Desahogo extramatrimonial 3ª parte

Carlota y Alexis acaban de llegar a hotel de Málaga, su pasión continúa en aumento. Y ese entorno facilita que den rienda suelta a sus deseos y fantasías.

En primer lugar quiero agradecer los comentarios que me habéis enviado con sugerencias para mejorar los textos y las valoraciones tan positivas.

Es mi primera experiencia relacionada con la publicación de relatos eróticos y estoy satisfecho de la respuesta obtenida. Yo escribo para disfrutar mientras lo hago y sobre todo para que disfrutés los que leéis mis relatos. Muchas gracias.

Volvamos a las aventuras de Carlota y Alexis, echad un vistazo y recordad como dejamos la situación en Desahogo extramatrimonial 2ª parte.

Después del encuentro sexual en la habitación de Carlota, Alexis se vistió y volvió a su habitación con prisa, debía ducharse rápido para estar a la hora convenida en la recepción del hotel.

Carlota miró su móvil, no lo había hecho desde que salió de Guadalajara, tenía 7 whatsapp y 3 llamadas perdidas de Juanjo, su marido, se paralizó durante unos segundos. Estaba desnuda encima de la cama, con su coño empapado dejando una mancha sobre la colcha de la cama, y restos del semen de Alexis aún sobre sus tetas, cuello y cara.

Contestó con escueto: “Todo bien cariño, hemos llegado justos  de tiempo, hablamos más tarde”.

Alexis llamó por teléfono a su pareja Nuria, al oír su voz se le aceleró el corazón, notó la garanta seca.

-          ¿Qué tal el viaje niño?, dijo Nuria.

-          Muy tranquilo, hemos alargado la parada para comer y casi se nos hace tarde. Voy a darme una ducha rápido que nos esperan para cenar. ¿Cómo está el niño?.

-          Muy bien, cuando se ha hecho la hora a la que vuelves habitualmente, cada vez que escuchaba el ascensor, señalaba hacia la puerta diciendo “papá”. Ahora mismo está dormido

A Alexis se le hizo un nudo en la garganta que apenas lo dejaba seguir hablando.

-          Ufff, dale un beso de mi parte cuando se despierte.

-          Yo se lo daré, descuida. Pásalo bien. Tengo muchas ganas de verte. Llámame cuando puedas hablar.

-          Un beso cariño, después hablamos.

A las 20:00 en punto llegaron los dos al salón del hotel donde estaban citados.

Carlota se había duchado con prisa, mientras le  caía el agua notaba sus pezones muy duros, y un gran ardor en su coño, intentó aliviarse con el chorro de la ducha dirigiéndolo directamente hacia su pubis, pero consiguió el efecto contrario. Dejó caer el agua por su cabeza y se masturbó con la mano, una paja rápida para aliviar aquel calentón.

Se puso un  vestido azul muy ajustado, marcando perfectamente las caderas y los pechos con un fabuloso escolte, iba realmente atractiva. Tuvo una primera idea de no ponerse tanga para que evitar marcas de ropa interior en el vestido, pero pensó que teniendo en cuenta las circunstancias, cualquier fluido que emanase de su coño sería muy difícil de disimular.

Se miraron al entrar al salón y sonrieron, Alexis notó una punzada en pecho, no podía dejar de pensar en Nuria y en su bebé.

Durante la cena, se sentaron en mesas diferentes, es una medida de la empresa para facilitar la interacción de agentes de diferentes puntos de España. Al terminar la cena, se llevaron a cabo  discursos inspiradores del director gerente, y de algunos agentes exponiendo a sus compañeros algunas estrategias de éxito.

La mayoría de los comensales quedaron para tomar una copa en la propia discoteca de hotel, sin grandes desmadres, el sábado estaba prevista la primera reunión de trabajo a las 9:00 horas.

Carlota y Alexis accedieron a la discoteca departiendo con algunos compañeros y compañeras, el ambiente era muy distendido, pidieron la primera copa y brindaron.

Sobre las doce de la noche empezaron a retirarse alguno de los compañeros.

Carlota escribió a Alexis:

-          Creo que sobramos aquí, estoy deseando subir a las habitaciones.

-          Vete tú antes, y en unos minutos me marcho yo, para no levantar sospechas. Contestó Alexis.

Y así ocurrió, Carlota se despidió muy cariñosamente del resto de acompañantes y se marchó a su habitación. Alexis hizo lo mismo 10 minutos más tarde.

-          Ya estoy en mi habitación, me visitas?. Le escribió Alexis a Carlota.

-          Mejor vienes tú aquí, te tengo una sorpresa preparada.

-          Ok.

-          Te dejo la puerta abierta.

Alexis llegó, abrió la puerta muy despacio, le sorprendió encontrar la habitación totalmente a oscuras. Entró, cerró la puerta y escuchó la voz de Carlota.

-          Déjate hacer.

Alexis se quedó paralizado.

Le vendó los ojos con un pañuelo negro, lo desnudó muy despacio, con mucho mimo, solamente se detuvo cuando le quitó los calzoncillos, no pudo resistirse a introducir la polla de Alexis un par de veces en su boca.

Le pidió que se tumbase en la cama y le ató las muñecas con otros dos pañuelos al cabecero de la cama.

A Alexis le excitaba sobremanera la situación, su polla se había empalmado al máximo.

Empezó a notar una sensación de frío por sus labios, cuello y pezones. Carlota estaba pasando un cubito de hielo  por su cuerpo, por donde pasaba el hielo llegaban inmediatamente sus  labios.

Carlota fue besando la cara, los labios, el cuello y el torso de Alexis muy despacio, prosiguió acariciando la parte interna de los muslos, y llegó con su boca hasta  los testículos, la abrió al máximo para introducirlos en ella, los fue succioando con cuidado, los acarició con la lengua de con movimientos circulares. Y por fin llegó a la polla de Alexis, la exploró con su lengua de abajo arriba, desde el nacimiento hasta la punta, por la parte inferior. Se humedecía la lengua para que el tacto fuese lo más suave y placentero posible para Alexis.

Alexis se retorcía de placer en la cama, la  sensación de sentirse atado aumentaba el morbo y la excitación alcanzaba unos límites desconocidos para él.

Carlota fue ascendiendo por el cuerpo de Alexis hasta colocarse en cuclillas a la altura de la cadera de él.  Fue bajando poco a poco permitiendo que la polla se fuese introduciendo lentamente en su coño. Una vez la sintió dentro en su totalidad, inició movimientos rápidos de arriba y abajo, gritaba fuera de sí, y se percató que una gran corrida estaba a punto de llegar.

-          Alexis, quiero que nos corramos los dos a la vez, por favor.

Alexis respiró profundamente durante varias veces, y liberó todo su energía en la vagina de Carlota.

Ella sintió una gran contracción de sus músculos púbicos por su  corrida, y simultáneamente el calor de la leche de Alexis que la acababa de inundar. Siguió cabalgando muy despacio, intentando alargar ese momento al máximo al máximo.

Muchas gracias por vuestra atención, espero vuestros comentarios y valoraciones.

Aquí tenéis mi email para cualquier cuestión que queráis hacerme llegar: sebas.molp72@gmail.com