Desafiante
Claro y directo. Muy breve... ¿QUién no ha imaginado una situación así en un instante ínfimo de tiempo?
Podría ser hoy, ¿porqué no? Aquella chica en el metro no ha dejado de mirarme en todo el trayecto. Es guapa, aunque sin exagerar, y yo tampoco es que sea el adonis de aquel anuncio de calzoncillos que todas las jovencitas estaban mirando entre risas y signos inequívocos de furor uterino, pero tengo mi punto... No creo que me atreva pero, ¿y si lo hiciera?, ¿y si ella deseara que lo hiciera? De hecho, seguramente se baje en su estación pensando que le hubiera encantado que lo hiciera... Sé que ha mirado varias veces, que ha bajado la mirada timorata cuando he cruzado mis ojos con los suyos, pero sus mejillas, la telilla de su camiseta dibujando sus curvas y esa media sonrisa inconfundible me dicen que no ha dejado de pensarlo... No lo sé, quizás se acerque a tu lengua desafiante y se introduzca con fiereza en cualquier orificio anhelante de tu cuerpo. O tal vez sólo siga siendo un sueño o una fantasía itinerante... ¿Quién sabe, quíén sabe? Una cara sin rostro, una situación inesperada, un momento que nunca pensarías que se tornara en algo tan excitante en un sitio y situación tan cotidiano y habtual. ¿En serio que aquí puede ser? ¿De verdad que piensas que ahora es un buen momento? Todo vale, nada está prohibido, nunca es tarde y ahora es un buen momento. Deseo, imaginación, realidad, fantasía, morbo y dos personas que ni se conocen ni lo harán, pero que una vez compartieron algo tan sucio pero a la vez tan especial e íntimo.