Desahogo

Y tu Dios la mea culpa nunca asume, nunca acepta y mi Dios al dulce consuelo no asiste, no acude solo queda en ustedes TODORELATOS desahogarme.......

DESAHOGO

Tu Dios también se volverá culpable, para cuando plasme esta crecida pena si mi Dios como es de costumbre, ya tarde le recitará a tu indiferencia el dolor para que conmigo en este instante tú vuelvas y tú no volvieras.

Agradezco el silencio de esta recatada tarde junto a mi vieja ventana de marco de metal y a todo el sentimiento que dentro de mí arde como aún arde el fuego en el ocaso ¡Acaso sin quererse apagar!

Agradezco también el brillo necesario que desprende la Luna y que te dibuja en los rincones de mi desorientado ser al frío entumecedor de esta cruda madrugada que me hace extrañar la gloria bajo el abrigo de tu piel y que fue en nuestra historia de amor, mi calor, mi morada, mi lecho, mi querer y mi única frazada.

Agradezco al destino junto a su ignorada culpa y a esta vieja, mal pintada y desgastada habitación haber dejado olvidado sobre el escritorio de mi dolor tristes cuadros, recuerdos de amor y tinteros sin pluma. A tu olvido y a su inquebrantable decisión por quererte siempre de mi lado apartar consumismo intangible, que plasmo lo indescriptible en sombríos caprichos de tu mal amor y mi terca terquedad.

Agradezco a tu Dios, ahora que el amanecer declina haber plasmado tu amor en este simple cuadro y aunque niegues atardeceres olvidados con esta triste rima mi dolor en cada reglón, mi inspiración, mi latido, mi amor, mi delirio y mi razón lastimas.

Y por ultimo agradezco a mi Dios el haberse rendido al arma triunfante de tu dulce encanto perdición que llevo en el corazón como un latido que me recuerda en cada respiro que te has ido, que me recuerda en cada latido que te quiero tanto que te quiero tanto.

Y ante la noche fría y triste de esta inmerecida condena como mudos testigos, mi dolor y mi sufrimiento y en un intento de poema, mis quejas si lo intento por un tanto de indiferencia que tu olvido restriega otro tanto de falsas promesas que se lleva el viento.

Y tu Dios la mea culpa nunca asume, nunca acepta y mi Dios al dulce consuelo no asiste, no acude solo queda en ustedes TODORELATOS desahogarme y aunque sé que siempre habrá un hijo de su madre que sin leer ni entender esta triste pena me valore con un grotesco terrible cosa que también se lo agradezco.

JFCC