio y me pidió que le regalara un café. Se sentó nuevamente en la sala y prosiguió la plática con mi esposo.

Cuando le serví el café a Mauricio y uno para mí, muy serio me dijo Mauricio que si le podía hacer un último favor, pero especialmente a mi esposo el cual aceptó sin saber que es lo que me quería pedir. Quería que me llevara algunas cosas de su difunta esposa, ya sea para regalarlas o tirarlas, pero que le estaban haciendo mucho daño y no quería tenerlos más ahí. Pero que si me podía vestir con lo último que le había comprado a su esposa, ya que nunca lo pudo usar y las prendas estaban nuevas; era un baby dol de encaje muy bonito y de color blanco, unas medias de liguero, también de color blanco y haciendo juego con la tanguita. El problema es que los zapatos que tenían no eran de mi número, pero lo demás me quedó a la perfección, y es que en realidad su mujer era delgadita.

José Luis dudo al principio, pero después de una explicación por parte de Mauricio terminó aceptando y yo, pues encantada. Así es que me fui rápidamente a su cuarto y no tarde más que una hora en darme una ducha y cambiarme.

Cuando salí del cuarto, José Luis apenas y mantenía la vista en mí, pero Mauricio quería devorarme con los ojos. Y así como estaba vestida nuevamente fui a calentarme mi café pues ya se me había enfriado del todo.

Me pidió que me sentara junto a él en el love seat, y mientras tomaba mi café y el una copa de tequila que se había servido, no me quitaba la vista de mis pechitos y eso que los tengo chiquitos, pero se me veían bien; acercaba su mano a mis piernas poco a poco hasta que se apoderó de una de ellas y me la comenzó a acariciar. Conforme su plática continuaba, su voz se iba quebrando más hasta llegar a sollozar y terminar en un llanto descontrolado; mi esposo estaba más dormido que nada que ni se estaba dando cuenta do lo que estaba sucediendo.

Cuando lloraba sentí que debía abrazarle, me agradeció y acercó su cara a mi pecho y mientras le daba algunas palabras de consuelo y aliento para seguir adelante sentí como se quería comer una de mis pechos por sobre el baby doll, no hice mucho caso hasta que con una de sus manos me lo movía y abría toda su boca para que entrara mi pecho en ella.

Comenzó a fajarme, pasaba de uno de mis pecho al otro y en cada uno de ellos lo mordisqueaba hasta que lograba pararme el pezón de la excitación. Así estuvo mordiéndome durante varios minutos y acariciándome mi panocha por sobre la tanguita blanca, que a estas alturas ya estaba más hundida y mojada que nada; y así me estuvo fajando por algunos minutos.

Se levantó del sillón y sobre su pants ya se veía en bulto de buen tamaño; me extendió la mano y me llevó hasta su cama. Me acosté boca arriba mientras regresaba a mamarme las tetas, bajaba hasta la panocha y con su lengua trataba de meterla mientras la tanga se hundía más y más. Me pidió que me pusiera en cuatro patas y él me quitó la tanga, me la jaló hasta las rodillas y después alzándome las piernas me la quito por completo. Me pidió que me quedara en cuatro patas y después se dedicó a besarme el coño con singular alegría y movimientos candentes. Mientras metía su lengua en mí y acariciaba mis piernas, hizo una pausa para bajarse el pants, sacó su verga (de muy buen tamaño eh) y sin decir nada me ensartó de un solo empujón.

Me jalaba hacia él con desesperación mientras yo gemía de placer, pero no fueron ni 5 empujones que me dio cuando sentí un chorro ardiente dentro de mí. Se había venido tan rápido que no me dejo gozar más de él y ni siquiera pude tener un solo orgasmo. Salió de mí y me recosté sobre sus piernas, me traté de meter su verga en mi boca, pero aparte de que estaba súper mojada, se le había hecho chiquita de inmediato, lo cual me hizo imaginarme que Lucy (su difunta esposa) era una insatisfecha sexual, como las hay muchas aquí en nuestro país.

Después de eso, me volví a duchar, me puse la ropa que traía puesta y me fui a acostar con mi esposo. Y aunque trataba de quitarme la calentura con él, tampoco me respondía, pues estaba más ebrio que un pordiosero. Así es que tuve que desquitarme al día siguiente con José Luis platicándole y explicándole a detalle lo que había pasado la noche anterior.

Después de lo sucedido ese día, solo he tenido dos encuentros más con Mauricio y mi esposo no lo sabe, el problema es que les digo, no da el ancho y se viene muy rápido, pero me gusta su verga, la tiene ancha y de un sabor exquisito, no es tan salada, sino que más bien es como de sabor atún de agua, simplemente deliciosa.

Amigos y contactos, espero que esta historia pudiera yo repetirla con alguien como Mauricio. Si su esposa ha fallecido déjenla descansar en paz y yo les ayudo a pasar ese transe tan amargo.

Mil besos.